Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

8 jun 2012

Del Rayo que no cesa de Miguel hernández

Me tiraste un limón, y tan amargo
con una mano cálida, y tan pura, 
que no menoscabó su arquitectura
y probé su amargura sin embargo.

Con el golpe amarillo, de un letargo
dulce pasó a una ansiosa calentura
mi sangre, que sintió una mordedura
de una punta de seno duro y largo.

Pero al mirarte y verte la sonrisa
que te produjo el limonado hecho,
a mi voraz malicia tan ajena,

se me durmió la sangre en la camisa,
y se volvió el poroso y áureo pecho
una picuda y deslumbrante pena.
(siempre recuerdo este poema, que entres otros de M.H. me los aprendí de memoria hace ya tiempo. 

Gigabyte, el portátil más ligero

Fabricado con fibra de carbono pesa 975 gramos, menos que el MacBook Air.

 

Gigabyte ha presentado en Taipei "el portátil más ligero del mundo", según su anuncio. Al menos en la gama de ordenadores con pantalla de 11,6 pulgadas, las mismas que el pequeño MacBook Air de Apple.
El modelo X11 está fabricado en fibra de carbono, y tienen un grosos de entre 3 milímetros y 16,5.
 Lleva un procesador de Intel, Ivy Bridge (sin especificar), dos puertos USB de 2.0 y 3.0, webcam de 1,3 megas 4GB no ampliables como tampoco su memoria. El precio va de 999 a 1.299 dólares y se pondrá a la venta el próximo mes en un único color negro.
Gigabyte presentará el modelo la próxima semana en la feria Computex de Taipei, una de las más importantes del mundo.

En el país de Evita, el petróleo es cosa de hombres

La presidenta Cristina Fernández suele iniciar o concluir sus discursos dirigiéndose a todos y a todas, a los argentinos y a las argentinas
. A menudo evoca la figura de Evita y comparece en público ante la imagen de la gran impulsora en el país del voto femenino.
Sin embargo, esta semana Fernández hizo un flaco favor a la lucha por la igualdad de género cuando declaró que el petróleo es más bien cosa de hombres.
 No sé qué repercusión habría tenido esa frase en caso de que la hubieran pronunciado Barack Obama o Hugo Chávez. Entre los medios argentinos pasó inadvertida.
 Y eso, a pesar de que para justificar el hecho de que entre los 17 consejeros recién nombrados de la nueva YPF no haya ni una sola mujer, Fernández se basó en las extremas condiciones de trabajo de algunos campos petroleros.
 Tampoco hubo mujeres en ese órgano durante los 14 años en que Repsol controlaba la empresa. Si bien, Repsol cuenta en España con dos mujeres entre los nueve integrantes de su consejo de dirección y otras dos entre los 15 de su consejo de administración. Pero Fernández ha desaprovechado una buena ocasión de hacer historia.
 O, al menos, una excelente óportunidad para guardar silencio
. Veamos sus palabras, pronunciadas el pasado martes 5 de junio en un hotel de Buenos Aires ante cientos funcionarios y altos cargos del Gobierno argentino que no ahorraban energía a la hora de aplaudir:
En el directorio hemos colocado… Oh, no hemos colocado a ninguna mujer ahora que me doy cuenta

Uyyy, Díos... Bueno, duran un año, así que mejor que se porten bien
porque si no va a venir una mujer.

Ahora que me doy cuenta hoy, no hay ninguna
mujer, son todos hombres... Pero el petróleo es más de los hombres. La verdad que
hay que conocer un campo petrolero, no es ir a hacer…con todo respeto para todo
el mundo, hay que ir a un campo petrolero, estar en el campo petrolero, con
temperaturas…hoy en mi provincia, en el sur, en la cuenca austral, había
temperaturas en el campo de 15 grados bajo cero y para cementar un pozo estaban
tirándole no sé qué cosa para que no se les congele porque si no era imposible
cementar el pozo. Entonces, es una tarea muy fuerte, es una tarea difícil y por
eso son tan duros. En general son muy duros todos aquellos de tareas
extractivas, mineros, petroleros, porque por la propia característica, por eso
también somos duros los del sur, por el frío y el viento. Y claro, que el
hábito no hace al monje, pero que el trabajo y el lugar donde vivís te hace, no
tengas ninguna duda. (APLAUSOS)
De modo que Fernández empezó reconociendo que no había mujeres entre los consejeros de la mayor empresa del país; lo justificó porque las condiciones de trabajo son muy duras... Y concluyó la parrafada arrancando aplausos porque ella vive en el sur y la gente de sur son duras, "por el frío y por el viento".

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Cristina Fernández al anunciar la expropiación de Repsol. / REUTERS

En Brasil, la revista Veja se hizo eco de la declaración de Fernández. "O petróleo é coisa de homens". La frase tiene su aquel si se recuerda que apenas hace cuatro meses que la presidenta Dilma Rousseff colocó al mando de Petrobras, la mayor compañía de Latinoamérica (la mayor de todas las petroleras de la región) y la octava del mundo, a la ingeniera química Graça Foster
. De niña, Foster recogía cartones y latas entre las favelas de Río. A los 24 años entró a trabajar como becaria en la gran petrolera. Y ahora, a los 53, dirige a 61.000 empleados, de los cuales el 84% son hombres. Foster ha declarado que prefiere promover la diversidad en el sector antes que reclamar la paridad. Pero nunca ha dicho que el petróleo, ni su gestión, ni su extracción, deba ser cosa de hombres.

En un mundo donde ya hace lustros que triunfan mujeres astronautas, soldados, alpinistas... ¿Sigue siendo creíble ampararse en la dureza de las condiciones de trabajo para justificar el hecho de que no haya ninguna mujer en la dirección de la principal empresa del país?  Sirva de respuesta esta pequeña acotación:
Siempre nos están poniendo a prueba y siempre tenemos que dar muestras y pruebas de que podemos ser mejores que los hombres. Creo que en algunas cosas estamos demostrando que, en algunas cosas, somos un poco mejores que algunos hombres.
Fueron palabras pronunciadas el 7 de marzo de 2008 por la presidenta Fernández durante la cumbre de jefes de Estado del Grupo de Río en Santo Domingo.

“No creo que vuelva a rodar con Almodóvar. Es tenso”

Carmen Maura, recientemente galardonada con el premio Cesar por 'Las chicas de la sexta planta' habla de este y otros proyectos.

Carmen Maura, en Madrid.
A Carmen Maura (Madrid, 1945) le hacen los ojos chiribitas cuando habla de Francia, los franceses y su dominio del francés.
 Por su lado, está encantada: “Me han dado el César [a mejor actriz de reparto] más que por esta película, Las chicas de la sexta planta, por el conjunto de mi carrera.
 Va, era un papel pequeño y superfácil”.
 Por otro, no puede con ellos: “Me ha costado 20 años que me respeten. Y les he aguantado... Te tratan mal por española. Ahora ya les monto números en cuanto me gruñen. Me convierto en una de ellos: burguesa gruñona. Hasta he comprado un vestido sin saber el precio por llevar la contraria a una dependienta”.
Hoy, Maura —que graba estos días una serie de televisión— defiende esta historia de las criadas españolas en las casas de los ricos burgueses parisienses en los años sesenta
. “Está bien que no haya ahondado más en el drama porque así ha hecho mucha pasta. Porque ha arrasado allá donde hemos estrenado”.
 En Las chicas de la sexta planta “hay una carta de amor del director, Le Guay, por España, porque adora España”. Es más, “ha luchado mucho por rodarla, lo ha hecho incluso sin coproducción con España, respetando los idiomas de los personajes”.
 Maura se dedicó en el rodaje a medias entre españoles y franceses: “Mis compañeras españolas debían entender lo importante que era que lo hiciéramos bien. Por los papeles y por nosotras. A cambio, el equipo técnico nos adoraba, porque somos más sencillas que las intérpretes francesas”.
 Y pone como ejemplo al protagonista, Fabrice Luchini: “Su presencia salvó la producción.
 Y es muy divertido, con un vocabulario flipante, pero a la vez un pesado que solo hablaba de dinero”.
La actriz dice pasar del físico: “No veo las tomas diarias. Para qué. Me da igual que me saquen hecha un cristo. Lo que importa es la autenticidad”. Por eso, le atrae ser bruja.
 “El 3 de septiembre empiezo Las brujas de Zugarramurdi, con Álex de la Iglesia. Me apetece todo, con un papel maravilloso y complicado: levito, camino por el techo, me convierto en cucaracha.
Soy la hija de Terele Pávez y madre de Carolina Bang. Álex es mi debilidad española”
¿Y Almodóvar? “Nos tomamos un café para Volver, rodé y ya está.
 No creo que vuelva a trabajar con él. Porque sus rodajes son tensos, y no me apetece. Álex es más joven y simpático, no hay color.
 Eso sí, es un juguetón y te magulla en el rodaje... Entiendo su sentido del humor, cercano al mío, no como el de...”
. Y hasta ahí llega.