Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 oct 2013

Díaz Padrón afirma que las ‘Meninas de Dorset’ son obra de Velázquez y no la copia de un discípulo

Matías Díaz Padrón lo ha afirmado esta mañana en un acto celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El cuadro forma parte de la exposición sobre el pintor organizada por el Prado.

Javier Portús, conservador del museo, niega la hipótesis.

las Meninas de Dorset siendo ubicadas en el Museo del Prado / J.A.H.
“Las Meninas que hoy están en Kingston Lacy son de la mano de Velázquez. Y son las primeras”, ha sentenciado Matías Díaz Padrón esta mañana en un acto celebrado en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. El objetivo era presentar “un avance parcial de una larga y meticulosa investigación” que se publicará en 2014 y pretende cambiar la atribución de las célebres Meninas de Dorset, consideradas por la práctica totalidad de la comunidad científica como una copia efectuada por Martínez del Mazo, yerno del sevillano. Según el Conservador, jubilado del Museo del Prado, el cuadro, incluido en la exposición Velázquez y la familia de Felipe IV, que se podrá visitar en la pinacoteca desde la semana próxima, se trata en realidad de un “boceto o modeletto”, obra del propio pintor realizada antes de entregar el resultado final.
No es la primera vez que el estudioso defiende esa tesis, como él mismo se ha encargado de recordar. Ya lo hizo en 1997 en el diario El Mundo, así como en sendos congresos, de 2003 y 2008. El eco era hoy, sin embargo, distinto, dada la proximidad con la inauguración del Prado y el hecho de que la obra cuelgue ya en Madrid, en las salas de la ampliación de Moneo dedicadas a las exposiciones temporales. No es solo la primera vez que la pieza vuelve a España, sino también una oportunidad inédita para contemplar las dos Meninas conjuntamente.
El original no estará en los espacios dedicados la muestra, pero los visitantes podrán encaminarse a la sala 12 de la pinacoteca, hábitat natural de la obra maestra de Velázquez, y juzgar por sí mismos. “Tanto para los especialistas como para los no expertos un simple vistazo será suficiente”, explicó hace un par de semanas a este diario Javier Portús, conservador jefe de Pintura Española del Prado y comisario de la exposición. “No hay ninguna duda: las Meninas de Dorset no son de Velázquez”. La pinacoteca ha insistido hoy en no entrar en polémicas, puesto que, consideran sus responsables, no es tarea suya afirmar o negar la atribución de un cuadro ajeno.
David Taylor, Conservador de Pintura y Escultura del National Trust, propietario del museo Kingston Lacy y por tanto de las Meninas de Dorset, ha declarado a EL PAÍS:
“Nuestras Meninas son un cuadro fascinante y enigmático, así como uno de los más importantes entre la colección de pintura española del National Trust.
 La autoría de la pieza ha suscitado muchos debates a lo largo de los años y una reatribución potencial sería de gran interés. Esperamos poder conocer cuanto antes los resultados de la investigación hecha pública hoy”.
En el avance presentado esta mañana, Díaz Padrón ha esgrimido razones sobre todo históricas para rebatir a estudiosos como Jonathan Brown y Enriqueta Harris, como el hecho de que Goya, Ceán Bermúdez o Jovellanos consideraran el lienzo como un boceto del propio Velázquez.
 También ha ofrecido justificaciones económicas —el cuadro en liza cambió de manos por un precio “demasiado alto para ser una mera copia del discípulo”— y otras que ha calificado de puro “rigor intelectual”: si en las Meninas de Dorset no aparecen los reyes en el espejo es porque se trata de un boceto y no de una copia.
“Una copia fehaciente no olvidaría nunca el mínimo detalle y, mucho menos, a los Reyes, que son símbolo de todo”.
 Los expertos que consideran la obra como de Mazo achacan estos fallos a un "quiero y no puedo" del pintor, incapaz de emular la pincelada, genial sin esfuerzo, de Velázquez.
El conservador no ha aportado estudios físico-químicos (“un artista no es un pigmento, no es un aglutinador, no es un color”, ha aclarado), ni tampoco radiografías comparativas.
Para cuando Díaz Padrón ha empezado a leer su disertación, la sala, abarrotada por unas trescientas personas que siguieron un acto de resonancias sociales conducido con notable entusiasmo por la presentadora de la televisión Minerva Piquero y auspiciado por la Fundación Juan de Goyeneche, ya se habían prodigado adjetivos como “histórico”, “feliz” o “importante” por parte de los integrantes de la mesa: Antonio Bonet Correa, director de la Academia de San Fernando, Cristina Ordovás Gómez-Jordana, condesa de Ruiz de Castilla y presidenta de la fundación, y Raúl Rispa, editor de Documenta Arts, que definió el trabajo del autor del estudio como a contracorriente de la “opinión establecida y de los burócratas de la cultura”, ante una audiencia que incluyó al parlamentario Toni Cantó y al escritor Javier Sierra, autor del best-seller de intriga artística El maestro del Prado.

 

El juez interroga a 12 testigos en relación con el crimen de Asunta

Entre los citados por el magistrado están los hombres que encontraron el cuerpo

El abogado de la madre de la niña asesinada ha pedido que se levante el secreto del sumario.

uno de los vecinos que encontraron a la niña Asunta / Lavandeira jr (EFE)

El Juzgado de Instrucción Número 2 de Santiago, que instruye la causa sobre la muerte de la niña Asunta Basterra Porto, cuyo cuerpo fue hallado en una pista forestal en Teo (A Coruña), ha llamado este miércoles a declarar en calidad de testigos a doce personas, entre ellas gente del entorno de los padres de la menor fallecida, compañeros y profesores.

En concreto, según ha informado el juzgado, entre los testigos citados estaban las dos personas que encontraron el cuerpo de la menor, así como compañeros de la víctima, profesores, médicos y otras personas del entorno de los padres.
Además, el abogado de la madre, Rosario Porto,  que presentó el martes recurso de apelación al auto de prisión, ha solicitado también que se levante el secreto de sumario.
José Luis Gutierrez Aranguren , que ha asumido su defensa tras presentar su renuncia el abogado Juan Guillán por no ser especialista en el ámbito penal, tildó de "nulo de pleno derecho" el auto de prisión decretado por el juez José Antonio Vázquez Taín ya que recalcó que únicamente el auto decreta "prisión provisional comunicada, sin fianza" para Rosario Porto, pero sin hacer referencia "a antecedentes de hechos"
. Por otra parte, descartó que exista "riesgo de fuga o de ataque a los bienes jurídicos de la víctima"
. Por otra parte, el testamento de 1975 de los abuelos de Asunta en el que cedían todos los bienes familiares a Rosario Porto no ha sufrido ninguna modificación desde entonces, según informa Europa Press citando documentos de la dirección general de registros y notarías.
Además, los abogados de la Asociación Clara Campoamor, que vela por los derechos de la infancia, han presentado esta mañana en el juzgado de Santiago "una acción popular" contra los "responsables" de la muerte de la niña.
 Ahora el juez tiene que resolver si acepta esta personación en el caso.

 

Muere Tom Clancy, famoso por sus ‘best sellers’ de espionaje

El autor de novelas como 'La caza del octubre rojo' y 'Juego de patriotas', falleció a los 66 años, ayer en Baltimore.

El escritor Tom Clansy / matthew mendelsohn (corbis)
r
Un agente de seguros de Baltimore escribe un thriller militar y el presidente de EE UU confiesa que no lo puede soltar. Corría el año 1984 y Ronald Reagan era el inquilino de la Casa Blanca en estos últimos años de Guerra Fría
. Con “La caza del octubre rojo” arrancó la historia de Tom Clancy como autor superventas. En las siguientes tres décadas,  Clancy se afianzó como maestro especializó en relatos de espionaje, narcotráfico y terrorismo internacional en las que siempre tenía un papel destacado el ejército
. Sus editores de Penguin anunciaron el miércoles por la mañana su fallecimiento a los 66 años aunque no especificaron las causas.
 “Siempre estuvo por delante de las noticias y en algunas ocasiones de forma inquietantemente profética”, señaló Ivan Held, presidente del sello que edita a Clancy, GP Putnam’s Sons, parte del conglomerado de Penguin. “Publicar sus libros siempre ha sido excitante”.
Cabría añadir que también lucrativo, puesto que 17 de sus 28 novelas llegaron a los puestos más altos de las listas de ventas en EE UU y un buen número de ellas también fueron adaptadas al cine como “La caza del octubre rojo” que protagonizaron Harrison Ford y Sean Connery o “Juego de Patriotas”.
 Su última novela, “Command Authority” saldrá póstumamente en EE UU, el próximo tres de diciembre. En los últimos años Clancy también trabajó en el desarrollo de tramas para videojuegos como la serie Rainbow Six.
Desde su salto a la escena editorial en los ochenta, Clancy ha permanecido como uno de los autores favoritos de todos los tiempos de los soldados estadounidenses especialmente.
Nunca abandonó Baltimore, ni los vaqueros y unas gafas de sol tipo aviador en las imágenes de promoción. Apasionado seguidor de las operaciones navales desde niño, parece que la miopía le impidió cumplir su sueño de alistarse a la armada, pero no frenó su pasión por los asuntos militares.
Su primera novela fue calificada como un magistral golpe de espionaje, mucho antes de que los episodios de la serie de “Homeland” tuvieron a millones de telespectadores en vilo.
“La caza del octubre rojo” resultaba tan convincente que no faltaron las especulaciones sobre si el autor había tenido información directa de la Casa Blanca.
 Él lo negó y señaló que esta trama era inventada y sus personajes ficticios a excepción de seis de ellos (Sergey Gorshkov, Yuri Padorin, Oleg Penkovskiy, Valery Sablin, Hans Tofte y Greville Wynne).
“Pánico nuclear”, “Sin remordimientos”, “Tormenta roja” o “Peligro inminente” son algunos de los títulos de este autor que supo como pocos captar la ansiedad y tensión que rodea las operaciones militares, primero en le contexto de la Guerra Fría y más adelante fuera de ella. Clancy supo trasladarlas a un público sediento, cada vez más, de ficción de alta tensión.
 En su novela Equilibrio de poder, (Planeta, 2002), Clancy puso a España al borde de una guerra civil y la comparó con Yugoslavia.

 

"¡Tápese, presidenta!"

"¡Tápese, presidenta!" La moda, esa arma arrojadiza en la política

Desde los 'leggings' de Kirchner, al escotazo de Merkel o el esmoquin de Chacón, las mujeres en el poder sufren un escrutinio más duro que el de los hombres

cover
Merkel y Kirchner, con dos de sus atuendos más polémicos: el escote para la Ópera de Oslo y las 'calzas' que revolucionaron la prensa argentina hace unos días

Es un hecho. Si los medios de comunicación mencionan el atuendo o cómo va vestida una aspirante política, su campaña electoral se verá pejudicada y tendrá menos oportunidades de conseguir el triunfo. Da igual si se hace un comentario neutro y simplemente se describe lo que lleva puesto, si se alaba su buen gusto o se critica su indumentaria. El impacto siempre será negativo en la mente de los votantes. Estas son las conclusiones del estudio que inició el pasado mes de abril la plataforma Name It Change It, el proyecto del Women's Media Center y She Should Run contra el sexismo y la misoginia periodística sobre las mujeres en política, que simuló frente cuatros grupos distintos una campaña entre dos candidatos imaginarios –mujer y hombre– a los que les hacían visionar noticias en los que se mencionaba la vestimenta de la candidata, no se mencionaba, se alababa su look o se criticaba su ropa. El resultado: la aspirante siempre perdía apoyo de los votantes en el momento que se destacaba su uniforme (pasaba del 69% cuando no se mencionaba su ropa al 58% cuando se criticaba su vestimenta).
En un mundo periodístico en el que la regla de reversibilidad –no mencionces cómo viste ella si no vas a mencionar qué traje viste él– brilla por su ausencia, no son pocos los ejemplos en los que la moda se ha utilizado como arma arrojadiza para devaluar la imagen de las mujeres que habitan en las filas gubernamentales. Hace unos días, la sección de política del diario Clarín, el de mayor difusión en Argentina, sufrió un extraño viraje hacia el paternalismo y machismo más rancio en forma de consultorio de estilo, recomendando a la presidenta de Argentina, Cristina Fernández de Kirchner, abandonar la idea de volver a ponerse unos 'leggings' en un acto público: "¿En lugar de una calza tan al cuerpo no sería más coherente un chupín, en su variante más holgada ¿Y si en lugar de una camisa corta elijo una que tape adecuadamente la cadera? Porque si bien la moda no incomoda y ya casi no tiene edad, hay una regla que se mantiene, la prudencia", relataban en el texto. El caso de la presidenta y sus controvertidas 'calzas' en la prensa argentina es el último de muchos en los que las políticas sufren un escrutinio que no suelen padecer (por no decir que no padecen nunca) sus compañeros de gremio. Hagamos memoria:
Marcadas por la portada: el caso de Soraya Saénz de Santamaría y Rachida Dati

Cuando Rachida Dati posó para París Match en 2007 los titulares periodísticos de medio planeta destacaron que la 'coqueta' ministra de Justicia francesa iba vestida de Dior y con taconazos y tacharon a su posado de "frívolo". Tampoco pasó desapercibido el polémico posado de Soraya Sáenz de Santamaría para el Magazine de El Mundo en 2009. A la por aquel entonces portavoz del PP le aseguraron que la sesión de fotos era para el suplemento, pero su instantánea acabó en la portada del periódico. El director de El Mundo, con un videoeditorial en su web, buscó inhabilitar Saenz de Santamaría tildando a su actitud de "femme fatale" y alegando que "puesto que Zaplana nunca se fotografió en tanga, y no se recuerdan posados de ministros, es obvio que esto demuestra que las fantasías, las aspiraciones, de muchas mujeres son distintas que las de la mayoría de los varones". Tal y como recuerda Pilar Portero, que ya reflexionó sobre este caso en Soitu y ahora analiza la actualidad política española en Tudosis, Saénz de Santamaría sufrió "un engaño" y se utilizó su imagen como la de una "presa fácil" para "otros intereses" del rotativo. Y no olvidemos el escrutinio que tuvo el posado para Vogue de las ministras de Zapatero.
rachida soraya
Dos portadas en las que se increpó a sus protagonistas por su vestimenta.
Foto: Paris Match/ El Mundo
Escotes pasados los 50 y esmoquins 'copatitulares': Angela Merkel y Carme Chacón.
"No esperaba provocar tal furor con el traje de noche, que no era más que un intento de salir de la rigidez del vestuario de un jefe de Gobierno en una noche de ópera". El portavoz del gobierno alemán tuvo que salir al paso del amarillismo que poblaba en los rotativos alemanes. Con frases como "Merkel saca pecho" o "Merkel enseña escote", la prensa quiso destacar que lo de enseñar canalillo pasados los 50 no era para Angela Merkel. La dirigente escogió un vestido de tafetán para ir a la Ópera de Oslo en 2008 y montó, sin ella pretenderlo, un buen revuelo. En España no fue por enseñar carne, sino por un enfundarse un esmoquin de Purficación García. Ríos de tinta provocó la por entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, cuando acudió con un traje de corte masculino a la Pascual Militar. Hasta Esperanza Aguirre criticó el absurdo bombo mediático en torno a Chacón. "Como mujer que se dedica a la política me indigna que sea motivo de discusión lo que nos ponemos, cómo nos peinamos y cómo nos cortamos el pelo, eso no pasa con los hombres".
chacon
Carme Chacón y su controvertido esmoquin en la Pascua MIlitar
Iba Genial un traje sobrio de calidad, y le quedaba estupendo no pensarian que se vistiera de Camuflaje....o si???
Foto: Gtres
¿Por qué vas a la moda? ¿Por qué te arreglas? ¿Por qué no te arreglas?

La primera ministra danessa, Helle Thorning-Schmidt, arrastra el apodo Gucci Helle, por el vestuario de firma que suele llevar.
 La presidenta del FMI, Christine Lagarde, también se ha llevado lo suyo por su afición a comprar Alta Costura de Chanel y a Michelle Obama le llovieron las críticas por llevar una zapatillas Lanvin a un banco de alimentos
. Pero las críticas también funcionan a la inversa. Hillary Clinton, siendo secretaria de Estado, protagonizó polémicas por llevar coleteros y por "parecer cansada y abatida" por ir sin maquillar en una visita a la India.
Michelleok
MIchelle Obama, criticada por sus zapatillas Lanvin/ Christine Lagarde, por vestir de Chanel/ La primera ministra danesa, Helle Thorning-Schmidt, apodada Gucci Helle, por su vestuario de la firma
Foto: Getty
Rachel Larris, portavoz de Name it Change It destaca a S Moda que no sólo la moda desvía el discurso periodístico cuando hablamos de mujeres en la política.
 "A las candidatas se les trata (y se les pregunta) diferente que a los hombres.
 Por ejemplo, si una mujer se postula para un puesto en el gobierno, normalmente tiene que responder a preguntas como ¿Quién cuidará de sus hijos? o ¿no le gustaría a sus hijos que su madre pasase más tiempo en casa?
 Pero a los políticos nunca se les pregunta sobre este tema, se asume que sus hijos no dejarán de recibir atención parental porque se postulan para un puesto".
Desde Name it Change It (que publicará en 2014 la guía Unspinning the spin sobre los términos más sexistas que se utilizan en la cobertura periodística de la política femenina) apuestan por instaurar una norma simple y efectiva para evitar casos como éstos.
 "La norma del reverso, la que nos dice que si el término o pregunta no tiene sentido si lo usamos con un político, no se emplee con una mujer.
 Es asombroso cuánta cobertura informativa sobre las candidatas es absolutamente rídicula si se preguntase a un político. Por ejemplo: ¿Qué pasa con todos esos trajes, Senador? Sí, a las candidatas se les suele preguntar ¿por qué usa tantos trajes pantalón? La que más lo ha sufrido es Hillary Clinton, pero ella no ha sido la única".
.