Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

5 ene 2012

Estas chicas están de moda

La actuación estelar de Mila Kunis en Cisne Negro, papel con el que logró hasta cinco premios, ha sido el detonante definitivo para su ascenso a los cielos.
Esta primavera se estrena como imagen de los bolsos Miss Dior y entra por la puerta grande en el Olimpo de Hollywood.
Gisele Bündchen
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La modelo Gisele Bündchen
"Estoy encantada de trabajar con Dior
. Es una marca icónica en muchos aspectos. Define la moda, la elegancia y la sofisticación", dijo la actriz esta misma semana, al tiempo que aparecían las tres imágenes que conformarán la campaña. Las instantáneas con el bolso son obra del fotógrafo Mikael Jansson.
Con esta nueva colaboración vuelve a compartir escenario, aunque sea en las páginas de una revista, con Natalie Portman. Esta había fichado por la maison francesa el pasado año, para dar vida a una bucólica Miss Dior Chérie. Ambas intérpretes se codean también con Charlize Theron, asociada al perfume J'Adore, Sharon Stone, delegada de relojería y tratamientos antiedad, Marion Cotillard, flamante portadora de los bolsos Lady Dior y Monica Belluci, probadora estrella de los maquillajes de la firma.
Esta última hará doblete. Dolce & Gabbana también ha contado con ella para convertirla en matriarca sexi de la familia tradicional italiana que ha capturado el fotógrafo Giampaolo Sgura
. Ella y la otra imagen femenina de la campaña, la modelo Bianca Balti, están inspiradas en algunas de las grandes divas del cine italiano: Anna Magnani, Monica Vitti y Sofia Loren.
Sorprende que a estas alturas todavía no se haya anunciado la presencia de Kate Moss en ninguna campaña y Naomi Campbell esté tan solo en una, la de Pinko
. ¿Se acabó la era de las top models? La brasileña Gisele Bündchen parece no estar por la labor de dejar a las famosas apoderarse del territorio natural de las modelos, y hace órdago a grande con tres campañas poderosas:
Versace, Salvatore Ferragamo y Givenchy han contado con su melena californiana para lucir sus nuevas propuestas. Al final lo único claro es que nadie quiere quedarse sin tener a su chica de moda.

4 ene 2012

'La Calabaza de Pippa', un musical para toda la familia en el teatro Häa...

Elton John, en versión Justin Timberlake

Elton John quiere que Justin Timberlake lleve su vida a la pantalla.
El cantante de 64 años, candidato el próximo 15 de enero al Globo de Oro a la mejor canción, quiere que Timberlake le interprete en la película que está preparando sobre su vida.
"Hay muchos candidatos pero Justin Timberlake es el número uno en mi lista porque ya hizo de mí en el vídeo de Rocket Man que interpretó para David LaChapelle y fue increíble", afirmó el artista en una entrevista publicada por el periódico Los Angeles Time
Timberlake, cantante idolatrado por otra generación además de actor cuyos estrenos más recientes incluyen In Time y Bad Teacher, es el primer nombre dado a conocer de un proyecto en el que John está volcando toda su ilusión en los últimos meses pero en el que casi todo está todavía en el aire.
Lee Hall, autor de Billy Elliot, es el encargado del guion y John aseguró que ya existe director aunque por el momento no reveló su nombre o el de otros actores relacionados con el proyecto
. Tampoco existe confirmación por parte de Timberlake, solo el deseo de John para que de vida a un filme que con el posible título de Rocket Manen honor a una de sus canciones favoritas seguirá la vida del intérprete hasta su ingreso en un centro de desintoxicación en 1990.
El compositor de El rey león y uno de los verdaderos supervivientes del pop y glambritánico, reconocido tanto por su música como por su estrambótica apariencia, aseguró al mismo periódico que en ningún caso quiere realizar una biografía al uso porque su vida tampoco fue normal.
"Quiero una visión surrealista de mi vida", afirmó en referencia a esa "caja de sorpresas" que desea como biografía, en el mismo tono que ese Mouline Rouge, que dirigió Baz Luhrmann en 2001. Sin embargo el australiano no será su director aunque no por falta de ganas. "Lo hemos intentado pero está ocupado", reconoció.
En la actualidad Lurhmann está dirigiendo su versión deEl gran Gatsby.
El intérprete británico indicó también que musicalmente hablando su película incluirá no solo una amalgama de sus temas más conocidos sino canciones nuevas que producirá para el filme
. En los últimos años John se ha volcado con mayor intensidad en el campo del cine produciendo entre otros el filme animado Gnomeo and Juliet, para el que junto con Lady Gaga compuso la canción Hello, hello que ahora aspira al Globo de Oro.

La triste confesión de Blanca Portillo

La exdirectora del Festival de Teatro Clásico de Mérida habla a fondo sobre su amarga experiencia al frente de un certamen lleno de irregularidades y mentiras.

 

"La oscuridad de los despachos". Eso es lo que más ha sorprendido a Blanca Portillo de su fugaz experiencia como directora del Festival de Mérida, cuyas riendas abandonó en octubre al término de la última edición, que fue a la vez la de su debut y la de su adiós.
Se trata, en las propias palabras de la actriz, directora y productora, de la incursión profesional más frustrante de su carrera, a pesar de haber llegado a ella llena de una ilusión "casi infantil" cuando la nombraron directora del certamen junto a la productora Chusa Martín.
La actriz achaca por igual a PP y PSOE los errores en la gestión
"Se faltó a la verdad. Nos plantearon una realidad económica y estructural que resultó no ser cierta", dice esta mujer que no niega que se sintió honrada cuando la llamaron y creyó en el proyecto "con vehemencia". Y, sobre todo, creyó en la gente que la rodeó y en quienes no dudaron un segundo en mostrarle su apoyo.
"Si existe una estructura clara, limpia y saneada, dirigir el Festival de Mérida es sin duda una aventura maravillosa".
Pero no fue así. Se encontró una gestión económica absolutamente carente de transparencia, tal y como denunció a los pocos días de llegar allí, primero a los responsables políticos y después a quien la quiso oír: equipos artísticos, técnicos, colaboradores...
"Lo hice desde el primer momento en que empecé a descubrir que las cosas no eran como me habían contado.
Creo que nuestra actitud puso muy nerviosa a mucha gente, porque temían que saltara el escándalo con el perjuicio que eso hubiera supuesto para todos los implicados".
Llegaron a un festival en el que la dirección no tenía certeza alguna del dinero con el que contaba: "No podíamos gestionar el presupuesto, no teníamos firma legal, desconocíamos los mecanismos económicos y se nos negaba sistemáticamente la situación real del aspecto económico... eso era un festival inviable, por lo que no se puede programar sin saber la verdad".
Para Portillo, ocultar esa verdad es una agresión al ciudadano, al teatro y a quienes han creído en ese festival. "Quien aparece como responsable es la dirección, que es quien da la cara, quien aparece en las entrevistas, a quienes se les achacan todos los fallos, los errores. Los demás permanecen ocultos.
Y cuando tú no tienes la información real y no puedes dar datos fidedignos te conviertes en sospechosa.
La gente desconfía y cargas con un muerto que no te corresponde".
En ese contexto muestra su profunda preocupación por lo que intuye como un desprestigio que está padeciendo la clase artística: "Parece como si en la mente del ciudadano está que vivimos del cuento, que cobramos cantidades ingentes por rascarnos la barriga, porque hacemos algo que no se compra en el mercado, no se come, que no tiene valor, somos siempre sospechosos de algo y me parece injusto".
Portillo reivindica sin fisuras su condición de trabajadora, al igual que la de todos sus compañeros: "Un trabajador es un trabajador, sin categorías, mi oficio no es más importante que el de un cirujano cardiovascular, le doy el valor que tiene, pero una cosa es quitarle importancia y otra es no darle valor". A ella la nombró el gobierno socialista de Guillermo Fernández Vara y tuvo que trabajar desde el día de la inauguración de la muestra con la Junta de Extremadura gobernada por el PP, partido ganador en las últimas elecciones autonómicas. "Todos, los del anterior gobierno y los del actual, lo sabían, todos.
No ha podido pillarles de sorpresa y nadie lo destapó. Aunque creo que deberíamos hablar más de personas que de partidos. Y en cualquier caso habría que hablar de un PSOE y un PP extremeños".
La actriz piensa que cuando se lleva 28 años gobernando, uno siente que está en su casa: "Pero eso no es tu casa, es la casa de los contribuyentes, y no se puede perder de vista eso, lamento decirlo, pero es así", comenta esta mujer que, como directora, tiene su montaje de La avería, de Dürrenmatt, de gira por España, trabajo por el que es finalista a los premios ADE de teatro.
"En ambos lados hubo quien apoyó nuestra gestión, y quien se desentendió, e incluso cuestionó desde el principio dicha gestión". Pero a Portillo le ha golpeado en la cabeza la misma pregunta una y otra vez desde que llegó a Mérida: "¡Si todo el mundo lo sabía por qué nadie hizo nada!".
Tanto ella como Martín se sienten orgullosas de haber dicho públicamente que había algo que estaba mal y que se iban, que si las cosas se hacían así de mal no podían seguir.
"Todos los que lo sabían son cargos públicos y, si hay algo que es ilegal, que no está bien, '¡váyase!', me tiene comida la cabeza que nadie lo ha dicho". Ellas sí. Portillo cree que ha sido un acto de valentía: "Callarse y seguir, solo hubiera servido para alimentar al monstruo y ¿hasta cuándo? Además, mi conciencia no me lo hubiera permitido, y hay que tener conciencia, ¡porque sino a dónde vamos!".
Autocrítica
También tiene espacio para la autocrítica, después de recordar que dejó tirados todos sus proyectos durante ocho meses por trabajar, todos los días, en el festival. "¿Mis errores?
No voy a entrar en gustos y aspectos subjetivos, pero claro que hubo. No calculé que no era el mejor año con la crisis y que hay que acostumbrar al público a que no solo vaya a ver reconstrucciones históricas de grecolatinos, que hay que hacer otras cosas, aunque no se rentabilice en ese momento, pero a la larga dará beneficios, como ocurrió con Avignon o Stradford Upon Avon", dice Portillo, que tiene claro que sí fue un error hacer una programación tan amplia, en un año que estaban mal las cosas. "Cuando me nombraron propuse sanearlo, pagar las deudas, empezar de cero, que se redujera a tres semanas, y me dijeron que era imposible, cuando hacer un festival de dos meses es impensable en estos tiempos".
También vive con estupor el que aún no hayan cobrado muchos profesionales, entre otros las propias directoras. "Cuando me llamaron para dirigir la muestra recordé a los políticos que no iba a permitir que una situación como la de aquella edición se repitiera...y...bueno...se repitió. Los impagos se arrastran desde hace años y es muy complicado deshacer eso, porque es una comunidad pequeña, donde todo el mundo depende de todos".
Pero los problemas no fueron sólo de índole económica. Una de las crisis más serias que vivió en su pequeño reinado fue cuando se vio obligada a retirar la foto de Sergio Parra, porque en ella el actor Asier Etxeandia se tapaba los genitales con una postal de El Cristo de Valázquez, y hubo protestas.
"Fue un momento realmente triste. La retiré por respeto a los ciudadanos que se quejaron.
Pero tuve que escuchar y leer que no había sufrido presiones. ¡Claro que las tuvimos y muchas! Pero fue un momento en que todo el mundo tiró la piedra y escondió la mano. Asumimos la decisión y nadie dio la cara más que nosotras y aun así se nos criticó, unos por quitarla y otros por haberla puesto".
Ante todo, ella cree que lo que el festival necesita es que se haga bien, con gente que sepa que en un año o dos se irá, "que no busque ponerse medallas ni enriquecerse, sino elevar el nivel cultural de nuestro país por encima del rendimiento económico y del entretenimiento", señala de un proyecto en el que sembró propuestas para futuras ediciones, que sospecha que se han destruido.
Toda esta aventura, en muchos momentos profundamente desazonadora y desagradable, le ha servido a Portillo para darse cuenta de que no le interesa una cultura que obedece a intereses de partido.
"La cultura es un bien social, no debería existir una cultura de izquierdas o de derechas.
No puede servir como arma arrojadiza entre partidos. Es un espacio de libertad. Y ahora más que nunca soy consciente de que me interesan las personas, no los partidos".
De ahí que afirme rotundamente a la pregunta de qué necesita el teatro en estos momentos: "¡Libertad!, por encima de todo. Y espacios donde hacerse, y gente que le guste y le interese el teatro de verdad".
Lectura dramatizada
Desde que dejó el festival ha participado en la lectura dramatizada de La señorita malcriada, de Tomás de Iriarte, bajo la dirección de Juan Antonio Hormigón, ha grabado un capítulo de Frágiles, y los dos últimos episodios de Hospital central, y a partir de la semana que viene se la puede ver en La chispa de la vida, película de Álex de la Iglesia.
En su futuro inmediato está rodar en febrero, bajo las órdenes de Laura Mañá, la vida de Concepción Arenal y poco después participar en el proyecto del director francés Jean Baptiste Sastre, que quiere hacer Fedra en varios países.
Y en pocas semanas empieza el ensayo de uno de los grandes proyectos de su carrera como actriz, ya que se convertirá, de la mano de la directora Helena Pimenta y la Compañía Nacional de Teatro Clásico, en el Segismundo calderoniano de La vida es sueño.
"Es mucha responsabilidad, creo que cualquier actor o actriz sueña con hacer ese personaje que representa un arquetipo, como Hamlet [que ya hizo]".
Paralelamente a estos proyectos está perfilando de manera muy seria su gran empeño: la creación de una fundación, que vendría a ser como una compañía estable de teatro, no comercial, con un equipo fijo de creadores y artistas, con los que trabajar en una línea de investigación similar a la que ha iniciado con La avería, sin ánimo de lucro y cuyos beneficios, sin dejar de pagar sueldos dignos, vayan a parar a nuevos proyectos: "Vamos a ver si es verdad que amamos tanto el teatro".