Los porteros son los futbolistas que viven con más supersticiones en
el terreno de juego. La soledad bajo los palos a menudo les llena de
tics y de manías.
Se sienten más observados que sus compañeros
. Pasan de
la gloria al fango en solo unos segundos, los que determinan un acierto
o un fallo.
Iker Casillas lo sabe bien. Solo tres paradas en los
últimos minutos del
partido contra el Copenghague
el pasado miércoles en la Liga de Campeones han servido para que el
portero del Real Madrid y de la selección española haya comenzado a ver
la luz tras un túnel que ha durado ocho meses.
En este tiempo de
adversidades ha sufrido problemas físicos por culpa de
una lesión en la mano, conflictos en su club, enfrentamientos
con José Mourinho,
pérdida de la titularidad y, además, graves desavenencias con sus
padres a las que acaba de dar carpetazo con un puñado de millones de
euros.
Alfredo Relaño, director del diario
As, lo decía tras la reaparición del portero el miércoles
: “Parece que Iker ha dejado atrás su mala racha”
. El jugador
hablaba de su calvario ante los periodistas,
una vez concluido el partido de Liga de Campeones: “Ocho meses sin
jugar es mucho tiempo
. Cuesta revivir las sensaciones y he estado un
poco nervioso.
Ha sido una etapa difícil para todos, también para mí,
pero no pasa nada.
Somos mayores y lo que ha pasado, pasado está. Hay
que pensar en el futuro, que eso es lo importante”.
Casillas habla de fútbol. De una noche en que igualó a Sanchís como
segundo jugador con más victorias oficiales (412) en la historia del
Madrid —solo por detrás de Raúl, con 427—. Pero, probablemente, también
pensaba en ese otro conflicto resuelto que es, quizá, el más doloroso.
Solo siete días antes de lesionarse en la mano, el 17 de enero, Iker
Casillas decidía, según consta en el Registro Mercantil de Madrid,
revocar los poderes que sus padres, José Luis Casillas y María del
Carmen Fernández, tenían en la sociedad Ikerca S.L., constituida el 21
de septiembre de 2000.
A sus 32 años el futbolista consideró que había
llegado la hora de asumir el control de sus negocios, hasta entonces en
manos de sus progenitores
. La decisión de excluir a sus padres,
formalizada el pasado enero, venía fraguándose desde la última Eurocopa.
Ikerca S.L., con un activo de 13.126.299,38 euros, es una sociedad
patrimonial y de imagen. Con ella, Iker Casillas y sus padres han
realizado durante los últimos años importantes inversiones
inmobiliarias, en su mayoría con pisos, y han gestionado los derechos de
imagen y publicidad que genera el portero.
Llegada la hora de reordenar su patrimonio y establecer nuevas
fórmulas para gestionar los ingresos que genera fuera del terreno de
juego, Iker Casillas decidió reestructurar la sociedad.
Durante los ocho
meses en que ha estado apartado de los terrenos de juego, primero por
una lesión y luego por decisión técnica, el futbolista ha sufrido ese
otro calvario: negociar con sus padres su salida de la empresa.
Es la historia de muchos futbolistas.
Dan sus primeros pasos en el
fútbol de la mano de sus padres, que cada tarde les llevan a entrenarse
en campos de barro con la esperanza de que algún día triunfen.
Cuando lo
hacen, los padres se convierten en sus administradores y esperan que
esta situación perdure en el tiempo.
Ellos abandonan su vida profesional
para cuidar de sus hijos
. El éxito de sus hijos es también el suyo, y
su patrimonio se considera un asunto de familia.
A menudo estalla el
conflicto cuando los verdaderos protagonistas tratan de independizarse.
El caso de Casillas es singular por tratarse de una gran estrella con un
importante patrimonio.
El círculo íntimo de Casillas
José Luis Casillas trabajaba en el País Vasco cuando nació Iker y por
eso le puso un nombre vasco.
Lo mismo hizo cuando llegó al mundo Unai.
Funcionario de profesión, el patriarca de la familia dejó todo para
velar por la carrera del portero al igual que su mujer, María del
Carmen.
La relación padres-hijo ha sido muy tensa en los últimos meses.
Iker es muy familiar y siente devoción por su abuelo.
El jugador ha llevado con gran discreción el conflicto familiar, pero
se ha alargado tanto en el tiempo que esconderlo ha sido imposible
. En
el club y en algunos ambientes futbolísticos era un secreto a voces que
los Casillas estaban enfrentados y que había en juego importantes
cantidades de dinero y una amenaza de demanda millonaria.
Un ejemplo que
ilustra la tensión vivida: la relación se deterioró tanto, que durante
un tiempo los padres del jugador no podían disponer de las entradas para
ver los partidos que el club facilita a los jugadores.
El padre de
Casillas tuvo que acudir invitado, en varias ocasiones, por Florentino
Pérez al palco de honor del Real Madrid.
José Luis Casillas ha hablado con EL PAÍS sobre este asunto pero no
quiere que sus palabras sean públicas. Él se siente orgulloso del
trabajo que ha hecho con el patrimonio de su hijo y le devuelve el
dinero ahora que tiene 32 años y
va a ser padre.
El representante del jugador, Carlo Cutropia, con quien también se ha
puesto en contacto este periódico, cree que lo mejor para Iker en este
momento es pasar página y centrarse en su carrera deportiva.
Todo ello
una semana después de que el portero del Real Madrid haya pagado a sus
padres el 40% del valor de la sociedad que compartían —algo más de cinco
millones de euros— y les haya cedido otros importantes bienes
inmuebles.
“Casillas ya no tiene un problema con sus padres. El problema está
zanjado”, dice una persona de su círculo más íntimo, que ha compartido
con él los detalles de la negociación y los momentos de tensión.
Iker ha publicado estos días una foto en su cuenta de Twitter, en la
que aparece con su pareja, Sara Carbonero, sentada sobre sus piernas.
En
la imagen se ve la ya prominente barriga que luce
la futura madre.
Junto con la instantánea, el futbolista escribió: “Feliz”.
La pareja
aguarda en su recién estrenada casa de la lujosa urbanización La Finca
la llegada a finales de año de su primer bebé. Esta ha sido la mejor
noticia en estos meses de sufrimiento profesional y familiar.
Como ha contado Sara Carbonero, este es un niño muy deseado.
Nacerá
en Madrid, en la clínica Ruber Internacional, donde también nacieron las
infantas Leonor y Sofía y la hija de Penélope Cruz, que trajo al mundo
a su hija Luna hace dos meses.
La presentadora, como la actriz, será atendida por la doctora Elena
Carrillo.
Todo está planeado para que así sea pese a las declaraciones
de la periodista en las que aseguró: “No sé donde nacerá mi hijo”. Estas
palabras fueron interpretadas como que existía la posibilidad de que el
portero madridista decidiera continuar su carrera deportiva lejos de
España, a causa de la pérdida de la titularidad en la portería del
Madrid, que ponía en peligro su puesto en la selección española a las
puertas del Mundial de 2014.
Casillas también parece haberse reconciliado con un amplio sector del estadio Santiago Bernabéu, que
el pasado miércoles le ovacionó,
haciendo callar los pitos de los ultra sur.
Recuperado el favor del
público y elegido por el entrenador Carlo Ancelotti para jugar como
titular en la Liga de Campeones y en la Copa del Rey, el portero se
siente ahora algo más optimista sobre su futuro. Su horizonte, como ha
declarado, es ya más claro:
“Espero terminar mi carrera deportiva aquí”.