Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

18 may 2012

Vayamos todos, Rato el primero... Por: José María Izquierdo

La debacle espectacular de Bankia domina el panorama.
Las cifras las saben o pueden verlas en este mismo periódico en la excelente información de Miguel Jiménez
. En resumen: los 400.000 accionistas de la entidad han perdido ni más ni menos que el 62% de su dinero desde que con gran aparato salió a Bolsa en julio del año pasado.
 Está bien, pero es poca cosa, que aparezca el nuevo presidente, José Ignacio Goirigolzarri a intentar frenar el desplome: le va en el sueldo.
Que lo ignoramos a pesar de la nacionalización, por cierto.
 Ya hay petición variada de que se cree en el Congreso una comisión de investigación
. Está bien.
 No será el catavenenos quien se oponga a que todos los ciudadanos sepan –por no hablar de los clientes y accionistas de la entidad- el porqué de la vergüenza de que una Caja como la de Madrid, fuerte y sana hace dieciséis años, llegue a la situación que vemos ahora
. Pero ya puestos, habrá que investigar en serio y desde 1996 –antes no parece que hubiera problemas- cuando el PP sitúa en la presidencia de Cajamadrid a Miguel Blesa, un abogado sin el menor conocimiento de la actividad bancaria, pero eso sí, íntimo amigo de José María Aznar.
 Y desde ahí, que se investigue todo el recorrido, incluido el ajetreado nombramiento de Rodrigo Rato, con las ya publicadas escaramuzas entre Esperanza Aguirre y el entonces alcalde de Madrid Alberto Ruiz-Gallardón -¿recuerdan aquel “hijo puta” de la lideresa?-, la salida a Bolsa, la fusión con otras cajas, en especial con Bancaja, hasta la salida de Rato y la desastrosa situación en la que deja la entidad el otrora poderoso vicepresidente de Aznar. Y también, por supuesto, la actuación del Banco de España y sus gobernadores, Jaime Caruana y Miguel Ángel Fernández Ordóñez, MAFO.
 Y además, la de la CNMV que ha dejado estos días la acción sin protección alguna, además de la desastrosa gestión en el fin del drama del ministro Luis de Guindos. Y de Rajoy.
Adelante, pues: investíguese.
 Pero todo. Absolutamente todo. Y el Gobierno, además, debería hoy mismo dejar bien claro que responde de todos los compromisos adquiridos por Bankia con sus clientes, puesto que eso debería significar la nacionalización. Estarían los ciudadanos en condiciones de exigir al Estado que respondiera de las obligaciones de la entidad que ha intervenido. Eso, al menos, parecería lo justo.

Porque no vale, por ejemplo, la Comisión de investigación que pide El Mundo, al menos por lo leído en su editorial, largo y generoso.
 Que allí se incluye a Olivas, deBancaja y a Miguel Blesa, además, por supuesto de MAFO. Y se dice esto: “Los gravísimos errores de gestión, la magnitud del agujero contable, el papel del Banco de España y el Gobierno de Zapatero en la fusión, la decisión de salir a Bolsa y la colocación de las acciones entre pequeños ahorradores que carecían de la suficiente información deberían ser investigados por una comisión parlamentaria en el Congreso de los Diputados y no en la Asamblea de Madrid, como ayer propuso UPyD, pues el escándalo y los perjuicios tienen dimensión nacional. 
El trabajo de esta comisión debería ir orientado a esclarecer todos estos aspectos y las eventuales responsabilidades políticas que se desprendan de la gestión de unos órganos de gobierno en los que estaban representados el PP, el PSOE, IU y los sindicatos”
. ¿Es posible escribir un editorial así y que no aparezca en toda sub extensión el nombre de Rodrigo Rato? ¿Estuvo alguna vez Rodrigo Rato al frente de Bankia? ¿Tuvo quizá menos influencia en las decisiones que los representantes de IU o los sindicalistas? ¿De qué hablamos y qué falacia estamos intentando montar? El primero en desfilar frente a la Comisión, Rodrigo Rato, que era quien la presidía cuando el Titanic. Obvio. Evidente. Elemental.

El indulto de Garzón, una patata caliente para Gallardón

El fiscal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña, José María Mena y el presidente de la Asociación de Magistrados Europeos por la Democracia y las Libertades, Antonio Cluny.
El ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, que siempre ha tenido buenas palabras para el hoy exjuez Baltasar Garzón, que nunca (ni en los momentos de mayor enfrentamiento del magistrado con el PP por el caso Gürtel) criticó su actuación —al contrario que otros dirigentes de su partido—, va a tener que manejar en los próximos meses una patata caliente: decidir sobre su indulto.
La asociación de Magistrados Europeos para la Democracia y las Libertades (Medel), en representación de unos 15.000 jueces y fiscales de países miembros de la UE, presentará hoy ante el Ministerio de Justicia la petición de clemencia para que se devuelva al exmagistrado la condición de juez que perdió tras ser condenado por prevaricar en la instrucción del caso Gürtel. Lo hacen porque consideran de una “severidad desproporcionada, indiscriminada y extraordinaria” la pena de 11 años de inhabilitación que impuso el Tribunal Supremo a Garzón el pasado febrero
. E insisten en que, cuando el entonces juez de la Audiencia Nacional ordenó grabar las conversaciones de los cabecillas de Gürtel con sus abogados en la cárcel, su motivación no respondía a ninguna “perversion ética” sino al intento de frenar la actividad delictiva de la trama
La iniciativa ha sido aprobada, sin ningún voto en contra, por las asociaciones que conforman Medel, entre ellas las españolas Unión Progresista de Fiscales —que ha apoyado el texto— y Jueces para la Democracia —que se ha abstenido—, según informa Europa Press. Jueces por la Democracia, sin embargo, ha enviado esta mañana un comunicado asegurando que la asociación no ha sido "consultada ni informada" de la decisión de presentar la solicitud de indulto, y sin aclarar si la respalda o no.
El ex fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña José María Mena aseguró ayer jueves, en el Círculo de Corresponsales Extranjeros, que la petición de indulto se hace en nombre de Garzón, con su consentimiento, aunque no en su representación.
“Tiene que quedar claro que Garzón no pide el indulto. No ha habido diálogo personal con él, sino a través de terceras personas", dijo. También recordó Mena que un Gobierno del PP —el de José María Aznar— indultó a un juez condenado por prevaricación (Javier Gómez de Liaño) y que en los últimos años se han visto indultos “escandalosos”, como el del consejero delegado del Banco Santander Alfredo Sáenz (lo indultó el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero) o el de los dos condenados por el caso Yak-42 (recién indultados por el Gobierno de Mariano Rajoy).
Los juristas de Medel subrayan la “abrumadora" actividad al servicio de la Justicia del que fuera titular del Juzgado de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional en la lucha contra el terrorismo, el narcotráfico, la delincuencia económica y los crímenes de lesa humanidad, y en la defensa de los derechos humanos. Sus "ingentes servicios prestados" al "prestigio internacional" de la Justicia, dicen, se demostraron a lo largo de "1.000 casos con más de 8.000 imputados".
 El presidente de Medel, Antonio Cluny, explicó que la asociación ha decidido intervenir porque “no es un asunto interno de España”, sino que afecta a “un juez que es un paradigma que ha influido en la manera de trabajar de muchos países y ha proporcionado avances significativos en materia de derechos humanos".
La tramitación del indulto puede llevar meses
. El ministerio tendrá que pedir ahora los informes pertinentes a la sala del Supremo que dictó la sentencia de inhabilitación (que previsiblemente se mostrará en contra del indulto) y a la fiscalía (que previsiblemente se mostrará a favor, porque durante el juicio reclamó la absolución de Garzón), y con todo eso decidirá
. En los últimos meses Justicia ha concedido indultos con todos los informes a favor, con algunos a favor y otros en contra o incluso con todos en contra.
En la rueda de prensa del Consejo de Ministros, la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, ha eludido revelar si el Gobierno admitirá el indulto, con la excusa de que, según el Ministerio de Justicia, todavía no ha sido registrada ninguna petición.

Una frustración por el Sáhara


Álvaro Longoria y Javier Bardem se sortean a pares o nones quién posará sentado y quién de pie.
Javier Bardem ha hecho decenas de promociones de estrenos.
 En muchas habrá creído en lo que hacía, pero en pocas la película le habrá tocado tanto como el documental Hijos de las nubes, con el que su amigo, el productor Álvaro Longoria, debuta en la dirección, y Bardem produce y protagoniza como hilo conductor.
Porque Hijos de las nubes habla sobre el conflicto del Sáhara, sobre un pueblo abandonado por el mundo: en la pantalla todos los protagonistas habitan una eterna frustración... excepto Marruecos.
 La misma Hijos de las nubes tiene cimientos basados en esa frustración, entrevistadores que no se ponen al teléfono, que un par de horas antes anulan los encuentros (el entonces ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos) o que delante de las cámaras huyen, como el ex primer ministro argelino Abdelaziz Belkhadun.
 Y además a ese sentimiento de frustración de la gente de la calle muchos gobernantes lo denominan realpolitik. “Sí, esa anotación es cierta”, cuenta Bardem.
 “Es un sentimiento que refleja al pueblo saharaui. Siempre hay algo que para su proceso natural de justicia universal... Intentamos traducir en la pantalla lo que significa ese conflicto, y eso es frustración. Hemos intentado explicar esa sensación de la mejor manera posible y nosotros mismos la hemos sufrido”. Álvaro Longoria, sentado a su lado, apunta: “Eso liga nuestra historia a la primavera árabe, que estalla tras décadas y décadas de frustración
. Los saharauis llevan ya tres generaciones en los campamentos de refugiados, sumando impotencia tras impotencia.
 Y hay 200.000 personas sintiendo que nadie les hace caso. Parece que les aboquemos a realizar actos violentos, cuando deberían encontrar una salida justa a su problema”.
El Sáhara vive una ocupación marroquí desde la famosa marcha verde de 1975, ideada por el rey Hassan II, que así se hizo con la colonia que en ese momento abandonaba España.
 Tras una guerra y la construcción de un muro que separa la mayor parte del Sáhara del resto del Sahel, y que está protegido con 10 millones de minas, Marruecos accedió a realizar un referendum sobre su independencia apadrinado por la ONU.
 Era 1991. “Desde entonces han vivido dos décadas de trabas continuas.
 La no solución es la solución, comenta Dumas, el exministro de Asuntos Exteriores francés, y así seguimos. Realpolitik. Son tan descarados los motivos por los que esto no se arregla... Alguien dice en el documental: ‘Si no somos capaces de arreglar algo tan sencillo como esto, ¿qué haremos con un problema complejo?’. Si es que la justicia les ha dado la razón constantemente”, exclama más indignado Bardem.
“Creo que hoy en día la gente ya no apoya la realpolitik, un criterio del siglo XIX. Existe actualmente una gran diferencia entre lo que los ciudadanos quieren y lo que los Gobiernos implementan”, continua Longoria. Bardem apostilla: “Yo creo que ellos son conscientes —y lo digo desde mi punto de vista, quién soy yo para servir de portavoz del pueblo saharaui—de que si se lanzan a la violencia su razón se perdería. Tienen una idea global de que eso no es la solución, una visión que les hace muy especiales”.
El documental es a su vez un viaje personal, el de Bardem, desde su primera visita a los campamentos de refugiados para participar en el festival de cine de Sáhara —“Ahí descubrí la opresión que vivían”— hasta su visita a La Moncloa con 230.000 firmas de españoles en apoyo al Sáhara —nadie le recibe— y su discurso en la ONU
. Por el camino, entrevistas en la zona, charlas con saharauis y horas y horas de espera a políticos que finalmente no se sentarán delante de la cámara.
En Hijos de las nubes hay momentos de alivio político, incluso de cierto humor, como cuando se acercan en todoterreno al muro y de repente el vehículo se desvía de la rodada para pánico de los españoles, que temen morir por las minas. “Es que a ese guía no lo conocíamos, y nos dio un canguelo...”, confiesa Longoria. “Así queda claro cómo es el día a día de esa gente”, dice el actor. “Hace poco murió un chaval”.
Otro momento sorprendente lo aporta Felipe González, que sí charló con ellos. “Fue una entrevista muy enriquecedora. Él sabía lo espinoso del tema, y respondió sin complejos
. Nos sirvió como balón de oxígeno porque accedió en un momento que necesitábamos un empujón así”.
Mientras, la vida artística de Javier Bardem sigue. “Rodar con Terrence Malick fue extraordinario. Ahora bien, como todos los actores, no sé si saldré”.
 Por no saber, el miércoles ni sabía que la película ya tenía título: To the wonder. “Tú vas allí, y él empieza a buscar. Malick te da 35 o 40 páginas de monólogos por la noche, te dice que te los aprendas para el día siguiente, que con ello improvises. Me di el gustazo”.
 Después, el nuevo James Bond, Skyfall, en el que encarna a un villano, Silva. “Firmé por varias razones: entre ellas, porque con Sam Mendes en la dirección sabes que habrá chicha en la historia, y porque pertenezco a una generación que disfrutamos en el cine de Bond. Mendes es maravilloso: en mitad de toda aquella maquinaria monstruosa, creaba una pausa y nos daba a los actores nuestro momento de preparación”. Bardem confiesa: “Estaba en una secuencia con Judi Dench y Daniel Craig, y me quedé en blanco, porque pensé: ‘Joder, que estoy en una de Bond’. Se me fue la cabeza”.
 Y finalmente, un pequeño papel como neonazi en Alacrán enamorado, un Romeo y Julieta sumergido en el boxeo y el racismo, que estos días dirige Santi Zannou basado en la novela homónima de Carlos Bardem, que también actúa. “Como para decir que no. Produce un amigo [sañalando a Longoria], está mi hermano... Eh, pero es que el proyecto está muy bien”.

MEMORIA INGRATA

HYAKU-JÛ-SHI


Memoria ingrata,
recuerda lo vivido
y el tiempo que nos resta.