Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

11 sept 2013

Corinna: “El Rey es un anciano caballero que lucha con su salud”


La princesa Corinna. / GETTY

La revista Vanity Fair ofrece, en su número de octubre de la edición de EE UU, un amplio reportaje sobre el rey Juan Carlos. Durante varios meses el periodista Bob Colacello se ha entrevistado con personas del círculo más íntimo del monarca y con algunos personajes públicos para redactar el reportaje Rey y controversia. Entre las personas entrevistadas está Corinna Sayn-Wittgenstein, amiga de don Juan Carlos. El periodista explica que cuando habló con "todo el mundo para este artículo" parecían dar por sentado que el Rey y Sayn-Wittgenstein "han tenido una relación romántica", pero casi nadie quiso ser citado sobre esta cuestión."Dicen que el Rey está muy enamorado de ella", aseguró uno de sus amigos estadounidenses. "Y creo que tiene razón de ser, porque ella es muy hermosa".
En la revista se explica que cuando Sayn-Wittgenstein se enteró de que estaban escribiendo acerca de ella, se ofreció a conceder una entrevista.
No es la primera vez que la aristócrata habla de su relación con el monarca y con España. Con anterioridad realizó varias entrevistas entre ellas fue portada de la revista ¡Hola! para la que realizó incluso un posado especial.
"Estoy bien", dijo al comienzo de la conversación el pasado mes de junio.
 "Tratando de salir de la tormenta". El periodista añade que "en su rápido inglés sencillo, casi no sonaba como la mujer fatal y astuta que la prensa presenta. Y recoge otra voz anónima. "No es una rubia tonta", dice una fuente española . "Si lo fuera, no tendríamos este problema".
El periodista de Vanity Fair pregunta a la princesa cuándo fue la última vez que estuvo en España .
 "En diciembre del año pasado, y no pienso volver porque no sería muy apropiado o muy inteligente".
 Sobre si tiene contacto con el Rey, asegura: "Sí. Somos buenos amigos. Algunas personas no entienden que hay cosas que suceden y acaban en un momento dado.
Pero la amistad no acaba. Él ahora es un anciano caballero que lucha con su salud, y creo que necesita toda la ayuda que pueda conseguir.
La gente está esperando que algo grande suceda, de una manera u otra. Nada va a suceder, solo que él no puede ir de caza y yo no voy a ir a España. Nos mantenemos en contacto.
 Él llama a mis hijos una vez por semana para ver cómo les va. Se comporta como usted y yo nos comportaríamos con un amigo".
Cuando se le pregunta a Sayn -Wittgenstein sobre el alcance de su participación en los asuntos oficiales del Rey, ella responde: "Yo nunca he hecho negocios para el Rey o recogido dinero en su nombre... Siempre que hay grandes ofertas para las empresas españolas desde Oriente Medio, Europa del Este o América Latina, la persona a la que los políticos y la comunidad de negocios piden ayuda es al Rey, que hace las llamadas".
La princesa Corina señala que ella no tuvo "nada que ver" con el acuerdo del tren de alta velocidad de La Meca, pero asegura: "Sí, yo estaba involucrada en el fondo de infraestructura árabe-español, y me pagaban, porque he trabajado durante dos años asesorando".
La amiga del Rey insiste en su gran respeto por el Rey y el Príncipe Felipe y habla de la reina: "Me encontré con ella una vez, por accidente".
Vanity Fair también recoge el testimonio de Pepe Fanjul, a quien presentan como un amigo de don Juan Carlos autorizado para hablar. "El Rey y yo nos hicimos muy buenos amigos en los años 60 , cuando aún era príncipe", dice Fanjul.
"Es sin duda una de las personas más carismáticas que he conocido. Sin duda es el primer embajador de España en el mundo y ha conseguido grandes contratos para España".
Fanjul explica que conoció a Corinna zu Sayn y Casimir-Wittgenstein-Sayn poco después de casarse. "Tenemos amigos comunes.
 He estado de caza  con ella en diferentes partes del mundo.
 Es una brillante mujer de negocios muy trabajadora. El Rey considera que sería injusto que su negocio se hubiera arruinado. Se la considera una amiga querida y leal, que siempre ha sido muy respetuosa con la familia real". Y añadió: "La gente piensa que el Rey ha tenido una vida de ensueño.
 Yo diría que es una de las vidas más duras de alguien que conozco".

La partida de ajedrez de 1714

La caída de Barcelona a principios del siglo XVIII por las tropas de Felipe V fue un enfrentamiento con repercusiones internacionales.

Cada 11 de septiembre, Cataluña celebra una derrota: la caída de Barcelona en 1714 tras casi 14 meses de asedio ante las tropas franco-españolas de Felipe V, en un sitio iniciado el 25 de julio del año anterior
. Lo que en algunos ámbitos desea reducirse a un enfrentamiento de los catalanes contra la monarquía borbónica española fue en realidad el epílogo de la que quizá fue la primera guerra mundial, la Guerra de Sucesión en España, que se extendió hasta América y que acabó dejando en Europa 1.251.000 muertos, de los cuales medio millón sólo franceses.
El episodio fue siempre una partida de ajedrez en el tablero internacional básicamente jugada a mayor gloria de Inglaterra
. La primera ficha se movió justo el 1 de noviembre de 1700, con la muerte de Carlos II, rey de las Españas, miembro de la Casa de Austria y que, enfermo de años y sin descendencia, acabó nombrando sucesor --presionado por parte de su corte y sobre todo por el embajador francés— a Felipe de Anjou, nieto del monarca Luis XIV.
El episodio fue una partida de ajedrez en el tablero internacional a mayor gloria de Inglaterra
Inglaterra y las Provincias Unidas (Países Bajos) temieron lo peor: estaban ansiosas de intervenir en el comercio de América y de la península y la llegada de Felipe V al poder en febrero de 1701 demostró inmediatamente que iba a dar ventajas comerciales a Francia.
 La preponderancia borbónica era un peligro. Sólo siete meses después nacía la Gran Alianza (Provincias Unidas, Inglaterra, Imperio austriaco y la mayoría de estados alemanes).
 En mayo de 1702 declaraban la guerra a Francia y España para colocar al Archiduque Carlos de Austria (Carlos III) en el trono hispánico.
En el panorama doméstico, la llegada de la Casa de los Borbones generaría un terremoto jurídicopolítico.
 La de los Austrias, en España, era una monarquía compuesta, con las coronas de Castilla y Aragón, cada una con un ordenamiento jurídico propio. En la de Aragón, de la que formaba parte Cataluña y que historiadores como Borja de Riquer calificaba hace pocos días de lo más parecido a un actual “estado confederado”, el margen de maniobra del rey era más limitado, más sujeto por unas Constituciones que el propio Felipe V juró en 1701-1702 tras celebrar en Barcelona unas cortes.
Esa limitación del poder del monarca era el precio momentáneo a pagar por el apoyo catalán a su causa, pero sin duda chocaba con el régimen absolutista borbónico, portador, según una corriente de historiadores, de lo que sería un modelo centralista de estado moderno que no hacía más que derogar y sustituir antiguos fueros medievales
. Para otros estudiosos, el modelo de la corona catalano-aragonesa conllevaba el germen de una estructura de estado más moderna y, sobre todo, más permeable a la pujante y nueva burguesía mercantil.
El incendio prendió en 1705. En Cataluña, a un sentimiento popular antifrancés muy potente (fruto de sus invasiones bélicas asiduas desde 1689) se unía la política despótica de Felipe V a través de su virrey Velasco, que transgredía de forma constante las Constituciones (con medidas de fiscalidad y movilizaciones militares) y la voluntad de defensa del marco jurídico propio, que ofrecía mayor participación a los grupos sociales pudientes.
 A todo ello no era ajeno la concienciación de esa nobleza catalana aburguesada por lo mercantil de que los acuerdos políticos y diplomáticos entre España y Francia les perjudicaría económicamente (quedaba prohibido, claro, comerciar con Inglaterra y Holanda, los grandes clientes del aguardiente y el textil catalán). El resultado fue que buena parte de la sociedad catalana abrazara la causa austriacista.
El conflicto tenía más de pequeña guerra civil entre catalanes que de rechazo borbónico, según sostiene Kamen
Historiadores como Henry Kamen creen que más que un rechazo expreso al régimen borbónico, el conflicto tenía más de pequeña guerra civil entre catalanes.
 En cualquier caso, la confluencia de los intereses catalanes con los de Inglaterra, Holanda y Génova dio, el 20 de junio de 1705, su fruto en el llamado Pacto de Génova, por el que, en principio, Inglaterra se comprometía al desembarco de 8.000 hombres, 2.000 caballos y 12.000 fusiles, amén de respetar las Constituciones autóctonas.
 Los catalanes, por su parte, reconocían al archiduque Carlos como rey y movilizaban a 6.000 hombres.
 El levantamiento triunfó y el virrey Velasco capitulaba el 5 de octubre.
Desde ahí, una guerra con altibajos (que llevó incluso momentáneamente a una decepcionante, por fría y mal llevada, entrada de Carlos III en Madrid y a que Luis XIV se pensara muy mucho en abandonar la causa de su nieto) hasta que tal y como estaban las piezas del tablero, Inglaterra decidió dejar de jugar
. La caída, en octubre de 1710, de su gobierno liberal (más vinculada a los intereses financieros del conflicto) llevó a los conservadores (más contribuyentes a la causa por latifundistas y rentistas) a pactar con una exhausta Francia la paz a cambio de pingües beneficios comerciales y territoriales (que indirectamente conllevarían para España la pérdida de Gibraltar y, a la larga, su influencia en América).
Por otro lado, la muerte de su hermano José I llevó a Carlos III al trono de Austria y a olvidarse de Cataluña
. Ese azaroso episodio luctuoso daba además alas a una tesis inglesa antitética a la de hasta entonces: ahora había que evitar un gran bloque austriaco en Europa, ergo había que pactar (secretamente) con Francia
. A los cinco días exactos de la muerte de José I, ya se habían puesto de acuerdo, si bien tardaron seis meses en decírselo a sus aliados holandeses, por ejemplo.
Todo quedaría plasmado, básicamente, en el Tratado de Utrech de abril de 1713. Y el ya llamado entonces “caso de los catalanes”, matado en su artículo 13, donde Felipe V se comprometía a dar a Cataluña el mismo trato que a Castilla: o sea, dejarla sin sus propias constituciones y derechos.
El resto es popularmente sabido: Barcelona, Cardona y Mallorca fueron los últimos reductos austracistas.
 El 25 de julio de 1713, empezó el sitio de Barcelona.
 La voluntad popular de resistir hizo que buena parte de la nobleza, familias pudientes y el clero se pasaran a zona borbónica (a ciudades como Mataró y Martorell), lo que radicalizó aún más la resistencia popular, cuyo sentimiento se hizo más anticastellano (por su apoyo a Felipe V); y también quizá más republicano y secesionista, aspecto éste que afloró más hacia el final del conflicto por la sensación de abandono de los aliados.
Saldo de la batalla: 7.000 muertos entre los barceloneses y 10.000 entre los asaltantes
Todo adquirió un cariz heroico: tras casi 14 meses de asedio y algún episodio tragicómico --como el nombramiento de la Virgen de la Mercè como generala de la ciudad tras la dimisión momentánea del cargo de Antoni de Villarroel--, el famoso 11 de septiembre de 1714 se acabó luchando por las calles cuerpo a cuerpo y llegando los defensores a reconquistar por ejemplo el baluarte de San Pedro en 11 ocasiones.
 El saldo: 7.000 muertos entre los barceloneses y 10.000 entre los asaltantes, más de 40.000 bombas caídas y un tercio de los edificios de la ciudad, destruidos.
La iconografía romántica, a partir de 1860, dejó lienzos como el del conseller en cap Rafael Casanova, herido portando la bandera de Santa Eulalia, patrona de la ciudad. Y la fecha como referente y símbolo nacionalista. De ello hace 300 años
. Desde hoy y hasta el 14 de septiembre de 2014, Barcelona y toda Cataluña está movilizada en la celebración del Tricentenario de 1714. A lo largo de todo un año se han programado congresos, jornadas, seminarios, simposios, conferencias, exposiciones, representaciones teatrales, homenajes, inauguraciones, espectáculos, publicaciones e incluso material didáctico para las escuelas que girarán en torno al 1714 y la evolución de Cataluña en los siguientes 300 años, informa José Ángel Montañés.
 Para la celebración se han implicado museos, centros culturales, distritos de la ciudad y entidades sociales de Barcelona y otras ciudades catalanas. En total se han previsto gastar 3,4 millones de euros, la mayoría el ayuntamiento de la ciudad (2,5).
Serán actos académicos como el congreso sobre los Tratados de Utrecht, que pusieron fin a la Guerra de Sucesión o el encuentro de novela histórica y eminentemente populares como la fiesta que se celebrará en el parque de la Ciudadela en la que se recreará el momento en el que se destruyó la fortaleza militar de Felipe V que vigiló la ciudad durante siglos, o las rutas por los escenarios de la guerra por toda Cataluña.
Las actividades programadas también se celebrarán fuera del territorio catalán, como las "semanas catalanas" en ciudades como Viena, Londres, Nova York, Washington, Berlín y Bruselas.

 

Un día en la vida de Alemania

El novelista Fernando Aramburu hace un retrato de la vida cotidiana de los alemanes.

Una granja en la isla alemana de Pellworm, en el norte del país. / FRANK ZELLER (AFP)

Amanece un día laborable en una ciudad de Alemania. Al modo de quien cumple un rito, el ciudadano se encamina a la panadería del barrio
. La fila de los que aguardan turno ante el mostrador llega hasta la calle
. El ciudadano ha balbuceado un saludo al que nadie ha respondido. Los más cercanos le corresponden con una leve sacudida de la cara.
 Después del ciudadano llegan otros y ocurre lo mismo. La gente tiene sueño; no son estas, al parecer, horas de conversación.
Tras el mostrador acristalado y en las baldas de la pared, hay panes de muy diversas formas, ingredientes y sabores. Trasciende hasta la calle un olor tibio y pacífico.
La panadería está provista de un horno eléctrico a la vista de los clientes.
 El ciudadano compra un panecillo con semillas de amapola, otro con semillas de sésamo, dos con pipas de calabaza y dos normales.
 ¿Para qué tantos? Es que si compra cinco la empleada le pone una marca con el sello en una tarjetita. Con diez marcas le regalan cinco panecillos.
Fuera, un perro atado a una argolla espera a que su dueño salga de la panadería.
 Se siente abandonado y gime.
 No pocas personas que llegan o se van le dirigen palabras de consuelo. Estas sí son, pues, horas de conversación, pero sólo con perros.
 El viejo dicho afirma que el perro es el mejor amigo del hombre.
 Puede ser. En cambio, no hay duda de que los alemanes son los mejores amigos de los perros
. El ciudadano aconsejó hace poco a un extranjero que se comprara uno para facilitar su integración en la sociedad alemana.
Por fin sale el dueño del animal. Docena y media de pupilas le ruegan: haga algo, ¿no ve que está sufriendo? El dueño se aleja con el perro, que ahora mueve el rabo alegremente
. El perro se detiene en un espacio de hierba, junto a la acera, para hacer sus necesidades. El dueño recoge los excrementos con una pequeña bolsa de plástico y los arroja, un poco más allá, a una papelera. Sólo entonces suspenden su vigilancia los que hacen cola a la entrada de la panadería.
Tras el desayuno, el ciudadano acude a una cita con el dentista.
 El que se ocupaba antes de sus dientes no le complacía y hoy visita por primera vez a uno que le han recomendado. La ley le permite elegir
. Eso sí, desde que pidió hora hasta hoy han transcurrido siete semanas.
De pronto oye a su espalda un timbrazo.
 Mira al suelo y comprueba que, en efecto, uno de sus pies pisa el carril de bicicletas. En la calzada acaba de detenerse el camión de la basura
. Hoy toca retirar desperdicios reciclables, metidos en sacos amarillos, y el papel viejo de los toneles con tapa azul.
Mañana vaciarán el negro de la basura común y la semana que viene, el marrón con los desechos de jardín.
Calle adelante, se encuentra con un vecino, el cual está ojeando libros ante una estantería plantada en medio de la calle
. El mueble consta de varias baldas protegidas por portezuelas de vidrio.
 El que quiera puede llevarse ejemplares a su casa y devolverlos o no después de leídos
. Es la gente quien deposita los libros. Se trata de una especie de trueque. Me llevo un libro, dejo otro. Predominan las novelas.
No hay posibilidad de hurto, puesto que nadie está obligado a la devolución.
 Lo habitual es que los anaqueles estén llenos.
El vecino se muestra quejoso. Cuenta que lo han sancionado con una fuerte multa por talar un roble de su jardín. Alguien ha tenido que irle con el cuento a la policía.
El ciudadano le pregunta cómo es posible que lo multen por cortar un árbol de su propiedad.
 Es que el perímetro del tronco superaba los sesenta centímetros
. Ah, bueno. Recela que lo ha denunciado el vecino de enfrente, a quien él amonestó días atrás por usar el cortacésped pasadas las ocho de la tarde.
El ciudadano toma el tranvía
. Un billete sencillo cuesta 2,20 €. Le sale más barato comprar un abono para todo el mes. Al rato, una chica sentada a su lado se levanta con ostensible precipitación. Resulta que un hombre fornido, que parecía un pasajero de tantos, es el revisor. La chica trata de alejarse en la esperanza de alcanzar la siguiente parada sin que le hayan reclamado el billete que no tiene. Pero los revisores controlan en pareja
. Uno ha entrado por una puerta, el otro por la otra, así que no hay escapatoria para la chica. La conminan a bajar. En el andén le tomarán los datos. Tendrá que pagar una multa de 40 €. Si ha reincidido, más.
Al llegar al consultorio del dentista, el ciudadano presenta su carné del seguro de enfermedad.
 Meses atrás habría debido pagar 10 € de tasa de visita, pero el actual gobierno ha suprimido la norma porque a los seguros les va de perlas.
 Tampoco le cobran como antes por quitarle el sarro.
 El dentista intenta persuadirlo a que se haga dos implantes. El ciudadano dice que se lo pensará. Los dos que le pusieron en el otro consultorio no le salieron baratos.
De nuevo en la calle, llama su atención un grupo numeroso de niños en el patio de un colegio de enseñanza primaria.
 Un policía uniformado imparte una clase de educación vial.
 Los alumnos deben sortear obstáculos montados en su bicicleta. El policía da instrucciones y anota los puntos conseguidos por cada niño.
Entre estos hay uno en silla de ruedas. Claro que no puede participar en los ejercicios; pero tampoco permanece aislado del grupo.
 El policía lo ha puesto al cargo de la paleta de señalización.
Va para un año que el ciudadano se jubiló
. A fin de agregar unos euros a los ingresos de la pensión y porque no le agrada la idea de estar todo el día mano sobre mano, trabaja unas pocas horas de conserje por la tarde
. Cobra cerca de 400 € mensuales. El trabajillo lo consiguió a través de una agencia de "minijobs".
A las cinco ya ha terminado
. Para compensar el tiempo que ha permanecido sentado acostumbra dar un paseo alrededor del lago, que está a diez minutos de su parada del tranvía, dentro del casco urbano. Por el camino, lo aborda el encargado de un puesto de propaganda electoral. El puesto consiste en una mesa adornada con globos y carteles que muestran la cara sonriente de algunos candidatos
. Le pregunta si ya tiene decidido a quién votará. Le dice que sí sin entrar en mayores explicaciones. El hombre le entrega varios prospectos en los que puede leerse un resumen del programa electoral y le regala un bolígrafo con los colores y el logotipo de su partido.
El ciudadano, al doblar la esquina, deposita la propaganda política en una papelera con el gesto de quien introduce su voto en la urna.
El bolígrafo, en cambio, se lo queda.
A las seis y media acude, como todos los jueves, al gimnasio.
 Asesorado por el monitor, hace su tabla de ejercicios adaptada a su edad y complexión física.
Coincide con otros jubilados y eso le da confianza y amortigua su sentido del ridículo. Incluso ha trabado amistad con uno de los visitantes.
Acabada la sesión de gimnasia, gustan de compartir un vaso de cerveza en el bistró de la esquina. Al salir comprueban que ha empezado a llover.
 El ciudadano dispone tan sólo de su gorra para protegerse de las gotas frías
. Podría esperar a que escampara, ya que se ven algunos claros azules sobre los tejados del fondo; pero él cena siempre a los ocho en punto, viendo las noticias de televisión, y entonces decide marcharse a casa aunque llegará calado.
Tras las noticias, el ciudadano duda entre mirar un documental sobre la Segunda Guerra Mundial, una tertulia sobre las próximas elecciones o un concurso de preguntas relativas al cuerpo humano.
 A las once, desconecta el televisor, saca a la calle el tonel negro de la basura y se acuesta.
 Abre entonces el cuaderno donde acostumbra anotar sus impresiones de la jornada y escribe: “Hoy ha sido un día satisfactorio, sin acontecimientos memorables, pero también sin accidentes ni problemas.
 Un día normal, tan tranquilo como este país en el que por suerte ha transcurrido mi vida.
Constato complacido que por vez primera en la Historia vivimos en paz con todos nuestros vecinos, con los del Norte y los del Sur, con los del Este y los del Oeste, y aunque nos quejamos (yo el primero) porque nos gusta mucho quejarnos y porque el paraíso en la Tierra no existe, hay que reconocer, en honor a la verdad, que nos va bien.
 Precisamente porque nos va bien pecamos un poco de pusilánimes
. Sí, nos da miedo pensar que de repente, por una razón o por otra, todo pudiera venirse otra vez abajo”.
 El ciudadano cierra el cuaderno y apaga la luz.

 

10 sept 2013

El PP formateó un ordenador de Bárcenas seis días después de ir a prisión

El Partido Popular formateó uno de los dos ordenadores de su extesorero Luis Bárcenas -un Mac- el pasado 3 de julio, seis días después de que el antiguo ejecutivo de Génova 13 ingresara en prisión.
 Esta es una de las conclusiones más relevantes de los peritos de la sección de Informática Forense de la policía, que han avanzado esta mañana al juez Ruz los resultados preliminares del informe solicitado por el magistrado sobre el contenido de las computadoras.
El pasado 20 de agosto, cuando entregó los dos ordenadores portátiles que usaba Bárcenas y que estaban custodiados en Génova 13, el PP informó al juez de que uno de los discos duros había sido formateado y el otro, directamente destruido.
 Ayer, el abogado del PP Adolfo Prego manifestó que el dispositivo de almacenamiento destruido era un disco virgen, ya que Bárcenas había sustituido el anterior en 2012.
Los peritos han ratificado esta mañana que el pen-drive que entregó el tesorero del PP Luis Bárcenas al juez el pasado 15 de julio, y en el que se contienen archivos informáticos con la contabilidad secreta del PP entre 1993 y 1996, no ha sido manipulado.
 Los expertos policiales confirmaron su informe del pasado 12 de agosto, en el que señalan que los trece archivos de interés para la causa fueron creados en los años 90, introducidos en el dispositivo de almacenamiento en octubre de 2011 y abiertos por última vez el 15 de julio, el mismo día de la última declaración de Bárcenas. Según los expertos, el formato de los archivos corresponde con la versión del programa de hoja de cálculo Excel vigente en la fecha en que fueron modificados los ficheros por última vez. Además, el sistema operativo coincide también con el existente en la época.