Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

27 abr 2013

Marisa Monte: “Nuestra forma de mirar habla de nosotros”

Marisa Monte. / Tom Munro

Entró en el Estadio Olímpico de Londres, al final de la clausura de los Juegos, tras la exhibición de poderío musical en que los británicos convirtieron la ceremonia. Marisa Monte encarnó a Iemanjá, diosa de las aguas del mar en el sincretismo religioso brasileño, cantando el aria de la Bachiana nº5 de Villa-Lobos.
 “Fue muy emocionante porque nunca había participado en algo tan global.
El espectáculo se desarrolla en el estadio, y tiene cierto impacto allí, pero dónde tiene que ser todo perfecto es en televisión. La producción fue primorosa.
 La parte brasileña, en los últimos ocho minutos, aunque subordinada a la estructura de los ingleses, se hizo con cierta independencia”, cuenta la cantante desde su casa en el barrio de Gávea, en Río de Janeiro.
 Todavía no está claro si participará en los fastos de 2016 en su ciudad.
Deja la puerta abierta tanto a las Olimpiadas como al Mundial de Fútbol de 2014 o a la Copa Confederaciones que se va a celebrar en junio en Brasil.
Marisa Monte es una de las cuatro brasileñas elegidas para el calendario Pirelli 2013: junto a las modelos de rigor, fotografiadas en escenarios de Río por Steve McCurry, el estadounidense cuyo retrato de una niña afgana dio la vuelta al mundo a mediados de los ochenta.
“El calendario se centra tradicionalmente en la belleza física de la mujer, pero este año cambiaron el concepto incluyendo mujeres que tienen relevancia por su trabajo o su activismo en causas humanitarias.
 Me invitaron en parte por mi contribución al proyecto Red Hot [organización que lucha contra el sida para la que ha grabado Aguas de março con David Byrne y, con Devendra Banhart y Rodrigo Amarante, una antigua canción de Caetano Veloso]. La intención era encontrar otra mirada sobre la belleza femenina, sobre la sensibilidad de la mujer”.
Alguien puede pensar que Marisa Monte es maravillosa y otro que es horrorosa. Tiene más que ver con las propias personas que conmigo”
Tenía 19 años –ahora 45- cuando su nombre apareció por primera vez en periódicos y revistas. Se presentaba únicamente en clubes y pequeños teatros
. Pocos la habían oído cantar, pero todo el mundo hablaba de aquella muchacha alta, delgada y pálida
. Un antiguo directivo de su discográfica suele contar lo que toda la profesión sabe en Brasil: que Marisa Monte logró desde el primer día un control sobre su obra como probablemente ningún músico contratado por una multinacional.
 Desde la portada del disco hasta que una canción suya pueda figurar en un recopilatorio o ser utilizada para un anuncio.
 Nada puede hacerse sin su autorización.
La relación con los medios ha cambiado radicalmente en estos 25 años de oficio. La promoción del último disco se hizo sobre todo a través de su página web.
 “Acorta el camino, elimina muchos intermediarios, y eso es un sueño, una utopía maravillosa para el artista y también para el fan, que tiene una fuente directa, oficial, de informaciones.
 Por otro lado, las formas de consumir música se han diversificado mucho.
 Ahora existen millones de maneras diferentes de oir música.
 No es sólo a través de los conciertos, el disco y la radio. Se descarga, se escucha en servicios de streaming, en los portátiles personales...
Como consumidora me parece fantástico poder escuchar en mi teléfono móvil, en plena madrugada, a cualquier artista de cualquier lugar del mundo y de cualquier época”.
“Sin embargo, personalmente, no tengo Facebook, no utilizo Twitter ni Instagram. Como artista todos esos servicios los lleva para mi una empresa. Permiten una comunicación ágil con el público que se interesa por mi trabajo. Yo lo superviso todo, sé lo que se está colgando y, de vez en cuando, yo misma cuento algo allí. Pero con mis amigos me comunico por teléfono o por correo electrónico. No tengo ganas de publicar mensajes colectivos sobre mi vida privada. No me seduce e incluso me parece innecesario”.
Aún hay nostálgicos que se preguntan si los exitosos Tribalistas volverán algún día. “Los Tribalistas nunca se fueron”, exclama, “continuamos escribiendo canciones juntos. El proyecto fortaleció nuestra relación de amistad y no sufrimos desgaste tal vez porque no hicimos una gira. Sobrevivimos a aquello y desde entonces ya compusimos y grabamos suficiente material en mis discos, los de Arnaldo [Antunes] y los de [Carlinhos] Brown como para, aunque de forma más atomizada, tres discos más de Tribalistas que todo el mundo ha escuchado ya. Me parece interesante la no percepción de ese hecho
. Nunca fuimos un grupo y nunca dejamos de existir como núcleo de creación. Somos tres artistas con trabajos individuales que hicimos un trabajo colectivo que ya era consecuencia en aquel momento de diez años de colaboraciones entre los tres. Y hoy, diez años después, seguimos componiendo mucho juntos”.
En su último disco, O que você quer saber de verdade, octavo que lleva su firma, junto a los temas escritos con Arnaldo Antunes y Carlinhos Brown, Marisa Monte exploró una vez más el cancionero de las últimas décadas. Al publicarse en Brasil, se la acusó en una revista cultural de haber grabado 14 canciones demasiado comerciales. “Yo no pienso en esos términos cuando compongo. Esas definiciones son completamente externas a mi raciocinio, a mis sentimientos.
 Creo que lo que hago está muy ligado a mis vivencias, a mis encuentros, a las conversaciones con mis colaboradores, a la música con la que crecí.
 Un reflejo mucho más amplio de mi experiencia existencial, que quizá coincide en muchos puntos con la de muchas otras personas”, explica. “Siempre he sido muy popular, ya desde mi primer disco, y, al mismo tiempo, con el aura de algo sofisticado. Y me parecía que las dos cosas podían convivir perfectamente. En mi opinión las etiquetas no sirven de una forma muy objetiva ni concluyente para casi nada”, dice riendo.
Como consumidora me parece fantástico poder escuchar en mi teléfono móvil, en plena madrugada, a cualquier artista de cualquier lugar del mundo y de cualquier época”
Si el disco generó críticas dispares, en cambio los conciertos de presentación han sido recibidos con elogios unánimes. Seis pantallas, en torno a nueve músicos y la cantante, muestran sin cesar vídeos, fotografías y palabras. Imágenes extraídas de obras de 15 artistas plásticos brasileños contemporáneos como Tunga, José Damasceno, Luiz Zerbini... y animadas y programadas por Emotique, un colectivo de Barcelona que desarrolló un software especial para la gira y que ya ha instalado sistemas similares en el Sónar y la Fundación Miró.
“Abro las actuaciones con una canción que escribí hace años sobre un poema de Octavio Paz en versión de Haroldo de Campos. Y precisamente el primer verso dice “me vejo no que vejo” (me veo en lo que veo). Nuestra forma de mirar el mundo habla de nosotros mismos. Alguien puede pensar que Marisa Monte es maravillosa y otro que es horrorosa. Tiene más que ver con las propias personas que conmigo. Creo que comienzo así la actuación para decirles que cuando me ven en realidad se ven a sí mismas. ‘Prestad atención porque hoy os vais a ver”.
Interpreta Sono come tu mi vuoi, que Mina llevó al éxito hace más de cuarenta años. Hace dos, la mítica cantante italiana incluyó en su disco Piccolino una composición de Marisa Monte y Arnaldo Antunes: Ainda bem. “La invité para que la cantara conmigo en mi disco, pero se demoró intentando escribir una letra en italiano y se pasó el plazo de la grabación.
 Me dijo que la quería grabar en el suyo y al final prefirió cantarla en portugués.
 Me sentí muy honrada porque soy muy fan. Tengo muchos discos y DVDs suyos”. Recuerda que siendo muy joven estudió para cantante lírica en Roma. Unos meses.
Y sabe “el frisson que Mina causa en Italia”.
Podría parecer que siempre tuvo el viento a favor, que todo le ha resultado fácil. “Esa afirmación le quita un poco de mérito al trabajo”, dice riendo.
“Soy muy trabajadora y digamos que supe honrar a la suerte y el talento. Y tengo vocación por lo que hago. No me extravié por el camino, no desperdicié la energía, no perdí la alegría y el placer. Empecé a ser famosa con 20 años, pero trabajaba desde los 14. No sólo con música también en otras áreas. No me asusta el trabajo ¿sabe? Me encanta. Es un gran valor en mi vida y quizá haya guiado todos estos 25 años.”
Marisa Monte no está dispuesta a pasar demasiado tiempo lejos de casa. “Consigo organizarme porque tengo dos hijos pequeños. Mi vida no es sólo trabajo. No quiero perderme ninguna de las dos cosas y ése también es un desafío de la mujer de hoy”. Asegura que le gustan las rutinas de la vida cotidiana y tiene clarísimo que una gira puede ser algo muy poco saludable. “Yo podría ser una atleta, creo que tengo personalidad de atleta”, dice. “No salgo mucho, leo bastante, intento hacer un poco de ejercicio todos los días y descanso lo suficiente. Para dar lo mejor de mí. No como nada pesado, no salgo a almorzar fuera, no bebo. Me cuido como si estuviera concentrada en la víspera de un partido de fútbol. Y eso se refleja en una estabilidad, una solidez, que me permiten sentirme bien en el escenario. Es horrible estar en un escenario y no sentirse bien”.

Marisa Monte actuará el día 30 en Barcelona (Gran Teatre del Liceu) y el 2 de mayo en Madrid (Palacio Municipal de Congresos).

Rubalcaba a Rajoy: "El dato de los 6,2 millones de parados es herencia suya"

El secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, lamentó  el resultado "dramático y pavoroso" de la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año, que situó la cifra de parados en España en 6,2 millones de personas.En la celebración de la Fiesta de la Rosa del PSOE de Extremadura en la localidad pacense de La Albuera, Rubalcaba advirtió al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de que no puede seguir excusándose en la herencia recibida y aseguró que "este dato es suyo".
 "Es su propia herencia", añadió. Rubalcaba dijo a Rajoy que "basta ya de herencias recibidas" y sostuvo que el nuevo récord de 6,2 millones de parados es "fruto de una política económica equivocada y de una reforma laboral pavorosa".
El líder socialista apuntó también que, según las cifras de la última EPA, "con la política de la derecha se pierden dos puestos de trabajo cada minuto en nuestro país", por lo que insistió en que "es su trabajo, su herencia y su resultado".
 Ante esta situación, Rubalcaba instó a Rajoy a plantar a la canciller alemana Angela Merkel y decirle "basta ya de economía suicida".
En su opinión, si España renuncia al impulso público "condenamos a la recesión", y alertó de que "recesión es desempleo y desempleo es desigualdad".
En este sentido, advirtió también que, debido a las políticas impulsadas desde la UE, los españoles son "cada vez más euroescépticos" e incluso afirmó que esta situación se ha convertido ya en "eurotemor" y podría pasar a ser "euroindignación".
Si llega ese momento, en el que los españoles están `euroindignados', Rubalcaba sostiene que "el proyecto europeo estará herido de muerte". Por esta razón, considera que las políticas de recorte "pueden acabar con el proyecto europeo en el sur de Europa".
Por último, sobre el Consejo de Ministros celebrado este viernes, en el que el Gobierno aprobó el nuevo cuadro macroeconómico con las previsiones de los próximos años y el Plan Nacional de Reformas, el secretario general del PSOE consideró que la reunión fue "patética". Para Rubalcaba, "los españoles esperaban una respuesta a la situación del paro" y, por el contrario, lo que obtuvieron fueron tres respuestas, (de la vicepresidenta y de los ministros de Economía y de Hacienda) en las que admitían que el Ejecutivo "no sabe cómo sacar a España de la crisis".
Según el líder socialista, el responsable de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, dijo en la rueda de prensa posterior a la reunión del Consejo de Ministros que el Gobierno "se siente impotente";el titular de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, admitió que "somos incapaces", y la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, anunció que "nos rendimos".
Ante esta situación, Rubalcaba considera que Rajoy "no sabe cómo salir de la crisis ni qué hacer con España" y, por ello, le instó a "dejarse ayudar" por la oposición y por los agentes sociales.
 También defendió la labor que está haciendo su partido en la oposición, ya que considera que "no es el momento de dar caña, sino de dar esperanza" a los ciudadanos y ofrecer una "alternativa".

El hijo de la cautiva.................Por Antonio Muñoz Molina

La dramática historia de Cynthia Parker está en el origen de la película 'Centauros del desierto'

Su hijo mayor se convirtió en el último caudillo guerrero de los comanches.

En 1836, cuando tenía nueve años, Cynthia Ann Parker fue arrancada cruelmente por primera vez del mundo al que pertenecía.
 Estaba jugando una mañana en el rancho que su familia había construido y fortificado en una zona del oeste de Texas, en el límite de las grandes praderas donde ningún colono blanco se había aventurado, habitadas por indios cazadores y guerreros y por manadas oceánicas de bisontes.
 Una banda de jinetes comanches se acercó a la entrada del rancho pidiendo comida y agua.
 A los pocos minutos había empezado la primera de las dos grandes matanzas a las que Cynthia Ann Parker asistió en su vida.
 Los hombres de la familia cayeron traspasados por lanzas y flechas.
 Todavía vivos los comanches les arrancaron las cabelleras y les cortaron los genitales antes de matarlos
. A la abuela la clavaron con lanzas al suelo y la violaron repetidamente
. A un bebé que no paraba de llorar se lo quitaron a la madre de los brazos y lo degollaron
. Cynthia Ann Parker fue atada a la grupa de un caballo y arrastrada hasta que se hizo de noche
. Vio cómo una tía suya de 17 años, también cautiva, era torturada y violada en medio de una gran danza de celebración en torno a una hoguera.
 Los comanches mataban a los bebés, pero adoptaban a los niños algo mayores.
 Al poco tiempo Cynthia Ann Parker había olvidado la lengua inglesa y hablaba y vestía como una niña comanche.
A partir de entonces empezó una leyenda
. Mercaderes que trataban con los indios decían haber visto a una comanche rubia con los ojos azules que se apartaba asustada de ellos cuando le hablaban en inglés.
 Uno de los supervivientes de la familia, su tío James Parker, decidió buscarla y rescatarla y pasó más de diez años recorriendo los territorios inmensos en los que las patrullas militares se extraviaban queriendo encontrar el rastro de las bandas de comanches, los guerreros fulminantes y crueles que preferían atacar en la claridad de las noches de luna y que desde hacía casi dos siglos dominaban la facultad temible de pelear a caballo, aterrorizando por igual a las otras tribus indias y a las patrullas españolas que se atrevían a subir hacia el norte desde México
. Diez o quince años después del rapto, algún viajero blanco se encontró con la que ya no recordaba llamarse Cynthia Ann Parker, ahora esposa de un jefe y madre de tres hijos.
 Su piel era ya tan cobriza como la de las indias y tenía el pelo oscurecido con grasa de bisonte.
 Ahora se llamaba Nautdah: la que ha sido dada, o aceptada, o acogida.
Mercaderes que trataban con los indios decían haber visto a una comanche rubia con los ojos azules
En 1860 su mundo se vio trastornado por segunda vez.
 Para entonces los comanches se batían lentamente en retroceso, sus territorios invadidos por centenares de miles de colonos, las manadas de bisontes gravemente diezmadas
. El cólera y la viruela eran matarifes todavía más eficaces que los nuevos fusiles de repetición contra los que ya no podían nada los arcos y las flechas.
 Un día, antes del amanecer, los soldados atacaron un campamento comanche.
 Para entonces el hábito de arrancar las cabelleras y sacar las entrañas a los vivos igual que a los muertos se había extendido a todas las partes combatientes.
 Cynthia Ann Parker se vio en medio de una batalla en la que murió su esposo y en la que perdió de vista a sus dos hijos mayores.
 A la pequeña, Flor de la Pradera, todavía le daba el pecho
. Entre las humaredas, los gritos, los relinchos de los caballos, los ladridos de los perros, la carnicería general, uno de los soldados redujo con dificultad a una india que huía con un bebé en los brazos y descubrió que tenía los ojos azules.
En una fotografía que le tomaron poco después no parece una mujer blanca: tiene la cara oscura, como quemada, el pelo liso y mal cortado, una expresión de recelo o de pánico, y le da el pecho abiertamente a su hija.
 La historia de la cautiva rescatada al cabo de veinticuatro años se publicó en todos los periódicos.
 La llevaron a un cuartel y las mujeres de los oficiales se encargaron de ponerle ropas de blanca, y al principio se dejaron engañar por su apariencia de docilidad
. Pero en cuanto se descuidaron Cynthia Ann Parker estaba intentando huir con su hija y se arrancaba el vestido de algodón para ponerse de nuevo su ropa de comanche
. La apresaron de nuevo, pero era inútil
. Permanecía inmóvil, con su hija en brazos, con la mirada perdida.
 La niña contrajo unas fiebres y murió al cabo de algún tiempo.
 Cynthia Ann Parker no volvió nunca con los comanches ni se reintegró a la comunidad de los blancos.
Vivió como un fantasma, doblemente extranjera.
La historia de la cautiva rescatada al cabo de veinticuatro años se publicó en todos los periódicos
Su historia, convertida en leyenda, es el origen de la película más hermosa de John Ford, The Searchers (Centauros del desierto).
 Pero la realidad es mucho más complicada y más áspera que la ficción, aunque también más sorprendente. Lo he sabido leyendo un libro del historiador americano S. C. Gwynne, Empire of the Summer Moon, que cuenta lo que está más allá de esos finales rotundos que nos gustan tanto en el cine y en las novelas
. En las historias de la realidad no hay puntos finales.
 Mientras Cynthia Ann Parker se confinaba a sí misma en un silencio sin fisuras, su hijo mayor, que tenía 12 años cuando ella fue rescatada, o raptada por segunda vez, crecía hasta convertirse en el último caudillo guerrero de los comanches, Quanah Parker.
 En el final apocalíptico de una nación que había dominado a caballo durante dos siglos los territorios centrales de un continente tan ancho como un océano, Quanah Parker fue el último héroe, el más temerario y el más cruel, el que seguía resistiendo cuando la matanza metódica de treinta millones de bisontes, llevada a cabo en muy pocos años, dejó desiertas las grandes praderas, de modo que los comanches ya no tenían ni comida ni estiércol seco para encender hogueras ni pieles para hacer tiendas o prendas de ropa, ni tendones con los que tejer cuerdas de arcos.
Una historia así exige un crescendo trágico, un acorde definitivo a la altura de su despliegue épico.
 Pero resulta que, en un cierto momento, cuando comprendió que todo estaba perdido, y que continuar la guerra era condenar a su pueblo al exterminio, Quanah Parker se rindió honrosamente a sus antiguos enemigos, se instaló en una reserva y empezó una vida sedentaria y razonablemente próspera de ciudadano americano
. Sin perder su apostura imponente el guerrero primitivo derivó en activista cívico, dedicado a los negocios y a la defensa de los derechos de los suyos
. Se acostumbró a los sombreros flexibles y a los trajes a medida, pero no renunció nunca a su larga melena lisa de guerrero, ni tampoco al hábito comanche de la poligamia.
 Intentó averiguar el paradero de su madre, pero solo pudo visitar tristemente su tumba.
 A lo que nunca se rebajó fue a participar, como otros antiguos jefes, en el circo humillante de Buffalo Bill. Fue amigo del presidente Theodore Roosevelt, y su imagen atónita en movimiento se conserva en una película de 1908.
El imperio de la luna de agosto. Auge y caída de los comanches. S. C. Gwynne. Turner. Madrid, 2011.
www.antoniomuñozmolina.es