Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

22 abr 2013

Guindos contempla una caída del PIB de hasta el 1,5% para este año


Guindos habla con Jaime Caruana, director del Banco Internacional de Pagos, durante la asamblea del FMI. / EFE

El Gobierno espera para este año una contracción de la economía de entre el 1,0 y el 1,5%, según ha declarado el ministro de Economía, Luis de Guindos, en una entrevista publicada este lunes por el Wall Street Journal. Para 2014, el Gobierno, tal y como reconoció el propio responsable de Economía este fin de semana en la reunión del G-20, espera un "ligero" crecimiento de la economía pese a los ajustes
. Las cifras que admite el Ministerio para este año están, en el rango superior del intervalo, en línea con las del FMI, actualizadas hace apenas unos días y que vaticinan una caída del 1,6% en 2013 y un repunte del 0,7% para 2014, o la Comisión Europea.
Probablemente, el Gobierno español presentará este viernes el plan de estabilidad con sus previsiones revisadas para los próximos tres años junto a su nuevo plan de reformas. Las cifras de PIB, tal y como ha reconocido el ministro, serán mucho peores que las vigentes, que en cualquier caso estaban desfasadas desde hace tiempo al augurar una contracción del 0,5% en 2013 y un alza del 1,2% en 2014.
Sin embargo, el Ejecutivo estaba pendiente de que Bruselas accediese a flexibilizar los objetivos de déficit para actualizar su cuadro macroeconómico.
 El motivo es que era imposible defender con los actuales presupuestos que el país iba a alcanzar el déficit del 4,5% —desde el 10,6% de 2012 con ayudas a la banca o del 7% sin ellas— con una caída superior al 0,5% del PIB.
El Gobierno admitía hasta ahora de forma no oficial que la economía caería en torno al 1% en 2013, lo que es una contracción menos intensa que la que ha reconocido Guindos al WSJ en Washington. En cuanto al déficit, España espera que la Comisión acceda a dar un margen de hasta el 6% del PIB.
 Además, presumiblemente, contará con dos años más, hasta 2016, para reducir el desfase presupuestario hasta el 3% que exige Bruselas.
Precisamente, Guindos ha avanzado que el nuevo plan de reformas pondrá más el acento en el crecimiento económico frente a la mera reducción del déficit.
 Así, ha descartado nuevas medidas "significativas" de austeridad, y ha recordado que las políticas para contener el gasto en pensiones y la subida del IVA se sentirán cada vez más en los próximos años, mientras que la vuelta al crecimiento económico ayudará a incrementar la recaudación fiscal.
"Lo que vamos a tener que hacer ahora es lograr un equilibrio entre reducción del déficit y el crecimiento económico", ha asegurado el ministro, para quien el mejor comportamiento de las cuentas públicas ha mejorado la confianza en la sostenibilidad de España.
 Por ello, a su juicio "el principal temor de los inversores internacionales respecto a España en este momento es el crecimiento económico".

El Supremo anula el primer despido colectivo de la reforma laboral

No entregar la documentación sobre la situación financiera de la empresa y mostrarse inflexible en la negociación de una regulación de empleo le ha costado a Talleres López Gallego la anulación definitiva del ERE que puso en marcha el pasado 21 de febrero de 2012
. El Tribunal Supremo ha confirmado la anulación del despido colectivo que esta empresa puso en marcha 11 días después de que se aprobara la reforma laboral y que ya había sido tumbado por el Tribunal Superior de Madrid.
Esta sentencia del Supremo es la primera que falla el alto tribunal sobre una regulación de empleo tras la reforma laboral aprobada el año pasado.
 Según queda acreditado en la sentencia del Tribunal Superior de Madrid, confirmada ahora, 11 días después de la reforma laboral Talleres López Gallego puso en marcha un despido colectivo que afectaba a 28 personas en el que no cumplió con las exigencias de documentación y negociación que exige el reglamento de regulaciones de empleo vigente entonces.
Talleres López Gallego adujo causas económicas para poner en marcha el despido colectivo
. Esta vía requiere que la empresa pruebe su situación y, según la sentencia, no aportó la documentación necesaria para eso. "La empresa no entregó las cuentas de los dos últimos ejercicios completos", explica la sentencia confirmada. "No se informó sobre la venta de bienes de la empresa", prosigue.
Otro argumento que empleó el Tribunal Superior de Madrid, ratificado ahora, fue que la empresa no mejoró durante el periodo de negociación la oferta inicial a los afectados (20 días de indemnización por año trabajado, el mínimo legal).
"Tal postura no constituye una negociación, proceso caracterizado por su dinámica de concesiones o de construcción de soluciones y opciones consensuadas.
 Quien se acerca a una mesa de consultas de un expediente de regulación de empleo con una única posiblidad sobre la mesa, la suya, no negocia [...], y tal comportamiento no constituye una negociación de buena fe", continúa. 
La sentencia del Supremo confirma la linea marcada por los diferentes tribunales superiores de justicia autonómicos y la Audiencia Nacional.
 La reforma laboral facilitó los despidos colectivos al anular la autorización administrativa y definir como causa económica la caída de facturación durante tres trimestres consecutivos.
 No obstante, al llevar adelante un expediente de regulación de empleo la empresa tiene que demostrar documentalmente la causa alegada y negociar "de buena fe".
Cuando estas dos premisas no se cumplen, los tribunales vienen anulando los despidos colectivos.

21 abr 2013

Es una rabia que asciende.................

IRA ACUMULADA


Es una rabia que asciende
desde un lugar muy hondo
y no para de crecer
por tantos millones de personas
desterrados en mitad de un desierto
donde no se vislumbra oasis alguno.
Ustedes hacen sus números,
exponen datos, clavan puñaladas
y todo sube mientras los salarios bajan...
Y así cada día, nosotros más pobres,
todo convertido en Miseria matizada
por un conjunto de cifras mezquinas
dignas de un pensamiento ciego
especializado en el peor de los latrocinios
y que alimenta sin cesar los privilegios
que el capital y el sistema
son capaces de ofrecer a unos pocos
a costa del sufrimiento de los demás.
Lo que tienen enfrente
son millones de desahuciados,
da igual quién conserve  su piso y quién no,
todos hemos perdido mucho
y por el camino que vamos
terminaremos por arruinarnos del todo.
La gente aprenderá a abandonar
la carne y el pescado,
a alargar la leche y el jabón con agua,
a morirse esperando
una cita que se supone inaplazable
con un quirófano vacío.
Aprenderá a trampear la luz
de la escalera para alumbrarse,
a morderse las uñas,
a navegar por noches de tormenta
llenas de sogas y ventanas.
Aprenderá a quitarle los bichos
a los garbanzos y la esperanza,
a verlos a ustedes salir en la tele
desnudando desvergüenzas
con declaraciones llenas de absurdos,
inventando una jerga grotesca
para renovar impasibles sus mentiras,
insultando a los que exigen derechos,
y exigiendo para sí mismos
todo aquello que les niegan a los demás.
Pero quizás aprenda también la gente
que rebelión aún sigue siendo
una palabra con mucho contenido,
así que les recomiendo cuidado,
cualquier día de estos puede asomar
su faz rojiza detrás de cualquier esquina.
Y que entonces el diablo les coja confesados
con tanta ira como hemos acumulado.
 
 
Del Blog Escrito con Sentido
por Paco Gor

La depresión del Excel

En esta era de la información, los errores matemáticos pueden llevar al desastre
. La Mars Orbiter de la NASA se estrelló porque los ingenieros olvidaron hacer la conversión a unidades del sistema métrico; el plan de la ballena de Londres de JPMorgan Chase salió mal en parte porque quienes hicieron los modelos dividieron por una suma en lugar de por una media.
 De modo que, ¿fue un error de codificación de Excel lo que destruyó las economías del mundo occidental? Esta es la historia hasta la fecha: a principios de 2010, dos economistas de Harvard, Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff, divulgaron un artículo, Growth in a time of debt (Crecimiento en una época de endeudamiento), que pretendía identificar un umbral crítico, un punto de inflexión, para la deuda pública. Una vez que la deuda supera el 90% del producto interior bruto, afirmaban, el crecimiento económico cae en picado.
Reinhart y Rogoff tenían credibilidad gracias a un libro anterior admirado por todo el mundo sobre la historia de las crisis financieras, y el momento escogido era perfecto.
El artículo se publicó justo después de que Grecia entrase en crisis y apelaba directamente al deseo de muchos funcionarios de virar del estímulo a la austeridad.
 En consecuencia, el artículo se hizo famoso inmediatamente; seguramente era, y es, el análisis económico más influyente de los últimos años.
El hecho es que Reinhart y Rogoff alcanzaron rápidamente un estatus casi sagrado entre los autoproclamados guardianes de la responsabilidad fiscal; la afirmación sobre el punto de inflexión se trató no como una hipótesis controvertida, sino como un hecho incuestionable.
 Por ejemplo, un editorial de The Washington Post de principios de este año advertía contra una posible bajada de la guardia en el frente del déficit porque estamos “peligrosamente cerca de la marca del 90% que los economistas consideran una amenaza para el crecimiento económico sostenible”.
 Fíjense en la expresión: “los economistas”, no “algunos economistas”, y no digamos ya “algunos economistas, a los que contradicen enérgicamente otros con credenciales igual de buenas”, que es la realidad.
La elevada deuda de Japón es consecuencia de la crisis, no su causa
Porque lo cierto es que el texto de Reinhart y Rogoff se enfrentó a críticas considerables desde el principio y la controversia aumentó con el tiempo.
Nada más publicarse el artículo, muchos economistas señalaron que una correlación negativa entre la deuda y el comportamiento económico no significaba necesariamente que la deuda elevada fuese la causa de un crecimiento lento.
 Podría ocurrir perfectamente lo contrario, y que el mal comportamiento económico condujese a una deuda elevada.
 De hecho, este es evidentemente el caso de Japón, que se endeudó enormemente después de que su crecimiento se hundiese a principio de los noventa.
Con el tiempo, surgió otro problema: otros investigadores, usando datos de deuda y crecimiento aparentemente comparables, no fueron capaces de replicar los resultados de Reinhart y Rogoff.
 Lo habitual era que encontrasen cierta correlación entre la deuda elevada y el crecimiento lento (pero nada que se pareciese a un punto de inflexión en el 90% ni, de hecho, en ningún nivel concreto de deuda).
Finalmente, Reinhart y Rogoff permitieron que unos investigadores de la Universidad de Massachusetts analizasen la hoja de cálculo original; y el misterio de los resultados irreproducibles se resolvió.
 En primer lugar, habían omitido algunos datos; en segundo lugar, emplearon unos procedimientos estadísticos poco habituales y muy cuestionables; y finalmente, sí, cometieron un error de codificación de Excel.
 Si corregimos estos errores y rarezas, obtenemos lo que otros investigadores han descubierto: cierta correlación entre la deuda elevada y el crecimiento lento, sin nada que indique cuál de ellos causa qué, pero sin rastro alguno de ese umbral del 90%.
En respuesta a esto, Reinhart y Rogoff han admitido el error de codificación, han defendido sus demás decisiones y han afirmado que nunca aseguraron que la deuda provoque necesariamente un crecimiento más lento.
 Esto es un tanto insincero porque repetidamente dieron a entender esa idea aunque evitasen formularla expresamente.
 Pero, en cualquier caso, lo que realmente importa no es lo que quisieron decir, sino el modo en que se ha interpretado su trabajo: los entusiastas de la austeridad anunciaron a bombo y platillo que ese supuesto punto de inflexión del 90% era un hecho probado y un motivo para recortar drásticamente el gasto público incluso con un paro elevadísimo.
Este fiasco debe situarse en el contexto más amplio de la obsesión por la austeridad
Por eso debemos situar el fiasco de Reinhart y Rogoff en el contexto más amplio de la obsesión por la austeridad: el evidentemente intenso deseo de los legisladores, políticos y expertos de todo el mundo occidental de dar la espalda a los parados y, en cambio, usar la crisis económica como excusa para reducir drásticamente los programas sociales.
Lo que pone de manifiesto el asunto de Reinhart y Rogoff es la medida en que se nos ha vendido la austeridad con pretextos falsos. Durante tres años, el giro hacia la austeridad se nos ha presentado no como una opción sino como una necesidad. Las investigaciones económicas, insisten los defensores de la austeridad, han demostrado que suceden cosas terribles una vez que la deuda supera el 90% del PIB. Pero las investigaciones económicas no han demostrado tal cosa; un par de economistas hicieron esa afirmación, mientras que muchos otros no estuvieron de acuerdo. Los responsables políticos abandonaron a los parados y tomaron el camino de la austeridad porque quisieron, no porque tuviesen que hacerlo.
¿Servirá de algo que se haya hecho caer a Reinhart y Rogoff de su pedestal? Me gustaría pensar que sí. Pero preveo que los sospechosos habituales simplemente encontrarán algún otro análisis económico cuestionable que canonizar, y la depresión no terminará nunca.
Paul Krugman es profesor de Economía de Princeton y premio Nobel 2008.
Traducción de News Clips.