Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

7 abr 2013

La marca Infanta.....................por la Señora de Muñoz Molina


El príncipe Felipe, en la entrega de despachos a los nuevos jueces en Barcelona. / M. Minocri
Y después de todo usted es como la Infanta le dan Proyectos por su marido.
Puede que el cucú trastrás sea el primer juego que aprenden todas las criaturas del mundo. Consiste en taparse la cabeza y pensar que se ha desaparecido por completo, para luego creer que al destapársela le dan una sorpresa al adulto. Es un juego que denota madurez, dado que jugar es algo muy sofisticado, pero también es una muestra de un pensamiento mágico que va desapareciendo hacia los ocho años. Dejando a un lado la inevitable melancolía que el abandono de la edad mágica provoca en los padres, hacerse adulto es bueno, para uno mismo, para la familia, para la sociedad, para España, para el planeta. En fin. De cualquier manera, todos conocemos a grandes expertos en seguir jugando al cucú trastrás a lo largo de su vida. Dentro de estos eternos jugadores se encuentran los marrulleros, los mentirosillos, los enredadores, los liantes, los que tiran la piedra y esconden la mano, los embaucadores, los manipuladores, los jetas. Los que te venden aquello de que decir la verdad es solo cosa de borrachos y niños. Dejando a un lado ese catálogo de mentiras piadosas de las que todos echamos mano, o ese otro de verdades que evitamos por no herir inútilmente, saber la verdad es casi un derecho constitucional.
 Cuando el ministro García Margallo afirma que la imputación de la infanta Cristina es mala para la maltrecha Marca España, es inevitable pensar en si esta verdad (la decisión del juez Castro) puede perjudicar más que todas las mentiras o las verdades a medias con la que los Gobiernos españoles han intentado vender nuestro país: desde las cifras del déficit que vendió el Gobierno de Zapatero hasta las cifras del déficit que ha vendido este Gobierno que tanto criticó la mentira; desde la tozuda negación del Gobierno socialista de que había una crisis a punto de explotar bajo nuestros pies a este otro que tiene al frente a un presidente enigmático que comparece ante la prensa emboscado en una pantalla y desaparece de la imagen antes de que se le pueda hacer alguna pregunta. Cucú trastrás.
 Cabe preguntarse si no nos beneficia, más que perjudicarnos, el que la prensa internacional valore que al menos hay individuos en las instituciones españolas que consideran que todos los ciudadanos somos iguales ante la ley. Porque lo que se viene criticando de España desde fuera, al menos aquello que yo he leído, es todo lo contrario, la falta de transparencia, la poca afición del presidente a someterse al escrutinio periodístico, el nulo castigo que han recibido los corruptos, el misterio de la financiación de los partidos, la oscura relación entre algunos políticos y los protagonistas de la burbuja inmobiliaria, en resumen, todo eso que a nosotros nos impacienta y nos irrita a diario hasta habernos sumido en este actual ambiente de desesperanza.
La imputación es una buena noticia. Algo funciona.
 Ya no se puede esconder la cabeza bajo la manta
 La Marca España, esa cosa engendrada una noche de pasión por un asesor político y un experto en marketing, ha venido siendo mancillada desde hace mucho tiempo
. Para empezar, por aquellos que lejos de promocionar nuestro país se han dedicado con sus tejemanejes a exportar la idea de que no somos un país de fiar. España, así, a secas, sin entrar en marcas ni bobadas, ha ido promocionándose calladamente gracias a su cultura, sobre todo.
 Esa cultura herida de muerte por el IVA del francotirador Montoro, y a la que, en su acción exterior, se ha vaciado en estos dos últimos años de presupuesto hasta hacer casi imposible que un Instituto Cervantes, por ejemplo, pueda ofrecer en el extranjero algo más que clases de español y ¡como hay que hacer para dar clases en un Instituto Cervantes, sin cuña, por supuesto, o es imposble acceder si no tienes cuña?.
. Ante esta desolación, ¿cómo nos puede perjudicar una verdad?
 La verdad que dejó caer este pasado miércoles el juez José Castro, ese hombre retratado magistralmente en las crónicas de Andreu Manresa (gran periodismo), que lejos de dejarse presionar por la voz del pueblo que desde hace tiempo clamaba por la imputación ha esperado el momento en el que esa necesidad estuviera meridianamente clara.
 Dicho de otra manera: más le ha perjudicado a la imagen de España las actividades económicas de Urdangarin en connivencia con ciertos políticos y a la Monarquía el haber hecho durante un tiempo la vista gorda que la decisión del juez de repartir responsabilidades.
Mientras el Partido Popular mostraba su preocupación por una noticia que puede perjudicar a la institución monárquica, el Príncipe, al cual no le queda otra manera de salvarse en estos momentos que aferrarse a la verdad, se dirigía a los jueces al día siguiente de la imputación de su hermana para decirles que son merecedores de nuestra mayor confianza.
 Y es que ya no hay vuelta atrás, ya no se puede esconder la cabeza debajo de la manta y creer que de esa manera se evita la obligación de enfrentarse a los hechos.
 Si la verdad es inquietante, que todas las instituciones de nuestro país están tocadas, más peligroso sería ocultarla. No le conviene a la dichosa marca que el desapego de los ciudadanos aumente.
 Dicho en términos de marketing: uno no puede vender aquello en lo que no cree.
A mí, la imputación me ha parecido una buena noticia. Algo funciona.
 En cuanto a la proliferación de chistes sobre la persona imputada, a eso permítanme que no me sume.
Ya lo dijo Concepción Arenal: “Odia el delito y compadece al delincuente”. O a la imputada. Eso vale para cualquiera.
Y usted como ha logrado el apoyo cinematrografico? Javier Cámara no está mal en las películas que ha hecho, pero no es para tirar cohetes.

Las ventas del comercio siguen a la baja aunque moderan su caída en febrero

Las ventas del comercio minorista a precios constantes -eliminado el efecto de la inflación- cayeron en febrero el 10,6 % respecto al mismo mes de 2012, con lo que este indicador encadena 32 meses a la baja, después de empezar el año con un descenso del 8,8 %. EFE/Archivo / EFE

Las ventas del comercio minorista a precios constantes -eliminado el efecto de la inflación- y corregido de efecto calendario cayeron en febrero el 8% respecto al mismo mes de 2012, con lo que este indicador encadena 32 meses a la baja. No obstante, el descenso es inferior en dos puntos al registrado en enero.
Además, el empleo en el sector retrocedió el 2 % y sumó 55 meses consecutivos de caídas, según los datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Si se descuentan las ventas correspondientes a las estaciones de servicio, que disminuyeron un 13,5%, la facturación en el resto de la distribución minorista disminuyó el 10,2%.

La telerrealidad mata

'Supervivientes’ incrementa su leyenda mortífera con dos fallecimientos en su versión francesa.

 

La telerrealidad mata. En Francia ya lo sabían desde 2010, cuando Jean-Pierre, un participante de un programa titulado Engáñame si puedes, acabó son su vida dos meses después de la grabación del programa. Al año siguiente un concursante de Gran Hermano, François-Xavier Leuridan, de 22 años, se arrojaba bajo las ruedas de un coche y ahora, en el entorno paradisiaco de una playa perdida en el golfo de Tailandia, Supervivientes ha ratificado su fama de programa letal con dos nuevos fallecimientos que se suman a las bajas que ya habían registrado las versiones búlgara y paquistaní del programa. Entre polémica y engranaje mediático, el juego de aventura acaba así en pesadilla.
Era la primera jornada de rodaje, el viernes 22 de marzo. Los candidatos llevaban apenas unas horas en la isla de Koh Rong, en Camboya. Estaban frescos. No habían tenido que pasar por las innumerables pruebas de resistencia ni acumulado días de privación de necesidades básicas, como la comida y el sueño, que conforman la base de este programa de éxito, creado en 1997 en Suecia y con adaptaciones en unos 40 países por medio mundo.
Durante la primera prueba, un simple tira y afloja entre el equipo rojo y el amarillo, Gerald Babin, de 25 años, se queja de repente de calambres y es atendido por el médico del programa, Thierry Costa. Este decide evacuarle en barco hasta la enfermería, según explica la productora, al considerar que su estado no es crítico. A bordo de la embarcación, Babin sufre un primer paro cardiaco. Reanimado por el médico, es trasladado, esta vez en helicóptero, hasta el hospital más cercano. De camino al centro médico sufre un segundo paro. Una vez allí se confirma su muerte. La productora anuncia de inmediato el cese del programa y la repatriación del cuerpo y de todo el equipo a Francia. La tragedia no había hecho más que empezar.
Desde 2010, los ‘reality’ de la televisión francesa han registrado hasta cuatro muertes, tres de ellas por suicidio
El caso se enreda en Francia cuando, a los pocos días, aparece un misterioso y demoledor testimonio anónimo de una persona presentada como integrante de la productora. Asegura que el médico tuvo que esperar a que finalizara la prueba antes de poder tratar al enfermo, un intervalo de unos diez minutos durante los cuales Babin permanece tirado boca abajo en la arena y a pleno sol. “La intervención del médico es filmada, y como la primera toma no es buena, le hacen interpretar de nuevo su entrada”, asegura esta fuente, según los medios digitales que publican su declaración. Un segundo y tercer testimonio, también anónimos, confirman esta versión.
El segundo drama está listo. Thierry Costa, de 38 años, el médico que atendió a la víctima, se suicida apenas una semana después de la muerte del concursante, en su habitación de hotel en Camboya, donde esperaba todavía a ser repatriado. Acusa directamente a los medios de comunicación. “Reconstruir esa reputación destruida” por las informaciones difundidas por la prensa “me sería insoportable, es así la única opción posible”, indica en la carta que deja manuscrita, escrita en el papel con el encabezado del hotel.
El caso está ahora en manos de la justicia, que ha abierto una investigación por homicidio involuntario por la muerte de Babin. Para François Jost, sociólogo y profesor de Ciencias de la Información y de Comunicación de la Universidad de París III, la tragedia pone al descubierto la contradicción de base del concepto del programa, uno de los dos pioneros, junto a Gran Hermano, de la llamada telerrealidad. “Nos hacen creer que los participantes son náufragos voluntarios, totalmente abandonados en una isla, en condiciones extremas de calor, de hambre, etcétera. Si es cierto, efectivamente, es extremadamente peligroso”, relata. “Pero por otra parte la productora dice que no es más que un juego y está todo controlado, pero eso quitaría interés al programa”.
Para aumentar “el elemento de realidad”, el programa hace hincapié desde hace años en las considerables pérdidas de peso de los candidatos. “Lo que funciona es el concepto de realidad, aunque al mismo tiempo sabemos que no es del todo real, por lo que de vez en cuando tienen que mostrar elementos como que carecen de comida”, dice Jost. En la anterior edición de Koh-Lanta, la imagen de candidatos con aspecto famélico ya había provocado la controversia.
A la izquierda, el médico Thierry Costa. A la derecha, el concursante Gerald Babin, fallecido durante el rodaje.
“El caso de Koh-Lanta es de alguna forma un caso aislado, pero a la vez es uno que se repite”, analiza por su parte Patrick Eveno, catedrático de la Universidad París 1 Pathéon-Sorbonne, especialista en medios de comunicación. “Es el principio mismo de la telerrealidad, se trata de empujar los límites de los participantes, sean psicológicos o físicos”, añade. “Esto desemboca inevitablemente en casos de personas que muestran debilidades que no se habían previsto, accidentes como el de Babin, o suicidios como han ocurrido con el tiempo”.
Según una investigación televisiva emitida por Canal Plus el pasado mes de septiembre, en total, 18 personas se han suicidado desde 1997 en todo el mundo después de pasar por programas de telerrealidad.
“No se prepara psicológicamente lo suficiente a los candidatos”, relata Jost. Estos no acaban de asumir el hecho de que son productos con una fecha de caducidad muy corta, una fama muy repentina y efímera difícil de gestionar emocionalmente. “Hasta ahora sabíamos que el acompañamiento psicológico era insuficiente, la pregunta se plantea hoy también respecto al acompañamiento físico”, concluye.
Noncho Vodenicharov, de 53 años, fue la primera víctima de Supervivientes.
 Concursante de la versión búlgara del formato, murió de un paro cardiaco durante el rodaje en Filipinas en 2009.
 El mismo año, la versión paquistaní, rodada en Tailandia, sumó la segunda víctima mortal, Saad Khan, de 32 años. Se ahogó delante de las cámaras en una prueba en la que debía atravesar el lago de Bangkok cargando con un peso de siete kilos.
 A diferencia de Francia, en ninguno de los dos casos se detuvo la emisión.
La falta de preparación es el principal argumento que esgrime el abogado de la familia de Babin, Jérémie Assous. El drama, asegura en una entrevista al diario Le Parisien, se podría haber evitado “con un verdadero equipo médico y medios materiales de evacuación mucho más eficientes”. La productora asegura que hay permanentemente un médico, una enfermera y un helicóptero listo para realizar cualquier traslado. Unos medios que Assous considera insuficientes.
“Es totalmente anormal que un solo médico se encargue de 150 personas, entre los participantes y los equipos técnicos del rodaje. ¿Cómo hacía para descansar? ¿Disponía de todos los medios necesarios?”, pregunta.

FERNANDO VICENTE

Chacas está más cerca del cielo que cualquier otro lugar del planeta.
 Para llegar allí hay que escalar los nevados de la Cordillera de los Andes, cruzar abismos vertiginosos, alturas que raspan los cinco mil metros y bajar luego, por laderas escarpadas que sobrevuelan los cóndores, al callejón de Conchucos, en el departamento de Ancash
. Allí, entre quebradas, riachuelos, lagunas, sembríos, pastizales y un contorno donde se divisan todas las tonalidades del verde está el pueblo, de mil quinientos habitantes y capital de una provincia que alberga más de veinte mil.
La extraordinaria belleza de este lugar no es sólo física, también social y espiritual, gracias al padre Ugo de Censi, un sacerdote italiano que llegó a Chacas como párroco en 1976.
 Alto, elocuente, simpático, fornido y ágil pese a sus casi noventa años, posee una energía contagiosa y una voluntad capaz de mover montañas
. En los 37 años que lleva aquí ha convertido a esta región, una de las más pobres del Perú, en un mundo de paz y de trabajo, de solidaridad humana y de creatividad artística.
Las ideas del padre Ugo son muy personales y muchas veces deben haber puesto a los superiores de su orden —los salesianos— y a los jerarcas de la Iglesia, muy nerviosos.
 Y a los economistas y sociólogos, no se diga.
 Cree que el dinero y la inteligencia son el diablo, que los enrevesados discursos y teorías abstractas de la teología y la filosofía no acercan a Dios, más bien alejan de él, y que tampoco la razón sirve de gran cosa para llegar al Ser Supremo.
A éste, en vez de tratar de explicarlo, hay que desearlo, tener sed de él, y, si uno lo halla, abandonarse al pasmo, esa exaltación del corazón que produce el amor
. Detesta la codicia y el lucro, el piélago burocrático, el rentismo, los seguros, las jubilaciones y cree que si hay que hacer alguna crítica a la Iglesia Católica es haberse apartado de los pobres y marginados entre los que nació.
Ve a la propiedad privada con desconfianza.
 La palabra que en su boca aparece con más frecuencia, impregnada de ternura y acentos poéticos, es caridad.
Cree, y ha dedicado su vida a probarlo, que la pobreza se debe combatir desde la misma pobreza, identificándose con ella y viviéndola junto a los pobres, y que la manera de atraer a los jóvenes a la religión y a Dios, de los cuales todo en el mundo actual tiende a apartarlos, es proponiéndoles vivir la espiritualidad como una aventura, entregando su tiempo, sus brazos, sus conocimientos, su vida, a luchar contra el sufrimiento humano y las grandes injusticias de que son víctimas tantos millones de seres humanos.
Los utopistas y grandes soñadores sociales suelen ser vanidosos y auto referentes, pero el padre Ugo es la persona más sencilla de la tierra y cuando, con ese sentido del humor que chispea en él sin descanso, dice: “Me gustaría ser un niño, pero creo que soy sobre todo un revoltoso y un stupido” (palabra que, en español, se debe traducir no por estúpido sino por sonsito o tontín) dice exactamente lo que piensa.
Hay que ver de cerca
y tocar todas estas
obras para maravillarse
y conmoverse
Lo curioso es que este religioso algo anarquista y soñador es, al mismo tiempo, un hombre de acción, un realizador de polendas, que, sin pedir un centavo al Estado y poniendo en práctica sus peregrinas ideas, ha llevado a cabo en Chacas y alrededores una verdadera revolución económica y social. Ha construido dos centrales eléctricas y canales y depósitos que dan luz y agua al pueblo y a muchos distritos y anexos, varios colegios, una clínica de 60 camas equipada con los más modernos instrumentos clínicos y quirúrgicos, una escuela de enfermeras, talleres de escultura, carpintería y diseño de muebles, granjas agrícolas donde se aplican los métodos más modernos de cultivo y se respetan todas las prescripciones ecológicas, escuela de guías de altura, de picapedreros, de restauración de obras de arte colonial, una fábrica de vidrio y talleres para la elaboración de vitrales, hilanderías, queserías, refugios de montaña, hospicios para niños discapacitados, hospicios para ancianos, cooperativas de agricultores y de artesanos, iglesias, canales de regadío, y este año, en agosto, se inaugurará en Chacas una universidad para la formación de adultos.
Esta incompleta y fría enumeración no dice gran cosa; hay que ver de cerca y tocar todas estas obras, y las otras que están en marcha, para maravillarse y conmoverse
. ¿Cómo ha sido posible?
 Gracias a esa caridad de la que el padre Ugo habla tanto y que desde hace casi cuatro décadas trae a estas alturas a decenas de decenas de voluntarios italianos —médicos, ingenieros, técnicos, maestros, artesanos, obreros, artistas, estudiantes— a trabajar gratis, viviendo con los pobres y trabajando hombro a hombro con ellos, para acabar con la miseria e ir haciendo retroceder a la pobreza.
 Pero, sobre todo, devolviendo a los campesinos la dignidad y la humanidad que la explotación, el abandono y las inicuas condiciones de vida les habían arrebatado
. Los voluntarios y sus familias se pagan los pasajes, reciben alojamiento y comida pero no salario alguno, tampoco seguro médico ni jubilación, de modo que formar parte de este proyecto les significa entregar su futuro y el de los suyos a la incertidumbre más total.
Y sin embargo allí están, vacunando niños y tirando lampa para embalsar un río, levantando casas para comuneros misérrimos en San Luis, diseñando muebles, vitrales, estatuas y mosaicos que irán a San Diego y a Calabria, dando de comer o haciendo terapia a los enfermos terminales del asilo de Santa Teresita de Pomallucay, levantando una nueva central eléctrica, cocinando las setecientas comidas diarias que se distribuyen gratuitamente y formando técnicos, artesanos, maestros, agricultores, que aseguren el futuro de los jóvenes de la región. Uno de estos jóvenes voluntarios se llamaba Giulio Rocca, y trabajaba en Jangos, donde lo asesinó un comando de Sendero Luminoso, explicándole antes que lo que él hacía allí era un obstáculo intolerable para la revolución maoísta.
 Años después, otro miembro del proyecto, el padre Daniele Badiali, fue asesinado también porque se negó a entregar el rescate que le pedía un puñado de ladrones.
Sin salario ni seguro,
los voluntarios entregan
su futuro y el de los suyos a la incertidumbre más total
En la actualidad hay unos cincuenta voluntarios en Chacas y unos 350 en toda la región. Viven modestísimamente, en comunidad los solteros y en viviendas las parejas con hijos, mezclados con los pobres y, repito, no ganan salario alguno. Las obras que construyen, apenas terminadas, las ceden al Estado o a los propios usufructuarios; según la filosofía del padre Ugo, el proyecto Mato Grosso no tiene bienes propios; todos los que crea, los administra sólo temporalmente y en beneficio de los necesitados, a quienes los cede apenas son operativos. La financiación de las obras proviene, además de la exportación de muebles, de donativos de instituciones, empresas o personas de muchos lugares del mundo, pero principalmente de Italia.
Los voluntarios vienen por seis meses, uno, dos, tres, diez años, y muchos se quedan o regresan; traen a sus niños o los tienen aquí, en esa modernísima clínica donde los usuarios sólo pagan lo que pueden o son atendidos gratuitamente si no pueden.
Es divertido ver a esa nube de niños y niñas de ojos claros y cabellos rubios, en la misa del domingo, entreverados con los niños y las niñas del lugar cantando en quechua, italiano, español y hasta en latín
. A muchos de estos voluntarios les pregunté si no los angustiaba a veces pensar en el futuro, el de ellos y el de sus hijos, un futuro para el que no habían tomado la menor precaución, ni ahorrado un centavo. Porque sólo en Chacas los pobres tienen asegurado un plato de comida, una cama donde dormir y un médico que los atienda en caso de enfermedad.
 En el resto del mundo, donde reinan aquellos valores que el padre Ugo llama diabólicos, los pobres se mueren de hambre y la gente mira para otro lado.
 Se encogían de hombros, hacían bromas, siempre habría un amigo en alguna parte para echarles una mano, la Madonna proveerá.
La confianza y la alegría son como el aire puro que se respira en Chacas.
Estoy convencido de que, pese a la notable grandeza moral del padre Ugo y sus discípulos y de la fantástica labor que vienen realizando en los cuatro países donde tienen misiones —Perú, Bolivia, Ecuador y Brasil— no es éste el método gracias al cual se puede acabar con la pobreza en el mundo.
 Y no lo creo porque mi escepticismo me dice que no hay, en el vasto planeta, suficientes dosis de idealismo, desinterés y caridad como para producir transformaciones como las de aquí. Pero qué estimulante es vivir, aunque sea sólo por un puñado de días, la experiencia de Chacas y descubrir que todavía hay en este mundo egoísta hombres y mujeres entregados a ayudar a los demás, a hacer eso que llamamos el bien, y que encuentran en esa entrega y ese sacrificio la justificación de su existencia.
 ¡Ah, si hubiera tantos stupidi en el mundo como en Chacas, querido y admirado padre Ugo!
© Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2013.
© Mario Vargas Llosa, 2013