El que más chufle, capador
Estamos de encuestas, de borradores fantasmas y de celebraciones
. Los sondeos se refieren, como es natural, a las elecciones catalanas del domingo.
El documento espectral sobre el caso Palau lo viene ofreciendo El Mundo y recoge un presunto informe policial, desconocido para el juez del caso y para el ministro del Interior, Fernández Díaz, en el que se vierten durísimas acusaciones de corrupción sobre Mas y Pujol. Y los fastos –de algunos- es que mañana se conmemora el primer añito del 20-N, aquel día de noviembre de 2011 que trajo a nuestras vidas al Gobierno del PP. Del otro 20-N hace ya 37 años.
Me acuerdo, sí, claro que me acuerdo. ¿Pasa algo?
Afirma La Gaceta que una consultora les ha dicho que su periódico es el más influyente de España.
Y encima les habrá costado un congo.
No recuerda este catavenenos un editorial del tamaño del que ofrece hoy El Mundo. Gigantesco: “Un borrador que emborrona a Convergència para siempre”, se titula.. Los sondeos se refieren, como es natural, a las elecciones catalanas del domingo.
El documento espectral sobre el caso Palau lo viene ofreciendo El Mundo y recoge un presunto informe policial, desconocido para el juez del caso y para el ministro del Interior, Fernández Díaz, en el que se vierten durísimas acusaciones de corrupción sobre Mas y Pujol. Y los fastos –de algunos- es que mañana se conmemora el primer añito del 20-N, aquel día de noviembre de 2011 que trajo a nuestras vidas al Gobierno del PP. Del otro 20-N hace ya 37 años.
Me acuerdo, sí, claro que me acuerdo. ¿Pasa algo?
Afirma La Gaceta que una consultora les ha dicho que su periódico es el más influyente de España.
Y encima les habrá costado un congo.
Y trata sobre el informe que lleva ofreciendo estos días en torno a las cuentas secretas de CiU, Pujol y Mas, algunas de ellas en Suiza. Los dos dirigentes han anunciado querellas. El documento es un “borrador” de la Unidad Central de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), que como el diario indica, “recopila el estado del caso Palau”, pero que todavía no está terminado, según afirman. Lo que pasa es que este borrador tiene lo suyo. Por lo pronto, no lo firma persona conocida alguna.
Además, el juez del caso, que es quien dirige la investigación, como es natural, ha hecho una nota incendiaria porque nada sabía de este presunto documento policial con tan graves acusaciones, y porque el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha tenido el cuajo de decir que nadie había puesto en su conocimiento estos hechos. Ha ordenado una investigación. Las acusaciones son muy graves. Pero a este catavenenos sí le importa tener la seguridad de que hablamos de un documento fiable para repetir esas inculpaciones
. Y los insultos de El Mundo. A otros no. “Al margen de si el informe es o no verídico”, dice en La Razón esa gran periodista que es Pilar Ferrer.
No es un tema menor, no. Si se demostrara que las acusaciones de ese innominado borrador son ciertas, Pujol, Mas y algunos otros políticos de Convèrgencia tendrían que dar muchas explicaciones. Las que tendría que ofrecer Pedro José Ramírez Codina, si el documento no se ve refrendado por las posteriores investigaciones judiciales. Pero por lo pronto, el ministro Fernández Díaz ya debía de saber a estas alturas por qué una Unidad de la Policía investiga a políticos de tal relieve sin que él conozca los términos y, sobre todo, debe dejar bien claro que no es una utilización bochornosa, incluso delictiva, del aparato del Estado contra un partido político en mitad de unas elecciones. Mas y Pujol han hablado de las cloacas del Estado. El Gobierno debe demostrar que no es así. Porque El Mundo se lo adjudica a un informe policial. Que no es cualquier cosa…
Y a todo esto, mañana es el primer aniversario del 20-N rajoyano. Abc: “Un año de reformas no basta”. Algún parrafillo: “Rajoy (…) formó un Gobierno, en primeros y segundos niveles, con personas con experiencia y de su confianza.
No había comparación posible con los gobiernos precedentes de Rodríguez Zapatero, marcados por la improvisación, el protagonismo de ministros y ministras sin condiciones para tales cargos y con la imagen del fracaso estampada en cada aparición pública”. Para empezar.
Y para seguir: “No sólo el capítulo económico era complejo. También la posición internacional de España, aturdida por las extravagancias diplomáticas de Zapatero, exigía una recomposición inmediata. La educación, la Justicia, la cuestión territorial y el fin de ETA eran asuntos para los que el PP llevaba un programa electoral bien definido
. Casi un año después, el cambio político es evidente, porque el país no tiene un Gobierno que improvise y oculte la realidad”. Fin del viaje: “Rajoy necesita tiempo para enderezar el rumbo perdido en que el PSOE dejó a España”.
Por cierto, ¿he mencionado a Zapatero? ¿Les he dicho ya que ayer, domingo, El Mundo lucía un artículo a toda página del ex, contándonos qué piensa de Cataluña? Por si les interesa. A Pedro José parece que mucho. Casi tanto como a Zapatero debe gustarle El Mundo y Pedro José.
Amor de mis amores amor mío, qué me hiciste que no puedo soportarme sin poderte contemplar.
Hoy déjenme que les ofrezca un par de lecciones de españolidad. Les ruego que no lean estas eruditas aportaciones en pijama, y menos en negligé, que deslucen el ceremonial, y adopten una cierta solemnidad en la pose. Fíjense. Isabel San Sebastián, Abc, hoy lunes: “España es fruto de un proyecto común y compartido que empezó a fraguarse con el arranque de la Reconquista, en los albores del siglo VIII (…) Porque si existe esta España, la España democrática, europea, de tradición occidental cristiano-romano-visigoda, y no un Estado totalitario, teocrático islámico, como los que ocupan la ribera sur del Mediterráneo, es gracias al empeño secular de nuestros reyes cristianos por unirse con el fin de llevar a cabo la tarea de recuperar un territorio y unos valores semejantes a los de nuestros vecinos del norte, coincidente con la tendencia natural de los musulmanes a dividirse y enfrentarse en taifas tanto más débiles cuanto más pequeñas e insignificantes”.
Pero la felicidad no es eterna: “España, la España que llevó su lengua universal, su fe y su cultura a todo un continente del que hoy proceden buena parte de nuestras esperanzas de recuperación económica, es puesta en cuestión por unos cuantos caudillos autonómicos, homologables a los jefes tribales de antaño, que prefieren medrar individuamente a costa de que sus gentes paguen el ingente tributo de pobreza y retroceso correspondiente a esa ambición personal”.
Y de Isabel San Sebastián a Alfonso Ussía, ayer en La Razón: “La Historia, la Literatura, el Arte, la Poesía y la vida cotidiana de España han estado, durante siglos, evolucionando su inteligencia y cultura de la mano del humanismo cristiano, como el resto de los países de Occidente.
España llevó la modernidad y la fe a todas sus américas.
Y la palabra. Bueno es que la libertad religiosa impere hoy en nuestra sociedad, sin olvidar lo mucho benéfico que el humanismo cristiano nos ha aportado. España es mestiza, y por ello, contraria a todo nacionalismo supeditado a la raza y a la identidad localista (…)España –qué poco espacio–, lo es todo para quienes nos sentimos profundamente identificados con lo bueno y hasta con lo malo de nuestro pasado. España es nuestra emoción. Y su futuro, el mástil principal de este barco de La Razón, que ha cumplido quince años de vida. España, España, España”.
Y si ayer, domingo, llevaron un extra que se titulaba “Nos gusta España”, hoy nos ofrece el llamado periódico-botafumeiro, de reconocido prestigio entre los regalos que se intercambian dos amigos de toda la vida, como son Mariano Rajoy y Francisco Marhuenda, tantos años llevándole la cartera. Editorial: “Un año de vértigo”.
Muestra: “El presidente Rajoy ha demostrado tener las ideas claras y el pulso firme. Ha gobernado con pragmatismo y no ha sucumbido ni a la tentación populista ni al efectismo de la demagogia.
Ha actuado con responsabilidad y sentido común, anteponiendo el interés general por más que supusiera desgaste político o electoral. La gran mayoría de las medidas que ha puesto en marcha no darán sus frutos de forma inmediata, sino a medio y largo plazo. Pero los darán y serán muy positivos para España.
Hace un año los españoles pusieron su confianza absoluta en Rajoy y hoy puede afirmarse que no ha sido en balde”. ¿Suficiente? Pues no, que hay artículo del propio Marhuenda: “Un año de rigor, tenacidad e ideas claras”
. Ahora sí, que tengo el azúcar por las nubes a pesar de los lingotazos de metformina.
Pero no quiero dejarles con este ¿acíbar? en la boca. Veamos alguna cosilla, por ejemplo, de los sindicatos. Luis María Anson, El Mundo: “¿Pero de verdad no se os cae la cara de vergüenza tras el fracaso de la huelga general que nos ha costado un ojo de la cara a los contribuyentes españoles? A pesar de los piquetes violentos, a pesar de los insultos –‘esquirol, hijo de puta’- contra los que acudían al trabajo, a pesar de las más varias coacciones, a pesar de las agresiones a los comercios, a pesar de la matonería de los liberados, a pesar de los incendios para interrumpir la circulación, a pesar del despliegue de banderas y estandartes, a pesar de la parafernalia desencadenada y de los espacios incesantes en todos los canales de televisión, a pesar de todo eso, el consumo eléctrico demostró sin necesidad de otras cifras el fracaso de la huelga general (…) Eso es un clásico en la manipulación sindicalista y no solo en España. El diario adicto quiso paliar vuestro fracaso con una fotografía de la manifestación en Colón.
Pero allí no había más de 40.000 personas”. ¿Habla Anson de manipulación? ¿40.000 personas, dice? En el apartado siguiente habla de Juan III. Ingenioso engaño y bonita superchería, pura manipulación, sí, señor, que jamás hubo tal rey, como ustedes saben…
Y ya que estamos con los sindicatos, Juan Manuel de Prada, en Abc: “Para ese futuro turbio hacen falta sindicatos nuevos.
Sindicatos de oficio y de ramo, liberados de toda sumisión ideológica, que defiendan intereses comunes de los trabajadores, proporcionando los medios más idóneos y convenientes para su fin, que no debe ser otro sino la mejora de las condiciones laborales, y por extensión la defensa de los bienes del cuerpo y del alma, como reclamaba León XIII en su encíclica Rerum Novarum”.