Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 jul 2013

Una maestra en el arte de liberarnos de la imagen que nos impone la sociedad.

Rosario3

¿Quién es?: Rosario Castellanos

Una maestra en el arte de liberarnos de la imagen que nos impone la sociedad. 


A veces, tan ligera
como un pez en el agua,
me muevo entre las cosas
feliz y alucinada.
Feliz de ser quien soy,
sólo una gran mirada:
ojos de par en par
y manos despojadas.
(Misterios gozosos,Castellanos)
No existe mejor presentación para ella que sus propias obras, ella es Rosario Castellanos una mujer poeta, novelista, diplomática y promotora de la cultura mexicana. Toda su vida representa un continuo esfuerzo de liberación y su obra creativa es el testimonio de su afirmación feminista..
Mediante su poesía, novelas, cuentos, artículos periodísticos y dramas siempre buscó demostrar el valor de la mujer como ser auténtico en contraste con la imagen femenina que la sociedad impone.
Nació en la Ciudad de México en 1925, pero pasó gran parte de su infancia en el hermoso estado de Chiapas, un lugar selvático, donde la gran población es indígena, esto marcó la atmósfera y estilo de sus obras.
Fue hija de una importante familia de terratenientes, ahí experimentó el desamor de mamá y papá, ya que ambos hubieran preferido tener un varón, pues como su  padre era dueño de fincas cafetaleras y de caña de azúcar, necesitaba hombres para que se ocuparan de sus negocios.
Sin embargo ahí también  se dio cuenta de las injusticias que impedían el progreso de los pueblos indígenas.
Rosario era una mujer de baja estatura, alegre, jovial, que despertaba simpatías en cualquier persona que la conociera.
 La escritora Elena Poniatowska la define así: “Rosario, en la vida diaria, era una mujer que reía y hacía reír con enorme facilidad. Estar con ella era un verdadero gusto. Escucharla, la garantía de una hora de deleite”.


Castellanos  dedicó gran parte de sus obras a la defensa de los derechos de las mujeres, por esto es recordada como uno de los símbolos del feminismo latinoamericano, pero también fue una de las primeras intelectuales preocupadas por reivindicar los derechos de igualdad y justicia de los indígenas.
Dentro del feminismo una de sus más grandes obras es El Eterno Femenino, donde muestra que aunque ella lucha por romper las ataduras que mantienen a la mujer  ordinaria presa en su imagen, se da cuenta que no ha llegado el momento ni llegará hasta que la mujer que esté consciente de su propia identidad para poderla sustituir con estructuras más eficaces su realidad.

Cada tema lo trataba ligado con lo cotidiano y con el interés por el papel de la mujer en la sociedad y por la crítica del enfoque sexista, ejemplificado por su cuento Lección de cocina: cocinar, callarse y obedecer al marido.
"Si asumo la otra actitud, si soy el caso típico, la femineidad que solicita indulgencia para sus errores, la balanza se inclinará a favor de mi antagonista y yo participaré en la competencia con un handicap que, aparentemente, me destina a la derrota y que, en el fondo, me garantiza el triunfo por la sinuosa vía que recorrieron mis antepasadas, las humildes, las que no abrían los labios sino para asentir, y lograron la obediencia ajena hasta al más irracional de sus caprichos" (Lección de cocina, Castellanos)
Cuando Castellanos habló de las mujeres en su obra, ella remarca  que todas las mujeres tienen una cosa en común: la soledad. En su obra, hay un conflicto en que  percibe el papel de la mujer y el efecto de su entorno y lo que pone ella en una sociedad ordenado por los hombres.
Su obra también trata temas políticos, ya que concebía al mundo como "lugar de lucha en el que uno está comprometido", como lo expresó en su poemario Lívida Luz. 
Consideraba la poesía como "un intento de llegar a la raíz de los objetos" mediante la metáfora.
El indigenismo es otro de los temas que ocuparon la pluma de Rosario Castellanos.
 Lo trata en las novelas Balún Canán y Oficio de tinieblas y en los relatos de Ciudad real. En estos textos denuncia la discriminación y las humillaciones de las que son víctimas los indígenas
. Desde ahí, ella luchó por un trato igualitario para indígenas y blancos.

Acerca del desamor, otro de sus temas, dice en un poema.
Tal vez cuando nací alguien puso en mi cuna
una rama de mirto y se secó.
Tal vez eso fue todo lo que tuve
en la vida de amor.
Su vida personal fue intensa, tuvo un matrimonio desastroso y continuas depresiones ella misma lo definía así: “permanecí soltera hasta los 33 años. Contraje un matrimonio que era estrictamente monoándrico por mi parte, y totalmente poligámico por la parte contraria”.
Sus últimos años los dedicó al servicio exterior. Fue nombrada embajadora de México en Israel en 1971, desempeñándose como catedrática en la Universidad Hebrea de Jerusalén, además de su labor de diplomática.
Falleció en Tel Aviv el 7 de agosto de 1974, a consecuencia de una descarga eléctrica provocada por una lámpara cuando acudía a contestar el teléfono al salir de bañarse, sus restos fueron trasladados a la Rotonda de las Personas Ilustres el 9 de agosto de 1974.



¿Quién es? Elena Poniatowska Amor La vida de una escritora mexicana que rechazo ser princesa para convertirse en periodista.

Algunas de sus obras que no te puedes perder:
Tinísima, 1992.
Gaby Brimmer, 1979.
La noche de Tlatelolco, 1971.
Sobre su inspiración
El reconocimiento internacional llegó con sus libros de testimonios Hasta no verte, Jesús mío y la noche de Tlatelolco acerca de la matanza de estudiantes ocurrida el 2 de octubre de 19698 en la Plaza de las Tres Culturas.
Elena considera que todo la puede inspirar y por eso para escribir el libro Hasta no verte Jesús mío la inspiración llegó en una azotea de la calle de Revillagigedo, en la Ciudad de México
. La escritora  se vio deslumbrada por una lavandera que hablaba fuerte y con sabiduría: Josefina Bórquez. Una larga entrevista con este personaje formidable se acabó convirtiendo en la novela con la que ganó el Premio Nacional de Literatura.

Jamás quiso ser princesa 
Ella nació con el título de princesa Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor, hija del príncipe Jean Joseph Evremond Sperry Poniatowski descendiente del res y Estanislao de Polonia, pero la segunda guerra mundial obligó a su familia a emigrar, así llegó a México a los 10 años, aprendió español enseñada por su nana y fue enviada a los Estados Unidos a estudiar.
En 1954 regresó a México y comenzó su trabajo como periodista en diversos periódicos, ella jamás quiso ser princesa. La escritora siempre ha sido determinante en sus decisiones prueba de esto es su perspectiva del periodismo "soy de la idea de que por haberme iniciado como periodista, voy a ser periodista hasta que me muera
. Y debo decir que para mí la decisión de dar el paso del periodismo a la literatura fue algo aterrador. ¡Cómo saltar encima de un precipicio y llegar al otro lado!".
El primer libro que publicó fue Lilus Kikus , una colección de cuentos y en 1963 la obra
Todo comenzó en domingo.





Elena se casó con el astrofísico mexicano Guillermo Haro, con quien tuvo dos hijos: Felipe y Paula.
Poniatowska ha escrito de todo, cuentos, novelas, teatro y poesía siempre poniendo su pluma al servicio de las causas justas. 
Las constantes en sus obras son la presencia de la mujer y su visión del mundo, la Ciudad de Méixco con su belleza y problemas, luchas sociales, la vida cotidiana, la literatura, la denuncia de injusticias y la crítica social.
La Enciclopedia de la Lengua Inglesa opina sobre ella "sus escritos, especialmente sus crónicas, son una fuente excelente de información cultural, política, sociológica, económica e histórica de México y su pueblo"
Elena es tan importante para el pueblo mexicano que a partir del 2007, el gobierno de la Ciudad de México, a través de la Secretaría de Cultura, instauró el Premio Iberoamericano de Novela "Elena Poniatowska".
Hoy en día cuando se le pregunta ¿cuáles son sus experiencias más atrevidas que se quedó con ganas de vivir?, ella con una sonrisa contesta:
"Quisiera haber sido más libre, haberme aventurado más a cosas a las que jamás me aventuré por mi formación tan católica, tan religiosa... les pido perdón a todos los amantes que no tuve"

5 jul 2013

Amapolas


Seguro que nade se pregunta quién inventó el Ratón del Ordenador

Fallece Doug Engelbart, el inventor del ratón.

Hace 45 años enseñó, también en la primera videoconferencia de la historia, su prototipo de comunicador externo con el ordenador.

Doug Engelbart, con su prototipo de ratón informático en 2004. / Mark Richards (Corbis)

“¿Que Internet es elitista? También lo sería la imprenta ¿no?”.
 Doug Engelbart recibía en 1999 a EL PAÍS en su Instituto de Investigación Boostrap (más tarde rebautizado con su nombre).
 Se le notaba molesto. “El médico no me deja correr porque tengo cáncer. Cincuenta años practicando y ahora no me deja, pero confío en volver otra vez”
. Tenía entonces 74 años, y se levantaba diariamente a las cinco de la madrugada para levantar pesas y, a continuación, enfrascarse en su pasión, lograr que máquinas y humanos se amaran.
“El distanciamiento entre unos y otros ha impedido un mayor desarrollo de la civilización”.
Doug Engelbart, fallecido el martes en su casa de Atherton (Silicon Valley, California) a la edad de 88 años, era mucho más que el inventor del ratón.
“Cuanto más sepa el hombre de la máquina con que trabaja, mayor será la productividad de la empresa, de la sociedad, del país y, por tanto, de la civilización”, evangelizaba entonces. En la universidad de Stanford, a sus 74 años, seguía dando cursos sobre La revolución inacabada, la de los ordenadores.
Pasó a la fama —que no le gustaba— por la invención del ratón, aunque tardó 30 años en ser admitido en el Salón de la Fama tecnológica.
“Pero por qué”, dijo sin ápice de rencor, “si solo he recorrido tres de las 26 millas de mi camino”. Su camino es largo y sin fin.
Esa humanización de las computadoras le llevó a desarrollar en 1967 el primer aparato externo para enviar órdenes a la computadora: el ratón, una simple carcasa de madera que cubría dos ruedas metálicas. Se trataba de un chisme que se podía desplazar con la mano y permitía trasladar el correspondiente movimiento a la pantalla.
 El concepto de Engelbart fue materializado por los ingenieros de Xerox con forma de pastilla de jabón. Todavía no se le llamó mouse,ratón.
Un año después, en 1968, hizo pública su invención, bajo el nombre oficial X-Y Position Indicator for a Display System (indicador de posición de X-Y para una pantalla), que iba a sustituir al lápiz-puntero y al joystick. La conferencia la realizó desde casa, con un módem casero, en la que empleó el elaborado sistema online de su laboratorio para ilustrar sus ideas ante la audiencia.
 Fue la primera demostración pública, también, de la videoconferencia.
La noción de operar en el interior de un ordenador con una herramienta situada en el exterior fue revolucionaria, aunque el aparato no estuvo a la venta hasta 1984, acompañando al Macintosh de Apple, que hizo del ratón una seña de identidad estándar en los ordenadores.
 Hasta entonces el ratón permanecía abandonado, sin uso comercial, en el centro de investigación Xerox Parc.
Engelbart, en diversas entrevistas, señala que no recuerda cuándo ni quién comenzó a llamar mouse a esa cajita de madera, aunque no es extraño pues huía de individualizar un logro.
El distanciamiento entre la máquina y el hombre ha impedido un mayor desarrollo de la civilización
Engelbart no se quedó ahí.
 Con una treintena de patentes, entre otros desarrollos clave, realizados junto a sus compañeros del Instituto de Investigación de Stanford y de su propio laboratorio, destaca el uso de múltiples ventanas o el hipertexto. También ayudó a desarrollar ARPANet, el predecesor de Internet gestionado por el Gobierno estadounidense.
Pero para bien o para mal, el ratón marcó su vida. Engelbart ha muerto cuando su histórico invento comienza a declinar y a desaparecer del entorno tecnológico.
 Casi medio siglo después de su aparición, ahora basta tocar la pantalla con un dedo o, incluso, mover los ojos para que la máquina obedezca al hombre.
Seguro que a Engelbart le alegraba que su ratón envejeciera peor que su mente.