Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 oct 2011

Falsa naturalidad

BORIS IZAGUIRRE
El presidente Obama acudió esta semana al show de Jay Leno, el auténtico líder de la televisión estadounidense.
Antes había visitado la residencia de Antonio Banderas, o sea, que acelera su maquinaria electoral.
 La entrevista con Leno fue una ocasión para comprobar el gran atributo de Obama sobre otros líderes.
Es absolutamente natural. Su manera de sentarse, por ejemplo, es relajada, casi como una pantera doméstica, cautiva instantáneamente. Sus palabras mezclan lo coloquial con la sofisticación de quien también es lector.
Su sonrisa es amplia. Sobre todo, fija su mirada en su interlocutor.










El espectáculo de la entrevista de Jay Leno a Obama era magnífico: el elixir de lo que podríamos definir como falsa naturalidad o naturalidad mediática


Los caballeros hablaron del país que es ahora potencia inestable. "En el próximo año me gustaría ver a menos personas indignadas en las calles de nuestras ciudades", declaró Obama. Hablaron de Halloween, quizá para darle más autenticidad al encuentro.
 Leno le interrogó sobre la extraordinaria cantidad de calabazas que la pareja presidencial había adquirido en una granja en Virginia.
Obama se limitó a recitarle una serie de recetas afroamericanas con la calabaza como ingrediente principal.
 El público deliraba. Leno terció que mientras la primera dama se compromete en una campaña para mejorar la alimentación de los estadounidenses, Obama siempre se deja fotografiar comiendo hamburguesas chorreantes de kétchup y cebolla frita.
Los dos se partieron de la risa.
 Obama agrego, jocoso: "Cada mañana, cuando me despierto y voy al gimnasio, Michelle lleva allí más de media hora y ha corrido en la cinta al menos diez millas".






El espectáculo televisivo era magnífico. Un presidente exprimiendo su naturalidad al máximo, para seducir a la audiencia. Ese elixir es lo que podríamos definir como falsa naturalidad, la naturalidad mediática. Fue inevitable imaginar qué sucedería en España si Rajoy y Rubalcaba acudieran a una entrevista similar. ¿Serían capaces de crear tanta falsa naturalidad delante de la cámara o, por el contrario, no saber rebelarse a la natural reserva del español?






En cualquier caso, sería interesante que tanto los estilistas como los consejeros de la campaña presidencial estudiaran esta entrevista, a pesar de que necesiten un traductor. Cada vez que vemos un político en nuestra televisión, parece demasiado recién despierto y empeñado en que no quede fuera ningún tópico. Muchas veces no saben mirar al entrevistador, cautivarle igual que a la audiencia. Aún no entienden que la televisión desnuda y viste a todo el mundo. El verdadero talento de Obama es transmitir un mensaje y saberse sentar como una pantera naturalmente relajada, cauta y temible a la vez.






La naturalidad se puede aprender. Basta con estudiar a fondo documentos como este. Incluso podría plantearse una visita del señor Duran i Lleida a El hormiguero para que, en vez de guillotinarlo, como a Dani Martín, le inventen un experimento donde pueda cambiar de sexualidad por un minuto catódico. A lo mejor la experiencia le tranquiliza y cambia ese gesto crispado, poco natural, que quita votos.






Angela Merkel no deja de sorprendernos también con su recia naturalidad. Durante los debates sobre el futuro del euro, del que debería nominarse como Cancilleresa Absoluta y pasar a ser una nueva Carlos V, Merkel vivió un gran momento de naturalidad cuando entregó a Sarkozy esa monada de osito de peluche para su hijita Giulia, todo un alarde de correcta administración y encanto luteranos. Según retrata Paris Match (que es un ¡Hola! republicano), Sarkozy telefoneó desde el móvil a su esposa y esta quiso ponerse directamente con Merkel para agradecerle. Las fotografías son tan divertidas como el encuentro de Obama con Leno: Merkel parece describir el peluche a la madre, pero sin soltar la estilográfica con la que firmará el destino de nuestra moneda. Sarkozy observa arrobado. Mientras Francia disimula su debilidad, Alemania disimula su fuerza.






¿Cómo habrá reaccionado Merkel al enterarse de que su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, se ha comprado un chalet de dos millones de euros en Mallorca (que los alemanes con naturalidad han rebautizado como Malle) para vivir junto a Michael Moronz, su guapo marido, coleccionar arte y jugar golf todo el año? ¿Sabe Duran i Lleida que esta pareja homosexual disfruta de 2.000 metros de propiedad a pocas millas marinas de Barcelona, sin necesidad de apoyo psicológico?




La noticia de esta adquisición del ministro de Exteriores alemán reanima la sociedad mallorquina, que siempre se queja de que para ir de una fiesta a otra hay que recorrer toda la isla para encontrarse siempre con las mismas caras y la misma sexualidad. Mientras en Alemania arrecian las críticas al dispendio del matrimonio, Guido y Michael serán una pareja a invitar no solo a los eventos relacionados con la normalización gay, sino también a discusiones económico-políticas y de presupuestos familiares, porque son un claro ejemplo de que en la crisis aún se puede hacer dinero e invertirlo en algo lujoso que consigue pasar casi desapercibido.
 Es más, deberían trasladarse completamente a España, y poder participar en la oferta de eventos de lujo que se celebran en Madrid todas las semanas.
En la entrega de los premios Telva fue tal la sobrepoblación de trajes largos y superlargos que un invitado llegó a afirmar que a partir de esa noche deberían someterse, como todo, por favor, a algún recorte. Mar Flores ofreció la solución: esmoquin masculino con corsé muy femenino.
Menos tela, más estela.

Grace Kelly, una vida de cine

Grace Kelly nació para el resto de los mortales en la pantalla, y su posterior matrimonio con Raniero de Mónaco aumentó su leyenda. Era lógico que antes o después su vida pasara al cine.









Sin embargo, según cuenta The Hollywood Reporter, la película que prepara la productora francesa Stone Angel, de Pierre Ange Le Pogam (Tell no one, Los tres entierros de Melquiades Estrada), se centrará en su labor diplomática durante seis meses de 1962, cuando Charles de Gaulle, presidente de Francia, protestó por las extraordinarias exenciones fiscales de las que gozaban los ciudadanos de Mónaco y creó un conflicto internacional.



El filme tiene presupuesto, 15 millones de euros, pero Le Pogam busca estos días director y protagonista para un guion que, según The Hollywood Reporter, se asemeja a El discurso del rey.

ENTREVISTA: ASUNCIÓN BALAGUER Actriz

"Me he hecho un psicoanálisis con mi último espectáculo"

Asunción Balaguer nació en Manresa (Barcelona) en 1925. Esta noche la Unión de Actores ha decidido reconocer la trayectoria profesional de esta gran actriz, concediéndole el Premio Toda una Vida de la XX edición de sus premios.






La artista recibe hoy el Premio Toda una Vida de la Unión de actores

Esta mujer, que tiene tres bisnietos y el día 8 cumplirá 86 años, ingresó en el Instituto de Teatro de Barcelona a los 13 años.
 Tras dar sus primeros pasos artísticos en escenarios barceloneses, pasó a formar parte de la madrileña compañía Lope de Vega, dirigida por José Tamayo.
Allí conoció al actor Francisco Rabal, con quien se casó en 1951 y terminó formando compañía propia, aunque cuando nacieron sus dos hijos, Asunción decidió abrir un paréntesis en su carrera. No retomó su actividad artística hasta los años ochenta.
Desde entonces, no ha parado.



En estos momentos Balaguer interpreta a Lady, una huésped permanente de la nueva serie de televisión Gran Hotel. Hasta hace unas semanas estuvo haciendo una larga gira por toda España, con El pisito, la adaptación del guión de Rafael Azcona que Pedro Olea ha llevado al teatro. Pero ahí no queda todo, la actriz es la absoluta y única protagonista de El tiempo es un sueño, un monólogo sobre su propia vida escrito por el actor Rafael Álvarez, El Brujo, con el que piensa recorrer toda la geografía española.



"Me he hecho un psicoanálisis.
Estudiando la obra he llorado mucho, me ahogaban los recuerdos, pero he puesto por medio lo del distanciamiento brechtiano y ya está resuelto". Balaguer, no obstante, deja las cosas claras: "Hay cosas que guardo para mí y, ni Rafa, ni san Pedro, me las harán decir; no como Paco que era un niño y necesitaba contar.
Pocas cosas se han quedado sin saber, y por eso todos sabemos que era muy bueno". Y añade: "Creo que lo más importante que transmito en el espectáculo es que nos hemos reído mucho juntos y que hay algo mucho más profundo en la relación de dos personas".





Balaguer solo espera seguir teniendo la gran energía que ahora posee para seguir subiendo a un escenario: "Para mí es una droga, no necesito más que esto, es como el pitillito de la risa".
Por lo pronto el mes que viene actuará en su pueblo, Manresa.
Será la primera función en catalán de este montaje que interpreta en dos lenguas.

Don Luis Buñuel, padrino del 'boom'

José Donoso, García Márquez, Vargas Llosa, Carlos Fuentes... La gran generación de escritores sudamericanos se cartearon con el cineasta español, al que idolatraban .
En la misma medida que Faulkner, Joyce, Borges, Proust, Flaubert o Thomas Mann; como la realidad exuberante que retrataban y todos los subterráneos estratos difusos utilizados para reinventarla, los autores del boom literario latinoamericano tenían otro referente, incluso más unánime: el cine de Buñuel. Don Luis, para todos ellos.



Fuentes: "Tanto Gabo como yo admirábamos su libertad, su rebeldía"



Para Álvaro Mutis, el cineasta era "la verdad vivida, la experiencia"



Cortázar le escribió: "No todo está perdido si hay poetas como usted"



El director quiso adaptar 'El lugar sin límites', para alegría de Donoso

Lo idolatraban sin fisuras, como prueban las cartas rendidas que le remitieron Julio Cortázar, José Donoso, Álvaro Mutis o García Márquez, como desvela Carlos Fuentes en su libro Diana o la cazadora solitaria, como se comprueba en las dedicatorias enviadas por autores como los citados, además de Miguel Ángel Asturias o Alejo Carpentier, que guardaba el cineasta en su archivo.



Javier Herrera, experto en el director de Viridiana, ha estudiado a fondo ese puente que conecta dos acontecimientos únicos de la identidad cultural creada en español a lo largo del siglo XX: el cine de Buñuel y el boom literario. Así como también ha descubierto otras pistas de interés en ellos por parte de don Luis. "Quiso adaptar Pedro Páramo, de Juan Rulfo".



La prueba es el ejemplar completamente acotado por comentarios de guion cinematográfico que guardaba en su biblioteca y que Herrera ha examinado con detalle. "No extraña nada. Al igual que en los mundos de García Márquez, a Buñuel y a Rulfo también les fascinaba la cochambre, esas casas desconchadas, esa presencia de espectros". "Hubiese sido la única adaptación válida para un libro así", comenta el cineasta Manuel Gutiérrez Aragón.



Pero, ¿qué tenía Buñuel que producía la admiración sin fisuras de toda esa generación? ¿Su surrealismo? ¿Su icono de leyenda viva? ¿Su radicalismo iconoclasta?
Todo eso, pero ante todo una voz omnipresente en cada obra. Lo recuerda Carlos Fuentes: "No era tanto que él se fijara en nosotros, como nosotros en él.
Tanto García Márquez como yo, que lo tratamos a fondo, admirábamos su libertad, su rebeldía. En cualquier cosa que rodara, lo encontrabas a él".



Lo mismo apunta Mario Vargas Llosa, que lo conoció en París y no en México como el resto. "Se las arregló para imprimir su sello personal en cada película. Reconocemos a Buñuel en toda su obra y eso, más en un medio como el cine, es una rareza", apunta el premio Nobel. Es lo mismo que sostiene Álvaro Mutis, que le envió dedicados varios de sus libros y una carta relatándole el impacto que le produjo Viridiana. "En todo lo que filmaba estaba él entero, su personalidad, su ser".



La impronta es lo que les subyugaba. Pero también la leyenda. El privilegio de poder tratar con alguien que no solo había vivido, sino que había formado parte activa de las vanguardias en París.
 Concretamente, de pasar a la historia como un referente activo del surrealismo después de haber impactado a todo el mundo junto a Salvador Dalí inventándose Un perro andaluz y La edad de oro.
 "En Un perro andaluz, él niega la misma esencia del cine cortándose el ojo", comenta Fuentes. "Para nosotros Buñuel era la verdad vivida, la experiencia directa de aquel tiempo", afirma Mutis.



Y un maestro en incorporar los vericuetos del subconsciente a un campo de impulsos y reacciones desconocidas. "Construyó su mundo de manera obsesiva, un mundo que tenía que ver con la fantasía y el surrealismo, era genuino", añade Vargas Llosa.



Pero el interés parecía mutuo en algunos casos, por frustrantes que fueran.
Si la tentativa de rodar una película escrita por García Márquez -el caso de Es tan fácil que hasta los hombres pueden- se fue al traste, tampoco cuajaron otros proyectos con Cortázar y José Donoso. Del autor de Rayuela, Buñuel quiso adaptar un cuento.
Se trata de Las ménades, un relato incluido en Final de juego.
La carta que Cortázar envía al maestro no deja lugar a dudas de su devoción, así como de su sentido práctico: "Nunca creí que tendría la suerte de poder escribirle personalmente para decirle lo que su cine ha significado para los argentinos de mi generación que alguna vez se acercaron en su juventud a la maravilla pura de La edad de oro y sintieron que no todo estaba perdido mientras hubiera poetas como usted, rebeldes como usted".



¡Poetas como usted, rebeldes como usted! Estaba claro que le consideraban en su mismo rango. Pero Cortázar, antes de entrar al trato, va más allá: "Por todo eso, usted es una de las pocas razones por la que estoy contento de haber vivido en este tiempo. Se lo digo así, sin vueltas, porque sé que usted me va a comprender". Parecen sinceras las palabras del escritor, aunque luego pase el recibo: "Me incomoda hablar de dinero después de todo lo que le he dicho más arriba, pero los malos tragos hay que pasarlos pronto. Mi propuesta es de 4.000".



El dinero no fue problema para su amigo José Donoso. El escritor chileno también deliró ante el interés real que Buñuel demostró para rodar El lugar sin límites. La correspondencia entre ambos no tiene desperdicio. Donoso le escribe: "Me imagino que toda España estará persiguiéndolo, pero si tiene un momento libre, nada me gustaría más que pasar a saludarlo o que se viniera a tomar un vino conmigo, mi mujer y mi perro".



La amistad entre ambos cuaja.
También la confianza. En cuanto a los derechos, Donoso propone: "Yo sería capaz de aceptar lo que me propusieran".
Y amenaza, en broma: "Tengo que comunicarte que hoy me traen seis toneladas de leña.
Son para hacer la fogata en que quemaré tu foto si no me haces la película: te mandaré las cenizas. También te mandaré la cuenta de los psiquiatras míos, de mi mujer y de Pilarcita".



La cuenta del psiquiatra debió pasarla Donoso finalmente al régimen.
 El franquismo no estaba todavía preparado para ver ambas firmas en una película española. La censura prohibió el proyecto.