- "No habrá reclasificaciones en el IVA. Los consumos que aplican tipos reducidos son vitales para la actividad"
- "Vamos hacia una reforma general del sistema tributario y es probable que modifiquemos el IRPF en su conjunto"
20 may 2013
Montoro: “Quiero bajar los impuestos, pero no hay margen”
Dicen que Guindos quiere marcharse de su Cargo pero Rajoy le pide que no lo haga, por lo visto Guindos y Montoro no se ponen de acuerdo y se llevan mal.
Guindos condiciona la rebaja del IRPF a una recuperación “clara”.....dos años más dicen, es mucho tiempo para aguantarlo
Guindos y Arias Cañete, en rueda de prensa en Madrid. / Paco Campos (EFE)
El ministro de Economía, Luis de Guindos, confía en que la
recuperación económica "sea clara" en 2014 para que rebajar los
impuestos en 2015 "sea factible".
Con estas palabras, el titular de Economía se alinea con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien en una entrevista a Cinco Días afirma que es imposible bajar impuestos en estos momentos.
Reducir la presión fiscal fue una de las premisas de campaña del PP para sacar a España de la crisis.
El Gobierno, según la última y reciente actualización de su cuadro macroeconómico, augura que el PIB volverá a crecer en 2014, aunque apenas un exiguo 0,5%. De hecho, habrá que esperar a 2016 para que la economía recupere tasas de crecimiento superiores al 1%. En cualquier caso, este ritmo de aumento tampoco será suficiente para crear empleo de forma apreciable, con lo que el descenso en la tasa de paro desde el récord del 27% actual será muy lento.
Por otra parte, el ministro Guindos se refirió también a las críticas del Banco central alemán a la actuación del Banco Central Europeo (BCE), críticas que rechazó y atribuyó a una visión particular de la institución germana a la que pidió que tenga más en cuenta los intereses globales de la zona euro.
El ministro ha hecho estas declaraciones durante la presentación junto a su homólogo de Agricultura, Miguel Arias Cañete, del nuevo plan para potenciar la internacionalización del sector agroalimentario. En el acto, Arias Cañete ha explicado que el objetivo es duplicar el ritmo exportador del sector alimentario en un plazo de cinco o seis años.
Para lograrlo, Agricultura va a crear un Comité Sectorial, que realizará informes anuales y se constituirá como un foro de intercambio de información.
En cuanto a su dotación presupuestaria, Arias Cañete explicó que seguirá en el nivel de 2012, año en que su Ministerio invirtió 44,2 millones de euros en promoción.
Sobre este plan, Guindos ha destacado que "el sector agroalimentario es uno de los mejores ejemplos, uno de los sectores que concreta y cristaliza el esfuerzo de la economía española en su salida de la crisis".
"Se está adaptando al mundo actual a través de un proceso de internacionalización y de un esfuerzo para acceder a los mercados internacionales", ha añadido el titular de economía, que ha concluido destacando que "la ganancia de competitividad y la búsqueda de mercados es la gran esperanza para la salida de la crisis".
Con estas palabras, el titular de Economía se alinea con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, quien en una entrevista a Cinco Días afirma que es imposible bajar impuestos en estos momentos.
Reducir la presión fiscal fue una de las premisas de campaña del PP para sacar a España de la crisis.
El Gobierno, según la última y reciente actualización de su cuadro macroeconómico, augura que el PIB volverá a crecer en 2014, aunque apenas un exiguo 0,5%. De hecho, habrá que esperar a 2016 para que la economía recupere tasas de crecimiento superiores al 1%. En cualquier caso, este ritmo de aumento tampoco será suficiente para crear empleo de forma apreciable, con lo que el descenso en la tasa de paro desde el récord del 27% actual será muy lento.
Por otra parte, el ministro Guindos se refirió también a las críticas del Banco central alemán a la actuación del Banco Central Europeo (BCE), críticas que rechazó y atribuyó a una visión particular de la institución germana a la que pidió que tenga más en cuenta los intereses globales de la zona euro.
El ministro ha hecho estas declaraciones durante la presentación junto a su homólogo de Agricultura, Miguel Arias Cañete, del nuevo plan para potenciar la internacionalización del sector agroalimentario. En el acto, Arias Cañete ha explicado que el objetivo es duplicar el ritmo exportador del sector alimentario en un plazo de cinco o seis años.
Para lograrlo, Agricultura va a crear un Comité Sectorial, que realizará informes anuales y se constituirá como un foro de intercambio de información.
En cuanto a su dotación presupuestaria, Arias Cañete explicó que seguirá en el nivel de 2012, año en que su Ministerio invirtió 44,2 millones de euros en promoción.
Sobre este plan, Guindos ha destacado que "el sector agroalimentario es uno de los mejores ejemplos, uno de los sectores que concreta y cristaliza el esfuerzo de la economía española en su salida de la crisis".
"Se está adaptando al mundo actual a través de un proceso de internacionalización y de un esfuerzo para acceder a los mercados internacionales", ha añadido el titular de economía, que ha concluido destacando que "la ganancia de competitividad y la búsqueda de mercados es la gran esperanza para la salida de la crisis".
La policía cree “totalmente veraz” que Carballo abusó de gimnastas menores
El técnico, apartado por el CSD, ha sido denunciado por una atleta olímpica que afirma que en los setenta sufrió el maltrato durante años y a la que apoyan varios testigos
“Me destrozó la vida”, dice.
Y luego dicen que hay que "hacer Deporte"
Carballo, en 1990. / Miguélez
La denuncia de una exgimnasta por abusos sexuales continuados contra
Jesús Carballo, de 69 años y seleccionador nacional de gimnasia femenina
durante más de 30, ha conmocionado al deporte españo
l. La policía considera “totalmente veraces” los hechos, que se remontan a los años setenta y ochenta y se cometieron presuntamente cuando la denunciante era menor de edad, según el informe de diligencias al que ha tenido acceso este diario
. EL PAÍS ha podido hablar con la mujer que presentó en diciembre la denuncia, hoy de 48 años, así como con compañeras suyas en el equipo nacional que corroboran su versión y aseguran que los abusos se sucedieron con diferentes víctimas hasta al menos mediados los ochenta. Todas piden no dar sus nombres por respeto a su intimidad y de sus familias, a las que, en algunos casos, ni siquiera hoy han contado lo sucedido.
Carballo negó ayer todas las acusaciones a través de sus abogados. El caso ha sido sobreseído provisionalmente por un juzgado madrileño, decisión que han recurrido tanto la deportista como el Consejo Superior de Deportes (CSD) ante la Audiencia Provincial de Madrid.
En su declaración ante la policía, la mujer detalló los abusos y agresiones sexuales a los que supuestamente fue sometida desde los 12 hasta los 15 años por el exseleccionador, que incluyeron penetraciones y se produjeron “en los entrenamientos, hoteles de concentración del equipo, así como en el propio vehículo del denunciado”, como recoge el informe policial. Carballo, que se había hecho cargo de la selección femenina tras dirigir un tiempo la masculina, tenía entonces 33 años.
“Él me decía que era mi padre y lo cierto es que yo pasaba más horas con él que con mi familia. Tenía sentimientos encontrados: le admiraba, le quería, pero a la vez tenía terror y me sentía obligada a soportar cosas”, recuerda ahora esta mujer, una de las mejores gimnastas españolas a finales de los años setenta. “Me volvía loca intentando averiguar qué había hecho mal porque unas veces me trataba bien, otras mal y otras me ignoraba sin motivo aparente”.
Por aquella época las chicas que formaban parte del equipo nacional se entrenaban unas cinco horas diarias entre semana y hasta ocho los sábados y domingos en las antiguas instalaciones del INEF de Madrid. Aunque no vivían juntas, algo habitual a partir de mediados los ochenta, realizaban varias concentraciones al año, en hoteles o chalets alquilados por la federación española.
Otra gimnasta del equipo, que compartía habitación con ella, fue testigo de los abusos en uno de esos hoteles. Ante la policía ha apoyado el relato de su compañera. “Nos concentraron en un hotel antes de los Juegos de Moscú. Casi todas las noches Fillo [como se conoce a Carballo en el mundo de la gimnasia] venía a la habitación. Esa noche, como muchas otras, a mí me dio un masaje para soltarme la espalda. Luego le oí en la cama de al lado. Yo estaba paralizada por dentro. Cerré los ojos y me hice la dormida. Era tan duro que nunca nos atrevimos a hablar de ello entre nosotras. Fue muy traumático”, asegura en conversación telefónica.
No todas sufrieron abusos sexuales, solo “las elegidas”, siempre según la versión de las denunciantes, a la que la policía da total credibilidad. “Él tenía una psicología increíble. Sabía perfectamente con quién podía y con quién no. Tenía una gran habilidad para someternos a su voluntad”, continúa el relato la compañera de equipo, de 47 años y que también fue olímpica. “Conmigo intentó algún acercamiento sexual sin éxito. En una ocasión me dio un beso en los labios en contra de mi voluntad y luego me dijo: ‘Quería ver cómo es en realidad lo que vivo en mis sueños’ o algo así. Apunté en mi diario: ‘Es el día más repugnante de mi vida”.
El clima en que se desarrollaban los entrenamientos era de control total por parte del seleccionador, aseguran varias compañeras que también aportaron sus testimonios a la denuncia policial. “Al principio compartíamos sala de entrenamientos con los chicos, pero en cuanto él llegó puso un muro entre medias. Nos prohibía mirarlos, hablar con ellos.
Nos decía que los hombres eran el demonio. Empezamos a vivir con miedo”, relata una de ellas. “El ambiente entre nosotras era raro.
Algunas estaban absorbidas emocionalmente por Carballo, competían por sentarse con él en el coche, por estar siempre con él. Tiene el don de la manipulación. Todas teníamos una confianza total en él. Era un ambiente de amor desmedido y al mismo tiempo de miedo real”, añade otra.
En esa época no había médicos o psicólogos ni fisioterapeutas que atendieran a las atletas en la sala de entrenamientos y era el propio Carballo quien, por ejemplo, se encargaba de dar masajes a las niñas.
Según la investigación policial, dos de las gimnastas aseguran que en los años ochenta denunciaron estas situaciones a una directiva de la federación, sin que su queja tuviera consecuencias.
Los agentes, que forman parte de una brigada especializada en delitos sexuales, han entrevistado a decenas de personas, entre ellas varias componentes del equipo nacional, actual y de otras épocas. “Muchos (…) no han querido prestar declaración o no han querido involucrarse por temor a represalias en el ámbito laboral al señalar a Jesús Carballo como la persona que monopoliza el mundo de la gimnasia artística”, asegura el informe
. El exseleccionador no ha sido citado porque no ha sido imputado.
Los abusos sexuales a menores prescriben en España cuando han transcurrido 20 años desde que la víctima alcanza la mayoría de edad. La policía no ha encontrado “indicios suficientes” de que el entrenador haya abusado de otras gimnastas en épocas posteriores, aunque no lo descarta. Si aparecieran nuevas denuncias o indicios de casos posteriores podría reabrirse la investigación.
El juzgado de instrucción número 11 de Madrid sobreseyó el caso porque el delito está prescrito y no hay pruebas de otros casos.
Ahora debe pronunciarse la Audiencia Provincial de Madrid sobre los recursos presentados por la denunciante y el CSD. El CSD declinó hacer comentarios sobre el asunto, aunque fuentes del organismo subrayaron que su actuación en todo el proceso “ha estado presidida por la prudencia y la firmeza que la situación y los acontecimientos requerían”.
A raíz de la denuncia, el CSD decidió apartar a Jesús Carballo de su puesto en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid a finales de enero y le prohibió el acceso a las instalaciones. Los abogados de Carballo pidieron que se revocaran las medidas, a lo que el CSD se negó. Ante la imposibilidad de acceder a la sala donde se entrena el equipo, el exseleccionador pidió la baja voluntaria en la federación, presidida por su hijo, Jesús Carballo. Carballo padre tiene cuatro hijos de un primer matrimonio y un quinto con su segunda mujer, que fue gimnasta de su equipo.
El proceso que llevó a estas mujeres a dar el paso de denunciar unos hechos que ocurrieron hace más de tres décadas ha sido largo y tortuoso. Cuentan que cuando dejaron la competición se alejaron también de la gimnasia, un deporte en el que la mayoría había empezado cuando apenas tenían seis o siete años y al que habían dedicado toda su infancia y adolescencia.
El año pasado volvieron a encontrarse ya como adultas y empezaron a hablar con claridad de lo que habían sufrido.
“A raíz de ese reencuentro nos dimos cuenta de que no éramos las únicas víctimas y que habíamos sido gimnastas de varias generaciones las que sufrimos sus abusos. Nos entró el pánico. Pensamos que igual esto seguía ocurriendo y decidimos pedir ayuda al CSD”, recuerda la denunciante. “Solo dimos este paso cuando nos sentimos unidas, fuertes y psicológicamente preparadas. Solo queremos sanar y que Fillo sepa que sus actos nos hicieron mucho daño cuando solo éramos niñas”.
La actuación policial no se ha limitado a posibles delitos sexuales.
Hay 14 testimonios más que señalan “episodios de tratos vejatorios, humillaciones e insultos de Jesús Carballo hacia las gimnastas, así como en algún caso se indica que como consecuencia de este trato se pudiera haber causado lesiones que impidieron continuar la carrera deportiva”, prosigue el escrito policial. “La mayoría de las declaraciones hace referencia a aspectos como control absoluto, dominación, sumisión de las gimnastas, y aislamiento con respecto a otros equipos (…) así como al hecho de que este habría mantenido varias relaciones sentimentales con algunas de las gimnastas que estaban a su cargo cuando estas eran menores de edad, todo lo cual a juicio de esta instrucción podría suponer una mala praxis”.
Para la denunciante el daño fue mayor. “Carballo me destrozó la vida. Las consecuencias del abuso las sigo padeciendo hoy. La sala verde [una dependencia del gimnasio] sale en todas mis pesadillas”, asegura, y precisa que hasta el año pasado ni siquiera fue capaz de hablar del tema. Cuando lo hace ahora aún se nota que sigue siendo un trago muy difícil para ella, tanto que no puede evitar las lágrimas. “Entre las cosas que más me duelen es que digan que intentamos cargarnos este deporte.
Amamos la gimnasia, fuimos pioneras en una época en que las condiciones eran muy diferentes. Este asunto no tiene nada que ver con la familia Carballo, ni siquiera con la gimnasia. Es un caso de abusos físicos, psicológicos y sexuales a menores. Durante todos estos años he pensado que en algún momento de mi vida Fillo me pediría perdón. Hoy ya no lo creo”.
l. La policía considera “totalmente veraces” los hechos, que se remontan a los años setenta y ochenta y se cometieron presuntamente cuando la denunciante era menor de edad, según el informe de diligencias al que ha tenido acceso este diario
. EL PAÍS ha podido hablar con la mujer que presentó en diciembre la denuncia, hoy de 48 años, así como con compañeras suyas en el equipo nacional que corroboran su versión y aseguran que los abusos se sucedieron con diferentes víctimas hasta al menos mediados los ochenta. Todas piden no dar sus nombres por respeto a su intimidad y de sus familias, a las que, en algunos casos, ni siquiera hoy han contado lo sucedido.
Carballo negó ayer todas las acusaciones a través de sus abogados. El caso ha sido sobreseído provisionalmente por un juzgado madrileño, decisión que han recurrido tanto la deportista como el Consejo Superior de Deportes (CSD) ante la Audiencia Provincial de Madrid.
En su declaración ante la policía, la mujer detalló los abusos y agresiones sexuales a los que supuestamente fue sometida desde los 12 hasta los 15 años por el exseleccionador, que incluyeron penetraciones y se produjeron “en los entrenamientos, hoteles de concentración del equipo, así como en el propio vehículo del denunciado”, como recoge el informe policial. Carballo, que se había hecho cargo de la selección femenina tras dirigir un tiempo la masculina, tenía entonces 33 años.
“Él me decía que era mi padre y lo cierto es que yo pasaba más horas con él que con mi familia. Tenía sentimientos encontrados: le admiraba, le quería, pero a la vez tenía terror y me sentía obligada a soportar cosas”, recuerda ahora esta mujer, una de las mejores gimnastas españolas a finales de los años setenta. “Me volvía loca intentando averiguar qué había hecho mal porque unas veces me trataba bien, otras mal y otras me ignoraba sin motivo aparente”.
Por aquella época las chicas que formaban parte del equipo nacional se entrenaban unas cinco horas diarias entre semana y hasta ocho los sábados y domingos en las antiguas instalaciones del INEF de Madrid. Aunque no vivían juntas, algo habitual a partir de mediados los ochenta, realizaban varias concentraciones al año, en hoteles o chalets alquilados por la federación española.
Otra gimnasta del equipo, que compartía habitación con ella, fue testigo de los abusos en uno de esos hoteles. Ante la policía ha apoyado el relato de su compañera. “Nos concentraron en un hotel antes de los Juegos de Moscú. Casi todas las noches Fillo [como se conoce a Carballo en el mundo de la gimnasia] venía a la habitación. Esa noche, como muchas otras, a mí me dio un masaje para soltarme la espalda. Luego le oí en la cama de al lado. Yo estaba paralizada por dentro. Cerré los ojos y me hice la dormida. Era tan duro que nunca nos atrevimos a hablar de ello entre nosotras. Fue muy traumático”, asegura en conversación telefónica.
No todas sufrieron abusos sexuales, solo “las elegidas”, siempre según la versión de las denunciantes, a la que la policía da total credibilidad. “Él tenía una psicología increíble. Sabía perfectamente con quién podía y con quién no. Tenía una gran habilidad para someternos a su voluntad”, continúa el relato la compañera de equipo, de 47 años y que también fue olímpica. “Conmigo intentó algún acercamiento sexual sin éxito. En una ocasión me dio un beso en los labios en contra de mi voluntad y luego me dijo: ‘Quería ver cómo es en realidad lo que vivo en mis sueños’ o algo así. Apunté en mi diario: ‘Es el día más repugnante de mi vida”.
El clima en que se desarrollaban los entrenamientos era de control total por parte del seleccionador, aseguran varias compañeras que también aportaron sus testimonios a la denuncia policial. “Al principio compartíamos sala de entrenamientos con los chicos, pero en cuanto él llegó puso un muro entre medias. Nos prohibía mirarlos, hablar con ellos.
Nos decía que los hombres eran el demonio. Empezamos a vivir con miedo”, relata una de ellas. “El ambiente entre nosotras era raro.
Algunas estaban absorbidas emocionalmente por Carballo, competían por sentarse con él en el coche, por estar siempre con él. Tiene el don de la manipulación. Todas teníamos una confianza total en él. Era un ambiente de amor desmedido y al mismo tiempo de miedo real”, añade otra.
En esa época no había médicos o psicólogos ni fisioterapeutas que atendieran a las atletas en la sala de entrenamientos y era el propio Carballo quien, por ejemplo, se encargaba de dar masajes a las niñas.
Según la investigación policial, dos de las gimnastas aseguran que en los años ochenta denunciaron estas situaciones a una directiva de la federación, sin que su queja tuviera consecuencias.
Los agentes, que forman parte de una brigada especializada en delitos sexuales, han entrevistado a decenas de personas, entre ellas varias componentes del equipo nacional, actual y de otras épocas. “Muchos (…) no han querido prestar declaración o no han querido involucrarse por temor a represalias en el ámbito laboral al señalar a Jesús Carballo como la persona que monopoliza el mundo de la gimnasia artística”, asegura el informe
. El exseleccionador no ha sido citado porque no ha sido imputado.
Los abusos sexuales a menores prescriben en España cuando han transcurrido 20 años desde que la víctima alcanza la mayoría de edad. La policía no ha encontrado “indicios suficientes” de que el entrenador haya abusado de otras gimnastas en épocas posteriores, aunque no lo descarta. Si aparecieran nuevas denuncias o indicios de casos posteriores podría reabrirse la investigación.
El juzgado de instrucción número 11 de Madrid sobreseyó el caso porque el delito está prescrito y no hay pruebas de otros casos.
Ahora debe pronunciarse la Audiencia Provincial de Madrid sobre los recursos presentados por la denunciante y el CSD. El CSD declinó hacer comentarios sobre el asunto, aunque fuentes del organismo subrayaron que su actuación en todo el proceso “ha estado presidida por la prudencia y la firmeza que la situación y los acontecimientos requerían”.
A raíz de la denuncia, el CSD decidió apartar a Jesús Carballo de su puesto en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid a finales de enero y le prohibió el acceso a las instalaciones. Los abogados de Carballo pidieron que se revocaran las medidas, a lo que el CSD se negó. Ante la imposibilidad de acceder a la sala donde se entrena el equipo, el exseleccionador pidió la baja voluntaria en la federación, presidida por su hijo, Jesús Carballo. Carballo padre tiene cuatro hijos de un primer matrimonio y un quinto con su segunda mujer, que fue gimnasta de su equipo.
El proceso que llevó a estas mujeres a dar el paso de denunciar unos hechos que ocurrieron hace más de tres décadas ha sido largo y tortuoso. Cuentan que cuando dejaron la competición se alejaron también de la gimnasia, un deporte en el que la mayoría había empezado cuando apenas tenían seis o siete años y al que habían dedicado toda su infancia y adolescencia.
El año pasado volvieron a encontrarse ya como adultas y empezaron a hablar con claridad de lo que habían sufrido.
“A raíz de ese reencuentro nos dimos cuenta de que no éramos las únicas víctimas y que habíamos sido gimnastas de varias generaciones las que sufrimos sus abusos. Nos entró el pánico. Pensamos que igual esto seguía ocurriendo y decidimos pedir ayuda al CSD”, recuerda la denunciante. “Solo dimos este paso cuando nos sentimos unidas, fuertes y psicológicamente preparadas. Solo queremos sanar y que Fillo sepa que sus actos nos hicieron mucho daño cuando solo éramos niñas”.
La actuación policial no se ha limitado a posibles delitos sexuales.
Hay 14 testimonios más que señalan “episodios de tratos vejatorios, humillaciones e insultos de Jesús Carballo hacia las gimnastas, así como en algún caso se indica que como consecuencia de este trato se pudiera haber causado lesiones que impidieron continuar la carrera deportiva”, prosigue el escrito policial. “La mayoría de las declaraciones hace referencia a aspectos como control absoluto, dominación, sumisión de las gimnastas, y aislamiento con respecto a otros equipos (…) así como al hecho de que este habría mantenido varias relaciones sentimentales con algunas de las gimnastas que estaban a su cargo cuando estas eran menores de edad, todo lo cual a juicio de esta instrucción podría suponer una mala praxis”.
Para la denunciante el daño fue mayor. “Carballo me destrozó la vida. Las consecuencias del abuso las sigo padeciendo hoy. La sala verde [una dependencia del gimnasio] sale en todas mis pesadillas”, asegura, y precisa que hasta el año pasado ni siquiera fue capaz de hablar del tema. Cuando lo hace ahora aún se nota que sigue siendo un trago muy difícil para ella, tanto que no puede evitar las lágrimas. “Entre las cosas que más me duelen es que digan que intentamos cargarnos este deporte.
Amamos la gimnasia, fuimos pioneras en una época en que las condiciones eran muy diferentes. Este asunto no tiene nada que ver con la familia Carballo, ni siquiera con la gimnasia. Es un caso de abusos físicos, psicológicos y sexuales a menores. Durante todos estos años he pensado que en algún momento de mi vida Fillo me pediría perdón. Hoy ya no lo creo”.
Según Boyero
GREGORIO BELINCHÓN
Entre los muchos dones que posee la escritura de Scott Fitzgerald
está la hondura para describir con frases inolvidables los sentimientos,
lirismo lacerante, creación de atmósfera, sobriedad expresiva para
retratar la mayor complejidad emocional, poder de sugerencia, una
capacidad narrativa que no precisa de adornos. Pero este maravilloso
contador de los desastres íntimos, el desasosiego, la pérdida, la
autodestrucción, los sueños rotos y el desgaste que provoca el tiempo
sigue sin tener suerte cuando el cine se empeña en adaptar su sutil,
doloroso e identificable universo.
Cannes ha sido inaugurado con una nueva versión de El gran Gatsby, que tal vez sea la novela más celebérrima de Fitzgerald, aunque no la mejor para mi gusto
. A Jay Gatsby, ese hombre enigmático y romántico que creó un imperio para intentar recobrar al amor de su vida, lo encarnó Alan Ladd en una película que no he visto nunca y posteriormente Robert Refford en un retrato académico, mediocre y epidérmico que dirigió Jack Clayton.
Ahora lo encarna Leonardo DiCaprio, alguien al que puedes asociar a la imagen que tenemos de Gatsby y que él se esfuerza por dotar de alma.
Pero el director de la historia es el temible Baz Luhrmann, señor al que apasiona ante todo la parafernalia, un lenguaje visual exhibicionista hasta el mareo, incapaz de transmitir sentimientos auténticos, portador de una estética exuberante y rebuscada al exclusivo servicio de la oquedad.
Es el autor de películas tan floridas como tontas, que me irritan particularmente, tituladas Moulin Rouge y Romeo + Julieta y no se le ha ocurrido otra cosa a director tan pinturero y prescindible que encapricharse del intimismo de Fitzgerald y montar una verbena visual que está mucho más preocupada por el despliegue de la cámara que por lo que les ocurre a los personajes, por impactar estéticamente al espectador en vez de conmoverlo con esta historia de amor que no puede tener final feliz.
Luhrmann dispone de un presupuesto fastuoso que derrocha rodando en absurdas tres dimensiones, haciendo una muy costosa reconstrucción del Nueva York de los años veinte, decorando hasta la floritura mansiones palaciegas, filmando fiestas y bailes a ritmo de hip-hop, que a veces combina con música de Gershwin.
Es tan vanguardista y tan destroyer que ambientar con jazz el mundo de Fitzgerald le debe de parecer muy antiguo y paleto. Para él lo más cool es plantarle unas gafas negras al espectador y atronarle los oídos con música discotequera para hablarle de la torturada personalidad y las tristes vivencias del soñador Gatsby, la sofisticada y juguetona Daisy Buchanan, el lúcido y concienciado narrador Nick Carraway y las cínicas reglas que rigen el mundo de los muy ricos.
Repito que DiCaprio hace lo que puede para intentar dotar de espíritu a Gatsby.
También el inquietante Tobey Maguire y la camaleónica Carey Mulligan, pero el director se encarga en cada aparatosa secuencia de borrar las inquietudes de Fitzgerald.
Si este levantara la cabeza se llevaría un susto notable al constatar la superficialidad con la que está tratada la tragedia que él contó en su novela.
A pesar de este arranque tan poco estimulante, la programación del festival invita a la ilusión
. Dispone de una sección oficial que va a exhibir las últimas obras de directores de los que puedes esperar mucho, como los estadounidenses Alexander Payne, James Gray, Soderbergh, Jarmusch y los hermanos Coen, el japonés Koreeda, el iraní Farhadi, el italiano Sorrentino, el danés Winding Refn y el polaco Polanski.
Y también es inevitable que te hagas una pregunta desasosegante al plantearte a raíz del cierre de Alta Films cuántas de estas películas podrán ser estrenadas en España
. Los distribuidores independientes lo tienen crudo. Se exhibe bastante cine inestrenable en los festivales pero también películas muy atractivas que no pertenecen a las multinacionales, que hemos podido disfrutar en España gracias a los pequeños e independientes distribuidores.
Y te asalta el temblor cuando Alta Films nos informó que de 220 salas que exhibían en versión original este tipo de cine ya solo quedan abiertas veintitantas.
Habrá que salir de España, como en la época de la siniestra censura franquista, para poder ver determinado cine.
Y sé que esto suena a frívolo, cuando mucha gente está emigrando de este país por algo tan acuciante y angustioso como encontrar trabajo.
Pero no solo de pan vive el cinéfilo.
Luhrmann hace un Carnaval de cartón piedra pintado de porpurina, hasta las joyas son extravagantes y parecen de bazar de Turquia, los trajes y pañuelos de las chicas son de Carnaval. Pero el anillo con pedrusco que lleva Leonardo es una gozada porque encierra todas sus ilusiones y optimismo.
Cannes ha sido inaugurado con una nueva versión de El gran Gatsby, que tal vez sea la novela más celebérrima de Fitzgerald, aunque no la mejor para mi gusto
. A Jay Gatsby, ese hombre enigmático y romántico que creó un imperio para intentar recobrar al amor de su vida, lo encarnó Alan Ladd en una película que no he visto nunca y posteriormente Robert Refford en un retrato académico, mediocre y epidérmico que dirigió Jack Clayton.
Ahora lo encarna Leonardo DiCaprio, alguien al que puedes asociar a la imagen que tenemos de Gatsby y que él se esfuerza por dotar de alma.
Pero el director de la historia es el temible Baz Luhrmann, señor al que apasiona ante todo la parafernalia, un lenguaje visual exhibicionista hasta el mareo, incapaz de transmitir sentimientos auténticos, portador de una estética exuberante y rebuscada al exclusivo servicio de la oquedad.
Es el autor de películas tan floridas como tontas, que me irritan particularmente, tituladas Moulin Rouge y Romeo + Julieta y no se le ha ocurrido otra cosa a director tan pinturero y prescindible que encapricharse del intimismo de Fitzgerald y montar una verbena visual que está mucho más preocupada por el despliegue de la cámara que por lo que les ocurre a los personajes, por impactar estéticamente al espectador en vez de conmoverlo con esta historia de amor que no puede tener final feliz.
Luhrmann dispone de un presupuesto fastuoso que derrocha rodando en absurdas tres dimensiones, haciendo una muy costosa reconstrucción del Nueva York de los años veinte, decorando hasta la floritura mansiones palaciegas, filmando fiestas y bailes a ritmo de hip-hop, que a veces combina con música de Gershwin.
Es tan vanguardista y tan destroyer que ambientar con jazz el mundo de Fitzgerald le debe de parecer muy antiguo y paleto. Para él lo más cool es plantarle unas gafas negras al espectador y atronarle los oídos con música discotequera para hablarle de la torturada personalidad y las tristes vivencias del soñador Gatsby, la sofisticada y juguetona Daisy Buchanan, el lúcido y concienciado narrador Nick Carraway y las cínicas reglas que rigen el mundo de los muy ricos.
Repito que DiCaprio hace lo que puede para intentar dotar de espíritu a Gatsby.
También el inquietante Tobey Maguire y la camaleónica Carey Mulligan, pero el director se encarga en cada aparatosa secuencia de borrar las inquietudes de Fitzgerald.
Si este levantara la cabeza se llevaría un susto notable al constatar la superficialidad con la que está tratada la tragedia que él contó en su novela.
A pesar de este arranque tan poco estimulante, la programación del festival invita a la ilusión
. Dispone de una sección oficial que va a exhibir las últimas obras de directores de los que puedes esperar mucho, como los estadounidenses Alexander Payne, James Gray, Soderbergh, Jarmusch y los hermanos Coen, el japonés Koreeda, el iraní Farhadi, el italiano Sorrentino, el danés Winding Refn y el polaco Polanski.
Y también es inevitable que te hagas una pregunta desasosegante al plantearte a raíz del cierre de Alta Films cuántas de estas películas podrán ser estrenadas en España
. Los distribuidores independientes lo tienen crudo. Se exhibe bastante cine inestrenable en los festivales pero también películas muy atractivas que no pertenecen a las multinacionales, que hemos podido disfrutar en España gracias a los pequeños e independientes distribuidores.
Y te asalta el temblor cuando Alta Films nos informó que de 220 salas que exhibían en versión original este tipo de cine ya solo quedan abiertas veintitantas.
Habrá que salir de España, como en la época de la siniestra censura franquista, para poder ver determinado cine.
Y sé que esto suena a frívolo, cuando mucha gente está emigrando de este país por algo tan acuciante y angustioso como encontrar trabajo.
Pero no solo de pan vive el cinéfilo.
Luhrmann hace un Carnaval de cartón piedra pintado de porpurina, hasta las joyas son extravagantes y parecen de bazar de Turquia, los trajes y pañuelos de las chicas son de Carnaval. Pero el anillo con pedrusco que lleva Leonardo es una gozada porque encierra todas sus ilusiones y optimismo.
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