La simplicidad o facilidad de 'La verdad sobre el caso Harry Quebert' es solo aparente
La novela de Dicker trata sobre la costumbre humana de simular, fingir y mentir.
El 30 de agosto de 1975, en Aurora, mínima ciudad de New Hampshire a
orillas del Atlántico, desapareció Nola Kellergan, de 15 años, y mataron
de un tiro a la anciana que la vio por última vez.
Al cabo de tres
décadas, el 12 de junio de 2008, encuentran el cadáver de la niña en el
jardín de un clásico de la literatura angloamericana contemporánea,
Harry Quebert, de 67 años.
La víctima había sido enterrada con el
manuscrito de la obra esencial del genio,
Los orígenes del mal,
“uno de los libros más vendidos de los últimos cincuenta años en
Estados Unidos”
. El escritor, acusado de dos asesinatos, ve desde la
cárcel cómo su novela se convierte de pronto en literatura diabólica,
eliminada de las bibliotecas y de los planes de estudio, perverso
mensaje de amor para una niña.
Markus Goldman, joven estrella del negocio editorial, autor de una
sola novela superventas y antiguo alumno del presunto asesino, acudirá
en ayuda de su maestro, decidido a investigar y demostrar su inocencia.
El nuevo fenómeno literario sufre en ese momento una insuperable crisis
creativa, desesperado e incapaz de escribir una letra, mientras su
editor le pide la novela que tenía comprometida y lo amenaza con una
demanda millonaria por incumplimiento de contrato
. Instalado en la
mansión de Quebert, estudiando unos crímenes que sucedieron hace más de
treinta años, ávido de información sobre las vidas ajenas, Goldman graba
conversaciones con los vecinos de Aurora y entrevistas con el
sospechoso en el locutorio de la cárcel, y un día se descubre
escribiendo su nuevo libro. Escribir una novela resulta equivalente a
investigar un doble caso de asesinato, y devolverle el buen nombre al
supuesto criminal será también restituirle a la literatura la gloria
perdida.
En la obra de Dicker
se cruzan, como mínimo, cuatro novelas distintas y distintas verdades sucesivas
La verdad sobre el caso Harry Quebert es la segunda novela de
Joël Dicker (1985), suizo francófono, poseído por los misterios de la literatura popular desde su debut,
Los últimos días de nuestros padres,
intrigas en torno a la resistencia francesa y los servicios secretos
británicos durante la II Guerra Mundial
. La historia de Harry Quebert me
ha recordado dos novelas españolas innovadoras en su tiempo,
Los dominios del lobo (1971), de
Javier Marías, y
La verdad sobre el caso Savolta (1975), de
Eduardo Mendoza.
Además de los clásicos enigmas policiacos, Joël Dicker domina la
imaginería cinematográfica y televisiva de los últimos años, los clichés
de las novelas juveniles para adultos, e incluso de los libros de
autoayuda, porque entre las más de seiscientas páginas de
La verdad sobre el caso Harry Quebert
cabe también un breve manual de auxilio para escritores estériles. Pero
lo más característico de esta novela es su aire de cuento de hadas, sus
niños que se quejan perdidos en el bosque, lastimados por ogros, brujos
y criaturas muertas.
Dicker parece escribir después de ver alguna
película del pionero del cine Louis Feuillade,
Fantomas, por
ejemplo, con su acumulación improbable y fabulosa de sorpresas
. Hay algo
fantástico en la precisión cinematográfica con que el narrador, el
joven Markus Goldman, transcribe lo que ocurrió hace 33 años, día a día,
con fecha, hora y momento exacto de cada acción y cada palabra.
El escritor Goldman disfruta de su investigación en la tranquila
Aurora, sin dejarse asustar por amenazas anónimas ni pirómanos con
instintos homicidas, mientras los vecinos le cuentan cómo celebraron en
1975 el día de la Independencia y el baile de verano entre excursiones a
la playa y fiestas en el jardín, y cómo Nola Kellergan, la niña del
clérigo, gritaba en su casa y el reverendo ponía jazz a todo volumen,
siempre el mismo disco. Al drama se suma el humor, y a los consejos
literarios del maestro paternal y posible asesino se añaden a través del
teléfono las admoniciones prácticas de la desquiciada madre de Goldman.
En
La verdad sobre el caso Harry Quebert se cruzan, como
mínimo, cuatro novelas distintas y distintas verdades sucesivas. “La
responsabilidad del escritor es decir la verdad”, anota el narrador,
pero tanto él como su modelo, Quebert, son dos farsantes confesos. La
novela de Joël Dicker pertenece a ese tipo de literatura que genera
literatura, es decir, que invita a continuar inventando novelas.
Su
simplicidad, sencillez o facilidad es solo aparente, y de eso trata el
caso Quebert: de la costumbre humana de simular, fingir y mentir.
La verdad sobre el caso Harry Quebert. Jöel Dicker. Traducción de Juan Carlos Durán Romero. Alfaguara. Madrid, 2013. 670 páginas. 22 euros (electrónico: 10,99)