“Me han puesto en la Academia”, suelta tan campante
Sergi López
(Vilanova i la Geltrú, 1965), y se ríe como niño pillado en una
mentirijilla.
Porque sí, es una mentira: nadie le ha puesto, sino que
López es desde hace 15 días vicepresidente de la
Academia del Cine Catalán
porque iba en la lista ganadora que encabezaba la productora Isona
Passola.
El estreno del cargo le pilla justo en la promoción de su
último estreno —que no último trabajo—,
Tango libre, con el director Frédéric Fonteyne, con quien trabajó en
Una relación privada,
así que López habla tanto de la actuación como de su nueva labor
representativa: “Están pasando muchas cosas. El mundo de la cultura debe
de posicionarse, hay que hacerse preguntas, probar cosas... Me da miedo
que dentro de 20 años nos demos cuenta que nos hemos cargado este país,
que esto sea una jungla.
Se está jugando con la educación y la cultura,
que para mí son indivisibles, y se banalizan sus nociones para
recortarlas. Cuesta mucho montar cosas y cargárselas está tirado en dos
segundos. Hemos bajado el discurso a un nivel paupérrimo del estilo:
‘O
recortamos en cultura o quitamos una cama de hospital’.
Claro, si
estamos así...”. El actor bulle: “Le hemos quitado valor a la palabra
cultura, ahora se dice que es para las élites...”. De ahí concreta en
las películas: “
El cine es una parte de nosotros, en sus imágenes puedes
reconocerte y explicarte ante el resto del mundo”. Tanta reflexión y
representación va a obligar a López a ampliar su vestuario:
“Ahora
tendré que comprar un traje o a alquilarlo más a menudo”.
Aprovechemos para preguntarnos para qué sirve un Estado
Independentista declarado de toda la vida, López confiesa que es
momento de plantearse para qué se quieren las academias y, más aún, las
naciones.
“Me cuesta hablar en nombre de otros, pero es el momento de
hacer cosas, de crear preguntas
. Por ejemplo, si sirve para algo una
academia. Cataluña vive además un momento de mucho bullicio, con un
camino hacia un Estado propio, en que ya veremos cómo es el resultado y
el formato.
Por eso aprovechemos para reflexiones profundas. Ya no vale
eso de ‘Soy independentista’. No, ve más allá: ¿para que sirve un
Estado? ¿Por qué quieres ser nacionalista? ¿Tiene sentido? Hace falta
gente ahora para plantear preguntas y buscar alguna respuesta. Y a eso
me apunto”.
Vuelta al cine. En
Tango libre López encarna a Fernand, un
preso que comparte chica —encima madre de su hijo— con su mejor amigo...
también encarcelado
. El trío empieza a temblar cuando se convierte en
cuarteto por un funcionario de prisiones. Fernand es, en el mejor de los
sentidos, de una pieza: quiere a la chica y a su amigo, idolatra a su
hijo. Y el resto —o lo que piensa el resto— le da igual. “De entrada
puede parecer algo cliché por su lado impulsivo, y según avanza el
metraje conocemos su complejidad. Bueno, como la vida, las familias, que
se construyen como se pueden”.
Frédéric Fonteyne
le avisó que estaba escribiendo para él. “Vi crecer el guion, entendí
que el tango servía como metáfora del vacío que llevamos dentro —la
necesidad de cultura—, y que tenemos que llenar. Frédéric disfruta de lo
lúdico, es militante de la ficción, opina que todo lo imposible es
posible”.
Sin dudas ni preguntas.
Pues Felicidades Sergi, sigue creciendo como actor y como persona. La vida a veces se encarga de marcarnos el camino que no es precisamente el que tu has pensado.
Ni yo, claro