El director teatral
Miguel Narros,
uno de los referentes más importantes del teatro español contemporáneo,
ha fallecido esta mañana en Madrid de un fallo cardiaco en la Clínica
Quirón, donde se encontraba hospitalizado por problemas pulmonares.
Narros será velado por sus amigos y compañeros mañana sábado de 10 de la
mañana a 4 de la tarde en el
Teatro Español de Madrid, un templo escénico al que ha estado ligada su vida profesional durante muchos años.
Nacido en Madrid en 1928, el director desaparecido, cursó estudios en
el Real Conservatorio de Música y Declamación, tras lo cual se trasladó
a Francia donde continuó su formación con una beca en Francia
. A su
vuelta a España inició dos de sus primeras profesiones, la de actor y la
de figurinista y escenógrafo. Como actor fue descubierto por Luis
Escobar quien le incorporó a la compañía del María Guerrero y su nombre
empezó a sonar tras el estreno de
Don Juan, de Zorrilla, con
dirección del propio Escobar y con decorados y vestuario de Salvador
Dalí.
Como espléndido dibujante y creador de figurines fue descubierto
por José Luis Alonso, quien le reclamó para varias de sus puestas en
escena
. Él a su vez desarrolló su carrera de la mano del escenógrafo
italiano Andrea D’Odorico, con quien obtuvo sus mayores éxitos y alguna
vez él mismo se encargaba de los figurines.
Premios para un director
Miguel Narros obtuvo numerosos premios, entre los que destacan:
Medalla de oro de la ciudad de Valladolid (tres ocasiones); Premio
Nacional de Teatro (dos ocasiones); Premio El Espectador y la Crítica
(dos ocasiones); Chevalier de L´Ordre des Arts et des Lettres de
Francia; Premio Corral de Comedias de Almagro (junto a Andrea
D’Odorico), Premio Max de teatro, mejor dirección por Panorama desde el puente; Premio
de las Artes 2004 de Castilla la Mancha, por su trayectoria profesional
y Premio Max de Honor en 2009 y la semana pasada el Premio Fuente de
Castalia la noche de su estreno de La dama duende.
Él a su vez fue descubridor de numerosos actores y directores, destacando entre ellos
la actriz Ana Belén,
quien siempre ha reconocido que su carrera hubiera sido otra de no
tropezar en su vida con Narros, al que visitó ayer tarde en el hospital,
al que ha vuelto esta mañana temprano nada más conocer la noticia.
Narros, que llegó a convertirse en Catedrático de la Real Escuela
Superior de Arte Dramático, empezó de firme con la dirección escénica,
donde logró brillar con luz propia y convertirse en un director
emblemático en la segunda mitad del siglo XX en España, en los años
sesenta con puestas en escena con el Teatro Español Universitario (TEU) y
con el Pequeño Teatro, que creó primero en Barcelona y posteriormente
en Madrid.
Después llegaron otros grandes y prestigiados proyectos
impulsados por él como el Teatro Estudio de Madrid (TEM) y el Teatro
Estable Castellano (TEC), junto a
José Carlos Plaza y
William Layton,
con quienes también se involucró en la creación del Laboratorio de
William Layton, donde se han formado numerosos actores españoles.
Desde entonces ha transitado por los mejores textos del teatro
contemporáneo y con innumerables obras de teatro clásico, y siempre con
los mejores actores.
La última ha sido una pieza de Calderón,
La dama duende,
estrenada la semana pasada en la muestra Clásicos en Alcalá, que será
representada en el Festival de Olmedo (20 de julio) y clausurará el
Festival de Almagro días después, tras lo cual iniciará una gira por
toda España. Una obra con la que Narros estuvo obsesionado toda su vida y
que por diversas circunstancias no pudo volver a poner en pie hasta
ahora que la ha dirigido sin saber que era con la que se despedía, con
producciones Faraute, y el productor Celestino Aranda, con quien Narros
se casó hace unos años.
A lo largo de su fructífera carrera su prestigio le lleva a
participar como director en la Feria Mundial de Nueva York (en 1971
dirigió el Auto Sacramental
El hospital de los locos de José de
Valdivieso, por invitación de René Buch), en los Festivales de España y
en Europalia 85.
Además ha sido director del Teatro Español de Madrid
en dos ocasiones.
Los montajes de Narros
El director de teatro Miguel Narros puso en escena, entre otros textos, Réquiem por una mujer, de W. Faulkner; Soledad, de Unamuno; ¿Quiere usted jugar conmigo?, de Achard; El triunfo del amor, de Marivaux; Historia de un soldado, de Stravinski-Ramuz; Sabor a miel, de Shelag Delaney (primera versión); Fedra, de Unamuno; Antígona, de Anouilh (primera versión); La rosa tatuada, de Tennessee Williams; El auto de la pasión, de Lucas Fernández; La señorita Julia, de Strindberg; Las tres hermanas, de Chéjov; Las mujeres sabias, de Molière; El caballero de Olmedo, de Lope de Vega (primera versión); La dama duende, de Calderón; Antígona, de Anouilh (primera versión) y La posadera, de Goldoni.
Dirigió el Teatro Español, de 1967 a 1971, Numancia, de Cervantes; El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina; El rey Lear, de Shakespeare (primera versión); El rufián Castrucho, de Lope de Vega; Las mocedades del Cid, de Guillén de Castro; El sí de las niñas, de Moratín (primera versión); La paz, de Aristófanes; La marquesa Rosalinda, de Valle-Inclán, y El condenado por desconfiado, de Tirso de Molina.
Otros trabajos de dirección: Sabor a miel, de S. Delaney (segunda versión); Hedda Gabler, de Ibsen; El hospital de los locos, de Valdivielso; La cocina, de Wesker; Antígona, de Anouilh (segunda versión); Los gigantes de la montaña, de Pirandello; Retrato de dama con perrito, de Luis Riaza; Macbeth, de Shakespeare; Hederá, de Ignacio Amestoy; El rey de Sodoma, de Arrabal; La Chunga, de Vargas Llosa.
En el Teatro Estable Castellano (1978-1980) dirigió: Así que pasen cinco años, de Lorca (primera versión); El tío Vania, de Chéjov; La dama boba, de Lope de Vega, y con Teatro del Arte (1981-1083): Danza macabra, de Strindberg; Seis personajes en busca de autor, de Pirandello (primera versión); El rey Lear, de Shakespeare (segunda versión); Don Juan Tenorio, de Zorrilla, y Final de partida, de Beckett.
En su segunda etapa como director del Teatro Español (1984-1989) montó: Bohemios, de Perrín y Palacios; El castigo sin venganza, de Lope de Vega; El concierto de San Ovidio, de Buero Vallejo; El sueño de una noche de verano, de Shakespeare; La malquerida, de Benavente; Largo viaje del día hacia la noche, de O'Neill; Así que pasen cinco años, de Lorca (segunda versión); Rosa de amor y fuego, conciertos de Ana Belén, y Homenajes a Lorca, Yerma.
Otros trabajos de dirección: Medea para el Ballet Nacional de España; Don Juan Tenorio, de Zorrilla para el Teatro Nacional de Venezuela; Yo elegí el flamenco para el Ballet de Yoko Komatsubara; Combate de negro y perros, de Koltès (CDN); El caballero de Olmedo, de Lope de Vega (segunda versión)
(CNTC); Las de Caín, de Hnos. Álvarez Quintero (CAT); La gallarda, de Alberti, Expo 92; Fiesta barroca, Madrid Capital Cultural de Europa 1992; La truhana, de Antonio Gala; Casi una diosa, de Jaime Salom; A puerta cerrada, de Sartre; Marat-Sade, de Peter Weiss (CDN); Los bellos durmientes, de Antonio Gala; La gitanilla, de Cervantes, para el Ballet Nacional de España; El yermo de las almas, de Valle-Inclán (CNTC.; Yerma, de F. G. Lorca (CAT); La estrella de Sevilla, de Lope de Vega (CNTC); Jugar con fuego, de Barbieri, Teatro de la Zarzuela; La realidad iluminada, Homenaje Buero Vallejo; La dama no es para la hoguera, de Christopher Fry; Los puentes de Madison, de Robert James Waller; El burlador de Sevilla, de Tirso de Molina, (CNTC); Carmen Carmela, con Antonio Canales; Ay, Carmela, de José Sanchis Sinisterra; Móvil, de Sergi Belbel; El beso de Judas, de David Hare; La cena de los generales, de José Luis Alonso de Santos; Fedra, ballet flamenco; La abeja reina, de Charlotte Jones, y Los negros, de Jean Genet.
Con Producciones A. D´Odorico-Compañía Miguel Narros (1993-2006) ha firmado los siguientes montajes: La doble inconstancia, de Marivaux; Seis personajes en busca de autor, de Pirandello; La discreta enamorada, de Lope de Vega; El sí de las niñas, de Moratín (segunda versión); La vida que te di, de Pirandello; El rey Lear, de Shakespeare (tercera versión); Los enamorados, de Goldoni; Mañanas de abril y mayo, de Calderón; Panorama desde el puente, de Arthur Miller; Tío Vania,de A. Chéjov; El sueño de una noche de verano, de Shakespeare; Doña Rosita la soltera, de Lorca, y Salomé, de Oscar Wilde.
En los últimos años sus montajes eran puestos en pie con producciones Faraute.