Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

16 oct 2012

Los guardias civiles de Lorenzo Silva ganan el Planeta

Hay que asegurar el tiro en tiempos de crisis. Por eso ayer en Barcelona, la 61ª edición del Premio Planeta hizo gala de su ticket triunfal, predilecto, de fino laboratorio: escritor de notoriedad en el género al alza —ahora la novela policiaca— y finalista reconocido por su presencia en los medios, a poder ser la televisión. Y así, el ganador ha sido el madrileño Lorenzo Silva, padre de la pareja de la Guardia Civil Bevilacqua y Chamorro, cuya séptima entrega se titula La marca del meridiano y le ha reportado 601.000 euros.
Le acompañó en el podio la periodista Mara Torres, presentadora de La 2 Noticias de TVE, que quedó finalista (150.250 euros) con su debut en la ficción, La vida imaginaria, historia de una mujer que intenta superar una ruptura sentimental.
La pareja de picoletos que Silva (Madrid, 1966) concibió en un mes del verano de 1995 ha sido de lo más fructífero que ha hecho en una carrera dilatada ya en el tiempo (empezó en 1980) y en la producción, unos 40 títulos.
 La mitad, novelas. Con una de ellas, La flaqueza del bolchevique, fue finalista del Nadal en 1997, galardón que obtendría solo tres años después con El alquimista impaciente, la segunda entrega ya de los investigadores de la Benemérita que hizo debutar en 1998 con El lejano país de los estanques, premio Ojo Crítico.
Desde entonces son ya siete los títulos que han protagonizado el que empezó como sargento, el uruguayo Rubén Bevilacqua, y la joven seca y tímida guardia Virginia Chamorro.
A base de diálogos ajustados y sinceros, Silva aprovecha los casos para, con una cadencia de tres años, hacer de sus personajes “testigos de la sociedad española contemporánea”.
En esta ocasión, el ya brigada Bevilacqua, afincado en Madrid, ha de investigar un caso, en Barcelona (entre las dos ciudades pasa el meridiano), que le lleva a remover su pasado y el de gente que “no deberían haber cruzado determinadas rayas ni saltado códigos de honor y por ello deben pagar”.
 Silva aprovechó la ocasión para hacer una metáfora de la tensión entre Cataluña y España: “Entre Madrid y Barcelona espero que no haya nunca ninguna raya divisoria.
 Todo lo que pueda haber no son más que rayas imaginarias”.
La carrera de Silva parece marcada por la novela negra, ya que desde 2008 es el comisario del Festival Getafe Negro. Y también un experto en la Guardia Civil, al que dedicó el ensayo Sereno en el peligro (premio Algaba 2010). Y ello a pesar de contar con novelas como Carta blanca, con la que ganó el Primavera 2004. Ahora ha completado el tres en raya de los principales galardones del grupo (Nadal, Primavera, Planeta), como Lucía Etxebarria y Juan José Millás.
Para Torres (Madrid, 1974) ser finalista es el primer gran espaldarazo a su vertiente literaria, que ha arrancado tras la estela de su corta y notable trayectoria periodística, consolidada en la SER, donde llevó el nocturno Hablar por hablar entre 2001 y 2006, cuando saltó a La 2 Noticias, que presenta. En La vida imaginaria, una joven intenta superar el trauma de ser abandonada por su pareja.
“Es una historia de amor. Un abandono que obliga a reinventarse en la vida, un periodo en que confundes realidad y deseo. Mi personaje es una reivindicación de la capacidad de soñar”.
La ausencia es un tema querido en Torres, que ha publicado el ensayo Sin ti, donde cuatro personajes comentan la pérdida de un ser querido.

Albert Hammond - Echame a mi la culpa (1977) -inedito en youtube-

Suave, que me estás matando

Robert Mitchum en 'Retorno al pasado'
A primera vista, una sesión de música lounge. Voces aterciopeladas (y un vibrafonista) acercándose a melodías de hechura standard. Pero no te fíes: aparecen voces altamente dramáticas, arreglos de dientes afilados, insinuaciones turbadoras.
Y se cuelan, sin que rompan la línea estética, grupos supuestamente hippies como Love o Lovin’ Spoonful. O el mayor bandarra del Hollywood clásico: Robert Mitchum. Más una Björk de 25 añitos cantando un mambo con trío de jazz. Y ese mambo, por razones misteriosas, me ha llevado la cabeza hacia un bolero, “Espinita”, que no suena hoy pero que contiene el sugerente verso que da título a la sesión.
1. ROBERT MITCHUM, Sunny
2. CAL TJADER, What the world needs now is love
3. BJÖRK, I dansi med per
4. ANDY WILLIAMS, Music to watch girls by
5. EARTHA KITT, Hurdy gurdy man
6. DUSTY SPRINGFIELD, The look of love
7. THE LOVIN’ SPOONFUL, Daydream
8. LOVE, Maybe The People would be The Times or between Clark and Hilldale
9. JULIE LONDON ‘S, Wonderful
10. JACQUI DANKWORTH, Blue moon

http://youtu.be/JRUYKmubzZs

Un ‘matisse’, sustraído en el millonario robo a un museo de Rotterdam


Vista del lugar donde se encontraba uno de los cuadros robados en el museo Kunsthal, en Rotterdam. / ROBIN UTRECHT (EFE)
Queda una cartela blanca con el nombre y el autor del cuadro: Girl reading (Muchacha leyendo) de Henri Matisse 
. Pero la obra ya no está.
En su lugar, dos huecos en la pared son la única herencia dejada por los ladrones. El cuadro fue sustraído del Centro de Arte de Rotterdam (Kunsthal), dentro de un robo de grandes dimensiones llevado a cabo esta madrugada.
 En plena celebración de su 20º aniversario, el centro exponía obras de artistas internacionales como Picasso, Dalí, Van Gogh, Mondrian, Karel Appel e Yves Klein.
La policía fue alertada por una empresa de seguridad cuando saltaron las alarmas de la sala, diseñada por el reputado arquitecto holandés Rem Koolhaas. A su llegada, los cuadros ya habían desaparecido.
“Faltan obras de gran valor”, ha admitido un portavoz de la sala. “Es un robo muy serio”, ha añadido la policía. Dado que es muy difícil vender una obra robada, los investigadores creen que tal vez podría pedirse un rescate. Emily Ansenk, directora del Kunsthal, no ha querido hacer comentarios pero ha calificado el robo de "tremendo".
Mas allá del matisse, no se han confirmado aún el número ni la firma de las otras telas robadas, aunque la policía asegura que las pesquisas ya están en marcha. Sí se sabe, como asegura el Kunsthal en su página web, que el centro permanecerá cerrado todo el día.
Fuente: El País
Los cuadros expuestos pertenecen a la colección particular Triton, propiedad de la familia holandesa Cordia, que ha tardado décadas en reunirla. Es una de las 200 colecciones privadas más importantes del mundo.
 Con obras fechadas entre 1860 y 1970, es gestionada a través de una fundación y era la primera vez que se exponía.
 De momento, la reconstrucción de los hechos se centra en el tejado, y en una puerta lateral, que podrían haber sido dañados para penetrar en el local.
Un investigador de la policía holandesa inspecciona una de las salas del Kunsthal de Rotterdam. / ROBIN UTRECHT (EFE)