Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

23 jul 2013

La homosexualidad masculina en el cine

La homosexualidad masculina en el cine: tocados por las manos de Apolo por José Luis Sánchez del Toro (España)

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Si de algo estoy seguro es de no poner en tela de juicio los sentimientos de los seres humanos, sea cual sea su inclinación sexual.......
También sé que nadie le puso color al amor, ni música a los sentidos.....
Sé que tarde o temprano mi vida cambiará, tal vez mis hijos no estarán conmigo....
Sé que el buen cine siempre será una labor artesanal......
Como también sé que nunca se rodará otro film como " GONE WITH THE WIND".....
Sé que nunca habrá otra Marilyn ..
Ni Brando volverá a contarme sus vivencias bajo el cielo de Paris....
Como también adivino que no volverá a surgir una actriz como Vivien Leigh....
Y sé también, que siempre me conmoverá la voz de Larry Olivier sobre aquel Teatro del WestEnd, en Londres, cuando le ví
Pero lo que nunca sabré es si seguiré siendo Peter Pan, el eterno niño que con su imaginación vuela y hace que desaparezcan junto a él, entre nubes, los seres que ama, ayudándoles a disfrutar de la vida en un país como "nunca jamás" ....
Pero antes de que eso llegue, dejadme deciros que, sé positivamente que siempre seré el hombre que va escalando cumbres, siempre vivas mis ansias de conquista, y latiendo en mi un corazón que lo mueve el viento hacia el Este y otras veces hacia el Oeste.....
.Por esto, tal vez no soy quien para enjuiciar las clases de sentimientos y amistades que nacen y mueren entre la raza humana, y como de lo único que sé escribir es sobre cine, me propongo analizar coherentemente el comportamiento y las vidas de estos seres tejidos con hilo de oro y humo de sueños, como igualmente algunas de sus películas, esos lienzos del Séptimo Arte, que conmovieron mis cimientos, y que rozan temas delicados en su planteamiento, siendo de total actualidad para todos los hombres y mujeres que todavía siguen escalando cumbres a lo largo de este planeta.
La influencia del cine en la vida es enorme, su grandeza y capacidad no tiene limites y en ocasiones se torna casi vital, de él hemos aprendido que el mundo posee enormes posibilidades, recursos que muchas veces nos ha servido para afrontar nubarrones negros y la vuelta a un cielo lleno de color, motivos por los cuales nos hizo y nos siguen haciendo soñar.
 Dentro de él hemos comprendido una técnica, que con ayuda de la fantasía y la imaginación nos ha hecho conocer a grandes profesionales, alzando la mano a los seres que llenaban la pantalla, fortaleciendo la mente, los sentidos y el gozo, en una baile orgásmico que no parecía tener fin, cuando en esa primera edad era incipiente y en algunos casos muy concretos hemos vivido y sentido el olor y sudor de la mano que nos adentraba en los confines de sus mundos, haciéndolos nuestros.
 El séptimo arte no es una simple palabra con mas o menos repercusión, es el arte mas completo que existe, con pinceladas de Cezanne, y adagios inolvidables.
Por mis ojos han pasado la inmensa mayoría de films que la vieja censura nos impedía disfrutar con nitidez de águila y que al ser decapitada por la democracia, se nos ha devuelto en toda su integridad. De entre sus títulos podría destacar centenares, muchos de los cuales carecían de sentido ser censurados, o tal vez eran victima de alguna mente enfermiza en su comprensión y planteamiento. Yo, como muchos españoles tuve que sufrir esa injusticia en mis carnes, apretar los puños, cerrar los ojos y soportarla.
 El cine siempre ha sido mi vida, mi sentido, mi forma de ver el mundo, amar y ¿ por qué nó?, hasta para practicar sexo. Todavía siento en mi frente el sudor frío en la penumbra de aquellas salas de programa doble de finales de los sesenta, temblando de miedo de poder ser descubierto en aquella oscuridad cuando iba desesperado en busca del orgasmo perdido....
. Ellos eran portadores de ilusiones y yo me jactaba de aquel poder de seducción, imaginando y jugando con sus cuerpos en un vaivén de gozo indescriptible. 
Los actores nunca dejarán de respirar, sonreír, hablar o embrujar, nunca sus historias serán pasto del polvo, ni sus secuencias archivadas en el cruel olvido, porque pasean siempre en total libertad por nuestra mente, nos hacen recordar y vivir sus frases, sus acciones y esa magia quedó para siempre plasmada en miles de películas que llevamos vivas en nuestra mente.
 Solo nosotros tenemos la llave a mano, y la cerradura de nuestro desván, dispuesta a ser penetrada por ella, para volar entre brumas, y magia, tras el recuerdo siempre vivo de unas pantallas que siempre atesorarán un encanto nunca perdido.
En aquellos años la censura hacia de las suyas y uno de los temas que mas machacaba en principio, era la supuesta, insinuante o clara homosexualidad que manaba de sus textos, haciéndonos comprenderlo desde otro prisma mucho mas honesto, incoherente y conservador, como eran los tiempos que corrían
. Nunca he comprendido la fobia mundial que generaba ser homosexual, o gay como se denomina ahora, nunca lo he comprendido, porque para mi es una condición mas del ser humano, una vertiente del sentimiento, una forma de recibir amor o darlo, sin detenerme si es correcto o nó, simplemente esta ahí y forma parte de la rueda que hace girar el carro de los sentimientos. 
El cine nos ha abierto amplios ventanales donde se contaban historias de hombres y mujeres que amaron a seres de su mismo sexo, que sufrieron injusticias y persecución por una hipócrita sociedad que en si misma escondía deseos con la misma tendencia, desarrollando cientos de historias en las pantallas de todos los cines del mundo, pero advirtiéndonos de antemano que aquel film poseía alto peligro.
 Yo todo esto lo he vivido en mis carnes, y creo que aún me estremezco de ira, asco e impotencia, afortunadamente ya es historia, aunque no por ser agua pasada, dejo de sentir la misma sensación cuando lo recuerdo.
Lo que el cine siempre hizo, es pasar una sutil pincelada por el tema, hacer un rasguño apenas perceptible, y entregarnos un lienzo salpicado con motivos homosexuales de color desvaído.
 Lógicamente la sociedad mundial de entonces, no se parece en nada a la actual, y la censura se ceñía su corona a veces de forma mas que autoritaria. 
En ese sentido han quedado obras que por si mismas son fieles a este comentario, tales como Rebeca, Becket, Ben-Hur, La gata negra y La Gata sobre el tejado de zinc
. Creo que estos cinco casos son de por sí una muestra de lo que el cine era capaz de transformar, después de un profundo lavado a textos e imágenes.
 Afortunadamente hoy, en pleno siglo XXI, con solo mencionar Brokeback Mountain, tenemos la gran diferencia que existe entre un trono tristemente coronado, y una republica abierta en muchos sentidos.

Momentos del Cine Italiano Momentos del Cine Italiano El conformista (Il conformista)

Momentos del Cine Italiano
Momentos del Cine Italiano
El conformista (Il conformista)

EQUIPO TÉCNICO Y ELENCODirección: Bernardo Bertolucci
Argumento: Alberto Moravia
Guión: Bernardo Bertolucci
Fotografía: Vittorio Storaro
Escenografía: Ferdinando Scarfiotti
Vestuario: Gitt Magrini
Música: George Delerue
Montaje: Franco Arcalli
(Italia, 1970)
Duración: 117'
Producción: Mars (Roma) Marianne (Parigi)

PERSONAJES Y ACTORES
Marcello Clerici: Jean-Louis  Trintignant
Giulia: Stefania Sandrelli
Anna Quadri: Dominique Sanda
Lino Seminara: Pierre Clémenti
Prof.Quadri: Lino Seminara
Manganiello: Gastone Moschin
Italo: Josè Quaglio
En 1938 en París Marcello Clerici está inmerso en sus recuerdos.
 Es un joven profesor de filosofía, cuya existencia ha sido marcada por un acontecimiento dramático: en efecto, cree que de pequeño mató a Lino Seminara, un chofer que intentó mantener relaciones homosexuales con él.
 A partir de entonces ha estado constantemente buscando algo que le rescate del remordimiento que le atormenta. 
Cuando el fascismo llega al poder, persiguiendo su propio deseo de normalidad, Clerici comulga con el régimen: esta elección le permite introducirse en una sociedad cuyos emblemas son el orden y la disciplina y en la que el mal y la violencia se han convertido en modelos de comportamiento muy extendidos
. También su vida privada revela una evidente vocación de conformismo: atormentado por una madre morfinómana y un padre violento, Clerici está comprometido con Giulia, una chica burguesa, fácil y ambiciosa.
 Sin embargo, él cree que al casarse ella también se convertirá en una señora ?normal?.
 La oportunidad de superar su sentido de culpabilidad se la ofrece la propuesta que le hace la Ovra, la policía secreta fascista: debe entregar a los sicarios del régimen al profesor Quadri, su antiguo profesor de la Universidad y actualmente exiliado político en Francia.
 Colaborando en este delito, Marcello cree que podrá redimirse del asesinato que cometió en su juventud: en efecto, esta vez la muerte se justifica por los principios en los que cree
. Con el pretexto del clásico viaje de novios a París, Marcello se reúne con Quadri y su mujer Anna, una francesa muy guapa y emancipada que entabla una amistad morbosa con Giulia, su mujer
. Marcello, que se enamora de Anna, intenta evitar que se vea envuelta en el delito que está a punto de cometerse, pero ya no puede aplazar su misión: durante un viaje encoche, asiste impasible al asesinato de Quadri y Anna
. Pasan los años y precisamente el 25 de julio de 1943, cuando en Roma se celebra la caída del fascismo, Marcello encuentra por casualidad al hombre al que creía haber matado de pequeño.
 A pesar de darse cuenta de las aberraciones a las que le ha llevado un remordimiento infundado, una  vez más su comportamiento se adecúa a los nuevos acontecimientos: acusa a Seminara del delito que él mismo ha cometido, denuncia a un amigo fascista y se une a los que festejan la caída del régimen.

Tentaciones San Miguel Fresca Bernardo Bertolucci, el último emperador..................Carlos Boyero

Un recorrido por el cine del gran cineasta italiano, que a sus 72 años estrena ‘Tú y yo’.

 

Bernardo Bertolucci, durante una sesión de fotos realizada en mayo de 2011. / Denis Rouvre (Corbis)

Cuesta imaginar que se ha hecho viejo este señor de 72 años llamado Bernardo Bertolucci que desde hace años se mueve a través de una electrificada silla de ruedas.
 Su imagen siempre fue joven, tenía una pinta espléndida, y quieres pensar que si revisas su obra esta tampoco habrá envejecido, que no podrá aplicársele esa definición tan pomposa como cansina de “un cine que representaba el espíritu y la cultura de una época determinada”
. Pienso en cosas tan peregrinas mientras me asomo a su última película con curiosidad inicial, magnetismo progresivo y algo relacionado con la emoción cuando llega el final.
 Se titula Tú y yo,la rodó en las lamentables condiciones físicas a las que le ha condenado su enfermedad pero con el talento intacto, desprende el aire de una despedida definitiva, retorna a temas y personajes que se repiten obsesivamente en su cine, su cámara se mueve con la habitual elegancia en el casi único escenario del sótano de una casa.
El argumento de ‘Tú y yo’ remite a mundos y sentimientos del cine de Bertolucci
Fue presentada en el festival de Cannes del año 2012. No en la trascendente Sección Oficial, sino en una paralela.
 Al parecer, el director más poderoso del cine europeo durante décadas ya no tiene relevancia para competir en primera fila.
 Y es probable que el estreno de su nueva y hermosa criatura no esté destinado a ser un acontecimiento.
 Ya nada lo es, a excepción de esos mamotretos sin alma protagonizados por los efectos especiales, planos que no deben de durar más de cinco segundos y diálogos descerebrados
. Cada vez existen menos distribuidoras y salas dispuestas a acoger un cine que no puede, ni sabe, ni quiere renunciar a la autoría, que no asegure la digestión rápida por parte del espectador, el atracón de palomitas y el inmediato olvido.
Tú y yo es la adaptación de una novela de Niccolò Ammaniti que no he leído, pero su argumento te remite a mundos, sentimientos y espacios que Bertolucci ha tratado una y otra vez en su cine.
 La protagoniza un chaval de catorce años con el cutis devastado por el acné y ojos intensamente azules, solitario y crispado, carne de psiquiatra, refugiado permanentemente en sus cascos de música (sus gustos melómanos tienen criterios ajenos a la moda, no están habitados por el sonido de su época, suenan insistentemente David Bowie y The Cure), las novelas de vampiros de Anne Rice, el ordenador portátil, los interrogantes entre surrealistas y edípicos a su asustada madre y la sensación de que únicamente deja de sentirse perdido y solo cuando no le rodea nadie.
Consecuentemente, fingirá que ha acudido con sus compañeros de clase a una semana de vacaciones en la nieve para ocultarse en el sótano de su casa y dedicarse a sus ensoñaciones en ese espacio lóbrego, acompañado por un ejército de hormigas y por fantasmas que le resultan gratos.
 Pero su paraíso será asaltado por la intemperie de una hermanastra yonqui que no dispone de otro lugar para guarecerse con su mono.
 La forzada relación entre esos dos hermanos que se desconocen en ese ambiente que a cualquier ser con aspiraciones de normalidad le resultaría claustrofóbico y siniestro está descrita por Bertolucci con aliento lírico, con comprensión generosa hacia los que han cruzado la raya más peligrosa por vivir en el límite y a los que deciden no moverse de su cueva espiritual porque intuyen que el infierno siempre son los otros.
 No sabemos qué ocurrirá en el futuro con esos niños perdidos y excéntricos que han encontrado calor mutuo durante una semana en las catacumbas, pero ser testigo de su experiencia íntima me ha resultado conmovedor.
 Aseguran que es una película pequeña en la filmografía de Bertolucci.
 Imagino que la etiqueta se mueve entre la condescendencia, la amabilidad y el desencanto.
 Hay películas supuestamente grandes y con aspiraciones de trascendencia que no soporto.
 Aunque lo que cuenta Tú y yo sea a ratos áspero y desasosegante, al finalizar tengo la convicción de que he visto una bonita película
. Y no voy a contarle a ningún profesional de la modernez, el experimentalismo o la vanguardia en qué consiste eso tan antiguo, cursi y devaluado de una película bonita.
Marlon Brando y Maria Schneider en una escena de la polémica El último tango en París (1972). / Courtesy Everett Collection
En mi experiencia con el cine de Bertolucci ha ocurrido de todo
. Que empezara su carrera trabajando como ayudante de dirección al lado de una personalidad tan fuerte como la de Pasolini (por mi parte, prefiero de lejos al escritor y al poeta que al cineasta) o que estuviera convencido como uno de los personajes de su película Prima della rivoluzione de que no se puede vivir sin Rossellini, no le impidió al muy joven Bertolucci tener voz propia como director desde sus comienzos
. Su cámara siempre poseyó un lenguaje identificable y poderoso, una visión de las personas y las cosas que aspiraba a la complejidad, una forma inquietante de contar sus historias.
 Mi recuerdo de Prima della rivoluzione, retrato de un joven confuso que decide finalmente apostar por lo fácil y claudicar de lo que había soñado, es agradecido
. Tanto como la irritación o el aburrimiento que me provocaron la experimental Partner y la estilizada aunque también fatigosa y confusa La estrategia de la araña, inspirada en un cuento tan breve como magistral de Borges titulado Tema del traidor y el héroe. No he vuelto a revisarlas
. Ninguna añoranza por ello.
La fascinación duradera hacia el cine de este hombre me llega con El conformista, la turbia y penetrante historia de un hombre que necesita traicionar a todos, envilecerse, asesinar por encargo del fascismo a su antiguo mentor para aceptarse a sí mismo.
 Es una película a la que el tiempo no le ha arrebatado su misterio, su perversa atmósfera, su erotismo, imágenes y secuencias deslumbrantes.
 Es lógico que Marlon Brando se sintiera hipnotizado al verla y aceptara protagonizar ese poético y salvaje ejercicio de psicoanálisis titulado Último tango en París.
  Aunque convenga ausentarse de ese poema desesperado y hermoso cada vez que aparece un mequetrefe insufrible llamado Jean-Pierre Léaud en medio de esa tragedia, lo que transmiten un Bertolucci en estado de gracia y un Brando desgarrado y genial que se atreve a mostrar en público cosas que solo pueden pertenecer a su alma es algo que se puede incrustar permanentemente en las entrañas.
Y no es bueno para el espíritu identificarse con ese feroz monólogo que acaba en inconsolable llanto de Brando ante el cadáver de su suicida mujer, o su iconoclasta y borracho baile intentando volver a seducir a la última tabla de salvación aunque la sepa perdida, o esa luz con atmósfera de crepúsculo, o el aullido simultáneamente romántico y trágico, siempre hermoso, del saxo de Gato Barbieri.
Desde sus inicios junto a Pasolini, el director contó con voz y mundo propios
Como me gusta recordar actrices y actoresde aquellos directores, Pasolini en pugna con su ideologia y su vida, Stefania Sandreli, Trigtiñan ese actor joven que se los disputaban todos los directores de aquella generación. Y se mezclaban Alberto Moravia, Mahler, Visconti, Marlon Brando, Grande Bertolucci, 
Después de ese volcán íntimo, Bertolucci intentaría retratar la voz de muchos, contar la historia de Italia desde el apogeo del fascismo hasta su derrota y combinar el lirismo con la épica en Novecento.
 La primera parte es admirable (el suicidio del impotente señor feudal, el abuelo recordándole al niño Olmo Dalco su incomprable condición de campesino) y la segunda abusa de banderas, panfleto con pretensiones de arte y una pareja de fascistas sádicos que pertenece involuntariamente a la caricatura. Este gran espectáculo europeo, protagonizado por estrellas emergentes del cine norteamericano como Robert De Niro y Donald Sutherland o leyendas perdurables como Burt Lancaster y Sterling Hayden, convenció a Hollywood de que este poeta europeo podía manejar presupuestos de lujo y seguir haciendo un cine personal.
 Los nueve Oscar a El último emperador lo confirmaron.
 Es preciosa la forma de contar esa historia tan triste, la de un emperador en extinción, a ese hombre progresivamente sin atributos, que fue condenado a la soledad más acomodada pero también feroz desde que era un niño.
Un fotograma de la película 'El último emperador', con la que Bertolucci ganó 9 Oscar. / EL PAÍS
Y ya sé que en medio de esta carrera frecuentemente esplendorosa han existido frecuentes baches.
Ni los cito, porque me ponen enfermo. Me fascinó, pero tengo dudas de que la hipnosis sea perdurable, la historia de aquel crío heroinómano y enamorado de su madre, solucionada operísticamente, en La luna.
 Y el clímax de la descomposición de un sofisticado matrimonio occidental cercado por el desierto y la intemperie sentimental, en la adaptación que realizó de la novela de Paul Bowles El cielo protector. Recuperé al Bertolucci que amo en Soñadores, otra historia claustrofóbica de gente muy joven en medio del mayo de 68 en París, dispuesta a hacer intimista teatro entre cuatro paredes, chavales muy perdidos, mentirosos, sofisticados, sinceros, arrogantes, acojonados
. Y me recorre algo parecido a la emoción en la despedida de los hermanos en Tú y yo.
 Él le suplica que deje la droga, ella le pide que se atreva a vivir, a relacionarse con los otros, a la ilusión y el riesgo, aunque ello implique las caídas más duras y la voluntad de levantarse.
 A pesar de las equivocaciones y los desastres, Bertolucci siempre ha contado lo que necesitaba contar.
 Yo le debo incontables sensaciones a ese artista con el cerebro y la sensibilidad intactas, pero confinado a una silla de ruedas.

Crónica de una Princesa que no quiere serlo y se limita a bailar

Letizia, la princesa fibera.

El FIB confirma que acudió al concierto de The Killers y que se mezcló con la multitud.

Puede Divorciarse no sería la primera vez, se le nota en su mirada que no quiere estar casada.

La princesa Letizia. / CORDON

Todo empezó como un rumor: la princesa Letizia Ortiz estaba en el FIB
. Al parecer alguien dijo haberla visto poco antes de que The Killers cerrara la vigesimonovena edición con un gran show musical que presenciaron unos 35.000 fibers (o fiberos como aconseja la Fundación del Español Urgente, Fundeu). No sería la primera vez.
 La publicación Vanity Fair reveló el pasado año que Letizia celebró su 40 cumpleaños viendo a la banda de Las Vegas en Madrid y mezclándose entre el público.
 El caso es que la prensa acreditada, aunque algo incrédula en un primer momento, empezó a buscarla en el apartado VIP y en un recinto hasta los topes. La única pista: unos pantalones cortos azules y el acompañamiento de dos amigas. Nadie la vio.
 Pero al término del concierto los rumores se convirtieron en indicios cuando miembros de la organización habrían confirmado su presencia.
Desde Marawold, la empresa organizadora del festival, han asegurado este lunes que la princesa Letizia estuvo en el FIB y que no se quedó en ningún apartado, sino que se mezcló entre los miles de fibers que ayer llenaron el recinto.
 Su asistencia se les comunicó por la tarde, poco antes del concierto con el que el FIB cerraba su edición más difícil. Desde la Casa Real no confirman su presencia porque, dicen, no informan de las actividades privadas. Sí manifestaron que durante el fin de semana no tenía ningún acto oficial.
El rumor se convirtió en la anécdota de una jornada multitudinaria.
 Al menos entre la prensa, la organización y los presentes en la zona VIP. Mientras, los de Las Vegas lograban el segundo lleno (el máximo posible de unos 35.000 asistentes al festival cifrados por la organización) tras el concierto de los Arctic Monkeys del sábado.
 A pocos minutos de la una de la madrugada, la banda liderada por Brandon Flowers subió al escenario y desató una locura fibera con su Mr Brighside. "
¿Estáis preparados para lo auténtico?", gritó el líder.
 Preparados estaban.
El concierto, todo un show musical sin descanso, comenzó ganándose a los fibers que, poco a poco, fueron menguando en efusividad hasta que más de media hora después sonó el popular tema Human y les volvió a resucitar para otra media hora larga más.
The Killers era una apuesta segura para cerrar el FIB 2013, pero era muy difícil superar los casi 50.000 asistentes de cuando también fueron los encargados de cerrar el festival en su edición record de 2009.
 "Hola Benicàssim, somos The Killers y esta noche somos para vosotros"
, exclamó entonces Flowers y también ayer, ante un recinto algo menos poblado, pero aun así rebosante.
 El concierto culminó con una explosión de fuegos de artificio que bien pudieron servir para celebrar que el festival, pese a todos los problemas económicos y de organización de última hora, salió adelante sin contratiempos, salvo la cancelación de la rapera Azealia Banks por problemas de garganta.
 Entre los destacados de la noche, un jovencísimo Jake Bugg (19 años) y su folk eléctrico, y Woodkid, una de las sorpresas de la noche.
Ahora, con la edición más polémica finalizada, Vince Power (director del evento) y los nuevos socios deberán trabajar para solucionar la situación económica de la empresa y empezar a organizar el FIB 2014. Power quiso zanjar toda duda este domingo y aseguró que el festival se celebrará el próximo año y los siguientes en Benicàssim.
De hecho, dijo que seguirá tres años más al frente.
 Se abre así pues el camino hacia el 20 aniversario del festival que, esperemos, sea menos agitado
Agggggg Que manía le tengo a
esa princesa que no sabe seerlo savo en su provecho..¿por qué no la vemos en un Banco de Alimentos???