Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

3 oct 2012

Letras mexicanas que miran más allá de la narcoliteratura


Retrato de una niña del barrio de La Merced, en México D. F. / maya goded
Siempre ha estado ahí pero, en los últimos años, se ha visto eclipsada por la repercusión mediática y editorial de la violencia y el narcotráfico.
 La literatura mexicana nunca se ha desprendido de los temas eternos: amor, muerte, ambición, venganza y la exploración de la condición humana en sus múltiples vertientes.
Es verdad que el contexto influye en la obra de los autores, pero la mayoría ha elegido la ficción más allá de la realidad despiadada y desalmada para adentrarse en otros mundos, aunque parezca que los mexicanos solo escriben de violencia.
Una especie de forzado duelo temático: narcoliteratura contra no-narcoliteratura.
“No puedo concebir un país cuya literatura esté ocupada por un solo tema: la crónica del narco. Sería extrañísimo, una especie de cárcel mental”, señala la escritora Verónica Murguía (México, 1960).
“Vivir aquí equivale a pensar mucho en el narcotráfico, pero no necesariamente escribir de ello. Me parece normal que haya escritores que se ocupen de otros asuntos en otros registros”.
Para ella, hablar hoy de “la otra literatura” en México no es nuevo.
 “En el siglo XX, por ejemplo, hubo una obsesión por la novela de la Revolución. Pero también se tocaron otros temas.
 Hugo Hiriart escribió Galaor, una novela de caballería. Juan José Arreola recreó a poetas medievales. Francisco Tario escribió una literatura fantástica inclasificable. Las novelas de Alberto Ruy Sánchez ocurren en Marruecos.
 Y ahora hay más escritores que experimentan en otros mundos”.
Verónica Murguía trabaja en un libro sobre la peste de 1349 en Europa
Valeria Luiselli (México, 1983) publicó el año pasado su primera novela, Los ingrávidos, “una historia sobre existencias fantasmales llena de melancolía y humor” que transcurre en México y Nueva York, y se opone a la idea de que en su país existan dos literaturas. “No creo que haya polaridad narco contra no-narco; pero es interesante que ahora una revista como Granta decida publicar un número con textos que no toquen exclusivamente ese tema, ni ninguno en particular”.
Granta en español presenta en el festival Hay de Xalapa su décimo tercer número, en el que ha reunido a un grupo de autores de diferentes generaciones que constituye una muestra representativa de “la otra cara de las letras mexicanas”. Hugo Hiriart, Álvaro Uribe, Pablo Soler Frost, Valeria Luiselli, Guadalupe Nettel o Verónica Murguía presentan cuentos inéditos o fragmentos en proceso de escritura donde no predomina el narcotráfico
. En consonancia, la revista ha sacado de los archivos de Roberto Bolaño dos inéditos: una Autobiografía y el Manifiesto infrarrealista. Aurelio Major y Valerie Miles, directores de la publicación, explican que “estas colaboraciones de escritores mexicanos pueden inscribirse, para simplificar, en otra tradición de la literatura mexicana. Uno de los objetivos del número es contrastar esta tradición con la imperante boga de escritores que abordan la violencia y asuntos colaterales aunque sea con tratamientos muy diversos pero que distorsionan la recepción de la literatura mexicana”.
Verónica Murguía ha escrito cuentos y novelas para niños y jóvenes. En los últimos años, sin embargo, ha estado trabajando en una novela “que aborda el tema de la peste en 1349, el verano del segundo año de la llegada de la epidemia a Europa, el peor en el aspecto espiritual pues la gente ya conocía los efectos de la enfermedad”.
Se llama El cuarto jinete y, precisamente, en esta edición de Granta publica un capítulo protagonizado por un flagelante, “miembro de una secta temible, ingenua y violenta, surgida de un desamparo material y espiritual”.
Por su parte, Luiselli ofrece un fragmento de su nuevo proyecto literario: Arboleda de los enfermos.
“La narradora de la novela hace referencias a un ensayo que se llama Pinche Tiresias, pinche Teresa y pinches todos. Tiresias es un profeta ciego, andrógino, personaje fundamental de la mitología griega. Y Teresa es una monja sorda española del siglo XV.
 En la novela, ambos son figuras más bien picarescas que entran y salen de la trama central”.
La obra de Hugo Hiriart (Ciudad de México, 1942) es tragicómica. Sus novelas, sus obras de teatro, sus ensayos, siempre han sido uno de los mejores ejemplos del sentido del humor en la literatura mexicana. Incluso, dice el editor argentino Mario Muchnik que Hiriart “es uno de los grandes cómicos de la lengua. Hugo tiene, por ejemplo, un libro que empieza diciendo: ´Dios creó el mundo, el agua, las estrellas… y separó la luz de las tinieblas en seis días.´ Punto y aparte: ´se dice pronto´.”
Hiriart explica: “Juvenal decía que en Roma era difícil no escribir sátiras. Lo mismo pasa en México, país donde la incapacidad y la corrupción son ominipresentes y generan una fascinación casi hipnótica.” En Granta aporta un fragmento de su nueva novela (todavía inédita) que clasifica como una “acción en prosa”. Sostiene: “La novela nacional sobre el narco es en general parodia del cine negro con gotas de color local. No obstante, mi novela, muy colocada en el México durante las dos presidencias del PP mexicano, llamado PAN, que duró 12 larguísimos y catastróficos años, también trata, aunque lateralmente, del narco. Pero mi trabajo, creo, no es paródico".
Esta entrega de Granta contiene también piezas de autores como Sandra Cisneros, María Venegas, Anthony Doerr y Chris Dennis que tienen como eje a México, pero visto desde Estados Unidos.

Las ‘Old ideas’ de Leonard Cohen sonarán en el Palau Sant Jordi

Leonard Cohen. / JOAN SÁNCHEZ
El cantante, compositor y poeta canadiense Leonard Cohen abre esta noche en el Palau Sant Jordi de Barcelona (21:00 horas) su gira española para presentar “Old ideas”, el nuevo trabajo de uno de los más influyentes cantautores. Junto a la misma banda que el anterior Tour, Cohen vuelve a España después de su última gira en 2009 y tras recibir el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 2011.
Madrid cerrará el 5 de octubre en el Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid una gira que está dentro del “Old Ideas World Tour” que ha llevado al artista de Montreal a París y Berlín.
 El tour mundial comenzó en agosto después de que Cohen tuviera problemas con su ex representante, Kelley Lynch, a la que acusó de arruinarle y a la que un tribunal de Los Angeles halló culpable de hostigarle por teléfono y correo electrónico.
“Old ideas” se publicó en Enero y conforma el duodécimo disco de estudio de su carrera.
 Un álbum que debutó en el número 1 en todo el mundo y que ha sido descrito como su obra más madura e íntima. Después de seis décadas produciendo aclamados trabajos discográficos, el cantante canadiense refleja, a partir de sus 10 nuevos temas, su alma de artista.

“Horror” rima con “humor”, también en literatura Leyre Pejenaute


Entrada a la exposición Humor gráfico contra ETA en la Alhóndiga de Bilbao. / SANTOS CIRILO
El ser humano es el único de entre todos los seres vivos capaz de llorar su desgracia y reírse de sí mismo
. El único consciente de su mortalidad, y por tanto, el único con un sentido trágico de su existencia que le lleva a buscar válvulas de escape a modo de alivio llevadero, de complicidad con sus semejantes, de bálsamo contra la realidad.
 Como dice el escritor Lorenzo Silva, “horror y humor riman y son dos caras de una misma moneda”.
Bajo esa premisa, el humor como herramienta de las artes y el pensamiento contra la barbarie, en toda la extensión del término, se desarrolla desde hoy el Festival de la Risa de Bilbao. Durante cinco días las calles de la capital vizcaína aunarán lo culto y lo popular (todos los actos son gratuitos) con teatro, exposiciones, conferencias y sobre todo, mucha literatura.
Algunos de los escritores que desde ayer participan en los encuentros entre escritores o las diversas mesas redondas han compartido sus reflexiones sobre el humor en la literatura (y por traslación, en la vida), con EL PAÍS.
Lorenzo Silva fue el encargado de inaugurar ayer los diálogos entre escritores con una charla abierta al público sobre el bombardeo de Gernika, del que se acaban de cumplir 75 años
. El encuentro, mano a mano con Jorge Martínez Reverte, versa sobre como, incluso ante algo tan atroz como un bombardeo de población civil, el humor surge espontáneamente como defensa y escape ante el horror.
“La literatura siempre ha buscado entrar al fondo de esa tragedia”, cuenta Silva. “Personalmente he dedicado mucho tiempo a escribir novelas sobre crímenes y no hay novela negra donde no esté infiltrado el humor”.
 En ese género, el escritor madrileño recomienda leer a Raymond Chandler y en cuanto a obras concretas, el libro de Evelyn Waugh, The Remote People (Ediciones del Viento). Ya en el terreno de los clásicos, Silva reitera la lectura de El aventurero Simplicíssimus de Jakob von Grimmelshausen, sobre la guerra de los 30 años.
Una hora antes de los diálogos, Jorge Martínez Reverte afirmaba que el humor funciona mejor ante situaciones pobladas de horror y prolongadas en el tiempo.
"Así ha sido en Euskadi", declaraba, "un instrumento de salvación ante el terrorismo, porque uno no puede estar todo el día en la tensión del pánico”.
 Traducido a los bombardeos, esa tendencia se aprecia más, en su opinión, "en el caso de Madrid, donde duró toda la guerra y la gente tenía que vivir cotidianamente con eso”.
 Así lo analiza en su libro La batalla de Madrid.
“Se pueden hacer bromas hasta de lo más sagrado”.
 Lo afirma sin tapujos otra de las figuras literarias que desfilarán estos días por las calles de Bilbao; Rafael Reig, autor de Sangre a Borbotones  y Todo está perdonado opina que el lenguaje humorístico en literatura es “inevitable" para los españoles,
 "no hay más que ver a todos nuestros clásicos, todos han sido grandes moralistas con una visión póstuma, veían la realidad como la ve un marciano, sin implicarse".
 Reig no duda en recomendar la lectura de Antonio Orejudo, “el gran maestro contemporáneo de la literatura humorística en castellano”, sin olvidarse de desempolvar a los clásicos, desde Cervantes a Juan García Hortelano pasando por Benito Pérez Galdós.

Homenaje a ‘Paracuellos’

Carlos Giménez (Madrid, 1936) es uno de los autores más notables en la reciente historia del cómic español.
 Su obra, en gran parte autobiográfica, se caracteriza por poseer un hondo aliento social y un remarcado lirismo.
 Entre sus trabajos destacan Los Profesionales, Barrio y Paracuellos.
Precisamente a esta última obra se dedica un espacio en el Festival de la Risa de Bilbao.
 Se trata de un retrato de la vida de los niños que vivían en los hogares del Auxilio Social en la posguerra franquista, donde él mismo creció.
 Realizada en dos etapas, la primera entre finales de los 70 y principios de los 80, y la segunda, iniciada en 1997 y finalizada en 2003.
¿Cabría una tercera entrega de esta aclamada historieta hoy en día? Giménez no se ve con ganas:
“En esta falsa democracia en que vivimos todo es más sutil y más taimado”, afirma con amargura. “En estos tiempos es difícil no deprimirse.
 Con humor se ríe uno un poco más, pero se deprime uno lo mismo.
 Se está intentando prohibir el denunciar, las manifestaciones y hasta hay quien clama para que se prohíba hacer chistes sobre las religiones. Dentro de poco prohibirán el humor y nadie se deprimirá porque también estará prohibido deprimirse”, concluye.
Marta Sanz se encuentra entre los Mejores Narradores en Español según la revista Granta, pero también reivindica los clásicos: “Los libros de Groucho Marx son los que más me han hecho reír, no con buen rollo sino con un mal rollo elegante finísimo, son sencillamente geniales”, afirma la madrileña.
 El sábado participa en una mesa redonda que aborda el humor contra el machismo, junto con Fernando Marías, Andreu Martín y Arantza Furundarena.
“Me interesa esa doble faceta del humor en la literatura, por un lado combativa y crítica y por otro lado apaciguadora y adormecedora de las conciencias, según como se utilice”, reflexiona Sanz.
Andreu Martín matiza las palabras de su contertulia: "El humor es transgresor y destructivo, pero no tanto como para destruir a los destructores.
 No se me ocurren chistes ni ironías ni juegos de palabras que puedan hacer mella en los psicópatas".
 El guionista catalán, que se autodenomina "autor de novela negra", cree que el humor es un recurso literario muy notable:
 "Es seductor, apoya el discurso y predispone al receptor en la literatura y en la vida. Soy de la opinión de Jaume Ribera, cuando decía aquello de 'hazla reír y será tuya'"
Carmen Posadas no duda en reocmendar la lectura de la figura premiada de esta tercera edición del Festival, Ismael Kaderé.
 "Encuentro su obra deslumbrante", asegura la escritora, para quien es "fundamental" en los escritores que admira que tengan "sentido del humor".
 Y es que, como decía Evelyn Waugh, "la mejor manera de hablar de las cosas serias es hacerlo en broma".