Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

2 jul 2013

El universo onírico de Federico Fellini








Puestas de sol que invitan a besar

Puestas de sol que invitan a besar

Por: Isidoro Merino
Monte Sinaí Getty
Las mejores experiencias suelen ser gratis, y los mejores placeres son casi siempre sencillos: una playa perdida, un callejón encontrado al azar, una historia, una puesta de sol, un beso... En la foto, una pareja en la cima del monte Sinaí, en Egipto. / GETTY

Venecia Isidoro Merino
01 Venecia (Italia)
La luz acuosa de las acuarelas venecianas de William Turner también humedecerá vuestros labios. Sobre todo si viajáis a Venecia en otoño, cuando los días son más cortos y los besos más largos. / ISIDORO MERINO

Gran Cañón Getty
02 Gran Cañón del Colorado (EE UU)
Cualquier vista del Gran Cañón, desde cualquier mirador, a cualquier hora, es estremecedora. Tendréis que abrazaros muy fuerte. Por el vértigo. / GETTY

Llano de Ucanca Tenerife Getty
03 Llano de Ucanca. Parque nacional del Teide (Tenerife, España)
Hay una belleza brutal en los ocasos del llano de Ucanca, la gran cañada volcánica que se extiende a los pies del Teide, donde una antediluviana y rotunda Raquel Welch triscaba entre dinosaurios y trogloditas en la película Hace un millón de años. /GETTY

La Vía Láctea desde el desierto del Sinaí, Egipto Stefan Seip 12
04 Monte Sinaí (Egipto)
La gente suele subir al monte Sinaí para ver el amanecer, “de una grandiosidad casi aterradora”, según Pierre Loti, pero los atardeceres también son soberbios. Y cuando se haga de noche podréis tocar el cielo. / STEFAN SEIP
BOROBUDUR GETTY
05 Borobudur. (Java, Indonesia)
En la llanura de Kedu, en el centro de la isla de Java (Indonesia), a 40 kilómetros al noroeste de Yogyakarta, se alza "el más bello monumento de Asia", según Mircea Eliade: el templo budista de Borobudur, erigido en el siglo VIII, cuando en Europa reinaba Carlomagno, por los soberanos de la dinastía Sailendra. Contemplar una puesta de sol desde la terraza superior os llevará derechitos al Nirvana./ GETTY

Jericoacoara  Getty
06 Jericoacoara (Brasil)
En Jericoacoara, paraíso de mochileros a cuatro horas en coche de Fortaleza, todas las tardes se repite el ritual de escalar las grandes dunas que arropan la playa para ver el crepúsculo. Y tras el ocaso, fiesta entre caipirinhas, música y capoeira. Se os llenará el cuerpo de sol y arena. / GETTY
Benerés
07 Benarés (India).
Benarés (o Varanasi) no es un lugar para espíritus delicados. Deambular por su laberinto de templos y callejones puede resultar sofocante, pero al atardecer la ciudad se transforma en un lugar más plácido: barcas flotando en la calima, cometas sobre las azoteas y el ganga aarti, la ofrenda de luz que llena de flores y fuegos la superficie del río. Para un beso tántrico. / ISIDORO MERINO
Atacama salar ISIDORO MERINO
08  Desierto de Atacama (Chile)
En los paisajes extraterrestres del desierto del norte de Chile podréis jugar a que sois Flash Gordon y su novia Dale Arden en el planeta Mongo. Y si viene la malvada princesa Aura, hacer un trío./ ISIDORO MERINO

Martin Puddy Pura Ulún Danu Bratán
09 Templo de Pura Ulún Danu Bratán (Bali, Indonesia)
¿Quién no querría darse un piquito en un lugar cuyo nombre parece un conjuro? El sitio es mágico: un conjunto de templos a orillas del lago Bratán —el Lago de la Montaña Sagrada— con torres en forma de pagoda que se adentran en el agua. Pura Bratán está dedicado a Dewi Danu, la diosa hindú de los ríos y los lagos en la tradición balinesa, y compite con Tanah Lot, un santuario marino encaramado sobre un acantilado, por los mejores atardeceres de Bali./ EL PAÍS / MARTIN PUDDY

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10 El Serengeti (Tanzania)
Si no se emociona con tus besos, se emocionará con los rugidos de los leones. O con la silueta de los elefantes recortándose contra el cielo encendido de África. No te lo/la comas. / SINGITA GRUMETI RESERVES

TAJ MAHAL ISIDORO MERINO
11 Taj Mahal (Agra, India)
"A pesar de sus adornos severos, puramente geométricos, el Taj Mahal flota. El fondo de la puerta es como una ola. En la cúpula, la inmensa cúpula, hay algo levemente excesivo, algo que todo el mundo siente, algo doloroso. Por doquier la misma irrealidad. Porque ese color blanco no es real, no pesa, no es sólido. Falso bajo el sol, falso al claro de la luna, especie de pescado plateado construido por el hombre, con un enternecimiento nervioso" (Henri Michaux). / ISIDORO MERINO
Uluru
12 Uluru /Ayers Rock (Australia)
“En medio de una memorable e imponente aridez se alza un promontorio de una nobleza y majestuosidad excepcionales, de 350 metros de altura, 2,5 kilómetros de largo, nueve kilómetros de perímetro, menos rojizo de lo que te habían hecho creer las fotografías, pero en cualquier otro sentido mucho más seductor de lo que te imaginabas (…) Uluru es, lo mires por donde lo mires, impresionante. No puedes dejar de mirarlo; no quieres dejar de mirarlo”. En las Antípodas. Bill Bryson./ EL PAÍS / VIRGINIA STAR
¿Cuál ha sido tu puesta de sol más emocionante?

Sobrevivir a la carretera de la muerte Por: Jaled Abdelrahim

Sobrevivir a la carretera de la muerte

Por: Jaled Abdelrahim
Ciclistas en el camino de Yungas (Bolivia), la llamada carretera de la muerte. / Foto: Phil Clarke-Hill
Tampoco es que quisiera tirarme a lloriquear al suelo con eso de ‘mamá, por favor ven y sácame de ésta’, pero bueno, reconozco que quizás sí que estaba algo inquieto.
  Las bicis alineadas en el extremo alto del Camino de los Yungas (Bolivia), popularmente conocido como la Carretera de la Muerte
. A primera vista, lo que queda claro es que el escaso saliente de firme horizontal que hay entre la pared de la montaña y el abismo no es firme
. Christian Senzano, el instructor que viene a ofrecer indicaciones previas para el grupo de nueve rezadores que vamos a realizar el descenso rodado, habla:
“Todo bajada. La bici agarra velocidad. Advierto: el camino entero es de tierra y piedras, es estrecho, hay curvas de casi 180 grados y la pendiente es muy grande.
 Estamos a 4.700 metros de altitud y vais a bajar  hasta los 1.100 en el trascurso de 56 kilómetros.
 No hay guardarraíles. La caída en muchos puntos es de unos 800 metros. Hasta 2006, en esta carretera morían alrededor de 100 o 150 personas al año.
 Desde que existe otra vía alternativa, ya pocos la usan y los fallecidos son apenas 30 o 40. Casi ninguno ciclista, tranquilos. Que vaya saliendo el primero. Suerte y nos vemos luego. Espero”.  ¿¿¿Mamá???
Un grupo de ciclistas al borde de un precipicio en el camino de Yungas (Bolivia).Tener el título de la carretera más peligrosa del mundo, adjudicado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en 1995, es un diploma tan trágico para los lugareños como atractivo para los visitantes de esta vía con nombre y currículo de sepulturera. Ochenta intransitables kilómetros que unen la ciudad de La Paz con la región de los Yungas.
Desde que se construyó en 1930, con mano de obra esclava de prisioneros paraguayos capturados durante la Guerra del Chaco, son miles las víctimas de accidentes de tráfico que han perecido despeñados por sus taludes, márgenes de un camino que sólo en ciertos puntos tiene la anchura suficiente para que dos vehículos se crucen. Hoy, el mayor rendimiento de su existencia lo sacan las empresas que organizan descensos en bicicleta por ella. El dueño de Altitude Biking, una de ellas, me invita a vivir la experiencia. Supondré que es un buen regalo.
Dos de los nueve integrantes, visto el panorama, se arrepienten antes de subirse al velocípedo y se quedan en el coche escoba. Quedamos siete y confío en que esos sigamos quedando luego. “Esta es la única carretera de Bolivia en la que se conduce por la izquierda
. Es para que los conductores que suben puedan ver mejor el borde del camino.
 El que baja es el que cede. Si os adelantáis, el que venga por atrás que avise por qué lado va a sobrepasar. Un malentendido o un choque entre dos podría ser fatal”, añade Senzano. Primera pedalada. Segunda. Empiezo a bajar. ¿Frenará bien esto? ¡Ay por dios!
Cruces en recuerdo de los fallecidos en accidentes al borde del camino de Yunga (Bolivia), considerada la carretera más peligrosa del mundo. La vía es un estrecho saliente tallado en plena montaña vertical andina.
 El paisaje -para quien se atreva a levantar en algún momento la mirada del suelo- corresponde con la misma altura paisajística.
Las inmensas paredes rectas que hay por encima y debajo de la carretera de los Yungas son murales de jungla verde en rebeldía perpendicular a la ley gravitatoria.
 El horizonte es un cuadro de lomas de más de 4.000 metros que se sobreponen entre ellas. La naturaleza se cierra, el agua se escucha, el bajo fondo solo se intuye y las nubes se divisan mirando en dirección a los zapatos.
 Hoy hay niebla.
 Es típico aquí. Suerte que al menos no está esa lluvia que tantas veces, según los conocedores del enclave, ha rubricado trágicos desprendimientos de tierra con finales infelices.
Empiezo a tomar velocidad.
Parece que las ruedas se comen bien los pedruscos sobre los que ruedo. ¿Iré demasiado rápido? Lo que hoy es un deporte de riesgo, pagado a precios que oscilan entre los 45 y los 80 euros, fue durante décadas la única vía que unía la selva amazónica boliviana y la región minera de los Yungas con la capital del país. Un camino obligatorio para grandes y pequeños vehículos de trabajadores cuyos ocupantes, por razones mucho más importantes que la lúdica quema de adrenalina, se jugaban a diario la vida. Veo una cruz al borde del camino. Otra. Otra. Otra más...  Durante todo el trayecto, a ambos márgenes aparecen cruceros que recuerdan la trágica historia de la vía.
 Cada uno sugiere la imagen mental de un grito que algún día se diluyó justo en ese punto del macabro sendero. Accidentes como el que despeñó la vida de los 100 pasajeros que viajaban en un autobús en 1983 son historias comunes para los conocedores del lugar.
 Según el BID, hasta que se construyó el camino alternativo hacia La Paz hace siete años había un promedio de 209 accidentes y 96 personas muertas anualmente. Una cifra que se redujo más de la mitad desde entonces.
Un grupo de ciclistas durante el descenso del camino de Yungas (Bolivia), la carretera de la muerte. “Yo pasé años conduciendo un autobús por aquí”, cuenta Manuel, un conductor de 60 años que ahora maneja con pericia la furgoneta escoba que sigue al equipo de ciclistas.
 En su vida paralela a la ruta de la muerte dice haber visto una gran cantidad de catástrofes. “Demasiadas”, cuantifica.
 Los camiones, los buses, los coches... “Por más costumbre que tenga, es impresionante cuando ves a alguien caer al vacío. Se salvan como diez de cada cien que caen. El resto, todos mueren”.

Senzano aprovecha uno de los descansos para contarme desde la experiencia en primera persona el trabajo casi imposible que es rescatar los cuerpos de los accidentados. Acto seguido trata de desempalidecerme:
 “Pero las muertes casi nunca son de ciclistas. Desde 1995, cuando comenzó la actividad, sólo ha habido 29 ciclistas que fallecieron despeñados”. Al parecer la última fue una ciudadana japonesa (2011) que soltaba una mano para grabar con su cámara el paisaje mientras iba pedaleando.
Consecuencia inmediata: ahora me duelen las falanges a causa de la presión desmedida con la que voy apretando la empuñadura de mi bici. Me da por pensar que de qué me iba a servir el casco, las rodilleras, las coderas y el traje especial que me han puesto en caso de salirme del sendero.
Pero en fin, no seré yo quien prescinda voluntariamente de ellos.
 De hecho, estoy por preguntar si no tienen paracaídas para completar el equipo
. Por el qué dirán me abstengo de emitir el comentario. Vehículos circulando por esta estrecha carretera que une La Paz con la región boliviana de las Yungas.
Los lugares que se cruzan son verdaderos edenes colgantes.
 Sus nombres, sin embargo, no son tan tranquilizadores. “Descansaremos en el Mirador del Diablo, pasaremos la Curva de la Muerte, volveremos a parar en el Puente del Diablo. Habrá que pasar por debajo de la Cascada de San Juan, por el Cerro Rojo…”, explicaba antes de la salida Julio Añez, el otro instructor
. Digo yo que uno circularía con algo más de confianza si no hubiera tanto ser satánico poniendo nomenclatura a los espacios. 
Momento de apurar, hora de reducir, ten cuidado el de delante que “¡voy por tu derecha!” Después de dos horas y pico de camino, parece que ya he entendido el truco y los tiempos de apretar freno. Tengo la responsabilidad personal de quedar bien -pura inercia futbolística- por ser el más viejo y el único no brasileño de los siete que estamos descendiendo
. Dos de esos jovencitos paulistas me adelantan. ¿Qué se habrán creído?
 Ahora voy y acelero. Sube la adrenalina, se empiezan a obviar los consejos y comienza una pequeña carrera. Ya nos había advertido de este síntoma el encargado. Pero hasta ahora todo va bien. Sigo. Ahí están. Ríete tú del maracanazo cuando pase a esos dos atléticos pimpollos. Les pillo, les pillo, les pillo… ¡Plas!, mi rueda trasera explota, mi bici derrapa y me detengo para ver lo cerca que me he quedado de un abismo por el que duele hasta asomarse
. La furgoneta se acerca para darme otra bici. Yo trago saliva. Bajo el ritmo.
 El resultado ha sido los dos primeros de Brasil y el español el tercero.
Sin dramas, al final todos tan amigos.
 Lo importante es que hemos derrotado, para que arda de rabia, a la carretera más asesina del planeta. 

Bárcenas recurre su prisión: “No tiene precedentes en la historia”


Bárcenas, el día que fue ingresado en prisión. / KIKE PARA

La defensa del extesorero del PP Luis Bárcenas ha recurrido este martes ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional la decisión del juez Pablo Ruz, de ordenar su ingreso en prisión al entender que tras cuatro años no ha dado "signo alguno" de querer fugarse y nunca ha intentado ocultar su capital.
 En un escrito de 38 páginas, al que ha tenido acceso Efe, el abogado de Bárcenas, Alfonso Trallero, afirma: "Si en cuatro años mi patrocinado, disponiendo de mejores medios de los que ahora se le atribuyen, no ha huido, no existe fundamento para decir que pudiera pretender hacerlo ahora".
En el recurso directo de apelación ante la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, presentado esta misma tarde, el abogado recuerda que Bárcenas fue llamado por primera vez a declarar como imputado en el caso Gürtel hace cuatro años y ha venido compareciendo "desde el primer momento en todas y cada una de las nueve ocasiones que ha sido citado".
 Trallero ha optado por no recurrir en reforma ante el propio juez Ruz, ya que probablemente este ratificaría la prisión de Bárcenas y posiblemente dilataría la estancia de Bárcenas en Soto del Real al tener que dar traslado del recurso al resto de las partes personadas en la causa.
El letrado insiste en que el extesorero "jamás" ha faltado a ningún llamamiento y ha dado siempre, salvo en la última comparecencia sobre la pieza de los llamados papeles de Bárcenas, las explicaciones pedidas por el juez, lo que califica como un "comportamiento positivo de colaboración".
"Difícilmente puede encontrarse precedente alguno en nuestra historia judicial en el que quien ha comparecido hasta en nueve ocasiones ante los órganos jurisdiccionales (...) y sin variación sustancial de las circunstancias concurrentes sea sometido a la privación de libertad", añade.
Como ejemplo de la inexistencia de riesgo de fuga, el abogado recuerda que cuando hace unos meses se publicó en varios medios que se iban a solicitar medidas cautelares contra él, Bárcenas estaba de viaje en Canadá y regresó a España.
 En cuanto a que, tal y como justificó el juez, el extesorero del PP tenga un ingente patrimonio en el extranjero, el escrito remarca que ha tenido ese dinero (hasta 48 millones solo en bancos de Suiza) desde hace años.
"Si ese patrimonio desconocido durante años para la justicia no ha sido utilizado por mi mandante para situarse fuera del alcance de la misma (...), es evidente que ahora no puede emplearse el argumento de que dispone de ese mismo patrimonio", asegura al respecto, y agrega que además ahora sus cuentas están bloqueadas por orden del juez.
Además, explica que "la totalidad" de los fondos de que ha dispuesto Bárcenas en el extranjero "se encuentra y sigue encontrándose en los mismos bancos" en los que empezó a ingresar el dinero de sus actividades empresariales en los años 80 del siglo pasado, lo que "difícilmente puede ser entendido como ocultación o actuación tendente a hacer desaparecer" el dinero.
En cuanto a los movimientos de fondos registrados en febrero de 2009, poco después de que comenzara la instrucción de Gürtel, entre dos sociedades vinculadas a Bárcenas, el letrado afirma que tampoco puede considerarse como "una actuación de ocultación o blanqueo" porque en ese caso lo que habría hecho es llevar el dinero a "algún otro de los múltiples paraísos fiscales".
A juicio del abogado, tampoco es cierto que Bárcenas no explicara el origen de sus fondos en Suiza, ya que justificó ante el juez sus diferentes negocios y dio "nombres de personas físicas y jurídicas, fechas, importes y objeto concreto de cada uno de tales negocios".
 Trallero tilda además de "completamente gratuita" la afirmación del fiscal de que Bárcenas no explicó una transferencia a un banco de Uruguay, ya que afirma que sí lo hizo, y añade que no hay la "más mínima solidez" para argumentar que tenga intereses en cuentas en Nassau.
Rebate asimismo el argumento del juez de que ahora se le imputan otros delitos -falsedad y tentativa de estafa procesal-, ya que afirma que estos nuevos tipos solo comportan penas máximas de tres años y que los principales -en particularidad el de blanqueo- ya se le atribuían desde antes.