Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 jul 2013

Una oferta inmejorable...............Carlos Boyero


Geoffrey Rush en un momento de 'La mejor oferta'.

Acudo con notable pereza a la indeseada cita con La mejor oferta, ya que nunca he conectado con el cine del director Giuseppe Tornatore
. Exagero. Como la mayoría de sus infinitos espectadores de cualquier parte solté una lágrima la primera vez que vi Cinema Paradiso
. Esa emoción se esfumó al revisarla. Había demasiados recursos fáciles, exceso de fórmula, más sensiblería que sentimiento
. A veces ocurre eso. Y al revés.
 Películas que siguen creciendo en cada nueva visión, que progresivamente te revelan cosas insospechadas y hermosas, con inmarchitable poder de fascinación.
Mis prejuicios se derrumban desde las primeras secuencias.
 Si no supiera anticipadamente el nombre de su creador, apostaría que la forma de contar esta historia durante tanto tiempo inquietante y finalmente desoladora pertenece al mejor Polanski, también podría firmarla el Brian de Palma más inspirado (a veces, no muchas, lo ha estado) y toda la parte final desprende el aroma febril de aquel maravilloso poema necrófilo titulado Vertigo.
 Pero esa mezcla de gran cine es autónoma y muy personal, la ha escrito y dirigido con inteligencia, complejidad, misterio, sentimiento y originalidad un Tornatore en permanente estado de gracia.
Las referencias que inevitablemente me asaltan no solo son cinematográficas.
 Su argumento inicial también me recuerda la mayor obsesión de Jonathan Hemlock, protagonista de las novelas La sanción del Eiger y La sanción de Loo.
 Consiste en acumular en el acorazado sótano de una reconstruida iglesia de Long Island las pinturas de los impresionistas. Para su exclusivo y solitario disfrute.
Se las compra a un ladrón de museos y colecciones privadas. Hemlock es un eminente crítico de arte y posee una mirada implacable y milagrosa para detectar falsificaciones.
 Para alimentar su carísimo vicio asesina personas por encargo de la CIA.
No cultiva amistades pero practica abundante sexo sin la menor implicación sentimental
. El solo ama y necesita sus cuadros.
Virgil Oldman, inolvidable protagonista de La mejor oferta comparte con Hemlock la pasión de juntar pinturas para disfrutarlas en absoluta soledad.
Son retratos de mujeres concebidos a lo largo de siglos.
 Pero este hombre que las ama y venera profundamente desde los lienzos y sus ensoñaciones, no sabe nada de ellas en la vida real
. Establece una drástica distancia emocional no solo con las mujeres sino con el resto del género humano. También física. Incluso posee cientos de guantes para que nadie toque sus manos.
 Y es el mejor en su profesión. Tasa, subasta y reconstruye antigüedades y obras de arte.
 También posee un ojo privilegiado para distinguir lo auténtico de lo falso, pero solo en los cuadros, no en las relaciones humanas.
 Es un sibarita en su ropa, su comida, su bebida, el instinto para rodearse de cosas bellas, pero un tullido sentimental, alguien temeroso, íntimamente perdido, vulnerable hasta la tragedia cuando abandona su coraza y se entrega, que solo se siente seguro en el universo que se ha creado y encuentra la plenitud ante esos rostros femeninos que mira y por los que se siente mirado desde los cuadros.
Durante mucho tiempo esta película te inquieta, su tono enigmático te envuelve, te siente es tan perplejo e hipnotizado como el personaje hacia una mujer que pretende hacer negocio con el patrimonio artístico que le han legado sus padres pero que debido a su agorafobia permanece oculta en una habitación de su villa, sin dejarse ver por nadie
. La fascinación del tasador también es la nuestra.
La cámara de Tornatore utiliza un lenguaje soberbio para transmitir los sentimientos, las dudas, el volcán en el que va a entrar esa persona rígida que se atreve por primera vez a abandonar su invulnerable torreón y cruzar el límite. Y en el poético desenlace sobre la falsificación de los sentimientos compartimos su inconsolable desolación.
Es una película que te mete dentro de ella sin hacer trampas, con talento de primera clase y sensibilidad dolorida
. La interpretación de Geoffrey Rush (por favor, escuchen su voz, doblarle es un crimen) es impresionante. Como la banda sonora que ha compuesto el anciano Morricone
. Estamos ante la mejor oferta de la cartelera actual.
 Y sospecho que también de la venidera.

Juan Pablo II y Juan XXIII, santos

Juan Pablo II no sé, porque no sé el curriculum milagroso que hay que tener y si esos milagros deben ser después de muertos.
Juan XXIII , si merece ser Santo por todo lo que hizo en vida con la Iglesia en la Tierra, recuerdo cuando un guia del Vaticano me comentó que antes que a Juan XXIII, harían Santo a Escribá de Bala guer, porque los del Opus tenían mucho dinero. Y así fue y poco a poco la figgura de Juan XXIII se iba desdibujando, el Papa que acercó la Iglesia al mundo terrenal. Que hizo enciclíca, "De rerum Novarum" digamos que trajo a la Iglesia a la Tierra.
Fue un Papa Noble y bueno, muy inteligente en ese cambio.
El segundo milagro de Juan Pablo II. / ATLAS

El Papa Francisco ha aprobado el decreto por el que canonizará a los beatos Juan Pablo II y Juan XXIII, según ha explicado el portavoz de la Oficina de Prensa del Vaticano, el padre Federico Lombardi. Los cardenales y obispos de la Congregación para las Causas de los Santos aprobaron este martes el segundo milagro atribuido al beato Juan Pablo II y que abre las puertas a su canonización, según informaban fuentes vaticanas
. Aunque todavía no había confirmación oficial, las mismas fuentes barajaban la fecha del 24 de noviembre, el término de la celebración del Año de la Fe, o el 8 de diciembre, como posibles fechas para la ceremonia de canonización de Juan Pablo II.
La prensa italiana ya indicaba que la ceremonia de canonización de Juan Pablo II podría realizarse junto con la de Juan XXIII, conocido como el 'Papa bueno': el diario italiano 'La Stampa' señalaba este martes que "inesperadamente, los cardenales y obispos también tendrán que discutir sobre otro caso, que se ha añadido en estos últimos días, el de la canonización de Juan XXIII", el pontífice que convocó el Concilio Vaticano II, fallecido hace 50 años y cuya beatificación se produjo en el año 2000.
 En esta línea, precisaba que este cambio "no previsto" demuestra 'la voluntad para celebrar juntas' las dos ceremonias de canonización y señala que Wojtyla y Roncalli "podrían ser santificados es diciembre de 2013, inmediatamente después de que termine el Año de la Fe, dado que la hipótesis inicial de octubre parece cada vez menos plausible por la falta de tiempo y por problemas de organización".
Karol Wojtyla fue beatificado el 1 de mayo de 2011, tras aprobarse un primer milagro con la firma del ahora Papa emérito Benedicto XVI. En aquella ocasión, se trató de la curación, dos meses después de su muerte, de la monja francesa Marie Simon Pierre, que padecía desde 2001 la enfermedad de Parkinson, la misma que sufrió Juan Pablo II en sus últimos años.
Por su parte, Juan XXIII fue beatificado por Juan Pablo II en septiembre de 2000, durante el Jubileo, en la misma celebración de la beatificación de Pío IX. En aquella ocasión, el milagro aprobado para su beatificación la curación de sor Caterina Capitani en 1966.
El Papa Juan XXIII convocó el Concilio Vaticano II y murió mientras el Concilio seguía su curso, muchos obispos propusieron proclamar al 'Papa bueno' santo por aclamación, pero su sucesor, Pablo VI, prefirió seguir las vías canónicas, por lo que se puso en marcha un proceso canónico y después fue beatificado con su predecesor Pío XII.

4 jul 2013

Hay rostros de la belleza................

Hay rostros de la belleza...

Hay rostros de la belleza --de la delicadeza, de la finura-- que se repiten. 
Desde la noche de los tiempos. 
El rostro que vi un día de estos, que veré mañana si mis ojos quieren, es el mismo de un día de mi juventud, el mismo, quizá, que vio Dante después del eclipse en su recuerdo de la luz de Beatriz, quien sabe si llegada a su vez desde otra mañana, en junio, más lejos en el tiempo --
quien sabe si avanzando ahora, llama frágil, por encima de todos nosotros o de nuestra sombra, fija y enseguida evaporada, hacia un rostro en el porvenir.
Del Diario Virtual de Jose Carlos Cataño

La luz de los Renoir


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A través de la luz, el uso de colores cálidos y la representación de desnudos femeninos de aires clásicos, Pierre Auguste Renoir (1841-1919) desarrolló e impulsó el impresionismo.
 Una figura clave en la historia del arte.
 Realmente, una familia clave en la historia del arte y en el tratamiento de la luz en diversas disciplinas.
 Sus hijos fueron Pierre Renoir, actor, el gran cineasta Jean Renoir y el ceramista Claude Renoir.
Su nieto fue el director de fotografía de cine Claude Renoir, y su bisnieto Jacques Renoir, también director de fotografía.
 Parte de la historia de esta familia la ha plasmado Gilles Bourdos en Renoir, a partir de  Le tableau amoureux, una biografía novelada que escribió Jacques en 2003 sobre su bisabuelo. La luz de la película corre a cargo de Ping Bing Lee (Deseando amar, Tokio Blues...)
 Hoy os avanzamos el tráiler en primicia en versión original subtitulada.
La Costa Azul, 1915. Auguste Renoir (Michel Bouquet), en el ocaso de su vida, está atormentado por la  pérdida de su esposa, los dolores artríticos y la noticia de que su hijo Jean (Vincent Rottiers) ha sido herido en  la guerra. Sin embargo, cuando una joven entra en su mundo, el pintor se siente dueño  de una nueva energía. Radiante de vida,  Andrée (Christa Theret) se convertirá en su última  modelo.
 Jean regresa a casa para reponerse y también cae bajo el encanto de la estrella pelirroja  que brilla en el firmamento de Renoir.
 A pesar de la oposición de su padre, se enamora  de la joven indomable y empieza a desarrollarse el gran cineasta.
"La película me vino a la cabeza al imaginar su extraño taller de madera y cristal escondido en el corazón del edén mediterráneo, más parecido al primer taller de D. W. Griffith que al de un pintor.
 De la misma forma que Jean empieza a imaginar el cine", ha dicho Bourdos en la promoción de la película. "Para mi primera película, Disparus, rodé la exposición surrealista de 1938.
 En mi segunda película, Inquiétude, se veía a un joven artista contemporáneo obsesionado con el blanco. Considero que las escenas en las que filmo a artistas trabajando son los momentos más auténticos y exultantes de mi trabajo como cineasta".
RenoirBourdos cree que para describir el acto de pintar, es vital deshacerse de los lugares comunes: "no se puede filmar a alguien pintando. ¿No fue el mismo Jean Renoir quien dictó este dogma?
 Nunca dejó de renegar de las artes plásticas, como si quisiera integrar el trabajo de su padre en el suyo propio". "Las herramientas actuales permiten al cineasta hacer ver que el actor está pintando de verdad; la cámara capta el intoxicante acto de pintar, sigue la obra paso a paso, forma pura en movimiento". 
El director contrató al famoso falsificador francés Guy Ribes para que hiciera cuadros de Renoir para el rodaje y para que se inventase otros que parecieran del pintor.
 Durante seis meses de 2011, Ribes estuvo en un estudio realizando las obras para que la película tuviera el mayor toque realista posible.
 La evolución de las obras que se ven en la pantalla son trabajo suyo.