Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

7 ago 2012

30 iconos de estilo en los que inspirarnos De Cleopatra a Kate Moss. Ellas tienen algo que nosotras también queremos. Susana Molina 07 de agosto de 2012 07:34 h.

Han marcado un antes y un después en la historia de la moda.
 Algunas de ellas dando su nombre a un estilo propio o a un accesorio, otras ocupando los primeros puestos de las listas de las mejor vestidas durante décadas, pero todas coinciden en formar parte del selecto grupo de los iconos de estilo de todos los tiempos.
Desde el maquillaje de Cleopatra hasta la perfección de Diane Kruger, a la hora de inspirarnos ellas nos dan las claves a la hora de vestir.
 Si queremos lucir, por ejemplo, una impecable combinación de pantalón Capri y bailarinas acertaremos copiando el look de Audrey Hepburn, si estamos pensando en atrevernos con el turbante este verano quién mejor que la Jequesa de Catar para enseñarnos, o si preferimos quitarnos un guante con maestría bastará con revisionar Gilda y la gran actuación de Rita Hayworth.

“Me enteré de mi despido en el cajero”

La Universidad Rey Juan Carlos echa por primera vez en Madrid a profesores fijos

Los 11 docentes supieron que estaban en la calle por una transferencia bancaria

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    Ángel, otro de los profesores doctores, muestra su carta de despido. / SAMUEL SÁNCHEZ
    “Llegué a las diez de la noche a la estación de Chamartín después de una semana de vacaciones. Me acerqué al cajero automático a sacar dinero para coger un taxi.
     De repente vi que tenía 12.000 euros en mi cuenta. Pensé que el cajero se había vuelto loco porque solamente tenía 2.000 euros de ahorro
    . Al día siguiente volví a meterme en mi cuenta y vi que tenía un ingreso de 10.000 euros. En el concepto se podía leer: Indemnización por despido. Así me ha echado a la calle la Universidad Rey Juan Carlos”.
     El relato corresponde a una profesora de Estadística de esta universidad pública de Madrid, que recibió el finiquito el jueves pasado. El burofax en el que le notificaban la carta de despido no llegó hasta el día siguiente.
    No tuvo tiempo para reclamar. La Universidad Rey Juan Carlos (URJC) —con 1.653 docentes— cerró por vacaciones justamente el viernes al mediodía hasta el próximo 20 de agosto. Tampoco ha podido informarse F. G., profesor contratado desde 2003.
     “Para acceder a esta categoría es necesario pasar un proceso de acreditación por parte de una agencia nacional o autonómica, independiente de la universidad. Por ejemplo, yo estoy acreditado por la agencia nacional Aneca, que verifica que tenemos la experiencia docente e investigadora necesaria”.
    Como ellos, otros nueve docentes, también contratados doctores (es decir, personal no funcionario pero indefinido), fueron despedidos la semana pasada, en plenas vacaciones, sin previo aviso
    . La URJC no precisó a este diario si hay o habrá más.
     “Primero te mandan el dinero y luego te dicen que es porque te despiden”, se queja Clara Simón, profesora doctora de Estadística, que también se enteró a través de la inesperada transferencia bancaria
    . El centro asegura que ha cumplido con la normativa laboral al comunicar los despidos.
    Los docentes no tuvieron tiempo de reclamar porque la URJC cerró por vacaciones el mismo día en que les llegó la carta de despido
    La Rey Juan Carlos justifica en la carta de despido de 13 páginas que debe ajustarse al último recorte impuesto por la Comunidad de Madrid en la ley 4/2012, que consagra un tijeratazo de 175 millones en las seis universidades públicas de la región. En el caso de la URJC, supone recortar entre 15 y 16, según el escrito.
    Otro de los argumentos que esgrime es la carga lectiva en los departamentos afectados, según el centro, escasa, por debajo de la media
    . En el caso de Estadística, los docentes afirman que el centro lleva dos años quitándoles asignaturas y que ellos no deberían pagar por la “mala organización”.
    Los once afectados trabajaban en los departamentos de Estadística, el de Computación y el de Tecnología Electrónica.
    Un director de uno de los departamentos afectados, que pide anonimato, está muy descontento con la manera de proceder del rectorado. Asegura que se enteró de los despidos de su personal a través de un email que recibió el viernes pasado, el mismo día que se recibieron los burofaxes.
     “Han despedido a personal contratado fijo sin que haya sido aprobado por el Consejo de Gobierno, que representa a toda la universidad”, se queja.
     El último consejo se celebró el pasado 22 de junio. En ningún punto del orden del día se menciona la difícil situación económica que sufre esta universidad.
    El despido de personal con contrato indefinido es inaudito en las universidades madrileñas, según Marcelino Prado, de UGT. De hecho, a este representante sindical no le consta que ninguna otra haya tenido que recurrir aún a despidos de docentes para ajustarse al recorte
    . La URJC empezó a echar a profesores en julio, al no renovar a unos 200 asociados, un tipo de contrato que se firma cada curso.
    Ante la falta de información, unos 250 profesores se reunieron el pasado 13 de julio con el vicerrector de Ordenación Académica, Fernando Suárez. Ángel, uno de docentes en la calle,recuerda que el vicerrector les aseguró en varias ocasiones que los despidos afectarían solo a los contratos temporales y no a los fijos.
    “Suárez se comprometió y los fijos nos fuimos más tranquilos a casa”, explicaba ayer. Apenas 20 días después llegaron las cartas de despido.
     Este ingeniero de minas, de 46 años, llevaba ocho años trabajando en la URJC y tenía varios proyectos de investigación firmados con la universidad.
     No sabe qué va a pasar con ellos ni con los investigadores que estaban a su cargo. “Tampoco me atrevo a contárselo a mi chica, que está embarazada”, dice.
    El departamento más afectado ha sido el de Estadística, donde trabajaban siete de los once docentes que se han ido a la calle.
    De sus 13 profesores, solo se quedan los que tienen plaza por oposición
    . Varios de ellos relacionan el hecho de que muchos despidos se concentren en Estadística con el enfrentamiento que mantiene el rector, Pedro González-Trevijano, con uno de los catedráticos de Estadística, David Ríos. Ríos, que se presentó a las últimas elecciones, recurrió la candidatura de González-Trevijano al considerar “fraude de ley” que concurriera por tercera vez. El Tribunal Superior de Justicia le dio la razón, pero Trevijano acudió al Constitucional, que mantiene la decisión en suspenso.
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6 ago 2012

Bolsas de Papel.....por Boris Izaguirre

La infanta Cristina parece dilatar todo lo posible su aparición en Marivent. Como si le echara un pulso a sus padres, exigiendo que paralizaran el proceso en el que su marido está imputado.

 

Mar Flores, fotografiada en Ibiza el sábado pasado. / GTRESONLINE
La infanta Cristina parece dilatar todo lo posible su aparición en Marivent. Y el presidente del Gobierno, Rajoy, dilata hasta lo imposible su petición de rescate.
 Agosto acaba de empezar.
Cristina parece echarle un pulso a sus padres, como exigiendo que se apiaden, levanten un dedo o mano ensortijada y paralicen, o retrasen, el proceso en el que su marido es el principal imputado.
 Ese pulso pudo precipitar la caída del Rey ante las Fuerzas Armadas. Una nueva caída en esta etapa del reinado.
 Pero ni siquiera el querer ver cómo continúa la nariz de su padre ha convencido a Cristina para acercarse a Marivent. La Infanta quizá se imagine que en cuanto se interese por este nuevo tropiezo, sus padres le instarán a replantearse el suyo, su matrimonio.
 Y ella se vería obligada a preguntar por respuesta: “¿Y por qué no empezáis vosotros?”
 Por eso prefiere su sonriente jaque al rey desde el ducado independiente de Pedralbes, organizando la fiesta del santo de su marido imputado, trayendo los niños de vuelta y recibiendo a ese grupo de amigos con cara de pocos amigos, bolsas de Movistar, relajado vestuario de programa de televisión de verano.
La infanta Cristina parece dilatar su aparición en Miravent todo lo posible. En la imagen, en Barcelona. / GTRESONLINE
Desde ese Pedralbes, Cristina y los suyos verán o no verán –pero allí estarán– el especial que Telecinco emitirá el martes en prime time sobre Marivent y sus trajines.
 Quizá en ese documental con debate nos enteremos de por qué Cristina pone tierra de por medio y se reafirma en su ilusión de estar siempre al margen.
 Ella ni será imputada, ni será imprescindible para la Corona como su hermano menor, y mucho menos conseguirá arrebatarle favor popular a su hermana Elena
. Así que, a dejarla tranquila, que siga inocente viajando de Washington a Barcelona a cargo de Telefónica antes que de la Casa del Rey. Lo que nosotros pensemos, lo que sintamos, lo que nos irrite de su actitud, a ella claramente le da igual. Es la hija del Rey, y juega sus cartas
. ¿Quién va a osar decirle algún día algo? Y además, ¿para qué?
Nadie se divorcia por una im­­putación, otra cosa es una fotografía candente como la del ahora exmarido de Paloma Segrelles con una rubia y en Valladolid. Eso sí puede contra un matrimonio, sobre todo que sea en Valladolid.
Cristina está medio amotinada.
 Ni pisará Marivent, ni mucho menos dejará a los niños en ese palacio expuestos a Froilán, que puede disparar alguna palabra de más
. En el ducado independiente de Pedralbes, en tierra firme, solo hablan de realidades paralelas
. Nada de prima de riesgo, ni de Monti visitando a Rajoy, que ni siquiera a su sombra consigue levantar la Bolsa, el Gobierno o el país. ¡Qué chasco la reunión con el primer ministro italiano!
 Y encima, como símbolo apocalíptico, se desploma la megabandera de la plaza de Colon en Madrid, esa que Federico Trillo casi cosió en su salón cuando sobraba tela.
Se cae el Rey, se desploma la Bolsa, la bandera por los suelos… ni una sola de estas cosas negativas se comenta en Pedralbes.
La Infanta quizá imagine que en cuanto se interese por el nuevo tropiezo del Rey, sus padres le instarán a replantearse el suyo, su matrimonio. Y ella se vería obligada a preguntar por respuesta: “¿Y por qué no empezáis vosotros?”
Ni siquiera un poquito de autocrítica para analizar por qué ellos, como representantes de lo pijo nacional, mantienen ese trajín de acudir a las casas llevando obsequios en bolsas.
 ¡Es increíble que nadie se levante a denunciar esta antiestética!
Nuestros pijos acuden a onomásticas, matrimonios y cumpleaños con regalos bien ocultos en bolsas de papel.
 La manía se repite en el ducado independiente de Pedralbes. Puede que no hayamos visto cuándo jugaron al pádel con Camps y Matas en Marivent, pero esa invitada llegando con la gran bolsa de Movistar, eso sí que lo hemos visto todos esta misma semana.
 ¿Qué habría dentro? ¿Móviles con Instagram para los niños, y así jugar a retratar al abuelo sin que se diera cuenta, o a la tía Letizia sin maquillar?
Está muy de moda subir a Twitter este tipo de fotografías. ¿Y si en la bolsa había dinero, al estilo Maite Zaldívar?
 Mejor mensaje sería menos bolsas de papel y más bolsas de plástico transparente.
 El regalo, el paquete a la vista.
Eugenia Martínez de Irujo, en una fiesta en Madrid el mes pasado. / GTRESONLINE
Esos grandes secundarios que son Julita Cuquerella, la secretaria privada, y el abogado Mario Pascual Vives, que disfruta estrenando cascos de moto en cada visita, quizá no puedan evitar debatir el enfrentamiento de Eugenia Martínez de Irujo con su exmarido, Francisco Rivera, por la custodia de su hija.
 Eugenia se manifiesta tranquila y agradecida por el gesto solidario de su madre al declarar desde San Sebastián que no acepta los manejos del exyerno favorito.
 Abriendo así otro debate: siempre entendimos que era complicado ser suegra, pero ahora, lo complicado de verdad es ser exyerno favorito
. Lo estamos viendo con Iñaki y también con Fran. Tanto para la Reina como para la duquesa de Alba debe de resultar durísimo asumir el error de calculo. Otro chasco.
Esquivando este tema, podríamos todos calmarnos observando la foto de moda en las redes sociales: el dulce descanso de Mar Flores tumbada en la cubierta de su barco, disfrutando hermosa de una siesta.
 Sí, la misma belleza que en la boda de Fran y Eugenia puso en pie de guerra a la Casa de Alba con su asistencia —Mar, entonces, era novia de Cayetano Martínez de Irujo— ahora puede descansar tranquila. Flores supo ver que en esta vida lo importante es salir ilesa, sin víctimas.
Y dejar a otros que se empeñen en llevar las bolsas de papel.

De poética memoria


Marguerite Yourcenar (Bruselas, 1903-Maine, 1987), fotografiada en 1979 en su casa de Maine (Estados Unidos). / Foto: JP Laffont / Corbis
La conversión de la realidad en literatura es uno de los más curiosos empeños del ser humano.
 Por eso mismo es uno de los rasgos que nos definen como humanos. Y fue el principal empeño de Marguerite Yourcenar. El laberinto del mundo conforma una monumental autobiografía a la que dedicó quince años de escritura, los últimos de su vida.
 El primer volumen de la trilogía, Recordatorios, vio la luz cuando su autora estaba a punto de cumplir los setenta años.
 El segundo, Archivos del Norte, cuando se acercaba a los ochenta. Y el último, ¿Qué? La eternidad, se publicó póstumo e inconcluso. En esta evocación general de su pasado se cumple la tendencia general de Marguerite Yourcenar a ser más una narradora que una novelista: una narradora que pone al día la antigua tarea de hacer poética la realidad. La primera frase, “el ser humano al que llamo yo”, va más allá de una sorprendente perífrasis. Con ese principio prodigioso inicia un relato en el que ella misma es tratada como “un personaje histórico que hubiera intentado recrear”. A la manera de su admirado Borges, Yourcenar se deja llevar por el sueño cervantino y el quijotesco con todas las consecuencias.
Si lo pensamos bien, Marguerite Yourcenar es en realidad un personaje literario inventado por Marguerite de Crayencour cuando modificó su apellido real por un anagrama lleno de consecuencias. Al elegir un apellido “por el placer de la Y” se conectó con un linaje cultural, que tiene su origen en Grecia. Al mismo tiempo, dio el primer paso para desvincularse definitivamente de su familia de sangre.
 Yourcenar acabó siendo su apellido legal. Cuando escribe El laberinto del mundo, el universo de la escritora ha dado un giro completo: ahora Marguerite de Crayencour es el personaje literario de Marguerite Yourcenar. Las nociones narratológicas son ya muy precisas: la narradora es M. Y. Su protagonista es M. de C. Naturalmente, todo esto no se reduce a un juego. Quijotesca, más que cervantina, es esta apuesta para cambiar el mundo con lo que uno ha leído y con lo que uno mismo escribe. Cambiar el mundo con la literatura.
En una autora que estuvo influida por Gide y por Montherlant, nos encontramos con una obra final bajo el signo de Proust. El laberinto del mundo es su búsqueda del tiempo perdido
. El más mínimo recuerdo, suyo o de cualquiera de sus familiares o informantes, desata un relato por el que merece la pena extraviarse, hasta llegar al origen del mundo en una retrospección colosal. Pugnan en el relato general dos conceptos del tiempo antagónicos: el lineal y el circular. Lineal, porque las palabras se suceden como el agua que fluye, por utilizar otro título yourcenariano. Pero una fuerte circularidad tiende a que todo retorne. Es el tiempo cíclico de los orientales, pero también el de nuestros antiguos griegos y romanos.
 Ahí se encuentra la clave de una de las últimas escritoras que merecen realmente la calificación de humanista: el pasado grecolatino, Oriente, especialmente Japón, y el Renacimiento. Esta mujer, que tanto ha despejado nuestro futuro, se pasó la vida inmersa en el pasado.
 Al principio de Archivos del Norte cita dos versos célebres de Homero: “¿Por qué me preguntas por mi linaje? Como la generación de las hojas, así la de los hombres”. En ellos se resume la visión pagana del mundo: el paso del tiempo no es ni bueno ni malo. Los seres humanos se suceden como las hojas que caen cada otoño y renacen cada primavera.
Los archivos en un sentido muy amplio contaban con una realidad casi literaria, en la que se englobaba todo lo que ya estaba escrito sobre esa región y sobre su propia familia
. En los datos familiares entra todo tipo de textos: la familia paterna es muy consciente de su posición en el mundo, editaba un boletín interno con sus noticias propias, y contaban con datos de todo tipo, anotados por distintos parientes.
 Todo, desde los archivos más grises hasta los apuntes más humildes de su madre, es leído poéticamente por Yourcenar. Por eso, al dibujar el trazo último de uno de sus tíos, cambia la expresión habitual “de piadosa memoria” por otra nueva, polivalente y despejada, más acorde con el retratado: “De poética memoria”.
La frase “el ser humano al que llamo yo” inicia un relato en el que ella misma es tratada como “un personaje histórico que hubiera intentado recrear”
Ya los patricios romanos solían escribir sus memorias como una contribución a la historia futura
. Yourcenar aplica una doble paradoja. En primer lugar, estos relatos se orientan hacia la novela, no hacia la historia. La narradora no duda a la hora de atribuir a sus personajes pensamientos, sueños o palabras sin documentar. Y —ésta es la paradoja más curiosa— los miembros de la familia de Yourcenar ya han sido protagonistas de sus novelas anteriores
. Por poner sólo un ejemplo, la pareja formada por Jeanne y Egon inspiró la primera novela de Yourcenar, Alexis o el tratado del inútil combate, y otra posterior, El tiro de gracia. Uno de ellos maneja para otros asuntos el título mismo de El laberinto del mundo. Sin embargo en esta autobiografía es cuando los conocemos de verdad. A cambio, la propia Yourcenar se inscribe en su propia obra de ficción: “Me gustaría tener por antepasado al imaginario Simon Adriansen de Opus Nigrum”. Unos años más tarde, encontraremos en el epitafio de la escritora unas palabras de esa novela suya.
En resumen: todos los materiales biográficos recogidos no se destinan a la historia futura, sino a la ficción pasada.
Esta mujer lúcida se autorretrata inscrita “en las coordenadas de la Europa cristiana y del siglo XX”, que en gran medida siguen siendo las nuestras
. Contempla, de cerca y de lejos, la Primera Guerra Mundial y vislumbra los horrores siguientes.
 No obstante, le cuesta olvidar que perteneció a otro mundo. Un mundo presidido por la cortesía.
Todos o casi todos se hablan de usted, incluso los miembros de un matrimonio
. Yourcenar es la mujer que sólo tuteó a tres personas en su vida. En su mundo perdido los personajes son aludidos elegantemente por sus iniciales. Se habla de la vida “en provincias” como categoría literaria. Se llama “el siglo” al tiempo. Se distinguía el latín de sacristía del latín del bachillerato.
El homoerotismo masculino y el femenino constituyen regalos preciosos, igual que la iniciación sexual temprana, porque todo lo relacionado con el cuerpo es natural.
Es posible que todo haya sido visto ya, pero “no ha sido narrado”, dice la escritora. Puesto que tiende a comportarse como sus personajes, hay que entender simbólicamente algunas de sus explicaciones. En cierta ocasión su padre conversa con un cura.
 “Más que confesarse lo que hace es contar su vida”. También ella, en este juego de paradojas, más que contar su vida lo que hace es confesarse
. A la manera de las Confesiones de Agustín, de los Ensayos de Montaigne, de los Diarios de Stendhal.
Esta mujer, que tanto ha despejado nuestro futuro, se pasó la vida inmersa en el pasado. Es posible que todo haya sido visto ya, pero “no ha sido narrado”
Lo que en su momento apareció como tres volúmenes sucesivos (tanto en francés como en español) se publica ahora en un solo tomo
. Esto supone una edición definitiva, que cumple el proyecto unitario de su autora.
 Merece una celebración en condiciones. Por eso me atrevo a descender a los detalles, como algunas erratas que deben de haber nacido del escaneado (“aterrarme” en vez de “aferrarme”).
Creo igualmente que deberían transcribirse al español los nombres y apellidos que tengan tradición en ello, como Alberto I (y no Albert I), o el príncipe Félix Yusupov (no Youssoupoff). No son un detalle, en cambio, las erratas en la cita de la Ilíada, al principio de Archivos del Norte. Procede del canto VI (no del VII) y la alfa debe ocupar el lugar que le corresponde.
Tanto si el lector puede leer aquí los dos versos en griego como si acude a leerlos en Homero, la referencia debe ser impecable.
 Cuando Marguerite Yourcenar citó a Homero en griego confió en unos ciudadanos futuros capaces, como ella, de transmitir lo mejor del pasado para cambiar el mundo.
 Probablemente pensó en ciudadanos que pudieran, como ella, leer con soltura los dos idiomas clásicos. Pido, en fin, un índice onomástico, similar al que la editorial incluyó en las Cartas a sus amigos, otro gran volumen con el que comparte muchos personajes. Sería lo lógico en un libro de memorias, cuyos protagonistas son reales, más allá de la leve tendencia a la ficción. Sería bueno poder localizar con facilidad a Julio César o al zar de Rusia, a Robespierre o Goethe.
 O simplemente el momento en el que la joven Yourcenar se encuentra con el rey Alberto I de Bélgica, en el estreno de una obra de Pirandello. Sería bueno poder rastrear las variadas y esclarecedoras referencias a España, “ese país salvajemente autóctono”.
A El laberinto del mundo le conviene una afirmación de Italo Calvino, según el cual un clásico es un libro que equivale al universo.
 Marguerite Yourcenar, acostumbrada a comparar lo grande y lo pequeño, escribe: “Los retazos de una vida son tan complejos como la imagen de la galaxia”. También le conviene una teoría de Umberto Eco sobre la línea y el laberinto
. Piensa Umberto Eco que es un mérito del pensamiento latino (seamos precisos: del que se formuló en la lengua de Roma) el haber convertido el laberinto en línea.
 Sólo al cerrar el libro comprendemos que la línea tan nítidamente trazada por Yourcenar no es recta, sino curva.
El laberinto del mundo. Marguerite Yourcenar. Traducción de Emma Calatayud. Alfaguara. Madrid, 2012. 800 páginas. 26 euros (electrónico: 12,99).