6 jun 2013
Ecos de los Kennedy
Hoy se inaugura al público en Madrid una interesante exposición: la Fundación Loewe expone, en premiere mundial, 40 fotos de la familia Kennedy, tomadas en esos años.
Las imágenes, un auténtico abanico emocional donde aparecen también los vástagos de la pareja, John Jr. y Caroline, reflejan perfectamente una época donde la sociedad estadounidense creyó posible un cambio sustantivo en las reglas de la alta política. El fotógrafo, Mark Shaw, era íntimo amigo de la pareja, y –de hecho- se negó a publicar las fotos por considerarlas una especie de diario personal más que un trabajo puramente artístico. Su opinión cambió cuando JFK fue asesinado y el libro consiguiente (editado en 1964) se interpretó como un homenaje a su amigo y presidente.
“Las fotos transmiten ese especial encanto y enorme atractivo que tenían los Kennedy. Me fascina, sobre todo, esa sorprendente naturalidad que exhibían cuando posaban para la cámara”, cuenta a EL PAÍS Sheila Loewe Boente, de la Fundación que luce su apellido. “Jackie aparece guapísima y ya es sabido que era un mujer de estilo y look insuperable. Y el hecho de que aparezcan también su marido y sus hijos da un componente emocional a las fotos que también nos parecía muy interesante.
Y por último, no olvidamos que en 2013 se cumplen 50 años del asesinato de JFK lo cual convierte la exposición en un acto muy relevante”, explica Loewe Boente.
Las fotografías, en blanco y negro y color, podrán verse en la tienda que la marca posee en la calle Serrano de la capital y en el marco de PhotoEspaña, organización con la que la Fundación Loewe colabora desde hace unos años: “Empezamos con Ron Galella, que -precisamente- también tenía fotos de Jackie y otras celebridades.
Después apostamos por Scott Schuman, del blog The Sartorialist, que nos parecía que reflejaba muy bien el camino que ha seguido la moda en los últimos años.
El hecho de tener a Mark Shaw y a los Kennedy este año nos llena de orgullo, y creemos que –en cierto modo- su excepcionalidad encaja con los valores que desde Loewe intentamos transmitir: la naturalidad o la prominencia de un estilo que surge de un modo espontáneo”, dice Loewe Boente.
Las fotos de esta exposición han sido publicadas en su integridad en The Kennedys, editado por Reel Art Press, llenando un vacío clamoroso: desde principios de los ochenta la mayoría de estas imágenes no había visto la luz en las páginas de un libro.
Para los que deseen acercarse a una época irrepetible en la historia de la política estadounidense y que traspasó las fronteras de ese país, la exposición estará abierta del 6 de junio hasta el 25 de agosto.
La OIT desaconseja ahondar en la devaluación salarial en España
Profundizar en la devaluación salarial en España
comporta el riesgo de deprimir más el consumo y castigar el empleo. La
Organización Internacional del Trabajo (OIT) lanza esta dura advertencia
en su informe sobre el empleo en el mundo en 2013.
El organismo de Naciones Unidas completa esta con otra: si se prosigue ajustando sueldos es muy posible que España tenga más problemas para cumplir con su objetivo de déficit, al deteriorarse más la situación económica, y aumentar la pobreza.
La organización no se lanza a analizar con profundidad la reforma laboral. “Hay todavía poca información estadística para evaluar esos cambios legales”, avisa el informe.
No obstante, sí que se muestra vigilante con lo que sucede en materia de sueldos.
Desde que se aprobó la reforma —también con el pacto salarial firmado por sindicatos y empresarios a comienzos de 2012— España se ha adentrado decididamente en la senda de la devaluación interna como vía para ganar competitividad. Una prueba de esto es lo que se vio en los últimos datos de contabilidad interna: donde se ha visto que las rentas salariales han caído al 44% de la riqueza nacional frente al 46% de las empresariales.
Junto a esta advertencia, la OIT lamenta que las medidas de contención salarial no hayan ido acompañadas de un incremento de la protección a los parados y pide más énfasis en las políticas activas de empleo.
Los avisos de la OIT contra la devaluación interna y lo lejos que está llegando se suman a los que se han lanzado desde posiciones sindicales en las últimas fechas.
Hoy mismo ha sido el líder de UGT, Cándido Méndez, quien ha lanzado esa advertencia y ha pedido que se respete el pacto sobre convenios firmado hace dos semanas por sindicatos y patronales “para sortear los problemas de la caída agregada de la demanda interna”
."Hay resistencias territoriales a aplicar lo pactado", ha señalado el sindicalista. “La evolución salarial ha sido contrarrestada por los beneficios y los precios públicos”, ha lamentado Méndez.
El organismo de Naciones Unidas completa esta con otra: si se prosigue ajustando sueldos es muy posible que España tenga más problemas para cumplir con su objetivo de déficit, al deteriorarse más la situación económica, y aumentar la pobreza.
La organización no se lanza a analizar con profundidad la reforma laboral. “Hay todavía poca información estadística para evaluar esos cambios legales”, avisa el informe.
No obstante, sí que se muestra vigilante con lo que sucede en materia de sueldos.
Desde que se aprobó la reforma —también con el pacto salarial firmado por sindicatos y empresarios a comienzos de 2012— España se ha adentrado decididamente en la senda de la devaluación interna como vía para ganar competitividad. Una prueba de esto es lo que se vio en los últimos datos de contabilidad interna: donde se ha visto que las rentas salariales han caído al 44% de la riqueza nacional frente al 46% de las empresariales.
Junto a esta advertencia, la OIT lamenta que las medidas de contención salarial no hayan ido acompañadas de un incremento de la protección a los parados y pide más énfasis en las políticas activas de empleo.
Los avisos de la OIT contra la devaluación interna y lo lejos que está llegando se suman a los que se han lanzado desde posiciones sindicales en las últimas fechas.
Hoy mismo ha sido el líder de UGT, Cándido Méndez, quien ha lanzado esa advertencia y ha pedido que se respete el pacto sobre convenios firmado hace dos semanas por sindicatos y patronales “para sortear los problemas de la caída agregada de la demanda interna”
."Hay resistencias territoriales a aplicar lo pactado", ha señalado el sindicalista. “La evolución salarial ha sido contrarrestada por los beneficios y los precios públicos”, ha lamentado Méndez.
Las claves del envejecimiento
¿Cuántos años puede llegar a vivir el ser humano?
La respuesta a esta pregunta tan ambiciosa no está, de momento, al alcance de la ciencia. Por ello, quizás sea más sensato determinar las causas del envejecimiento y, de esta forma, centrar los objetivos en los que actuar para retrasar los efectos de la edad
. A ello se ha dedicado un grupo de investigadores que han recopilado en un artículo que publica Cell los hallazgos de tres décadas de estudios sobre los procesos vinculados a la edad.
“Esta revisión no habla de teorías, sino de evidencias moleculares y genéticas”, apunta Carlos López-Ortín, de la Universidad de Oviedo, uno de los autores. Junto a él, firman el trabajo María Blasco y Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Linda Partridge (Instituto Mark Plank para la Biología del Envejecimiento) y Guido Kroemer (Universidad de París-Descartes).
“Había llegado el momento de presentar de manera organizada y comprensible las claves moleculares de un proceso todavía muy incomprendido, pese a los miles de artículos científicos publicados cada año sobre él”, añade López-Ortín.
Estos factores, que se encuentran interconectados, están en la raíz de “muchas enfermedades asociadas al envejecimiento”, indican María Blasco y Manuel Serrano, del CNIO.
De acuerdo con el artículo, titulado Las características del envejecimiento (The Hallmarks of aging),
las cuatro causas primarias a las que hay que prestar atención son las
lesiones en los genes o en los interruptores que los activan, el
acortamiento de los telómeros (los capuchones que protegen los extremos
de los cromosomas) y los fallos en el control de calidad de la
eliminación de proteínas.
Acumulación de daño genético: A medida que pasa el tiempo, los genes sufren lesiones.
Pueden ser de origen externo, por ejemplo, provocadas por radiación solar o tóxicos químicos, o endógenas, como errores en la replicación del ADN
. Si los mecanismos de reparación de estas lesiones (tanto del núcleo celular como del ADN mitocondrial) fallan, las alteraciones se acumulan y desembocan en síndromes de envejecimiento prematuro o procesos tumorales, entre otros efectos patológicos. Conviene recordar que el daño en el material genético es un elemento común del cáncer.
Un ejemplo de cómo mutaciones en el ADN pueden derivar en envejecimiento precoz es la progeria (enfermedad de Hutchinson-Gilford).
La patología provoca un envejecimiento acelerado en los niños que la padecen, que muestran un aspecto envejecido y no suelen sobrevivir a los 13 años.
El funcionamiento incorrecto del gen LMNA, que interviene en el funcionamiento del núcleo celular, provoca una alteración en la estructura del núcleo y envejecimiento precoz.
Desgaste en el extremo de los cromosomas: Una consecuencia de la inestabilidad genética es el acortamiento de los telómeros, los capuchones que protegen el material genético de los bordes de los cromosomas. Pero este fenómeno tiene tal entidad, que los investigadores lo consideran como una causa de envejecimiento por sí misma.
Con el paso del tiempo, los mecanismos para reparar estas fundas se deshacen (como las protecciones de los cordones de los zapatos que impiden que se deshilachen), los telómeros se desgastan y la célula o no se puede replicar o muere. Investigadores del CNIO advirtieron el año pasado en ratones que el ritmo al que se van encogiendo los telómeros está relacionado con la esperanza de vida en los roedores.
Influencia del ambiente. Los hábitos de vida y la exposición al ambiente influyen no solo en los genes, sino en cómo se expresan. Existe un conjunto de señales bioquímicas que, a modo de interruptores, encienden o apagan la actividad de los genes y que son básicos para el funcionamiento normal de las células. La disciplina que se ocupa de su estudio se conoce como epigenética. A pesar de que queda mucho por conocer de estos mecanismos, ya se sabe, por ejemplo, que el tabaco o la radiación solar pueden silenciar la expresión genética mediante un proceso denominado metilación.
Y los cigarrillos se encuentran detrás de un 30% de los tumores.
Enfermedades degenerativas por proteínas fuera de control. El funcionamiento adecuado de las células tiene que ver, entre otros factores, con una correcta eliminación de las proteínas defectuosas o sobrantes. Errores en estos procesos, que pueden desembocar en la acumulación de proteínas, se relacionan con enfermedades asociadas al envejecimiento, como es el caso del alzhéimer. En esta patología, las neuronas mueren por la formación de las llamadas placas seniles, unos depósitos de la proteína beta-amiloide, que no deberían acumularse.
Los autores del trabajo describen otro conjunto de daños relacionados con el envejecimiento que denominan secundarios
. Se trata de fallos en los procesos destinados a eliminar las células lesionadas por los cuatro fenómenos anteriores. En ocasiones, la reacción del cuerpo para corregir un fallo acaba siendo perjudicial en sí misma. Es lo que sucede cuando las células que acumulan mutaciones dejan de replicarse y se suicidan para no perjudicar al organismo.
Cuando se da en exceso, la caída en picado de regeneración celular provoca el envejecimiento de los tejidos y, en consecuencia, del organismo.
En este grupo de causas secundarias del envejecimiento, los investigadores incluyen a los radicales libres “que pueden ser dañinos en grandes cantidades pero cuya presencia desencadena también una respuesta protectora” y distintas alteraciones metabólicas
. Una de las más controvertidas está relacionada con el abuso de alimentos.
Distintos estudios vinculan el exceso de aportación calórica a una menor expectativa de vida, de la misma forma que la escasez de nutrientes pone en marcha estrategias protectoras en el organismo. Sin embargo, los investigadores alertan de que presumiblemente, esta estrategia “con el tiempo y en exceso”, puede dar lugar a resultados patológicos.
Finalmente, los investigadores identifican un último grupo de otros dos procesos biológicos que provocan los que califican de "daños terciarios" al organismo relacionados con la edad
. Una vez más, son un efecto cascada de los anteriores. Por ejemplo, el agotamiento de las células madre de los tejidos y la consiguiente imposibilidad de renovación celular (la etapa final de la muerte celular masiva y el envejecimiento del tejido). O errores en la comunicación celular, entre los que se encuentra la inflamación, "un proceso que de forma crónica se asocia al cáncer", según los autores del trabajo.
Mientras que las estrategias destinadas a extender la longevidad a través de la reparación de los daños que el tiempo causa a los genes "están todavía lejanas", López-Ortin cree que las relacionadas con el metabolismo "pueden ser más accesibles"
. En cualquier caso, no será a corto plazo.
La respuesta a esta pregunta tan ambiciosa no está, de momento, al alcance de la ciencia. Por ello, quizás sea más sensato determinar las causas del envejecimiento y, de esta forma, centrar los objetivos en los que actuar para retrasar los efectos de la edad
. A ello se ha dedicado un grupo de investigadores que han recopilado en un artículo que publica Cell los hallazgos de tres décadas de estudios sobre los procesos vinculados a la edad.
“Esta revisión no habla de teorías, sino de evidencias moleculares y genéticas”, apunta Carlos López-Ortín, de la Universidad de Oviedo, uno de los autores. Junto a él, firman el trabajo María Blasco y Manuel Serrano, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), Linda Partridge (Instituto Mark Plank para la Biología del Envejecimiento) y Guido Kroemer (Universidad de París-Descartes).
“Había llegado el momento de presentar de manera organizada y comprensible las claves moleculares de un proceso todavía muy incomprendido, pese a los miles de artículos científicos publicados cada año sobre él”, añade López-Ortín.
Estos factores, que se encuentran interconectados, están en la raíz de “muchas enfermedades asociadas al envejecimiento”, indican María Blasco y Manuel Serrano, del CNIO.
más información
- Identificada una mutación de un gen que relaciona cáncer y envejecimiento
- El envejecimiento celular se puede determinar con un análisis de sangre
- Las células madre abren un nuevo frente contra el envejecimiento
- Menos calorías para retrasar el envejecimiento
- Los genes de la longevidad mueren muy jóvenes
Acumulación de daño genético: A medida que pasa el tiempo, los genes sufren lesiones.
Pueden ser de origen externo, por ejemplo, provocadas por radiación solar o tóxicos químicos, o endógenas, como errores en la replicación del ADN
. Si los mecanismos de reparación de estas lesiones (tanto del núcleo celular como del ADN mitocondrial) fallan, las alteraciones se acumulan y desembocan en síndromes de envejecimiento prematuro o procesos tumorales, entre otros efectos patológicos. Conviene recordar que el daño en el material genético es un elemento común del cáncer.
Un ejemplo de cómo mutaciones en el ADN pueden derivar en envejecimiento precoz es la progeria (enfermedad de Hutchinson-Gilford).
La patología provoca un envejecimiento acelerado en los niños que la padecen, que muestran un aspecto envejecido y no suelen sobrevivir a los 13 años.
El funcionamiento incorrecto del gen LMNA, que interviene en el funcionamiento del núcleo celular, provoca una alteración en la estructura del núcleo y envejecimiento precoz.
Desgaste en el extremo de los cromosomas: Una consecuencia de la inestabilidad genética es el acortamiento de los telómeros, los capuchones que protegen el material genético de los bordes de los cromosomas. Pero este fenómeno tiene tal entidad, que los investigadores lo consideran como una causa de envejecimiento por sí misma.
Con el paso del tiempo, los mecanismos para reparar estas fundas se deshacen (como las protecciones de los cordones de los zapatos que impiden que se deshilachen), los telómeros se desgastan y la célula o no se puede replicar o muere. Investigadores del CNIO advirtieron el año pasado en ratones que el ritmo al que se van encogiendo los telómeros está relacionado con la esperanza de vida en los roedores.
Influencia del ambiente. Los hábitos de vida y la exposición al ambiente influyen no solo en los genes, sino en cómo se expresan. Existe un conjunto de señales bioquímicas que, a modo de interruptores, encienden o apagan la actividad de los genes y que son básicos para el funcionamiento normal de las células. La disciplina que se ocupa de su estudio se conoce como epigenética. A pesar de que queda mucho por conocer de estos mecanismos, ya se sabe, por ejemplo, que el tabaco o la radiación solar pueden silenciar la expresión genética mediante un proceso denominado metilación.
Y los cigarrillos se encuentran detrás de un 30% de los tumores.
Enfermedades degenerativas por proteínas fuera de control. El funcionamiento adecuado de las células tiene que ver, entre otros factores, con una correcta eliminación de las proteínas defectuosas o sobrantes. Errores en estos procesos, que pueden desembocar en la acumulación de proteínas, se relacionan con enfermedades asociadas al envejecimiento, como es el caso del alzhéimer. En esta patología, las neuronas mueren por la formación de las llamadas placas seniles, unos depósitos de la proteína beta-amiloide, que no deberían acumularse.
Los autores del trabajo describen otro conjunto de daños relacionados con el envejecimiento que denominan secundarios
. Se trata de fallos en los procesos destinados a eliminar las células lesionadas por los cuatro fenómenos anteriores. En ocasiones, la reacción del cuerpo para corregir un fallo acaba siendo perjudicial en sí misma. Es lo que sucede cuando las células que acumulan mutaciones dejan de replicarse y se suicidan para no perjudicar al organismo.
Cuando se da en exceso, la caída en picado de regeneración celular provoca el envejecimiento de los tejidos y, en consecuencia, del organismo.
En este grupo de causas secundarias del envejecimiento, los investigadores incluyen a los radicales libres “que pueden ser dañinos en grandes cantidades pero cuya presencia desencadena también una respuesta protectora” y distintas alteraciones metabólicas
. Una de las más controvertidas está relacionada con el abuso de alimentos.
Distintos estudios vinculan el exceso de aportación calórica a una menor expectativa de vida, de la misma forma que la escasez de nutrientes pone en marcha estrategias protectoras en el organismo. Sin embargo, los investigadores alertan de que presumiblemente, esta estrategia “con el tiempo y en exceso”, puede dar lugar a resultados patológicos.
Finalmente, los investigadores identifican un último grupo de otros dos procesos biológicos que provocan los que califican de "daños terciarios" al organismo relacionados con la edad
. Una vez más, son un efecto cascada de los anteriores. Por ejemplo, el agotamiento de las células madre de los tejidos y la consiguiente imposibilidad de renovación celular (la etapa final de la muerte celular masiva y el envejecimiento del tejido). O errores en la comunicación celular, entre los que se encuentra la inflamación, "un proceso que de forma crónica se asocia al cáncer", según los autores del trabajo.
Mientras que las estrategias destinadas a extender la longevidad a través de la reparación de los daños que el tiempo causa a los genes "están todavía lejanas", López-Ortin cree que las relacionadas con el metabolismo "pueden ser más accesibles"
. En cualquier caso, no será a corto plazo.
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