Adolfo Domínguez cambia para intentar revertir cuatro años de pérdidas crecientes.
La arruga ha dejado de ser bella y vuelve a ser signo de madurez y
también de envejecimiento.
La crisis, un enorme puñetazo en la cara de Adolfo Domínguez, depara por quinto año consecutivo cuantiosas pérdidas al otrora líder de la moda gallega
. Los cambios de enfoque en su estrategia, la reducción y redistribución de las tiendas de la cadena, la renegociación de su deuda o los recortes de gastos generales y los ajustes de personal de poco le han servido hasta ahora.
Pese al lifting o estiramiento facial al que se ha sometido, Adolfo Domínguez ha hecho públicas hace unos días unas pérdidas netas de 10,39 millones en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (que va de marzo a noviembre), lo que le ha supuesto elevar en un 7,3% los números rojos que contabilizó en el mismo periodo del ejercicio precedente.
Un incremento anual de pérdidas menor en porcentaje, al menos, al que registró en los nueve primeros meses de 2011 (85,5%), de 2010 (46,24%) y de 2009 (232,8%) y a la caída de sus ganancias en 2008 (75,06%). En cifras absolutas, los resultados del grupo textil han pasado en cinco años de registrar beneficios de 2,69 millones de euros a pérdidas de casi 10,4 millones de euros.
Adolfo Domínguez, consciente de su delicada situación, ya advirtió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ahora hace un año, que no esperaba volver a beneficios al menos hasta 2014, cuando la mayor parte de las inversiones estén amortizadas, y gracias a las medidas de ahorro de costes que está adoptando.
La textil explicó al regulador que su trayectoria “histórica” de resultados positivos se había visto interrumpida por la caída de sus ventas en España y por una “importante subida en el gasto de amortización” debida a las inversiones que realizó en 2007 y 2008.
Para dar la vuelta a los resultados, los planes de la firma gallega se centran en una estrategia basada en la expansión internacional, con el objetivo de que la mitad de la facturación proceda de mercados distintos del nacional y fundamentalmente a través de franquicias, un modelo con el que los costes operativos se reducen de forma significativa para la compañía. El grupo ha dicho también a la CNMV que está analizando los puntos de venta que no le generan flujos de caja positivos, a fin de “tomar las medidas necesarias para reconducir la situación, incluyendo, en su caso, su cierre”.
La empresa textil explica ahora que sus últimos resultados se han visto “condicionados por el pronunciado deterioro de la economía española y por el retroceso del consumo”. “Sirvan como ejemplo”, argumenta, los continuos descensos registrados “por el índice de comercio minorista, que finaliza 2012 con una caída, en tasa interanual, del 3,8%”.
Datos y argumentos en consonancia con los hechos públicos esta semana, y que sin duda tendrán su reflejo en los datos del cuarto trimestre y del cierre de ejercicio en Adolfo Domínguez, por la Confederación Española de Comercio, que subraya que el último diciembre ha sido el peor mes en ventas en 20 años
. Unos días antes el Instituto Nacional de Estadística ha subrayado que a precios constantes —descontando el efecto de la inflación— las ventas generales cayeron un 10% respecto a diciembre de 2011.
La compañía gallega asegura, no obstante, que pese a esta “difícil coyuntura”, ha logrado en su tercer trimestre “mantener la tendencia de recuperación de ventas” que emprendió en los tres meses previos, “gracias a la aplicación del plan de actuación en el ámbito comercial y a la cada vez mayor relevancia de la tienda online”
. Así, en los nueve primeros meses, la facturación de la compañía creció un 1,52%, hasta sumar 102,82 millones de euros.
Algunos analistas apuntan, sin embargo, que la mayor facturación de Adolfo Domínguez responde a varias acciones concretas de marketing, a sus ventas por Internet y a rebajas de precios en sus tiendas. La otra cara de la moneda, añaden, refleja un desplome del margen bruto de la compañía en un entorno de menor coste de las materias primas.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) fue negativo en 1,7 millones en el tercer trimestre, frente al monto, también negativo, de 1,08 millones de un año antes.
La firma orensana atribuye este dato a la reducción del margen bruto que ha derivado del reajuste de precios provocado por sus planes comerciales y al impacto de las indemnizaciones asociadas al ajuste de la plantilla aprobado en la primera mitad de 2012.
A principios de junio, según comunicó a la CNMV, Adolfo Domínguez acordó con los representantes de los trabajadores el despido del 3% de su plantilla (50 puestos), con una indemnización de 25 días por año trabajado y un máximo de 15 mensualidades, y una reducción salarial para el resto de empleados de entre el 0% y el 15%.
El recorte salarial, según la empresa, dejará de aplicarse “cuando se alcance un 10% de beneficio neto sobre ventas”.
Otro hito importante en el actual ejercicio para la textil, por la estabilidad financiera que le proporciona para desarrollar su negocio, ha sido la refinanciación de su deuda con la banca.
Firmó en julio un conjunto de contratos con la banca por un importe total de 31,6 millones. Suscribió contratos, en concreto, de financiación bilateral a largo plazo, en virtud de los que refinancia a seis años tres millones de euros y a siete años otros 14,2 millones de euros.
Asimismo, rubricó contratos de préstamo de carácter bilateral a cinco años por un importe de 10 millones, que sustituyen en parte a las pólizas de crédito a corto plazo que mantenía, y otros contratos de igual carácter a dos años y por un total de 4,4 millones para renovar el resto de sus pólizas a corto.
La compañía, que sigue adelante con un plan de choque para salir de los números rojos, ha cambiado también sus oficiales de mando. Ha dejado el grupo “por razones personales” Juan Manuel Fernández Novo, mano derecha durante muchos años del patrón Domínguez y personaje clave en la expansión histórica de la compañía de “la arruga es bella”.
Y se ha incorporado Estanislao Carpio en calidad de director general, una posición de nueva creación desde la que reportará al presidente y fundador. Su experiencia en el Grupo Camper, en el que logró multiplicar por tres su tamaño y darle un fuerte impulso internacional, le avala como apoyo principal de Adolfo Domínguez en su estrategia de expansión internacional y de retorno a la rentabilidad.
Ha sido un fichaje curioso, sin embargo, porque ha ido acompañado de una ampliación de capital en 500.000 euros —aprobada hace unos días en Junta General Extraordinaria— para que el nuevo directivo pueda suscribir acciones (Carpio se va a hacer con un 1,4% del grupo).
Peculiar resulta, además, que sea la compañía que le acaba de fichar la que le otorga la financiación para que se haga con el paquete accionarial a un tipo fijo del 4% y por un plazo de cinco años, quedando por otra parte pignorados los títulos de la citada ampliación.
En los últimos meses, Adolfo Domínguez ha abierto su tienda online a una veintena larga de países y se ha redimensionado y expandido con tiendas tradicionales en diversos países y operando en muchos casos a través de franquicia.
Se trata de cambiar el modelo de negocio, en definitiva, porque tal vez su éxito respondía, como señaló hace meses al diario Cinco Días la hija del fundador, Adriana, a un modelo de consumo que hoy ya no prevalece.
La crisis, un enorme puñetazo en la cara de Adolfo Domínguez, depara por quinto año consecutivo cuantiosas pérdidas al otrora líder de la moda gallega
. Los cambios de enfoque en su estrategia, la reducción y redistribución de las tiendas de la cadena, la renegociación de su deuda o los recortes de gastos generales y los ajustes de personal de poco le han servido hasta ahora.
Pese al lifting o estiramiento facial al que se ha sometido, Adolfo Domínguez ha hecho públicas hace unos días unas pérdidas netas de 10,39 millones en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal (que va de marzo a noviembre), lo que le ha supuesto elevar en un 7,3% los números rojos que contabilizó en el mismo periodo del ejercicio precedente.
Un incremento anual de pérdidas menor en porcentaje, al menos, al que registró en los nueve primeros meses de 2011 (85,5%), de 2010 (46,24%) y de 2009 (232,8%) y a la caída de sus ganancias en 2008 (75,06%). En cifras absolutas, los resultados del grupo textil han pasado en cinco años de registrar beneficios de 2,69 millones de euros a pérdidas de casi 10,4 millones de euros.
Adolfo Domínguez, consciente de su delicada situación, ya advirtió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), ahora hace un año, que no esperaba volver a beneficios al menos hasta 2014, cuando la mayor parte de las inversiones estén amortizadas, y gracias a las medidas de ahorro de costes que está adoptando.
La textil explicó al regulador que su trayectoria “histórica” de resultados positivos se había visto interrumpida por la caída de sus ventas en España y por una “importante subida en el gasto de amortización” debida a las inversiones que realizó en 2007 y 2008.
Para dar la vuelta a los resultados, los planes de la firma gallega se centran en una estrategia basada en la expansión internacional, con el objetivo de que la mitad de la facturación proceda de mercados distintos del nacional y fundamentalmente a través de franquicias, un modelo con el que los costes operativos se reducen de forma significativa para la compañía. El grupo ha dicho también a la CNMV que está analizando los puntos de venta que no le generan flujos de caja positivos, a fin de “tomar las medidas necesarias para reconducir la situación, incluyendo, en su caso, su cierre”.
La empresa textil explica ahora que sus últimos resultados se han visto “condicionados por el pronunciado deterioro de la economía española y por el retroceso del consumo”. “Sirvan como ejemplo”, argumenta, los continuos descensos registrados “por el índice de comercio minorista, que finaliza 2012 con una caída, en tasa interanual, del 3,8%”.
Datos y argumentos en consonancia con los hechos públicos esta semana, y que sin duda tendrán su reflejo en los datos del cuarto trimestre y del cierre de ejercicio en Adolfo Domínguez, por la Confederación Española de Comercio, que subraya que el último diciembre ha sido el peor mes en ventas en 20 años
. Unos días antes el Instituto Nacional de Estadística ha subrayado que a precios constantes —descontando el efecto de la inflación— las ventas generales cayeron un 10% respecto a diciembre de 2011.
La compañía gallega asegura, no obstante, que pese a esta “difícil coyuntura”, ha logrado en su tercer trimestre “mantener la tendencia de recuperación de ventas” que emprendió en los tres meses previos, “gracias a la aplicación del plan de actuación en el ámbito comercial y a la cada vez mayor relevancia de la tienda online”
. Así, en los nueve primeros meses, la facturación de la compañía creció un 1,52%, hasta sumar 102,82 millones de euros.
Algunos analistas apuntan, sin embargo, que la mayor facturación de Adolfo Domínguez responde a varias acciones concretas de marketing, a sus ventas por Internet y a rebajas de precios en sus tiendas. La otra cara de la moneda, añaden, refleja un desplome del margen bruto de la compañía en un entorno de menor coste de las materias primas.
El beneficio bruto de explotación (Ebitda) fue negativo en 1,7 millones en el tercer trimestre, frente al monto, también negativo, de 1,08 millones de un año antes.
La firma orensana atribuye este dato a la reducción del margen bruto que ha derivado del reajuste de precios provocado por sus planes comerciales y al impacto de las indemnizaciones asociadas al ajuste de la plantilla aprobado en la primera mitad de 2012.
A principios de junio, según comunicó a la CNMV, Adolfo Domínguez acordó con los representantes de los trabajadores el despido del 3% de su plantilla (50 puestos), con una indemnización de 25 días por año trabajado y un máximo de 15 mensualidades, y una reducción salarial para el resto de empleados de entre el 0% y el 15%.
El recorte salarial, según la empresa, dejará de aplicarse “cuando se alcance un 10% de beneficio neto sobre ventas”.
Otro hito importante en el actual ejercicio para la textil, por la estabilidad financiera que le proporciona para desarrollar su negocio, ha sido la refinanciación de su deuda con la banca.
Firmó en julio un conjunto de contratos con la banca por un importe total de 31,6 millones. Suscribió contratos, en concreto, de financiación bilateral a largo plazo, en virtud de los que refinancia a seis años tres millones de euros y a siete años otros 14,2 millones de euros.
Asimismo, rubricó contratos de préstamo de carácter bilateral a cinco años por un importe de 10 millones, que sustituyen en parte a las pólizas de crédito a corto plazo que mantenía, y otros contratos de igual carácter a dos años y por un total de 4,4 millones para renovar el resto de sus pólizas a corto.
La compañía, que sigue adelante con un plan de choque para salir de los números rojos, ha cambiado también sus oficiales de mando. Ha dejado el grupo “por razones personales” Juan Manuel Fernández Novo, mano derecha durante muchos años del patrón Domínguez y personaje clave en la expansión histórica de la compañía de “la arruga es bella”.
Y se ha incorporado Estanislao Carpio en calidad de director general, una posición de nueva creación desde la que reportará al presidente y fundador. Su experiencia en el Grupo Camper, en el que logró multiplicar por tres su tamaño y darle un fuerte impulso internacional, le avala como apoyo principal de Adolfo Domínguez en su estrategia de expansión internacional y de retorno a la rentabilidad.
Ha sido un fichaje curioso, sin embargo, porque ha ido acompañado de una ampliación de capital en 500.000 euros —aprobada hace unos días en Junta General Extraordinaria— para que el nuevo directivo pueda suscribir acciones (Carpio se va a hacer con un 1,4% del grupo).
Peculiar resulta, además, que sea la compañía que le acaba de fichar la que le otorga la financiación para que se haga con el paquete accionarial a un tipo fijo del 4% y por un plazo de cinco años, quedando por otra parte pignorados los títulos de la citada ampliación.
En los últimos meses, Adolfo Domínguez ha abierto su tienda online a una veintena larga de países y se ha redimensionado y expandido con tiendas tradicionales en diversos países y operando en muchos casos a través de franquicia.
Se trata de cambiar el modelo de negocio, en definitiva, porque tal vez su éxito respondía, como señaló hace meses al diario Cinco Días la hija del fundador, Adriana, a un modelo de consumo que hoy ya no prevalece.