Kevin McGeever llevaba escrito en su cara la palabra "ladrón". Su secuestro está lleno de incógnitas.
Un hombre desorientado, malnutrido, descalzo y con la palabra “ladrón” escrita sobre su frente aparecía hace ya casi una semana en una carretera secundaria en el condado de Leitrim, en Irlanda.
Se cubría con un plástico y su única posesión era un teléfono móvil, que sostenía con sus manos sucias y sus uñas desmedidamente largas.
La mujer que lo encontró y lo llevó en su coche hasta una comisaría cercana pensaba que se trataba de un anciano con alzheimer que se había perdido.
Pero tanto ella como el resto del país se llevaron una sorpresa monumental al descubrir que ese hombre era el multimillonario Kevin McGeever, un promotor inmobiliario de 68 años desaparecido el pasado mayo, como él mismo le dijo a la policía una vez en comisaría
. Pero hasta ahí llega su propio relato.
Una semana después de su aparición, quién secuestró a McGeever, las razones sobre su secuestro y el lugar en el que ha permanecido cautivo hasta que una furgoneta con tres hombres encapuchados le dejó tirado en medio de aquella carretera sigue siendo un misterio que no hace más que alimentar la adicción de la prensa británica por la especulación.
Oficialmente la policía ha dicho que el estado físico y mental de McGeever, que acumuló una fortuna durante los años del boom inmobiliario que vivió Irlanda y que también se dedicó a la venta de viviendas de lujo en Dubai hasta que le frenó la crisis de 2008, impide aún tener una idea clara de lo que le ocurrió.
No parece ser capaz de dar un relato coherente sobre sus últimos ocho meses de vida, de los que se recupera en un hospital en la ciudad de Mullingar.
Lejos quedan para él los tiempos en que se paseaba en Porsche, en Ferrari, en Mercedes y en helicóptero, sobre el que llegó a inscribir las iniciales de una de sus empresas, KMM, a través de la que vendía propiedades de lujo en Dubai a ricos británicos e irlandeses y que hoy está siendo investigada por las autoridades judiciales, (algo que ya no sorprende tras destaparse múltiples desfalcos de constructoras e inmobiliarias a lo largo y ancho del planeta).
Según la televisión pública irlandesa RTE él mismo ha dicho que una banda de encapuchados le secuestró el 27 de mayo a punta de pistola y pidió un rescate por su vida, pero él asegura no saber si se llegó a pagar. Despareció mientras estaba en el jardín de su mansión, bautizada por el vecindario como Nirvana, debido a su extravagante exuberancia, poco habitual en la Irlanda rural.
Valorada en tres millones de euros y cercana a la ciudad de Galway, era, según los vecinos consultados por The Guardian "una de esas mansiones con las puertas siempre cerradas.
Ninguno de nosotros sabía quién era McGeever hasta esta semana porque nunca lo habíamos visto".
A partir de aquí, las informaciones difieren: según el tabloide Daily Mail, McGeever habría dicho que sus secuestradores eran rusos y también miembros del grupo terrorista IRA, y que su cautiverio lo pasó dentro de un container, donde comía un sándwich al día y donde fue torturado a diario
. Les debía dinero y por eso fue secuestrado
. Sin embargo, es el único medio que se atreve a dar semejantes explicaciones sobre los responsables de su secuestro.
El resto de la prensa, desde The Irish Times a la BBC, pasando por The Independent, se remiten a las declaraciones de la policía, que aún no ha dado ninguna explicación oficial sobre la suerte que ha corrido McGeever durante los pasados meses.
Sin duda, el caso está lleno de interrogantes, entre ellos, ¿por qué su pareja, Siobhan O'Callahan no denunció la desaparición del multimillonario hasta un mes después de haberse producido? ¿Se ha pagado un rescate para dejarlo en libertad?
Y sobre todo: ¿quién le secuestró y por qué?