8 abr 2013
Fallece la actriz Sara Montiel
Representó la metáfora inequívoca de cierta España de los 50, los 60 y los 70
- “En 54 años no ha salido nadie como yo”
- Hoy, como siempre leí la prensa local y no decía nada de esta noticia.
- Hace unos dias cumplía años y las fotos eran muy extravagantes, como siempre iba ella que nunca se resignó a que los años pasaran por ella. Pero siempre fue así. Una Mujer muy pintada, que jamás dejó que se apagaran el eco de sus Películas y de sus canciones.
- Fue muy guapa y quiso o creyó que la pintura le haría ser quién cantó "Juró amarme un hombre sin miedo a la muerte......o Cómpreme usted este ramito....Ven y ven y ven, chiquillo vente conmigo.....
- Mala suerte que Descanse en Paz, y que nos siga cantando....Fumando espero al hombre que más quiero....
-
La actriz Sara Montiel ha fallecido hoy a los 85 años en su casa en el madrileño barrio de Salamanca como consecuencia de una grave crisis de salud.
La intérprete, nacida en 1928 en Campo de Criptana (Ciudad Real) fue la primera gran estrella española que llegó hasta Hollywood.
Protagonizó películas como Veracruz o El último cuplé. Metáfora inequívoca de cierta España de los 50, los 60 y los 70, la actriz y cantante interpretó además canciones de resonancias inolvidables tales como Fumando espero o Bésame mucho.
Sara Montiel, que también fue una de las más cotizadas actrices en el terreno de las variedades, decidió dejar el cine en 1974.
Apenas hace tres semanas la última diva había celebrado sus 85 años en compañía de sus amigos más íntimos. Y no dio (no parecía dar) muestras de fatiga.
Porque jamás tuvo en mente bajarse de los escenarios. “En primavera me pongo a dar conciertos. Y me va muy bien. Pero en diciembre y enero no hago nada, ¿eh? El año pasado hice seis galas.
Me quieren mucho en toda España. Estoy dos horas en el escenario y todos salen encantados.
Y no hago nada para cuidar mi voz”, dijo en octubre pasado en su última entrevista, concedida a EL PAÍS.
En 1957, con el estreno de El último cuplé le llegó el éxito.
A partir de entonces comenzó a protagonizar una cadena de melodramas musicales. Y puso su tarifa: “Un millón de dólares por película”.
Ella misma elegía las canciones que iba a interpretar.
También el vestuario, para que estuviera a juego con la escenografía. Y hasta el horario de trabajo. “Porque me negué a volver a madrugar. En México y EE UU tenía que levantarme a las cinco y media o seis de la mañana. ¡Nunca más!”.
Se olvidó de Hollywood. “En todas partes cayó El último cuplé como una avalancha y en todas partes triunfó. ¿Quién, en un caso así, querría volver a hacer de india?”.
Nació en Campo de Criptana (Ciudad Real), un pueblo humilde que subsistía gracias a la agricultura. Al estallar la Guerra Civil, se fue con su familia a Orihuela (Alicante), y ahí la futura estrella comenzó a estudiar en un colegio de monjas, donde sor Leocadia le enseñó a cantar.
María Antonia Abad Fernández (que era su verdadero nombre) tenía 16 años cuando en la Semana Santa de 1941 cantó una saeta que escuchó el periodista José Ángel Ezcurra, fundador de la revista Triunfo, y quiso conocerla.
Ezcurra le puso una profesora de canto y la animó a presentarse a un concurso. Interpretó La morena de mi copla y ganó.
Luego la llevaron a Barcelona para hacer unas pruebas de cine, y debutó, no sin ciertas reticencias, con Empezó en boda, al lado de Fernando Fernán-Gómez.
“Fue el primero que me besó. Yo tenía 16 años y no sabía. Y me explicó cómo se hacían las películas. Yo creía que se hacían como se ven: del principio al final”.
Pensó en Alejandra como nombre artístico.
Pero al ilustrador Enrique Herreros no le gustó. Requería un “apellido contundente”, como Montiel. Por su parte, ella recordó que su bisabuela se llamaba Sara, un nombre que le agradaba. Así nació Sara Montiel.
Y así la llamaron por primera vez en la revista Primer Plano.
Llegaron más películas
. En Locura de amor, por ejemplo, hizo de “mala malísima”. “Pero ahí el público comenzó a notar que en realidad yo estaba buenísima”. Sentía, con todo, que su carrera de actriz no despegaba.
Un día, el dramaturgo Miguel Mihura (“mi primer amor, el hombre que me hizo mujer y al que volvía loco en la cama y dejaba como un trapo”) la recomendó a la productora Hispamex, que la contrató para hacer Furia roja en México.
Sara Montiel llegó al Distrito Federal acompañada por su madre en abril de 1950. “¡Ay, qué país México! Una industria cinematográfica muy profesional, en plena época de oro
. ¡Y la gente se podía divorciar! Una realidad que contrastaba con la España cutre que teníamos. Al instante me hice famosa. Cómo no, si me pusieron al lado de Pedro Infante.
Hice tres películas con él. Y me hice mexicana, claro. Todavía tengo mi carta de nacionalidad en la caja fuerte. Cuando me casé con Tony Mann, en Los Ángeles, me casé con mi otro pasaporte, el mexicano”.
A Sara, Sarita, Saritísima, le sobreviven sus dos hijos (adoptados) y una de las más grandes leyendas del cine español.
7 abr 2013
Piedras
PIEDRAS
Piedras de estas islas
retorcidas oscuridades
creadas en la noche
del espacio y los tiempos.
Con ellas las palabras
huelen a pedernal
y el silencio tiene
substancia de volcán.
Piedras de archipiélago
que retrotraen en el alma
el espíritu de la lava
el canto de los pájaros
el color de los bosques
y el resabio a sal.
Piedras que visten
montañas desnudas
y solitarios litorales
como mirlos de negritud
que miran ansiosos
a un azul cielo oceánico...
Mi corazón las ama,
heterogéneas peñascos
con formas imposibles,
diminutos guijarros
preservando humedades,
grises cantos rodados
que las olas acarician:
Las amo por sabias
y no por la dureza
que sus esencias subliman.
Del Blog Escrito con Sentido
Pacogor
Cuestión de tiempo Por: Ángela Paloma Martín | 05 de abril de 2013..................Del Blog Mujeres
Tan sólo era cuestión de tiempo el que la hija pequeña del rey también estuviese implicada en el caso Nóos. Cuestión de tiempo.
Y esto implica un hecho histórico real porque nunca nadie antes de la realeza había estado imputado por un caso de corrupción.
Y mujer. Esto parece indicar que aquella afirmación que hizo el rey Juan Carlos las pasadas navidades de que “la justicia es igual para todos” ¿podría ser cierta? Aunque él se refiriese de manera indirecta a su yerno, al parecer, a su hija, también se le puede aplicar
. Pero no, la justicia no es igual para todos.
Lejos quedarán aquellas imágenes de la infanta Cristina donde veía jugar a Iñaki Urdangarín cuando éste era jugador de balonmano.
Unas imágenes sencillas y sinceras como cualquier pareja de enamorados
. Años más tarde, la rebeldía de un marido dedicado a otros quehaceres fuera del deporte, y su implicación, le traerían a Cristina unas consecuencias ligadas a la justicia.
Porque tan sólo era cuestión de tiempo el que la infanta tuviese alguna relación. Es imposible que las esposas de aquellos que presuntamente cometen algún delito no tengan absolutamente nada que ver o desconozcan absolutamente todo. Como Ana Mato.Hay mujeres que no saben que tienen un pederasta en casa, por ejemplo.
Burlar a la justicia cuando se es mujer e hija del rey de
España puede ser fácil. O esa es la impresión que puede causar.
De ahí que la Casa Real muestre su sorpresa. ¿Mi hija? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¡De eso nada! El comunicado real ha sido el primer ataque del Don Juan Carlos.
Un rey que a lo largo de los últimos meses ha perdido reputación, credibilidad y sostenibilidad en un Estado que de por sí ya tiene una gran crisis. Ahora, se acumula otra más. La Casa Real se ha mantenido firme a una estrategia de comunicación dedicada a “apartar” tanto a Urdangarín como a la infanta de los actos oficiales. Pero ese “apartar” tiene la consecuencia de ir “acumulando” curiosidades y por tanto dudas al no ser respondidas.
La presión que ha ejercido el ex socio de Urdangarín ha llevado por fin a que el juez tome una decisión firme: intentar esclarecer si la infanta tomó partido en las actividades del Instituto Nóos. El próximo 27 de abril, fecha fijada para la comparecencia, la hija menor de rey hará historia al presentarse a los juzgados de Palma de Mallorca. ¿Moverá esta vez ficha el rey Juan Carlos o se apartará también del tema?
¿Por qué se les mandó a Whasington en lugar de parar a tiempo todo este escándalo?. En 7 años todo hubiera sido más facil, y el exsocio de Urdangarin no hubiera pedido un puesto en telefónica a cambio de E-Mails Pivados, que digo yo como los consigue....porque si tiene desde el principio es que ya sabía que no estaba bien lo que hacia.
Imagen de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en 1999, por Julián Martín (Efe)
De ahí que la Casa Real muestre su sorpresa. ¿Mi hija? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Por qué? ¡De eso nada! El comunicado real ha sido el primer ataque del Don Juan Carlos.
Un rey que a lo largo de los últimos meses ha perdido reputación, credibilidad y sostenibilidad en un Estado que de por sí ya tiene una gran crisis. Ahora, se acumula otra más. La Casa Real se ha mantenido firme a una estrategia de comunicación dedicada a “apartar” tanto a Urdangarín como a la infanta de los actos oficiales. Pero ese “apartar” tiene la consecuencia de ir “acumulando” curiosidades y por tanto dudas al no ser respondidas.
La presión que ha ejercido el ex socio de Urdangarín ha llevado por fin a que el juez tome una decisión firme: intentar esclarecer si la infanta tomó partido en las actividades del Instituto Nóos. El próximo 27 de abril, fecha fijada para la comparecencia, la hija menor de rey hará historia al presentarse a los juzgados de Palma de Mallorca. ¿Moverá esta vez ficha el rey Juan Carlos o se apartará también del tema?
¿Por qué se les mandó a Whasington en lugar de parar a tiempo todo este escándalo?. En 7 años todo hubiera sido más facil, y el exsocio de Urdangarin no hubiera pedido un puesto en telefónica a cambio de E-Mails Pivados, que digo yo como los consigue....porque si tiene desde el principio es que ya sabía que no estaba bien lo que hacia.
Imagen de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin en 1999, por Julián Martín (Efe)
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