Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

6 may 2012

PASODOBLE ISLAS CANARIAS (LOS SABANDEÑOS)

El Unicornio Azul, Silvio Rodriguez y los Sabandeños

Carminho - Meu amor marinheiro

SEGÚN SE LLEGA AL PUENTE, A LA IZQUIERDA

SEGÚN SE LLEGA AL PUENTE, A LA IZQUIERDA

de José Miguel Junco Ezquerra, el Domingo, 6 de mayo de 2012 a la(s) 6:33 ·
ACAMPADA
                                             Para Marta                       
Ahora tienen la primavera pasando entre los dedos,
la acarician como solamente se acaricia a un amigo.
Porque hay amigos que se multiplican en las plazas
como cuando de repente la mañana abre una puerta
y extiende un manto de colores donde ellos yacen
y los colores- ah cómo tira el verde de los brazos-
se expanden por sus cuerpos juveniles y sabios,
por sus piernas, sus gestos, sus palabras precisas.

Por la noche hace frío, incluso en los sueños,
incluso en los huesos hace frío cuando anochece.
Saben que el frío tiene su antídoto en los ojos,
en esas miradas atrevidas con las que se cubren
unos a otros en un madeja de afán indestructible.

Es decir, la vida los tiene ahora atrapados, unidos,
igual que un mar de estrellas meciéndose en los hombros,
igual que un acueducto por donde el agua busca su salida,
igual que un horizonte que empieza a ser vislumbrado.

Le están viendo la cara al horizonte,
están reflexionando sobre el tamaño del horizonte,
imaginando su altura, el color de su pelo,
se están poniendo del lado del horizonte,
peinan adormilados los rizos de la historia,
le ponen ropa limpia y decente a la historia,
se suben a lomos de su propia historia reinventada.

Nadie acierta a entender qué forma tiene ese corazón,
y se preguntan hacia qué dirección caminará,
buscan, apresurados, puntos de convergencia,
lugares propicios para negociar una salida justa.

Pero ellos están ahora a lomos de la historia
y sólo, aunque hace frío, tienen sueños que defender.
Cuando se tiene al horizonte cogido por las bridas
no hay nada que negociar excepto la rendición
de aquellos que han estado conspirando en la sombra,
con sus aduladores bien situados en los purgatorios
con las manos abiertas para recoger lo que les toque.

No están dispuestos a negociar siquiera una  promesa,
y menos un antídoto de cuero para matar el frío.
Han aprendido que al frío se le combate con los ojos.
Y eso no tiene precio ni transacción posible.