Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

25 oct 2011

Todo a punto para la inauguración del Teatro Bolshói tras seis años de obras

El Kremlin, anfitrión de la gala, guarda en secreto el programa y la lista de invitados .
Todo está a punto ya para que el teatro Bolshói reabra sus puertas el 28 de octubre en una gran gala, cuyo exclusivo anfitrión será el Kremlin.
Tanto el programa como la lista de invitados del presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, siguieron siendo un secreto el lunes en la rueda de prensa que remató una excursión guiada por el histórico recinto, cerrado durante seis años a causa de una costosa y complicada reconstrucción.





El nuevo Bolshói se guía sobre todo por el aspecto que tenía el teatro en 1856, tras la reconstrucción realizada por Albert Kavos en la obra inicial del arquitecto Osip Bové


Las obras han costado 21.000 millones de rublos (unos 500 millones de euros) del presupuesto del Estado, según datos del Ministerio de Cultura y citados por Mijaíl Sídorov, representante del grupo Summa, el consorcio de ingeniería que ha completado el ambicioso proyecto, después de que este se paralizara e incluso estuviera a punto de acabar en desastre, debido al estado de los cimientos.



El nuevo Bolshói se guía sobre todo por el aspecto que tenía el teatro en 1856, tras la reconstrucción realizada por Albert Kavos en la obra inicial del arquitecto Osip Bové. Los orígenes del teatro se remontan a 1776, pero el edificio se incendió varias veces. Aunque el conjunto se orienta hacia el siglo XIX y se han recuperado las águilas y los emblemas zaristas, en el teatro se ha dejado el palco y el gabinete de Stalin, así como el bufet que fue construido en época de este dirigente.





La gala de reapertura será, aparentemente, alguna mezcla de diferentes fragmentos musicales, operísticos y de ballet, que actuará como un hilo conductor de la historia del Bolshói.
En vista de lo exclusivo del evento, los melómanos de a pie deberán esperar las funciones que vendrán después, concretamente la ópera Ruslán y Liudmila de Mijaíl Glinka, que será el primer estreno del Bolshói el 2 de noviembre.
 Según ha dicho Dmitri Cherniakov, el responsable de la puesta en escena, se trata de "la mejor ópera rusa para empezar algo nuevo, es alegre" y se diferencia de la mayoría de óperas rusas con finales "siniestros" en los que los protagonistas sufren trágicas muertes, lo cual "no sería bueno para una inauguración".



Los precios de las entradas en la reventa alcanzan cifras astronómicas, aunque el director del Bolshói, Anatoli Iksákov, dijo que, en todos los espectáculos, se pondrán a la venta 396 entradas al precio de 100 rublos (algo más de dos euros).
 Un periodista ruso denunció en la rueda de prensa que los revendedores no dejaban que los ciudadanos se acercaran a las taquillas.
 Si esto es cierto, las entradas a precios asequibles pueden ir a parar al mercado negro, según admitió Iksákov, que dijo carecer de medios para evitar este crónico fenómeno.





Un trabajo de artesanos






El espacio del nuevo Bolshói se ha duplicado.
Por debajo de la plaza del Teatro, frente al edificio, se ha construido una sala de conciertos subterránea, que forma un bloque de seis pisos con una profundidad de 20,5 metros.
 La sala, denominada Beethoven, tiene capacidad para 330 espectadores y, por estar muy cerca de una estación de metro, ha tenido que ser especialmente aislada.
 Sin embargo, para acabar de protegerla de la vibración de los trenes, en noviembre habrá que parar temporalmente el tráfico subterráneo para poner amortiguadores en las vías.
 Las salidas de emergencia de la nueva sala son cabinas de cristal que sobresalen en la plaza del Teatro.





En la recuperación del aspecto decimonónico del edificio se ha concentrado el trabajo de centenares de artesanos en distintos campos, algunos ya extinguidos, desde el tejido a mano de la seda a la restauración de tapices y gobelinos, pasando por la fabricación de un determinado tipo de papel maché.
 En el aspecto técnico, el Bolshói tiene los más modernos adelantos mecánicos y de ingeniería, el recinto de la orquesta sube hasta colocarse al nivel de los espectadores y el escenario o baja a gran profundidad.
Tiene también un escenario con una variante para ópera y otra, inclinada, para ballet forrada con materiales especiales para proteger los pies de los bailarines.
Además, su acústica ha mejorado, ya que todos los materiales empleados han sido subordinados a la calidad del sonido por especialistas alemanes y se han eliminado añadidos de cemento que perjudicaban la acústica.





El número de butacas de la sala principal ha disminuido hasta 1740, en lugar de las 2100 que llegó a haber en época soviética, cuando la sala era destinada a congresos y actos políticos.
Destaca Sídorov que, tras la reconstrucción, el Bolshói ha dejado de ser un teatro construido sobre diversos cimientos fragmentarios, y se ha convertido en el corazón, sólidamente asentado, de un conjunto de edificios comunicados entre sí.

El accidente de Barajas

El accidente de Spanair en Barajas va quedar en la memoria colectiva de los grancanarios durante mucho tiempo como un puñal, y parece que se empeñan en hurgar en la herida cada vez que echan balones fuera sobre las implicaciones de lo sucedido. La compañía aérea escurre el bulto cuanto puede, las infraestructuras aeroportuarias también y el fabricante del aparato desvía su responsabilidad. Y mientras, la usencia de los seres queridos -a veces familias enteras- zzaviooooo.JPGno son tenidas en cuenta, pues lo reducen todo a cuestiones técnico-jurídicas que se eternizan y hacen más doloroso el tremendo proceso con capotazos aquí y allá. Cada sector trata de salvar la cara, porque hay intereses económicos, de imagen y hasta políticos. Si no hay responsabilidad en los fabricantes del avión, ni en los servicios aeroportuarios, ni en los controladores, ni en los técnicos de mantenimiento ni en nadie que estuviese fuera del aparato, es como decir que los responsable del accidente fueron los pasajeros por haberse subido al avión, y como mucho la tripulación, que por desgracia también falleció. Acabarán por decir que la responsabilidad del accidente recae sobre Isaac Newton, por haber deducido que la fuerza de la gravedad hace que los objetos caigan. Pero dentro de este objeto viajaban personas que no podemos ni debemos olvidar, y claman al cielo las dilaciones y las maniobras que tratan de eludir la responsabilidad en un hecho tan terrible.
Publicado por Emilio Gonxáles Deniz en Bardinia.

24 oct 2011

El señor de las libélulas

Pietro Ruffo exhibe sus obras sobre la 'primavera árabe' .
"Al entrar, tienes la sensación de estar rodeado de árboles, aunque la perspectiva resulta extraña, pero al moverte por el espacio te das cuenta que hay dos niveles y que de los árboles se desprenden letras y formas".
Lo explica Tatiana Kourochkina, directora de la galería homónima de Barcelona, que exhibe hasta el l0 de enero las obras más recientes del italiano Pietro Ruffo, en el marco de la muestra Non siamo ancora stati salvati (Aún no hemos sido salvados).
Acogen al visitante unos grandes dibujos de Central Park visto desde el suelo, en los que han sido recortadas decenas de libélulas, que luego se han vuelto a pegar con alfileres en su exacto lugar.
"Me tendía en el césped, miraba el cielo entre las ramas y pensaba a cuándo la naturaleza y los insectos reconquistarían el planeta", explica el artista.






Arquitecto de formación no deja nada al azar: primero toma fotografías, luego hace una especie de relieve, como un mapa tridimensional, realiza la obra con lápiz, acuarela o tinta china, pero siempre sobre papel y para terminar recorta insectos que pega con alfileres como un verdadero entomólogo.
Para la exposición barcelonesa ha creado una instalación sobre la libertad.
 Es una especie de casita en el bosque y del follaje surgen las letras recortadas de una obra del poeta libanés Khalil Gibran. "Escribe Gibran: 'Y, si es un déspota el que queréis destronar, ved primero que su trono, erigido dentro de vosotros, sea destruido'.
Es el verso que prefiero", indica Ruffo.






"La pieza enlaza con el título de la muestra: siempre estamos esperando a que alguien nos salve.
 Por eso, en relación a las revueltas de la primavera árabe, me interesa reflexionar sobre la idea de libertad y la fuerza que el pueblo tiene cuando debe liberarse de un déspota.
Una fuerza que a menudo se disgrega cuando debe implementar una sociedad libre", reflexiona Ruffo, ganador del último Premio Cairo, el reconocimiento más prestigioso dedicado el arte emergente en Italia.






No es la primera vez que Ruffo juega con las ilusiones ópticas.
 Desde 2004 realiza una serie de banderas, cuyos colores son reproducidos con calaveras de animales de dientes afilados, mandíbulas desencajadas y aire agresivo, dibujadas sobre mapas de territorios, que no siempre son los suyos.
 En la galería Tatiana Kourochkina se exponen las de Siria, Líbano y Hamás, pero también ha dibujado las banderas de grandes potencias occidentales.
 "Me interesa el concepto de defensa", cuenta el artista, "y de cómo los pueblos buscan en sus raíces y su identidad las fuerzas para defenderse.
Después de la II Guerra Mundial en prácticamente todos los países el Ministerio de la Guerra se convirtió en Ministerio de la Defensa, diverso nombre y mismas competencias".

Detrás de las paredes - Trailer en español