Foto: Mikey Angels
Sabemos que existen bueno y malos escritores, pero ¿existen buenos y malos lectores? Para Vladímir Nabokov, sí
. En el prólogo a
Lecciones de Literatura Europea (aquel que inicia célebremente pidiendo a los lectores que "acaricien los detalles") redacta el siguiente test:
"
Selecciona cuatro respuestas a la pregunta: ¿qué cualidades debe tener uno para ser un buen lector:
1) Debe pertenecer a un club de lectores.
2) Debe identificarse con el héroe o la heroína.
3) Debe concentrarse en el aspecto socioeconómico.
4) Debe preferir un relato con acción y diálogo a uno sin ellos.
5) Debe haber visto la novela en película.
6) Debe ser un autor embrionario.
7) Debe tener imaginación.
8) Debe tener memoria.
9) Debe tener un diccionario.
10) Debe tener cierto sentido artístico."
Obviamente, los cuatro últimos ítems son los correctos para Nabokov:
imaginación, memoria, diccionario y cierto sentido artístico.
No así
aquellos lectores que se identifican con los personajes (cada obra crea
personalidades únicas, imposibles de ser comparadas con algún ser vivo),
y tampoco es necesario pretender escribir -o hacerlo profesionalmente-
para graduarse como buen lector. Aquellos que prefieren novelas de
acción y diálogos (la "agilidad" debería ser un requisito solo en las
clases de gimnasia) tampoco serían buenos lectores.
Y los que buscan en
las novelas aspectos socio-económico, esos lectores antropológicos
carentes de imaginación e incapaces de reconocer la autonomía de la
ficción, están irremediablemente perdidos para Nabokov.
¿Y la memoria? Actualmente, fomentar el uso de la memoria es un
insulto. "El profesor X usa un método memorístico" es, quizá, el peor de
los ataques que puede recibir el pobre X, con los hombros llenos de
polvo de tiza y a punto de jubilarse
. Sin embargo, ejercitar la memoria
es fundamental para capturar y acariciar esos "deliciosos detalles" de
los que, dice Nabokov, los buenos libros están cargados. Sostiene
también que la relectura es mejor que la lectura. La buena memoria ayuda
a sobrellevar los defectos naturales de una primera lectura. Leer bien
implicaría no solo recordar el nombre del protagonista, sino también de
qué tamaño era el escarabajo Samsa, cuántos años le llevaba su esposo a
Anna Karenina y el color de la corbata que Gatsby llevaba cuando se
reencontró con Daisy.
También hay que prestar atención a aquel "sentido artístico", pues
para Nabokov un buen lector solo puede leer buenos libros (solía
calificar a los autores como si estuviesen en un salón de clase;Tolstoi
tenía sobresaliente, Dostoievski lo esperaba en la puerta del salón para
preguntar por qué no había aprobado). Quien sabe leer busca siempre
libros exigentes, no puede limitarse a tragar sin masticar las papillas
precocidas de Paulo Coelho o a soplarse el
merchandising soft porno empaquetado de novela de E.L.James. Necesita retos.
Existen algunos mitos sobre lo que es un buen lector que deben
desestimarse. El primero de ellos: que un crítico literario es
necesariamente un buen lector.
Puede que no lo sea, incluso puede ser
uno pésimo, sin capacidad de análisis, de un galopante mal gusto. Miles
de reseñas dan fe de ello. Otro mito es aquel que indica que un buen
lector es pausado, lento, sin prisa. Recuerdo un chiste al respecto de
Woody Allen:
"Hice un curso sobre lectura rápida y leí Guerra y paz
en veinte minutos. Trata de Rusia".
El chiste es bueno y la idea de que el lector lento es mejor que el
veloz parece correcta pero pienso que la velocidad de lectura la escoge
cada lector y se acomoda a su momento, a su ritmo personal, al libro en
particular que está leyendo. Desde luego, el caso contrario también es
un mito: un buen lector es el que lee más y más rápido. Bah. ¿Cuántas
palabras por minuto debe leer un buen lector?
No creo que una medición
así sea posible. También es discutible la idea de que leer algo de moda,
aunque sea malo, es beneficioso pues genera una costumbre lectora. No
creo que los adolescentes que leyeron la saga Harry Potter o
Crepúsculo, los aventureros de sofá que disfrutaron de
El código Da Vinci o
Millenium
o quienes actualmente vibran con E.L.James se conviertan en mejores
lectores
. Sin duda, leerán todo lo que les ofrezcan de ese autor en
concreto, y luego seguirán su predecible vida sin libros.
También debe derribarse el mito de que un buen lector solo un lee
clásicos.
Es cierto que leer clásicos es apuntar a seguro, pues el
tiempo ha hecho una depuración, pero leer contemporáneos no es un acto
contrario sino complementario. ¿Por qué escoger entre uno y otro si se
pueden tener los dos? Las novedades, en especial las que dialogan con su
tradición, nos ayudan a revalorizar a los clásicos.
Y aunque a algunos
descreídos les cueste aceptarlo, algunas de esas novedades serán luego
clásicos. El tiempo hace lo suyo.
Se me ocurre que la razón por la que definir qué es un buen lector
resulta complicada es porque la lectura es un acto de absolutamente
solitario, uno de aquellos placeres que no se pueden compartir.
Me
refiero al acto de leer, no a la interpretación o el análisis posterior.
Hablo de ese momento en que un lector abre el libro y encalla su nariz
sobre las páginas y las horas van pasando, aquel instante de meditación a
través de las palabras de otros que no puede ser comparado ni
cuantificado ni calificado.
A mi siempre me ha gustado leer incluso a Nabokov, leí desde niña, libros que me marcaron, pero no me gusta releer, quizás por el chasco que me llevé con el Cuarteto de Alejandria, volvi con Justine y lo dejé mi memoria guardaba otro recuerdo.
Soy lectora rápida, y cuando me queda poco para leer voy despacito. No sé que decir de un libro que no pueda decir de otro, para mi lo digo siempre la mejor novela es Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez, no quiere decir que no me gusten otras como Ada o el Ardor de Nabokov, o Mararia de Arozamena, una gran noovela con fondo canario, y si vas antes o después ves los lugares que cuenta. Eso no quita para que leyera Sartre, Camus, Shopenhauer Bertrand Russell, quizás en años que aún no eran para mi. Como leer a Lefrevre o Bertran Russell. Pio Baroja, entonces en listas negras como Benito Pérez Galdós, canario, y que hay que leer, Lei la Divina Comedia antes de los 15 años. O la Celestina porque las monjas nos quitaron unas hojas y quería saber que ponia.
Soy muy leída, y me gusta el Teatro, hice de Doña Inés en Preu en el Insti.
Puedo decir que soy una compañera de mesa con varios temas a tocar, que no suene a marisabidilla porque siempre aprendo. Joy y Cortazar fueron leídos en su tiempo, y si quieren una buena Novela les recomiendo La Liebre de los ojos de ambar.