Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 feb 2013

Periodismo y novela negra, las siete diferencias Por: Berna González Harbour | 06 de febrero de 2013

Periodismo y novela negra, las siete diferencias

Por: | 06 de febrero de 2013

El acto de ayer en BCNegra. FOTO: G. BATTISTA
¿Doble personalidad? Me lo planteo al leer ambas palabras, el título de la mesa a la que estoy invitada a participar junto a otros periodistas en la Semana Negra de Barcelona. "Periodistas de día, novelistas de noche". ¿Es posible? ¿Hay una barrera? Después de darle unas vueltas, llego a la conclusión de que dos personalidades son pocas, ¡se necesitan muchas más! Y cada una de ellas exige tal dedicación, tal disfraz y tales giros a la altura del psicópata más elaborado, más sanguinario y de aspecto más inocente que hayamos conocido jamás.
Ahora en serio. Veamos primero cuáles son las fronteras entre realidad y ficción.
Me quiero fijar en un crimen que contamos en marzo en EL PAÍS y otros medios: Bajo el puente de la Victoria, en el punto en el que el río Manzanares fluye cerca de la iglesia de San Antonio de la Florida de Madrid, la policía encontró huesos humanos.
 Un miembro de Los Tigres de Arkan (un grupo acusado de asesinar al primer ministro serbio Djindjic) había sido descuartizado.
 Sus asesinos le mataron a martillazos, le descuartizaron con una sierra, le despellejaron y jugaron con los restos
. También se merendaron algunas partes como la próstata. “Este miembro, junto con el órgano sexual, es lo primero que se come”, dejaron escrito.
 Pasaron todo por una picadora, que se rompió, y compraron otra. “Todo el piso se llenó de sangre y grasa”. Tardaron cuatro o cinco días. Y el resto lo tiraron al río.
 Al grupo se le atribuyen más de 20 asesinatos, atracos, y delitos de tráfico de cocaína. La disputa por una mujer entre el líder de la banda, Luka Bojovic, y la víctima, Milan Jurisic, fue la causa
. Se hallaron cien fragmentos de huesos y la manivela que usaron para triturar el cuerpo.
Veamos otro: José Bretón, el hombre que supuestamente quemó durante tres horas a sus dos hijos tras elevar la potencia de su horno con una mesa de forja para que se acelerara la acción del fuego y la eliminación de los restos
. Si lo escribiéramos en una novela, nadie lo creería.
Por no hablar de la corrupción, de la pobreza, de la generación perdida de los ninis o del declive de un país que creíamos más fuerte.
Es decir: La realidad no solo supera la ficción, como sabemos todos
. Es que en general es tan espantosa y el periodismo tan arduo y tan exigente que a veces los periodistas también nos tenemos que refugiar en la ficción para huir de ella, de la realidad.
 Por mucho que en nuestras novelas también haya heridas, cicatrices, maldades. Son siempre maldades, digamos, más entrañables.
Aquí estamos periodistas que escribimos novelas.
 Trabajamos con las mismas materias primas, que son la palabra y la realidad, pero con unos cánones distintos y una herramienta diferente que nos permite toda la creatividad, la libertad, la imaginación. Es un verdadero sueño para los que escribimos con el rigor que requiere el periodismo.
Las siete diferencias, como en los pasatiempos, son éstas:
1)   Título resumen o un resumen posible solo al final. La diferencia más clara a primera vista es: en periodismo tengo que vender primero el título, luego la entradilla o resumen y después todo lo demás.
 Nadie triunfaría con un artículo o reportaje en el que no estuviera claro de entrada qué vamos a contar. “Grupo mafioso serbio descuartizó y devoró a uno de sus miembros”.
 En la novela es todo lo contrario.
 El título como resumen de los hechos nunca sería posible antes de la última línea.
 La intriga te ha de arrastrar hasta allí.
 Y ese es el gran cambio, el primero, el más visible que nos encontramos.
Y la palabra mágica que sirve para que esto sea posible, para alimentar una lectura que te lleve hasta el final, es la atmósfera.
2)    Verdad frente a verosimilitud. Si en periodismo lo necesario es el rigor de cada dato, de cada número, lugar, cita, cargo, fuente, etcétera, en la novela solo funciona la verosimilitud.
En el primero importa la realidad. En el segundo, la credibilidad.
3)    Hechos frente al estilo. Después está todo lo demás
. De pronto, la exigencia es otra: Si en el periodismo el estilo es importante, pero está implacablemente sometido a la descripción de los hechos, en novela los hechos deben estar plegados, sometidos a los mecanismo de la intriga y, en suma, a la narración.
4)    Linealidad frente a la maleabilidad de la trama, En la noticia informativa la construcción suele ser lineal, directa. En la novela hablamos de la construcción de un puzle con trampas, callejones sin salida, subtramas, de un árbol muy enramado que finalmente debe encajar, cuadrar sin cabos sueltos.
5)    Aspereza frente a sensibilidad. El periodismo impone un tono áspero, exigente y crudo porque te la juegas en el día a día. En literatura todo es más lento, más tranquilo, más sensible.
 Los proyectos son a largo plazo y te permiten respirar. Esa doble velocidad es un placer.
6)    Lo anómalo frente a lo cotidiano. Periodismo y novela dibujan un retrato social. Ambos universos fotografían la realidad que nos rodea.
 El primero con ánimo de constatar lo que no funciona, lo anómalo, lo que hay que denunciar.
 En la novela, que puede englobar todo lo anterior, creo que prima o lo consigue mejor quien mejor ha logrado el máximo parecido a la realidad reconocible y cotidiana de los lectores.
7)    Sufrir o disfrutar. Gracias al periodismo conocemos realidades crudas, en general sin disfrutar. Gracias a la novela disfrutamos de esas realidades aunque sean crudas.
Dicho todo esto, rindo homenaje al periodismo, que me ha dado la disciplina, la costumbre de escribir, el entrenamiento y el acceso rápido a los recursos informativos.
Y rindo homenaje a la novela, que me ha permitido, a partir de esa misma materia prima (la palabra y la realidad) dar otra vida a la imaginación.
Y sigo dando vueltas al título (Doble personalidad) y me vuelvo a preguntar: ¿No son pocas, dos personalidades, en realidad?

Carmen, el presidente y el Rey.....

El escritor Manuel Vicent juega de nuevo con la historia y la ficción en 'El azar de la mujer rubia'.

 

Carmen Díez de Rivera, en una imagen de 1997. / ricardo gutiérrez

Seguramente a Manuel Vicent (Villavieja, Castellón, 1936) no se le pasaba por la cabeza que aquella mujer rubia, que mezclaba la timidez con la soberbia y que se dejaba caer por la tribuna de prensa del Congreso en ocasiones, acabaría protagonizando una de sus novelas.
De Carmen Díez de Rivera se dijo de todo: musa de la Transición, amante real, agente marxista, espía, masona… Era lista, moderna y guapa, trilogía imperdonable en sociedades de alma enrarecida como era la española recién muerto el dictador y vivo el espíritu de la dictadura.
Con lo que Díez de Rivera vivió a los 17 años bastaba para una tragedia griega o un culebrón venezolano
. A esa edad descubrió que el hombre con el que iba a casarse era su hermano
. Hasta los 17, Carmen ignoró que era hija de Ramón Serrano Suñer, cuñadísimo de Franco, antaño todopoderoso ministro y amigo de algunos placeres no bendecidos por la Iglesia como las relaciones extraconyugales
. Serrano mantuvo una de ellas con la marquesa de Llanzol, casada con un aristócrata acaso demasiado bonachón y viejo para la mujer más sofisticada de Madrid.
De aquella pasión nació Carmen, que creció sin saber que el tío Ramón era en verdad su padre y que el novio Ramón era en realidad su hermano.
Después siguió acumulando experiencias, unas radicales y otras sencillamente históricas. Se fue de misionera a África, se comprometió con la democracia mucho antes de que creyesen en ella los elegidos para pilotarla, se hizo amiga de los príncipes, mano derecha de Suárez y finalmente eurodiputada del PSOE.
 Hasta aquí la biografía. Pero Manuel Vicent no ha escrito una biografía. “He creado un juego literario entre la realidad y la ficción cuyas reglas, no me cabe duda, serán comprendidas y aceptadas por cualquier lector agudo”, escribe en una nota que se puede leer al final de la novela.
En El azar de la mujer rubia (Alfaguara), Vicent pone en pie una quimera (mitad literatura, mitad historia) sobre la que también armó su anterior novela, Aguirre, el magnífico, que suscitó grandes carcajadas y el cabreo mitológico de la duquesa de Alba.
 “Cuando se enfadaba se vendían como churros”, bromea. “Este”, añade en referencia al actual, “está pasado por la censura jurídica.
 No creo que haya nada querellable. Casi me da vergüenza”.
El libro arranca en aquellos días en los que, pasara lo que pasara a continuación, estaba garantizado que mejoraría el presente. El novelista reivindica el papel de los políticos de entonces:
 “Dieron lo mejor que tenían para sacar esta empresa adelante. Lo que sucede ahora es justo lo contrario: los partidos se han convertido en estancias cerradas con un aire irrespirable.
 Cada partido da lo peor que tiene de sí”.
En puridad El azar de la mujer rubia germinó sobre una imagen posterior: Suárez y el Rey, de espaldas mientras caminan por un jardín, el brazo real sobre los hombros del presidente.
 Aquella foto sacudió al escritor: “Me imaginé qué podía imaginar Suárez de sí mismo. La nebulosa de Suárez era una metáfora exacta de la realidad, recordar es siempre desfigurar e imaginar. Si una memoria nebulosa la aplicas a la literatura, se convierte en una materia literaria”.
Aferrado a la niebla, Vicent reconstruye con ingredientes literarios episodios históricos que fueron hitos sublimes o ridículos de los años de democracia: el funeral de Franco, la legalización del PCE, el golpe de estado de Tejero, la guerra sucia contra ETA durante el Gobierno socialista, la boda de Ana Aznar en El Escorial, la foto de las Azores o la caída de Lehman Brothers y el principio del fin que no tiene fin.
De la desmemoria que se ha adueñado del hombre que, sin haber sido preparado para ello (“Adolfo Suárez no había leído un libro”, se lee en la obra), empeñó su energía y su honor en enterrar la dictadura, emergen personajes y acontecimientos.
Ficticios o no. “La función de la literatura es que sea verosímil”, defiende el autor de Tranvía a la Malvarrosa. Dirá más: “Por falta de talento o fuelle o ganas, no puedo escribir nada que no haya imaginado, vivido o tocado de cerca, pero no se trata solo de contar tu batallita, ese algo vivido se transforma en una experiencia que le atañe a más gente”.
En este juego literario, Carmen Díez de Rivera es uno de los vértices de un triángulo que completan el Rey y Adolfo Suárez.
 La historia ya tiene en su pedestal a los dos hombres, pilares de la Transición, pero Carmen, fallecida en 1999, es un jirón desvaído del pasado, que el escritor rescató en el último segundo antes de que desapareciera para siempre.
Una vez Santiago Carrillo habló de Carmen diaz de Rivera y dijo que no habían sido justos los comentarios sobre sus relaciones de Suárez y del Rey.....

Urdangarin anuncia que irá al Constitucional para anular el ‘caso Nóos’

Como todo esto acaba en una tormenta de Verano, nunca más me pidan nada, ni críticas ni anatemas, si estos "golfos" de alta Cuna, y de baja estima, se van de rostas, el escándalo será mayor para una Monarquía que como yo habrán más, no se haya enterado desde el minuto 1 de lo que hacía Urdangarín y más gente de la realeza Europea metida en negocios.
No soy de las que quiere la cabeza de nadie, pero este tipo empalmado o no no me va a tomar el pelo y la señora Cristina menos, fue detrás de él como hembra en Celo, y lo consiguió ya había ido detrás de Alvaro Bultó pero este le dijo No, y no se cuantos más habrá ido o venido. "En las Buenas Horas y en La desgracia Hasta que la muerte los separe, creo que se dice así, pues que apechugue con su avaricia.

Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina en una recepción. / Charles Dharapak (AP)

El yerno del Rey, Iñaki Urdangarin, ha dado un quiebro defensivo en su estrategia de defensa al advertir al juez instructor del caso Nóos, José Castro, que le ha provocado una “irreversible indefensión”.
Así lo indica en la argumentación documental contra el auto en el que se le exige una fianza de 8.189.448,44 euros, donde el letrado Mario Pascual hace constar expresamente en la causa esa advertencia para poder formular en el futuro una apelación al Tribunal Constitucional.
 El camino está abierto para intentar impugnar y anular el proceso penal —y la eventual sentencia adversa— contra el esposo de la infanta Cristina. El argumento es una supuesta vulneración de los derechos fundamentales.
Urdangarin “quien era (y es) pariente de SM El Rey”, anota el abogado, queda situado en “una indefensión irreparable” porque el juez incorpora nuevos documentos, testimonios y articula otras acusaciones (tráfico de influencias)
. El instructor, según el defensor del duque de Palma, “acomoda a deshoras las diligencias previas al procedimiento abreviado”, el paso previo a un juicio
. Con ello veta procesalmente la posibilidad de discutir sus decisiones. Así “se denuncia la vulneración del principio de contradicción en del procedimiento del derecho de defensa, a los efectos de invocarlo ante la Audiencia y el Tribunal Constitucional”, prosigue.
El defensor carga contra el juez del caso Nóos por la “ inclusión de escritos y testimonios”, que desconocía. “No podía defenderse de aquello que se ignora”, apostilla. Mario Pascual tilda de “novedosa, extemporánea y sorpresiva" la introducción del juez Castro en el auto
. Insiste en que ello, otra vez, “vulnera el derecho de defensa” del duque de Palma.
“No [hay que] imponer fianza alguna en concepto de responsabilidad civil derivada de delito, al no haber cometido mi mandante ningún delito", reseña en el recurso el letrado de Urdangarin, según consta en el escrito al que ha tenido acceso EL PAÍS. En él afirma que no se sabe a ciencia cierta qué hechos se le imputan al duque y que el juez incluye sorpresivamente el delito de tráfico de influencias.
 En todo caso "no existen indicios de criminalidad" contra el duque, argumenta.

“Empobrecimiento injusto” del "pariente real"

En línea coincidente con la defensa de su exsocio Diego Torres, Urdangarin rechaza que se incluyan en la fianza civil las cantidades correspondientes al IVA e IRPF porque “habría enriquecimiento injusto e “injusto empobrecimiento para mi mandante [el duque de Palma]”, al tener que garantizar el importe de impuestos que ya habían abonado como proveedores y trabajadores de congresos en Valencia y las islas Baleares.
Urdangarin “no se ocupaba de materias contables, fiscales, administrativas y que por ello nunca ha podido aportar factura”, agrega el escrito
. Además en él se critica la no atribución de responsabilidad directa a los políticos imputados, que decidieron los convenios. Sostiene que el instituto Nóos era una entidad sin ánimo de lucro, mientras que las asociaciones funcionan operativamente como cualquier empresa.
Argumenta que Urdangarin abandonó el instituto Nóos en marzo de 2006 y dejó en ese momento de percibir su salario mensual. En aquel año cobró 16.050 euros y desde entonces “solo iba por allí de ven en cuando y sin cobrar y no por ello puede ser igualado a ser asalariado”.Yo quiero ese abogado....
Iñaki Urdangarin, vetado por la Casa del Rey de la agenda de actos oficiales, ausente de las relaciones habituales pública de la Familia Real y borrado de la web oficial de La Zarzuela, niega al juez que ejerciera ante las autoridades ni influencia ni presión “por su mera condición de pariente por afinidad de SM El Rey de España".
 Su abogado refuta que esta presencia virtual e influencia no "devino tan irresistible” hasta el extremo de que las autoridades “tan solo por ello firmaron” y "aceptaron sin rechistar” .
Mario Pascual afirma que las autoridades de Valencia y Baleares no se dejaron “doblegar ante la supuesta luz cegadora que emanaba de mi mandante por su condición de pariente real”, para obtener “ algún favor regio”. Es “inverosímil”, puntualiza.
 No se “sometían” a la voluntad, no existía poder de sujeción de tal magnitud.
 No era ‘víctimas’ de ” influencia o presión inaguantables insalvables”.
El abogado defensor si relaciona, para rebatirlos, los delitos que el juez detalla: delito continuado e instrumental de falsedad en documento oficial, otro instrumental y continuado de prevaricación administrativa, de malversación de fondos públicos, de fraude a la Administración, otro de prevaricación”.
Mario Pascual concluye que Aizóon (la empresa de Urdangarin y Cristina de Borbón) solo percibió de Nóos 706.932 euros en los años 2004 y 2005.
 La fianza reclamada de 8,18 millones de euros, dice, “es desproporcionadamente excesiva” y arguye que “sería más equitativa” la fianza alternativa a la mayor de 5,9 millones de euros, según un cómputo de facturas diferente.
 Al final reclama una prueba pericial sobre los convenios de colaboración entre interventores del Estado y el particular del duque.