21 sept 2011
Malas intenciones DAVID TRUEBA
Los profesores en huelga eran nuestro sueño húmedo en época de estudiantes.
La muestra de que nos hemos hecho mayores es que ahora nos preocupa, nos deja mal sabor de boca, nos desconcierta ver a un gremio representativo del poder y la disciplina encabezando la protesta contra los recortes al sistema de bienestar tan largamente codiciado.
Ayer, su marea verde fue presencia destacada en todos los medios de comunicación.
Toda la vida de un docente que lleve como menos 20 años en la enseñanza sabe lo que es esa dicotomía entre lo que realmente quiere hacer, enseñar una materia y ahora con La Logse educar en valores a cualquier alumno que esté a su cargo, en valores hemos enseñado toda la vida unos valores que antes inculcaban la familia, pero para todo nos hemos visto envueltos en una lucha, huelgas y manifestaciones, y oir lo bien que vivimos con las vacaciones, es inutil incidir que trabajamos los domingos, para preparar o corregir, es inutil decir que vamos las tardes que hagan falta para ponernos al dia en algo que quien lo dice no sabe ni contesta.
Ahora nos van a bajar más el sueldo, miren a Grecia, ya bajan los que cobren 1.200 E.
Es la profesión que más bajas por depresión genera, porque con tanto trabajo te ves que nadie te lo valora y tu propia Consejería no te da la razón nunca.
Pues entonces HUELGA GENERAL Y MANIFESTACIONES DIARIAS...volvemos a la calle que ya ya es hora de pasearnos..... lo recuerdan?? Pues eso Volver....con la frente marchita elpaso del tiempo blanquearon mi sien, más viejos, más pobres otra vez a la calle....
Para contrarrestar la fea estampa de los profesores indignados, Esperanza Aguirre lleva semanas practicando una estrategia estudiada y desasosegante.
Suena errática, como si no tuviera ya nada que perder políticamente y se permitiera dejar tierra quemada tras de sí.
Lanza mensajes cifrados, de contundencia social, pero luego los viene a descafeinar, los matiza, los domestica.
Así, cargas de profundidad contra la gratuidad de la enseñanza, el compromiso laboral de los profesores o su situación de privilegio social son pedradas que rompen el cristal, pero luego quedan en nada.
Sabe que los profesores no son unos indignados más a los que barrer de la acera a porrazos, pero hay otras maneras de arrinconarlos.
Pese a todo, cuando a la directora de un instituto de Vallecas le preguntó Francino ayer en la radio, durante la jornada de paro en la que apenas cuatro personas tuvieron que vigilar a los cientos de alumnos del centro, si se sentía perseguida, respondió que no. Y con un tono pausado aceptó que quizá los profesores se sienten incomprendidos y que solo la gente de su entorno conoce la dedicación y el esfuerzo que conlleva dar clase.
Es cierto que solo los que tienen cerca a un profesor saben de las horas y trasnoches para lograr cuadrar los horarios imposibles de este año y la lucha para tapar los agujeros creados.
Puede que los medios ayuden a acercar la dimensión, el significado de la descapitalización de la enseñanza pública.
Por la Red corre un vídeo de la intervención de la diputada socialista Ana Noguera, que se queda casi sin voz en el Parlament valenciano para apuntar con claridad cómo el descarrilamiento es interesado.
Escapa al perfil de tantos responsables políticos que viven en el desconocimiento absoluto de la tarea educativa, y de otros, aún más dañinos, que añaden a la ignorancia las malas intenciones.
La muestra de que nos hemos hecho mayores es que ahora nos preocupa, nos deja mal sabor de boca, nos desconcierta ver a un gremio representativo del poder y la disciplina encabezando la protesta contra los recortes al sistema de bienestar tan largamente codiciado.
Ayer, su marea verde fue presencia destacada en todos los medios de comunicación.
Toda la vida de un docente que lleve como menos 20 años en la enseñanza sabe lo que es esa dicotomía entre lo que realmente quiere hacer, enseñar una materia y ahora con La Logse educar en valores a cualquier alumno que esté a su cargo, en valores hemos enseñado toda la vida unos valores que antes inculcaban la familia, pero para todo nos hemos visto envueltos en una lucha, huelgas y manifestaciones, y oir lo bien que vivimos con las vacaciones, es inutil incidir que trabajamos los domingos, para preparar o corregir, es inutil decir que vamos las tardes que hagan falta para ponernos al dia en algo que quien lo dice no sabe ni contesta.
Ahora nos van a bajar más el sueldo, miren a Grecia, ya bajan los que cobren 1.200 E.
Es la profesión que más bajas por depresión genera, porque con tanto trabajo te ves que nadie te lo valora y tu propia Consejería no te da la razón nunca.
Pues entonces HUELGA GENERAL Y MANIFESTACIONES DIARIAS...volvemos a la calle que ya ya es hora de pasearnos..... lo recuerdan?? Pues eso Volver....con la frente marchita elpaso del tiempo blanquearon mi sien, más viejos, más pobres otra vez a la calle....
Para contrarrestar la fea estampa de los profesores indignados, Esperanza Aguirre lleva semanas practicando una estrategia estudiada y desasosegante.
Suena errática, como si no tuviera ya nada que perder políticamente y se permitiera dejar tierra quemada tras de sí.
Lanza mensajes cifrados, de contundencia social, pero luego los viene a descafeinar, los matiza, los domestica.
Así, cargas de profundidad contra la gratuidad de la enseñanza, el compromiso laboral de los profesores o su situación de privilegio social son pedradas que rompen el cristal, pero luego quedan en nada.
Sabe que los profesores no son unos indignados más a los que barrer de la acera a porrazos, pero hay otras maneras de arrinconarlos.
Pese a todo, cuando a la directora de un instituto de Vallecas le preguntó Francino ayer en la radio, durante la jornada de paro en la que apenas cuatro personas tuvieron que vigilar a los cientos de alumnos del centro, si se sentía perseguida, respondió que no. Y con un tono pausado aceptó que quizá los profesores se sienten incomprendidos y que solo la gente de su entorno conoce la dedicación y el esfuerzo que conlleva dar clase.
Es cierto que solo los que tienen cerca a un profesor saben de las horas y trasnoches para lograr cuadrar los horarios imposibles de este año y la lucha para tapar los agujeros creados.
Puede que los medios ayuden a acercar la dimensión, el significado de la descapitalización de la enseñanza pública.
Por la Red corre un vídeo de la intervención de la diputada socialista Ana Noguera, que se queda casi sin voz en el Parlament valenciano para apuntar con claridad cómo el descarrilamiento es interesado.
Escapa al perfil de tantos responsables políticos que viven en el desconocimiento absoluto de la tarea educativa, y de otros, aún más dañinos, que añaden a la ignorancia las malas intenciones.
El romanticismo de Pushkin respira en una exposición sobre su época
El Museo del Romanticismo acoge una muestra con pinturas que transportan al visitante al siglo XIX ruso .
Como si fuera una máquina del tiempo roja y dorada El romanticismo ruso en época de Pushkin, que hoy se ha presentado en Madrid, es una inesperada sorpresa en la temporada otoñal de exposiciones. "Es una pequeña victoria museística", afirma Evgney Bogatyrev, director del museo moscovita dedicado al autor de La hija del capitán y a su tiempo.
Bogatyrev, que gestiona un centro con unos fondos de 150.000 piezas, es el principal impulsor de esta muestra que se celebra hasta el 18 de diciembre en el Museo del Romanticismo de Madrid.
Recogida en una sala que recrea un elegante gabinete, la exposición muestra una selección de pinturas que directamente transportan al visitante al siglo XIX ruso.
Por una pared roja trepan hasta el techo óleos, dibujos y perfectas siluetas negras.
Dos lámparas de araña o la mullida moqueta acompañan a los retratos de duquesas, princesas y zares.
Minúscula (algunas obras caben directamente en la mano), "pero deliciosa", dice Asunción Cardona, directora del museo, ante los cuadros expuestos, en los que sorprenden las técnicas de lápiz y acuarela para los retratos. Verdaderas joyas que muestran las fisionomías de las caras o los rincones de las hermosas casas de aquella época.
Evgeny Bogatrev perseguía desde hace tiempo colaborar con el Museo del Romanticismo de Madrid ("soy un verdadero entusiasta de este centro, no dejo de recomendar a todo el mundo en Rusia que deberían visitarlo.
Sí, el Prado, el Thyssen... pues a mí me impactó este lugar") y, aprovechando el año Dual España-Rusia planteó la colaboración con piezas del Pushkin.
"Cuando nos trajeron su catálogo de retratos en miniatura nos sorprendió mucho comprobar las semejanzas con las miniaturas españolas, que curiosamente tienen más que ver que con las de Rusia o Inglaterra", apunta la directora del centro madrileño, que abrió sus puertas hace dos años después de un lavado de cara en el que se borró su antiguo nombre, museo Romántico, y que ha sacado brillo a una colección en las que se recrea perfectamente el ambiente de un movimiento cultural que marcó el siglo XIX.
Articulada en dos espacios, Escenarios y Protagonistas, la exposición muestra el panorama de la Rusia de 1810 a 1850.
El interior de las casas, los rostros de su aristocracia, sus paisajes... el romanticismo ruso se emparenta de extraña manera con el español. La directora del museo español apunta que "Pushkin, como Larra, murió de un tiro" (el ruso en un duelo, el español se suicidó).
En la pared, los versos de un poema del escritor ruso que inspira: "Pero en las horas tristes, en silencio, / pronuncia con angustia el nombre mío; / di: ¿Hay en el mundo quien de mí se acuerde? ¿Hay corazón en el que yo esté vivo?".
Como si fuera una máquina del tiempo roja y dorada El romanticismo ruso en época de Pushkin, que hoy se ha presentado en Madrid, es una inesperada sorpresa en la temporada otoñal de exposiciones. "Es una pequeña victoria museística", afirma Evgney Bogatyrev, director del museo moscovita dedicado al autor de La hija del capitán y a su tiempo.
Bogatyrev, que gestiona un centro con unos fondos de 150.000 piezas, es el principal impulsor de esta muestra que se celebra hasta el 18 de diciembre en el Museo del Romanticismo de Madrid.
Recogida en una sala que recrea un elegante gabinete, la exposición muestra una selección de pinturas que directamente transportan al visitante al siglo XIX ruso.
Por una pared roja trepan hasta el techo óleos, dibujos y perfectas siluetas negras.
Dos lámparas de araña o la mullida moqueta acompañan a los retratos de duquesas, princesas y zares.
Minúscula (algunas obras caben directamente en la mano), "pero deliciosa", dice Asunción Cardona, directora del museo, ante los cuadros expuestos, en los que sorprenden las técnicas de lápiz y acuarela para los retratos. Verdaderas joyas que muestran las fisionomías de las caras o los rincones de las hermosas casas de aquella época.
Evgeny Bogatrev perseguía desde hace tiempo colaborar con el Museo del Romanticismo de Madrid ("soy un verdadero entusiasta de este centro, no dejo de recomendar a todo el mundo en Rusia que deberían visitarlo.
Sí, el Prado, el Thyssen... pues a mí me impactó este lugar") y, aprovechando el año Dual España-Rusia planteó la colaboración con piezas del Pushkin.
"Cuando nos trajeron su catálogo de retratos en miniatura nos sorprendió mucho comprobar las semejanzas con las miniaturas españolas, que curiosamente tienen más que ver que con las de Rusia o Inglaterra", apunta la directora del centro madrileño, que abrió sus puertas hace dos años después de un lavado de cara en el que se borró su antiguo nombre, museo Romántico, y que ha sacado brillo a una colección en las que se recrea perfectamente el ambiente de un movimiento cultural que marcó el siglo XIX.
Articulada en dos espacios, Escenarios y Protagonistas, la exposición muestra el panorama de la Rusia de 1810 a 1850.
El interior de las casas, los rostros de su aristocracia, sus paisajes... el romanticismo ruso se emparenta de extraña manera con el español. La directora del museo español apunta que "Pushkin, como Larra, murió de un tiro" (el ruso en un duelo, el español se suicidó).
En la pared, los versos de un poema del escritor ruso que inspira: "Pero en las horas tristes, en silencio, / pronuncia con angustia el nombre mío; / di: ¿Hay en el mundo quien de mí se acuerde? ¿Hay corazón en el que yo esté vivo?".
¿Escribes o trabajas?
El año pasado Patti Smith recordaba en Éramos unos niños las penurias que Robert Mapplethorpe y ella habían tenido que pasar porque estaban convencidos de que lo suyo era ser artistas y, hace tan sólo unos meses, en The Beats, Harvey Pekar dibujaba las biografías de Jack Kerouac, Allen Ginsberg, William S. Burroughs & co..
Ambos despacharon la cuestión laboral en escasas líneas o viñetas, pero Daria Galateria ha dedicado todo un libro, Trabajos forzados, que ahora publica Impedimenta, a repasar esos otros trabajos que tuvieron que hacer -por las buenas o por las malas- escritores como Jack London, Franz Kafka, Lawrence de Arabia, Dashiell Hammett o George Orwell.
Ambos despacharon la cuestión laboral en escasas líneas o viñetas, pero Daria Galateria ha dedicado todo un libro, Trabajos forzados, que ahora publica Impedimenta, a repasar esos otros trabajos que tuvieron que hacer -por las buenas o por las malas- escritores como Jack London, Franz Kafka, Lawrence de Arabia, Dashiell Hammett o George Orwell.
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