LAS FACHADAS
Titula Abc que “La embajada china puso en contacto a Gao Ping con un banco andorrano”. Añade que “Desde la entidad bancaria aseguraron a la red que podían transferir grandes sumas a China por estar en un paraíso fiscal”.
Créanme: si leen el contenido de la información no se enterarán de
nada. O, por lo menos, de las cosas importantes: ¿Evadió dinero por esa
vía Gao Ping? ¿Cuánto? ¿El banco andorrano actúa legalmente? ¿Puede considerarse Andorra a estos fines un paraíso fiscal? ¿Qué pinta la Embajada, que se la cita dentro, sí, pero sin aclarar nada? Y lo más importante: ¿Si esto de Andorra
es así de fácil, cuántos miles de españoles evaden de esa forma los
miles de millones que esconden al fisco?
Y ya metidos en grandes
emprendedores, “Fianza récord para Díaz Ferrán y sus socios: 112 millones”. La Razón: "Frente a los desafíos Constitución”. Afirma que “La mayoría de los españoles cree que la Carta Magna no se respeta según el CIS”.
Les animo a que hurguen en las tripas de la encuesta… El Mundo titula que “El PSOE tilda la ley Wert de atentado contra Cataluña”. Hasta tres caretas más nos obsequia, pero no ofrece ni una línea –ni una- de la certificación por parte de la Policía de la falsedad del informe que tanto jugo le dio en la campaña electoral catalana
. La Gaceta lleva esa quisicosa de portada: “España merece la pena", "España en el corazón", etcétera. Además, cursi, ñoño y gomoso. Pues Si.
6 dic 2012
Un patio de vecindario virtual
. Madre de dos hijas, el supuesto destinatario de unas imágenes en absoluto escabrosas es su marido.
Nada de particular. Salvo que alguien con mala fe roba y piratea el vídeo desde su móvil y se lo envía a un grupo de amigos.
A partir de ahí, centenares de miles de personas contemplan y difunden la actividad privada de Olvido Hormigos, concejal socialista de Los Yébenes (Toledo. 6.400 habitantes), y en apenas unas horas esos mismos centenares de miles de internautas pasan de la mofa y del insulto (machista, la mayoría de las veces) a la solidaridad, la empatía, el afecto hacia una persona que no puede defenderse.
¿Cómo puede la Red convertirse en cuestión de horas en un patio de vecindad a escala planetaria?
Para Esther Romero, portavoz de Adicciones Digitales, la reacción de la gente con Olvido Hormigos ha sido fruto de un proceso común: “Primero el choteo; después piensas: ‘Esta mujer no ha hecho nada malo ni ha ido a exhibirse en mitad de la Gran Vía’.
Y viene el arrepentimiento. Y la solidaridad con la víctima porque, a fin de cuentas, piensas: ‘¿Y si me hubiese pasado a mí?”.
El estado de ánimo de Olvido Hormigos ha transcurrido en paralelo a la gigantesca ola humana y tecnológica: primero guardó un silencio cargado de bochorno y presentó la dimisión de su cargo en el Ayuntamiento durante unas horas que probablemente se cuentan entre las más amargas de su vida, el pasado miércoles
. Sin embargo, ayer, una concejal decidida y firme dio la cara en radios y televisiones.
La vergüenza contra sí misma la trasladó Olvido Hormigos a quien le causó el daño al robarle su intimidad —“y difundirla desde el área de la alcaldía”, barruntó con cierta imprecisión—.
Alrededor de mediodía, el juez de instrucción de la localidad de Orgaz abrió diligencias previas por un delito contra la intimidad y por delitos de injurias y vejaciones, tras la denuncia presentada el pasado 13 de agosto por la edil socialista ante la Guardia Civil.
El juez imputó a una persona de la que, más tarde, se ha sabido que se trata de un futbolista local de 27 años, a quien el juez atribuye el pirateo y la difusión pública del vídeo
. El PP local negó que pueda relacionarse a la alcaldía con la circulación del vídeo y mostró “todo el apoyo” a la edil socialista.
Reportar la imagen fue lo que hizo Felipe José Romero desde su Twitter. Romero, miembro de Nuevas Generaciones —la organización juvenil del PP—, que se define a sí mismo como “demócrata, comprometido con las causas justas, católico, cofrade y del Real Madrid”, dice en su cuenta: “Cuando recibí el enlace no lo pude remediar y lo reboté”. Incluso se alegra:
“Ya era hora de que Twitter se fijara en mí”.
La chufla inicial en el Red, en la que proliferaron las bromas, dio paso una reflexión más pausada después de que la concejal anunciaba que dimitía porque no podía soportar más la situación.
Entonces muchos internautas se preguntaron si era justo que ella abandonara su cargo cuando tantos “corruptos”, “ladrones”, “caraduras” e “incompetentes” siguen en la política activa ajenos a las críticas o incluso a los procesos judiciales en los que una buena parte de ellos se hallan inmersos.
Finalmente, tras conocerse que ella no había tenido nada que ver con la difusión —muy al contrario, le estaba generando gran sufrimiento—, la masa tecnológica cambió radicalmente de bando y las muestras de apoyo fueron constantes a lo largo de todo el día de ayer.
De villana a heroína. Su intimidad al alcance de todos.
“En cualquier patio de vecinos, para que se haya montado un lío semejante, hace falta como punto de partida alguien con muy mala fe y muchas ganas de fastidiar”, comenta el profesor de IE Bussines School de Madrid Enrique Dans, experto en nuevas tecnologías. Lo que antes de Internet podía ser la calumnia de una malvada comadre en un pequeño corrillo o los comentarios de algún chismoso despiadado, ahora se difunden aprovechando un descuido de la víctima. “Tuvo que olvidar el móvil, ella o el destinatario, aunque solo fuera unos momentos para que otra persona hackeara su contenido o capturase la contraseña en algún lugar público con wifi gratuita”, asegura Esther Romero. “No es tan difícil robar e-mails. Se han dado pirateos masivos”, añade.
Lo que ha vuelto a demostrar el incidente de la concejal socialista de Los Yébenes es hasta qué punto somos todos vulnerables en nuestra intimidad.
El experto Dans aconseja: “No hay que olvidar que todo lo que está conectado es susceptible de ser pirateado. El único ordenador seguro es el que está apagado y enterrado en un búnker a varios kilómetros de profundidad”. ¿Significa eso que si no se quiere correr el riesgo de convertirse en la comidilla de las redes sociales no hay que grabar actos íntimos? “Sí”, responde Dans. “O que se empleen métodos más seguros. Las webcams antiguas daban más garantías. Desde el momento en el que una imagen se digitaliza aumenta el peligro, porque el bit es mucho más escurridizo”.
Este experto confiesa que siguió el comportamiento habitual: “Primero te dejas llevar un poco por el morbo. Pero después reflexionas y dices: ‘Por Dios, esto es un acto privado, algo que hace todo el mundo sin cámaras y ves que difundirlo sería repugnante, un acto dañino para esa pobre mujer y para ti mismo”.
Son aristas sin pulir de una herramienta relativamente nueva que poco a poco se irá perfilando. Es lo que opina el profesor del departamento de Psicología Social de la Universidad Complutense de Madrid Juan Carlos Revilla:
“El uso crea la norma moral sobre lo que está bien y lo que es censurable en la Red. Por ejemplo, si se difunden imágenes íntimas de alguien sin su consentimiento, pero esas imágenes dieran pie a descubrir un delito, la reacción de los internautas no sería la misma. El enfado general sobre la violación de la intimidad de la edil socialista obedece”, opina, “a que ella se limita a un acto privado que no perjudica a nadie”.
En el PSOE han arropado a la concejal y han mostrado su satisfacción porque haya decidido seguir en el cargo. Una de sus más firmes defensoras ha sido la vicesecretaria general del partido, Elena Valenciano, quien desde el primer momento mostró su simpatía con la víctima en su cuenta de Twitter, donde aclara que es “feminista socialista, mediterránea y madre”.
La presidenta de la Comunidad de Madrid. Esperanza Aguirre, también escribió en la red social en defensa de la concejal desde una de las muchas etiquetas creadas al efecto. “En defensa de tu intimidad. #Olvidonodimitas”, dejó dicho la dirigente popular.
La única nota discordante la ha puesto en el PSOE la exministra María Antonia Trujillo al escribir: “[Olvido Horquillos] Debe dimitir. Si no sabes administrar tu vida privada. ¿Cómo vas a administrar la pública?”
Esa frase es muy americana, Olvido, su nombre viene a decir lo que hay que hacer, Olvidar, fue una imprudente, se dejó llevar por quien le inspiraba confianza, y abuso de ella, nunca sabes quien realmente está al otro lado. Por mucho que pienses que está controlado todo y que el del otro lado te ama y te excita, te puede poner una trampa, a mucha gente le pasa, solo que no son figuras públicas hasta que descubren la faena.
Del Blog Mujeres El Pais.com
Las mujeres de nuestros presidentes
Hablar de las 'primeras damas' en España es hablar de una
parte de la vida de nuestros presidentes que poco se ha tocado.
Las mujeres de nuestros presidentes han sido, ante todo, mujeres.
Y a pesar del poco papel que han representado en la vida política presencial, la de telón, micrófono y escenario, han estado y están ahí, detrás sí, pero presentes.
En Estados Unidos, por ejemplo, Michelle Obama no es solo la primera dama. Michelle forma parte de un relato político presente, que se ve y se palpa. Que se siente. Forma parte de la credibilidad y de la confianza que proyecta Obama. Obama es Obama.
Pero Michelle con su presencia y sus actos, medidos estratégicamente, también hace política, con mayúsculas. Se implica. Mucho. Y de manera natural. Y participa de manera muy activa. Obama sin Michelle sería otra cosa muy distinta a lo que percibimos que es actualmente el presidente de los Estados Unidos.Es una mujer rotunda a la que le gusta vestirse bien y con vivos colores, quizás sea algo que lleva en la sangre, el negro y sus coloridos vestidos. es solo una reseña estética, por si hay malas interpretaciones.
Pero las primeras damas en España desde la Transición no han tenido el mismo papel que en otros países. Lejos quedan de ser Michelle Obama, Carla Bruni o Hillary Clinton.
La 'visión' familiar en nuestro país queda relegada a un segundo plano, sombra inerte en algunos casos.
En política acompañan, pero no participan –exceptuando casos-. Están presentes más que ausentes, aunque no lo percibamos. Escuchan más que hablan. E influyen más que actúan. Es un papel de segundo plano que ha ido evolucionando en función del momento político y, por supuesto, de sus maridos… Pero ante todo, de ellas mismas.
Amparo Illana, la dama que no quiso serlo
Duquesa de Suárez. Mujer vasca y religiosa que acompañó a su marido en la sombra, Adolfo Suárez.
Mujer protagonista de un momento histórico en nuestro país, los primeros pasos hacia la Transición. La presidencia de su marido rompió la monotonía de su familia, algo que no deseaba, pero no rompió su discreción.
Primera mujer de un presidente que hizo de La Moncloa un hogar. Madre de cinco hijos: Mariam, Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier. Era Amante del arte y siempre prefería viajar antes en tren o en barco que en avión.
Según Francisco Umbral, tenía un ejemplar y ordenado silencio: “del silencio de su esposa debiera aprender el presidente”, decía. En 1996 se le concedió el premio “Romi Lachi”, que significa “mujer buena”, "por su servicio eficaz y callado en favor de los gitanos". Murió el 17 de mayo de 2001 víctima de un cáncer contra el que luchó los últimos siete años de su vida.
Las mujeres de nuestros presidentes han sido, ante todo, mujeres.
Y a pesar del poco papel que han representado en la vida política presencial, la de telón, micrófono y escenario, han estado y están ahí, detrás sí, pero presentes.
En Estados Unidos, por ejemplo, Michelle Obama no es solo la primera dama. Michelle forma parte de un relato político presente, que se ve y se palpa. Que se siente. Forma parte de la credibilidad y de la confianza que proyecta Obama. Obama es Obama.
Pero Michelle con su presencia y sus actos, medidos estratégicamente, también hace política, con mayúsculas. Se implica. Mucho. Y de manera natural. Y participa de manera muy activa. Obama sin Michelle sería otra cosa muy distinta a lo que percibimos que es actualmente el presidente de los Estados Unidos.Es una mujer rotunda a la que le gusta vestirse bien y con vivos colores, quizás sea algo que lleva en la sangre, el negro y sus coloridos vestidos. es solo una reseña estética, por si hay malas interpretaciones.
Pero las primeras damas en España desde la Transición no han tenido el mismo papel que en otros países. Lejos quedan de ser Michelle Obama, Carla Bruni o Hillary Clinton.
La 'visión' familiar en nuestro país queda relegada a un segundo plano, sombra inerte en algunos casos.
En política acompañan, pero no participan –exceptuando casos-. Están presentes más que ausentes, aunque no lo percibamos. Escuchan más que hablan. E influyen más que actúan. Es un papel de segundo plano que ha ido evolucionando en función del momento político y, por supuesto, de sus maridos… Pero ante todo, de ellas mismas.
Amparo Illana, la dama que no quiso serlo
Duquesa de Suárez. Mujer vasca y religiosa que acompañó a su marido en la sombra, Adolfo Suárez.
Mujer protagonista de un momento histórico en nuestro país, los primeros pasos hacia la Transición. La presidencia de su marido rompió la monotonía de su familia, algo que no deseaba, pero no rompió su discreción.
Primera mujer de un presidente que hizo de La Moncloa un hogar. Madre de cinco hijos: Mariam, Adolfo, Laura, Sonsoles y Javier. Era Amante del arte y siempre prefería viajar antes en tren o en barco que en avión.
Según Francisco Umbral, tenía un ejemplar y ordenado silencio: “del silencio de su esposa debiera aprender el presidente”, decía. En 1996 se le concedió el premio “Romi Lachi”, que significa “mujer buena”, "por su servicio eficaz y callado en favor de los gitanos". Murió el 17 de mayo de 2001 víctima de un cáncer contra el que luchó los últimos siete años de su vida.
María del Pilar Ibáñez
Martín, la señora fugaz
Hija de José Ibáñez Martín, conde de Marín, quien fuera ministro de Educación y Ciencia de la España de Franco entre 1939 y 1951. Fue también el primer presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Pilar Ibáñez se casó con Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo el 27 de abril de 1954. Madre de ocho hijos: Leopoldo, Juan, María del Pilar, Pedro, Víctor María, José María, Andrés y Pablo. Fue una primera dama fugaz por el periodo convulso que le tocó vivir entre 1981 y 1982. Pero una dama con un compartido interés con su marido por la política.
Carmen Romero, la política de zapato plano
La que fuera mujer del ex presidente Felipe González a lo largo de 39 años, también estaba afiliada al PSOE desde 1968, partido aún ilegal en la época de Franco. Era discreta y sencilla, como Illana, y madre de tres hijos: Pablo, David y María.
Pero en 1989, mientras criaba y veía crecer a sus hijos en La Moncloa, no pudo evitar dar un paso más en su carrera política y finalmente salió elegida Diputada por la provincia de Cádiz.
Estuvo al frente de su cargo hasta el 2 de abril de 2004. Fue sombra política independiente mientras su marido fue presidente.
En noviembre de 2008 se conoció la ruptura del matrimonio, algo que no la frenó para continuar con su carrera política. Desde junio de 2009 es Diputada en el Parlamento Europeo.
Siempre me gustó Carmen, la perfecta mujer de un Presidente, con ideas propias y activista militante, sencilla y elegante , un rostro amable, nada que ver con el que fue su marido ahora, un Expresidente y su emarido encumbrado en una nebulosa de ser el mejor.
Durante la presidencia ella solo estuvo en actos oficiales que requerían su presencia, siempre se dijo que era tímida cuando realmente fue una mujer independiente.
Ana Botella, la “yo también quiero”
En 1977 se casó con José María Aznar, presidente desde 1996 hasta 2004. Madrileña pura y madre de tres hijos: Jose María, Ana y Alonso. Mujer de formación religiosa y criada en el seno de una familia numerosa. Es la mayor de 13 hermanos. Pronto entendió Ana Botella que los segundos planos sumisos no cambian cosas. Y desde La Moncloa intentó hacer un papel “hillaryniano”. Estaba cuando había que estar, se documentaba y era sombra activa y presente de su marido. Y pronto entendió que “ella también quería”. Ha sido concejala del Ayuntamiento de Madrid desde junio de 2003 hasta diciembre de 2011. Y actualmente es la alcaldesa de Madrid. En el fondo de su corazón sentirá que la política no es fácil, que resolver las crisis no es cuestión de manuales y que las responsabilidades a dedo nunca llegan a buen puerto… Una mujer de Presidente Insoportable y cada dia lo demuestra más, siempre al lado de su marido creia ser una 1ª Dama, cuando en una Monarquia es La Reina.
Sonsoles Espinosa, la mujer artista
Sonsoles se casó con José Luis Rodríguez Zapatero en enero de 1990. Licenciada en Derecho como su marido, a quién conoció en León donde ambos estudiaron. Madre de dos hijas: Laura y Alba. Su paso por La Moncloa duró desde 2004 hasta el famoso 20 de noviembre de 2011. Y nunca renunció a su autonomía. Mujer de arte, aunque de poca escena política. Soprano, pero no de alturas discursivas. Sencilla y elegante. Ha sido y es profesional de la música, y colabora con el coro de RTVE. Siempre quiso mantener su vida privada al margen de la actividad pública de su marido y, aunque esto alguna vez se violó, nunca renunció a mantener su independencia.Otra mujer que es ella misma.y con zapatos planos.
Elvira Fernández Balboa, Viri, la dulce esposa
Dicen de ella que es natural y discreta. Es como un vaso de agua del tiempo, que ni frío ni caliente. Es la mayor de tres hermanos y gallega de cuna, como el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Se casó en diciembre de 1996 y es madre de dos hijos: Mariano y Juan. Estudió Ciencias Económicas en Santiago y hasta el momento de la mudanza a La Moncloa trabajaba en Telefónica Contenidos. Su carrera profesional, por el momento, ha quedado aparcada.
Cuando Rajoy se convirtió en el sexto presidente de la Democracia, vimos a Viri juntando sus labios a los de su marido, momento en el que se presentó a los españoles como la esposa de Mariano Rajoy, imagen que a él le beneficia y lo naturaliza. Justamente algo que se le criticó a Rajoy en la anterior campaña: no mostrar a los españoles a su “dulce esposa”. Diez años más joven que él, Elvira puede ser el equilibrio que le falte a Rajoy en los momentos duros como presidente. Prefiere la sencillez y nunca aprobó la afición por la vida pública. Como bien acertó Soledad Alcaide, se casó con el enigma. Pobrecita, como no se la ve mucho poco se puede decir de ella sino que vaya marido fue a buscar y lo encontró, tiene cara de pena.
Imagen de Amparo Illana y Adolfo Suárez de EFE, publicada en El País, bailando durante unas vacaciones en Galicia. Imagen en ABC de Pilar Ibáñez Martín y Leopoldo Calvo-Sotelo. Imagen de Carmero Romero en El País, por F.J Vargas. Imagen de Sonsoles Espinosa en El País por Tejederas. Imagen de Elvira Fernández y Mariano Rajoy en El País.
Hija de José Ibáñez Martín, conde de Marín, quien fuera ministro de Educación y Ciencia de la España de Franco entre 1939 y 1951. Fue también el primer presidente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. Pilar Ibáñez se casó con Leopoldo Calvo-Sotelo y Bustelo el 27 de abril de 1954. Madre de ocho hijos: Leopoldo, Juan, María del Pilar, Pedro, Víctor María, José María, Andrés y Pablo. Fue una primera dama fugaz por el periodo convulso que le tocó vivir entre 1981 y 1982. Pero una dama con un compartido interés con su marido por la política.
Carmen Romero, la política de zapato plano
La que fuera mujer del ex presidente Felipe González a lo largo de 39 años, también estaba afiliada al PSOE desde 1968, partido aún ilegal en la época de Franco. Era discreta y sencilla, como Illana, y madre de tres hijos: Pablo, David y María.
Pero en 1989, mientras criaba y veía crecer a sus hijos en La Moncloa, no pudo evitar dar un paso más en su carrera política y finalmente salió elegida Diputada por la provincia de Cádiz.
Estuvo al frente de su cargo hasta el 2 de abril de 2004. Fue sombra política independiente mientras su marido fue presidente.
En noviembre de 2008 se conoció la ruptura del matrimonio, algo que no la frenó para continuar con su carrera política. Desde junio de 2009 es Diputada en el Parlamento Europeo.
Siempre me gustó Carmen, la perfecta mujer de un Presidente, con ideas propias y activista militante, sencilla y elegante , un rostro amable, nada que ver con el que fue su marido ahora, un Expresidente y su emarido encumbrado en una nebulosa de ser el mejor.
Durante la presidencia ella solo estuvo en actos oficiales que requerían su presencia, siempre se dijo que era tímida cuando realmente fue una mujer independiente.
Ana Botella, la “yo también quiero”
En 1977 se casó con José María Aznar, presidente desde 1996 hasta 2004. Madrileña pura y madre de tres hijos: Jose María, Ana y Alonso. Mujer de formación religiosa y criada en el seno de una familia numerosa. Es la mayor de 13 hermanos. Pronto entendió Ana Botella que los segundos planos sumisos no cambian cosas. Y desde La Moncloa intentó hacer un papel “hillaryniano”. Estaba cuando había que estar, se documentaba y era sombra activa y presente de su marido. Y pronto entendió que “ella también quería”. Ha sido concejala del Ayuntamiento de Madrid desde junio de 2003 hasta diciembre de 2011. Y actualmente es la alcaldesa de Madrid. En el fondo de su corazón sentirá que la política no es fácil, que resolver las crisis no es cuestión de manuales y que las responsabilidades a dedo nunca llegan a buen puerto… Una mujer de Presidente Insoportable y cada dia lo demuestra más, siempre al lado de su marido creia ser una 1ª Dama, cuando en una Monarquia es La Reina.
Sonsoles Espinosa, la mujer artista
Sonsoles se casó con José Luis Rodríguez Zapatero en enero de 1990. Licenciada en Derecho como su marido, a quién conoció en León donde ambos estudiaron. Madre de dos hijas: Laura y Alba. Su paso por La Moncloa duró desde 2004 hasta el famoso 20 de noviembre de 2011. Y nunca renunció a su autonomía. Mujer de arte, aunque de poca escena política. Soprano, pero no de alturas discursivas. Sencilla y elegante. Ha sido y es profesional de la música, y colabora con el coro de RTVE. Siempre quiso mantener su vida privada al margen de la actividad pública de su marido y, aunque esto alguna vez se violó, nunca renunció a mantener su independencia.Otra mujer que es ella misma.y con zapatos planos.
Elvira Fernández Balboa, Viri, la dulce esposa
Dicen de ella que es natural y discreta. Es como un vaso de agua del tiempo, que ni frío ni caliente. Es la mayor de tres hermanos y gallega de cuna, como el presidente del Gobierno Mariano Rajoy. Se casó en diciembre de 1996 y es madre de dos hijos: Mariano y Juan. Estudió Ciencias Económicas en Santiago y hasta el momento de la mudanza a La Moncloa trabajaba en Telefónica Contenidos. Su carrera profesional, por el momento, ha quedado aparcada.
Cuando Rajoy se convirtió en el sexto presidente de la Democracia, vimos a Viri juntando sus labios a los de su marido, momento en el que se presentó a los españoles como la esposa de Mariano Rajoy, imagen que a él le beneficia y lo naturaliza. Justamente algo que se le criticó a Rajoy en la anterior campaña: no mostrar a los españoles a su “dulce esposa”. Diez años más joven que él, Elvira puede ser el equilibrio que le falte a Rajoy en los momentos duros como presidente. Prefiere la sencillez y nunca aprobó la afición por la vida pública. Como bien acertó Soledad Alcaide, se casó con el enigma. Pobrecita, como no se la ve mucho poco se puede decir de ella sino que vaya marido fue a buscar y lo encontró, tiene cara de pena.
Imagen de Amparo Illana y Adolfo Suárez de EFE, publicada en El País, bailando durante unas vacaciones en Galicia. Imagen en ABC de Pilar Ibáñez Martín y Leopoldo Calvo-Sotelo. Imagen de Carmero Romero en El País, por F.J Vargas. Imagen de Sonsoles Espinosa en El País por Tejederas. Imagen de Elvira Fernández y Mariano Rajoy en El País.
Niemeyer, adiós al arquitecto idealista
Apostó por la humanidad de la curva y la plasticidad de las formas libres y vivió lo suficiente para convivir con su herencia.
Como Gaudí o como Le Courboisier, no pudieron ver como se ensalza el movimiento en Arquitectura.
Cualquiera que viva más de 100 años tiene tiempo de ver una cosa y su contrario.
El arquitecto más famoso de Brasil, Oscar Niemeyer (Rio, 1907-2012) llegó tarde a la arquitectura (mal estudiante, comenzó la carrera estando casado), pero la cuestionó pronto.
Tras ensayar los trazos rectilíneos del Movimiento Moderno en sus primeros edificios de los años treinta, decidió tropicalizar ese estilo sencillo, pero recto, demostrando que el material del siglo XX, el hormigón armado, además de sujetar podía también expresar.
Niemeyer apostó por la humanidad de la curva y la plasticidad de las formas libres y vivió lo suficiente para convivir con su herencia. Contempló su propio renacimiento en generaciones posteriores, que derivaron de sus pliegues los estilos con los que se inició este siglo, sin que él mismo hubiera, en ningún momento, dejado de construir.
Curiosamente en un ateo, fue un templo lo que le reportó fama mundial. Corría el año 1940 cuando la iglesia de San Francisco frente al lago de Pampulha, en Belo Horizonte, habló de forma económica, pero no barata y sí monumental, de un mundo más sencillo y, acaso, más natural.
Por entonces Niemeyer no era todavía el comunista acérrimo que nunca dejaría de ser desde que se afilió al partido con 38 años. (Fidel Castro llegó a decir que Niemeyer y él eran los dos únicos comunistas que quedaban en el mundo). Con todo, y tal vez como la propia ideología comunista, Niemeyer ha sido un arquitecto sumamente idealista y, sin embargo, dictatorial. Sin duda un gran artista plástico, un proyectista pionero de la forma libre, pero también alguien capaz de sacrificar la sombra de los peatones, bajo un clima tropical, en pos del altísimo valor plástico de sus edificios recortados en medio del sertao.
Convertido en arquitecto, Niemeyer no dudó en trabajar sin cobrar para el urbanista Lucio Costa.
Y veinte años después, en 1956, juntos dibujarían una ciudad entera, Brasilia, en el escaso plazo de un periodo legislativo
. En cuatro años levantaron catedral, ministerios, congreso nacional, tribunal federal, sede de la cancillería y calles para los ciudadanos de la nueva capital.
Tal vez intuyeran que debían darse prisa. Muy poco después, un golpe militar les restaría encargos y confianza y acabaría por desterrar a Niemeyer a París, donde la misma filiación comunista que le complicó la vida en Brasil le facilitó volver a construir
. Así, la sede del Partido Comunista Francés en París, la editorial Mondadori en Segrate (Italia) o la Universidad Constantina de Argelia pertenecen a esos años en los que su trabajo se exponía en el Louvre mientras en su país le rechazaban los proyectos.
Si durante cuatro años Niemeyer acudió semanalmente a Brasilia en coche empleando un día para llegar y otro para regresar fue porque el miedo a volar no le permitía coger un avión.
Esa fobia tampoco le dejaría recoger la mayoría de los galardones que consiguió incluidos el Premio Pritzker, que no recogió en Chicago en 1988, el Príncipe de Asturias que no hizo suyo en Oviedo o el Imperiale, que viajó solo de Tokio a Río.
En 1980 Niemeyer anunció que iniciaba su última fase como arquitecto
. Empezó entonces a trabajar en el Memorial de los amigos ya muertos, como el antiguo presidente Juscelino Kubitschek, erigido en Brasilia. Esta fase final se ha prolongado más de treinta años. Y ha resultado una de las más sorprendentes del genial proyectista. Niemeyer renació en Niteroi, frente a la playa de Ipanema.
Un platillo volante de suelos fucsia y perfil más que fotogénico lo hizo resucitar para la vanguardia arquitectónica
. Hoy, como quien está en la cúspide de su carrera, y con el zarandeado Centro Niemeyer —que donó a la ciudad de Avilés— todavía fresco, el arquitecto centenario tenía sobre la mesa proyectos en La Habana, Rosario (Argentina) y hasta un estadio para el mundial de fútbol de 2014, que se celebrará en Brasil.
Allí, en el 3940 de la Avenida Atlántica, frente a playa de Copacabana, ha trabajado hasta el final.
Sin apenas moverse de la planta décima donde está su casa ha sido capaz de construir por todo el mundo.
El arquitecto más famoso de Brasil, Oscar Niemeyer (Rio, 1907-2012) llegó tarde a la arquitectura (mal estudiante, comenzó la carrera estando casado), pero la cuestionó pronto.
Tras ensayar los trazos rectilíneos del Movimiento Moderno en sus primeros edificios de los años treinta, decidió tropicalizar ese estilo sencillo, pero recto, demostrando que el material del siglo XX, el hormigón armado, además de sujetar podía también expresar.
Niemeyer apostó por la humanidad de la curva y la plasticidad de las formas libres y vivió lo suficiente para convivir con su herencia. Contempló su propio renacimiento en generaciones posteriores, que derivaron de sus pliegues los estilos con los que se inició este siglo, sin que él mismo hubiera, en ningún momento, dejado de construir.
Curiosamente en un ateo, fue un templo lo que le reportó fama mundial. Corría el año 1940 cuando la iglesia de San Francisco frente al lago de Pampulha, en Belo Horizonte, habló de forma económica, pero no barata y sí monumental, de un mundo más sencillo y, acaso, más natural.
Por entonces Niemeyer no era todavía el comunista acérrimo que nunca dejaría de ser desde que se afilió al partido con 38 años. (Fidel Castro llegó a decir que Niemeyer y él eran los dos únicos comunistas que quedaban en el mundo). Con todo, y tal vez como la propia ideología comunista, Niemeyer ha sido un arquitecto sumamente idealista y, sin embargo, dictatorial. Sin duda un gran artista plástico, un proyectista pionero de la forma libre, pero también alguien capaz de sacrificar la sombra de los peatones, bajo un clima tropical, en pos del altísimo valor plástico de sus edificios recortados en medio del sertao.
Convertido en arquitecto, Niemeyer no dudó en trabajar sin cobrar para el urbanista Lucio Costa.
Y veinte años después, en 1956, juntos dibujarían una ciudad entera, Brasilia, en el escaso plazo de un periodo legislativo
. En cuatro años levantaron catedral, ministerios, congreso nacional, tribunal federal, sede de la cancillería y calles para los ciudadanos de la nueva capital.
Tal vez intuyeran que debían darse prisa. Muy poco después, un golpe militar les restaría encargos y confianza y acabaría por desterrar a Niemeyer a París, donde la misma filiación comunista que le complicó la vida en Brasil le facilitó volver a construir
. Así, la sede del Partido Comunista Francés en París, la editorial Mondadori en Segrate (Italia) o la Universidad Constantina de Argelia pertenecen a esos años en los que su trabajo se exponía en el Louvre mientras en su país le rechazaban los proyectos.
Si durante cuatro años Niemeyer acudió semanalmente a Brasilia en coche empleando un día para llegar y otro para regresar fue porque el miedo a volar no le permitía coger un avión.
Esa fobia tampoco le dejaría recoger la mayoría de los galardones que consiguió incluidos el Premio Pritzker, que no recogió en Chicago en 1988, el Príncipe de Asturias que no hizo suyo en Oviedo o el Imperiale, que viajó solo de Tokio a Río.
En 1980 Niemeyer anunció que iniciaba su última fase como arquitecto
. Empezó entonces a trabajar en el Memorial de los amigos ya muertos, como el antiguo presidente Juscelino Kubitschek, erigido en Brasilia. Esta fase final se ha prolongado más de treinta años. Y ha resultado una de las más sorprendentes del genial proyectista. Niemeyer renació en Niteroi, frente a la playa de Ipanema.
Un platillo volante de suelos fucsia y perfil más que fotogénico lo hizo resucitar para la vanguardia arquitectónica
. Hoy, como quien está en la cúspide de su carrera, y con el zarandeado Centro Niemeyer —que donó a la ciudad de Avilés— todavía fresco, el arquitecto centenario tenía sobre la mesa proyectos en La Habana, Rosario (Argentina) y hasta un estadio para el mundial de fútbol de 2014, que se celebrará en Brasil.
Allí, en el 3940 de la Avenida Atlántica, frente a playa de Copacabana, ha trabajado hasta el final.
Sin apenas moverse de la planta décima donde está su casa ha sido capaz de construir por todo el mundo.
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