Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

9 mar 2012

Por qué lo hacen?Varios imputados desvinculan al duque de la gestión de Nóos


El duque de Palma, el 25 de febrero a su llegada a los juzgados de Palma. / ULY MARTÍN
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Iñaki Urdangarin no está solo para escudarse en una posición exculpatoria en la causa judicial por supuesta corrupción en la que es protagonista central, como imputado, junto a su socio en el Instituto Nóos, Diego Torres, y el expresidente de Baleares Jaume Matas, entre dos decenas de ex cargos políticos y empresarios.
Varios imputados conocedores de la vida interna de Nóos han ofrecido declaraciones judiciales que ayudan al duque de Palma a “clarificar las cosas”, según su letrado, Mario Pascual Vives. Su antiguo aliado, Diego Torres, sale perjudicado, aparentemente, por las versiones favorables al yerno del Rey que señalan que la gestión económica —la parte del negocio que está bajo sospecha— la protagonizaba Torres, y dejan a Urdangarin en un rol de ideólogo de proyectos deportivos, encargado de las relaciones externas y comerciales.
La táctica evasiva del exjugador de balonmano del Barça tuvo un aliado en su apoderado en la firma Aizóon, Mario Sorribas, que señaló al juez que Torres era el máximo hacedor económico de Nóos. Parecida narración aportó el antiguo colaborador del duque en proyectos Juan Pablo Molinero.
El letrado de Torres, Manuel González Peeters, señaló que esta versión de las declaraciones de unos y otros es solo una “interpretación”. González Peeters reclamó al juez la entrega de los DVD con las últimas declaraciones del caso. Torres, señalado por los demás, está a la espera. Su representante no negó que prepare una declaración judicial a medio plazo “presumiblemente”, indicó.
Urdangarin sí fue señalado e implicado en la gestión directa de Nóos, a dúo con Torres, por el publicista y exaliado Miguel Zorío, de Lobby Comunicación de Valencia. Zorío desveló al juez que el duque de Palma le llamó por teléfono tres días antes de que aquel acudiera a declarar ante el juez, el 25 de febrero.
El juez quiso saber si había sido presionado.
 Dijo que no.
La comunicación ocurrió entre dos apariciones del empresario en sendos programas de televisión.
El instructor indaga si los imputados han hablado entre sí o han recibido presiones.
La estrategia defensiva de Torres y Urdangarin está condicionada por la ruptura personal y enfrentamiento económico, en 2008, por discrepancias sobre el reparto de las ganancias, con acusaciones cruzadas de “robo” por el supuesto vaciado de una cuenta compartida en las sociedades.

CC OO y UGT aprueban ir a la huelga general el 29 de marzo

Cartas al presidente

Desde que se aprobó la reforma, los secretarios generales de UGT  y CC OO han remitido dos cartas al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, pidiéndole negociar cambios sustanciales en la “reforma laboral impuesta”, como la definen.
La segunda, remitida la semana pasada, la acompañan de un documento con una treintena de enmiendas que, de aprobarse, corregirían sustancialmente el real decreto que el Gobierno aprobó el pasado 10 de febrero y el Congreso de los Diputados convalidó ayer.
Pero hasta el momento los sindicalistas no han recibido “ni acuse de recibo”, explicaban ayer desde UGT, “nada de nada de nada”.
 Visto esto, las declaraciones de los dirigentes del Partido Popular y la reunión que las delegaciones sindicales tuvieron con el portavoz del grupo parlamentario popular, Alfonso Alonso, en ambas centrales hay pocas esperanzas de que se abra una mesa de negociación.
A la hora de elegir la fecha, las centrales han tenido muy presente el calendario de tramitación en el Parlamento de la reforma laboral.
 Ayer, se convalidó el decreto y pasó a tramitarse como proyecto de ley. El 29 de marzo entra de lleno en este periodo. También ha pesado que los sindicatos nacionalistas de Galicia, País Vasco y Navarra ya habían convocado anteriormente un paro general contra la reforma ese día.
Ayer en Bilbao una decena de encapuchados incendió contenedores y provocó destrozos en tres oficinas bancarias.
 En la zona de los incidentes, informa Efe, aparecieron pintadas contra el capitalismo y a favor de la huelga ya convocada por los sindicatos ELA y LAB.

Carlos Casares, el narrador

Carlos Casares, el narrador

Por: | 09 de marzo de 2012
Cuando murió su columna estaba allí, en el bolsillo de su chaqueta quizá, en todo caso al pie de la linotipia; Carlos Casares, el gran narrador gallego.
Hoy hace diez años de su muerte, en Vigo, a los 60 años, todavía un hombre joven que había derramado generosamente su genio en libros, en conferencias y en tertulias, y que además había hecho de esa generosidad una secreta manera de ayudar a otros.
Lo hacía sin alardes; entregaba manuscritos ajenos y ocultaba los suyos, se peleaba sin decirlo por causas que le habían caído en las manos, y tenía, haciendo todo eso, una sonrisa plácida que ahora está en la memoria y en las fotos. Y también en sus artículos, que son una memorable aportación al columnismo periodístico español.
Escribía con una elegancia socarrona, sabiendo exactamente donde debía parar para que la poesía no alterara el relato, pero tenía poesía y tenía relato.
Era exacto hasta en la bruma.
Su última columna, la que salió publicada el mismo día en que se advirtió la terrible noticia de su muerte, trataba, fíjense cómo era Carlos, de una desconocida sapiencia suya, las costumbres de los conejos, y en este caso escribía precisamente de un misterio: por qué los conejos no beben agua.
Era un narrador oral extraordinario, y era un excelente novelista, que jamás alardeó de sus facultades para imaginar, para crear atmósferas de leyenda que vienen de la bruma gallega y se adentran en un espíritu cosmopolita del que no estaba exenta una ironía que cruzaba de Valle a Cunqueiro pasando por Torrente Ballester. Su capital era el gallego, pero su ámbito era el mundo.
Como Jorge Luis Borges o como Gonzalo Torrente Ballester, de quien fue amigo muy leal y muy duradero, escribía o narraba como al desgaire, sin darse importancia alguna, quitándole a su sabiduría narrativa toda solemnidad, como si estuviera haciendo que lo extraordinario pareciera obvio.
 La úiltima vez que lo llamé, y lo llamaba siempre que iba a Galicia, como si él fuera el embajador cultural gallego al que uno debiera rendir pleitesía, fue para que me refrescara la memoria en torno a un sucedido de Álvaro Cunqueiro que él contaba como nadie.
Resulta que don Álvaro había simulado, muchos años atrás, en la posguerra, cuando era un mandamás en la agencia Efe, que había obtenido un premio, el Mark Twain, que se daba, con mucho dinero, en Norteamérica. Era mentira, no había tal premio. Pero con esa noticia, que él hizo circular gracias a su trabajo en Efe, Cunqueiro obtuvo préstamos a cuenta que le aligeraron los martirios de la vida.
 Y el Mark Twain, por cierto, se incorporó a su curriculum.
A Carlos Casares le hizo partícipe de esa falsedad el propio Cunqueiro.
Y cuando, poco antes de que éste falleciera, en febrero de 1981, le hicieron doctor honoris causa, el maestro de ceremonias desgranó la larga biografía de galardones del autor de Crónicas del sochantre. En un momento determinado, el hombre solemne dijo: "Y el maestro recibió también el premio Mark Twain de novela". En ese punto el maestro Cunqueiro le hizo un guiño desde el estrado a Carlos Casares...
Era muy divertido cómo Carlos contaba el conflicto lingüístico que se producía en los mediodías de su casa, cuando su hijo Jokam, confundido por tantos idiomas como se hablaban en la casa, los interrogaba a él y a su mujer, Cristina, la hermosa sueca que fue su novia, su mujer, su compañera, cómo debía decirse huevo, si en sueco, en español o en gallego...
Nunca le escuché una maledicencia, nunca le vi usar su ingenio, que lo tenia a raudales, para descalificar ni para responder descalificaciones.
Un día le pedí un artículo para El País sobre la autonomía gallega.
 Me dejó que yo lo titulara, pues lo envió sin título.
Como en algún punto él decía, de broma, que Galicia debía elegir entre ser "colonia o champú", yo tiré por ese lado de su inagotable ironía y puse ese título, Colonia o champú. Dios la que se armó en Galicia. Él nunca me dijo nada, y cuando desde allí me lo reprocharon (pues yo fui el culpable de ese titular que algunos consideraron ofensivo) él le quitó la importancia a la anécdota con un chasquido de dedos.
Nunca lo olvido, nunca me olvido de este hombre que nos hacía mejores a los que estábamos a su lado; siempre era festivo encontrarlo, sinceramente, hondamente festivo.
Diez años años ya.
 Parece mentira que pase tanto tiempo de su muerte, pero sobre todo parece mentira que se haya muerto.