Cécilia Attias publicará su autobiografía en octubre
Francia espera los secretos de la antecesora de Carla Bruni con gran expectación.
Uno de los libros más esperados del otoño francés está a punto de
salir de la imprenta. Cécilia Attias, antes Cécilia Sarkozy, y de
soltera Cécilia Marie Sara Isabelle Ciganer Albéniz, ha escrito una obra
autobiográfica que va a publicar Flammarion, y cuyos extractos más
suculentos serán adelantados por la revista Le Point. La
editorial confirmó este martes que el libro tiene de momento carácter
confidencial, y explicó que le ha puesto dos títulos provisionales: Souvenirs (Recuerdos) y Une envie de vérité (Un deseo de verdad), lo que según los exégetas del género sería un claro presagio de grandes revelaciones y/o emociones.
Cécilia Attias, que cumplirá 56 años en noviembre, ha decidido esperar a que su exmarido, Nicolas Sarkozy, dejara el Elíseo al perder las elecciones el año pasado para hacer oír su voz de breve ex primera dama, pues solo ocupó ese cargo honorífico durante medio año
. Tras divorciarse volcánicamente del expresidente de la República seis meses después de que este ganara las presidenciales en mayo de 2007 —el primer divorcio de un jefe del estado galo en ejercicio—, la sobrina nieta del compositor español Isaac Albéniz se casó con el publicista Richard Attias en Nueva York. Era marzo de 2008, y desde entonces Cécilia vive allí con el organizador del congreso de la UMP que en 2004 catapultó al político conservador hasta la jefatura de su partido.
Aunque hasta ahora no ha trascendido ni una línea de la autobiografía, los más optimistas confían en que madame Attias cuente los entresijos de su relación con Sarkozy y pueda iluminar algunos episodios opacos de los primeros tiempos del mandato, como la rocambolesca liberación de las enfermeras búlgaras retenidas en Libia por Muamar el Gadafi o el falso rescate de unos supuestos huérfanos de Darfur que acabó en fiasco internacional, entre acusaciones de secuestro y con Sarkozy llevando hasta Madrid en su avión presidencial a la tripulación española que había sido detenida en Chad.
La historia dice que la primera dama jugó un importante papel en ambos casos.
Otro momento memorable, este más íntimo, sucedió en marzo de 2008, cuando, según Le Nouvel Observateur, el mediático presidente de la República envió a Cécilia un SMS que decía: “Si vuelves lo anulo todo”
. Attias negó entonces haber recibido tal mensaje, aunque el desmentido se interpretó como una manera elegante de no torpedear el inminente matrimonio de su expareja con la cantante Carla Bruni, y el suyo propio con Attias.
Los fieles de Sarkozy culparon a Cécilia —hija de un gitano ruso, madre de Louis Sarkozy y pareja del político durante casi dos décadas— de los resbalones y descuidos que el carismático líder sufrió durante la campaña de 2007 y en los tiempos posteriores a su elección.
Algunos le reprocharon sus caprichos de esposa “perdida”, otros dijeron que la imagen bling bling (hortera, nuevo rico) que tanto perjudicó al presidente fue en parte obra suya, y muchos no le perdonaron que no votara por su marido en mayo de 2007.
Ahora parece haber llegado el momento del ajuste de cuentas.
Cécilia Attias, que cumplirá 56 años en noviembre, ha decidido esperar a que su exmarido, Nicolas Sarkozy, dejara el Elíseo al perder las elecciones el año pasado para hacer oír su voz de breve ex primera dama, pues solo ocupó ese cargo honorífico durante medio año
. Tras divorciarse volcánicamente del expresidente de la República seis meses después de que este ganara las presidenciales en mayo de 2007 —el primer divorcio de un jefe del estado galo en ejercicio—, la sobrina nieta del compositor español Isaac Albéniz se casó con el publicista Richard Attias en Nueva York. Era marzo de 2008, y desde entonces Cécilia vive allí con el organizador del congreso de la UMP que en 2004 catapultó al político conservador hasta la jefatura de su partido.
Aunque hasta ahora no ha trascendido ni una línea de la autobiografía, los más optimistas confían en que madame Attias cuente los entresijos de su relación con Sarkozy y pueda iluminar algunos episodios opacos de los primeros tiempos del mandato, como la rocambolesca liberación de las enfermeras búlgaras retenidas en Libia por Muamar el Gadafi o el falso rescate de unos supuestos huérfanos de Darfur que acabó en fiasco internacional, entre acusaciones de secuestro y con Sarkozy llevando hasta Madrid en su avión presidencial a la tripulación española que había sido detenida en Chad.
La historia dice que la primera dama jugó un importante papel en ambos casos.
Otro momento memorable, este más íntimo, sucedió en marzo de 2008, cuando, según Le Nouvel Observateur, el mediático presidente de la República envió a Cécilia un SMS que decía: “Si vuelves lo anulo todo”
. Attias negó entonces haber recibido tal mensaje, aunque el desmentido se interpretó como una manera elegante de no torpedear el inminente matrimonio de su expareja con la cantante Carla Bruni, y el suyo propio con Attias.
Los fieles de Sarkozy culparon a Cécilia —hija de un gitano ruso, madre de Louis Sarkozy y pareja del político durante casi dos décadas— de los resbalones y descuidos que el carismático líder sufrió durante la campaña de 2007 y en los tiempos posteriores a su elección.
Algunos le reprocharon sus caprichos de esposa “perdida”, otros dijeron que la imagen bling bling (hortera, nuevo rico) que tanto perjudicó al presidente fue en parte obra suya, y muchos no le perdonaron que no votara por su marido en mayo de 2007.
Ahora parece haber llegado el momento del ajuste de cuentas.