Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

23 ago 2011

A la vejez, novelas

El escritor neoyorquino John Verdon se convierte por segundo verano consecutivo en uno de los escritores más leídos en España gracias a sus novelas 'No abras los ojos' y 'Sé lo que estás pensando' .
John Verdon encarna el ejemplo de cómo la jubilación puede ser una etapa en la vida en la que todavía se pueden cumplir algunos sueños de juventud.
El escritor neoyorquino desde que dejara de trabajar como publicista hace 15 años ha escrito dos novelas: Se lo que estás pensando y la más reciente No abras los ojos (los dos libros publicados por Roca Editorial) que le han aupado a estar en la lista de los diez autores más vendidos este verano en España, según acaba de publicar la consultora Nielsen.









Verdon (Nueva York, 1942) quiso desde siempre ser escritor, sin embargo, la vida le llevó por otros derroteros, en concreto, el del mundo de la publicidad al que se dedicó profesionalmente durante tres décadas.
No echa de menos la agencia publicitaria en Manhattan donde trabajaba y reconoce estar en uno de los momentos profesionales más felices de su vida gracias al éxito mundial que está consiguiendo con sus dos novelas, que ya se han traducido a 19 lenguas.






Verdon dedica gran parte de su día a la escritura.
Vive con su esposa en "lugar remoto, donde solo escucha el piar de los pájaros y a veces recibe la inesperada visita de algún coyote", posiblemente "demasiado aislado para muchos" reconoce. Un enclave idílico similar al lugar donde reside el detective David Gurney en la ficción: el protagonista de su trilogía. Pero ésta no es la única característica que les une al escritor y al personaje principal de sus novelas. Tal y como admite el autor de Se lo que estás pensando: "Aunque los dos estemos jubilados ambos necesitamos de enigmas que resolver".
Para el creador el desafío consista en escribir una trilogía en el que el reto suponga mantener al lector en constante tensión.






David Gurney es el alter ego de este expublicista neoyorquino de 69 años. Verdon se identifica con el detective en bastantes aspectos:
"Ambos somos solitarios e introvertidos y esto a veces perjudica nuestras relaciones familiares. (...)
Me reconozco en muchos de los problemas que tiene Gurney: como su adicción al trabajo, desgraciadamente también me faltan muchas de sus cualidades, como por ejemplo su valor", lamenta el escritor.



Sin embargo Verdon, que vendió doscientos mil ejemplares con su ópera prima y va camino de repetir la misma cifra este verano, tiene aspecto de triunfador, a juzgar por las fotos promocionales. Parece que es capaz de envejecer como solo los mejores actores del cine americano consiguen hacerlo. Aunque se considera una persona reservada disfruta mucho de la compañía de su mujer: "Al principio lo único que me importaba a la hora de escribir era entretenerla".



Abusos sexuales





La trama del libro aborda una cuestión que afecta a la sociedad y sigue siendo un tema tabú: el de los abusos sexuales.
El autor estadounidense afirma que en ningún momento ha sentido la necesidad de denunciar este problema social. "La elección del tema ha surgido del interés por profundizar sobre los demonios que pueden causar a la gente que ha padecido abusos y el horrible daño que pueden dejar".
"Lo que más me importa del proceso creativo es escoger las palabras y el tono adecuado para expresar mi idea y dotar a mis personajes de sentimiento para hacerlos verosímiles, de esta manera, conseguiré hacerle pasar al lector un buen rato".






Las editoriales afinan cada vez más a la hora de promocionar sus libro. Para el lanzamiento de los libros, los editores han recurrido al tráilerbook, que consiste en adaptar un capitulo de la novela en imágenes, como si de la promoción de una película se tratase. En No abras los ojos aparece una joven novia minutos antes de ser decapitada el día de su boda. Esta secuencia podría ser la antesala de una superproducción hollywoodiense.




Verdon confiesa que todavía no ha recibido ninguna oferta de la industria del cine, "no me importaría aunque pondría como única condición que el director supiese captar la complejidad de la relación entre David Gurney y su mujer, Madeleine".
Mientras tanto, el escritor ya prepara su tercera novela, en la que David Gurney repite como protagonista. En esta ocasión el detective deberá resolver una serie de asesinatos con la ayuda de una joven periodista, que se ve involucrada al preparar un documental sobre las familias de las víctimas.
El libro está previsto que salga el próximo verano, mientras tanto los lectores tendrán que conformarse con las dos primeras obras.

Cuando la historia aterrizó en Oyambre

Un filme rescata la leyenda del primer viaje entre EE UU y España - La tripulación se vio obligada a tomar tierra en una playa cántabra .
Nadie programó que el primer vuelo transatlántico entre EE UU y España fuera francés. Solo fue fruto del azar que el 14 de junio de 1929, a las 20.40, el avión El pájaro amarillo realizara un aterrizaje de emergencia en la playa de Oyambre (Cantabria) sin una gota de gasolina y con cuatro tripulantes (uno de ellos, un polizón, el primero de la historia) que llevaban casi 30 horas cruzando el cielo con la certeza de que algo había fallado y no llegarían a su destino, París.
Un episodio insólito, rodeado de leyenda, que la mayoría ha olvidado pese a que aquello convirtió por unos días a la hermosa costa montañesa en centro de atención de todo el mundo.







El polizón que les obligó a aterrizar se escondió en el fuselaje



"Hasta les tocaron una marsellesa a ritmo de pasodoble", dice Molina

La memoria de aquella odisea se ha mantenido viva en Francia, aunque en menor medida en España, donde apenas quedan testigos y donde tan solo un discreto monumento de piedra en Oyambre da cuenta de la historia. El documental El pájaro amarillo, dirigido por Juan Molina, recupera la pista de aquel suceso para reconstruir la peripecia del primer vuelo europeo transatlántico y de su fortuita escala en España.



"Aún no tenía siete años cuando ocurrió aquello", recuerda Manuel Gómez, conocido en Comillas como Lolo el Zapatero por el comercio de calzado que regentaba su familia. A sus 87 años probablemente es el único testigo directo que queda de lo que ocurrió durante aquellos días.
 "Fue un acontecimiento tremendo. El primer día fui con mi abuelo, que nos llevó en carro tirado por caballos a la playa. Al día siguiente, volvimos con los maestros del colegio. El espectáculo que se montó en la playa era lo nunca visto. Soy incapaz de recordar si he comido o no alubias esta semana, pero jamás olvidaré aquellos días".





Juan Molina cuenta que la idea de recuperar la historia de El pájaro amarillo les rondaba desde hace tiempo al actor Antonio Resines (productor de la película) y a él. "Somos amigos del colegio, desde muy niños. Y también estudiamos juntos la carrera. Antonio tiene una casa frente a Oyambre y siempre que bajábamos a la playa dejábamos las toallas en unas piedras. Era el monumento al Pájaro".






Entre 1920 y 1927 más de 100 hombres murieron en el intento de cruzar en avión el Atlántico. En 1927, Lindbergh lo haría en solitario a bordo del minúsculo El Espíritu de San Luis. Fue aquella hazaña la que animó a decenas de pilotos a la conquista de un futuro que de la noche a la mañana puso las nubes al alcance de la mano. Entre aquellos soñadores se encontraba el hombre que impulsó la aventura de El pájaro amarillo, Armand Lotti.






Lotti puso el dinero de su familia y su alma de aviador para la planificación del vuelo y la construcción del avión. Le hubiera gustado ser el piloto, pero un accidente de caza le había dejado tuerto y ni siquiera podía subir legalmente a una cabina. Fue él quien enroló a Jean Assollant, el primer piloto, y a René Lefèvre, segundo piloto y navegador.






Lotti, Assollant y Lefèvre no tuvieron buena suerte con los primeros pasos del Pájaro. Para colmo, y ante la alta siniestralidad en los vuelos de la época, el Gobierno francés decidió prohibir el trayecto rumbo a América.
 Fue entonces cuando Lotti, al mando en todo momento, tomó la decisión de hacer el vuelo a la inversa, viajar ilegalmente a Inglaterra y allí desmontar el avión y navegar con él en barco hasta Nueva York.






Lefèvre fue el encargado de encontrar la playa para el despegue. Old Orchard, en Maine, no era una mala opción: una longitud de dos kilómetros, una buena orientación y una arena firme y despejada. Como recuerda el libro de la periodista santanderina Carmen Cabezas, El pájaro amarillo en Oyambre, y las propias memorias de Lotti, el vuelo se convirtió en un acontecimiento antes de despegar y hasta Lindbergh (quien aún no había acuñado la frase "prefiero a un pájaro antes que a cualquier avión") se puso a disposición de los nuevos aventureros para ayudarles con cualquier duda sobre el trayecto.






El día del despegue una multitud acudió a la playa de Old Orchard. Entre las viejas fotografías se adivina la sombra de un hombre joven. Arthur Schreiber, de 25 años y sin profesión conocida (algunos dicen que periodista), se escondió en la parte de atrás del fuselaje del avión sin que nadie, pese al cordón de seguridad que rodeaba al bicho, se diera cuenta.






La obsesión con el peso del vuelo había llevado a sus tripulantes no solo a medir cada gramo de sobrecarga, sino a prescindir de toda la gasolina posible. En el último minuto, Lotti decidió vaciar 100 litros de combustible para descargar así 90 kilos de peso. Por eso, cuando el avión despegó de EE UU ni Lotti, ni Assollant ni Lefèvre entendían qué demonios pasaba para que el aeroplano no lograra levantar su cola del suelo.




Cuando ya habían alcanzado una altura suficiente, Schreiber salió de su escondite para presentarse a los tres franceses. Lo que ocurrió a partir de ese momento forma parte de una aventura más humana que tecnológica. La tripulación sabía que con aquel hombre a bordo jamás llegarían a su destino y también sabían que no podían dar marcha atrás porque con el peso del despegue no había forma de aterrizar sin matarse. El griterío debió de ser feroz. El miedo, también. La decisión primera fue tirarlo por la borda, ocultar el crimen y lograr la gesta. Pero la piedad es un instinto tan humano como el odio y ninguno de aquellos tres hombres estaba dispuesto a mancharse las manos con la sangre de otro.



Arthur Schreiber voló en El pájaro amarillo después de firmar un documento en el que se comprometía a no hablar jamás en público de lo que allí iba a vivir. Seguiría siendo de por vida una sombra.



Fue su presencia lo que provocó el aterrizaje forzoso en España. Cuando el avión avistó la costa (después de una terrible tormenta y horas de callado pánico) supieron que España (país del que no llevaban ni mapa) era su destino obligado. Al menos, habían cruzado el Atlántico.



Sin casi combustible, la arena amarilla de Oyambre surgió como una pista iluminada. Lo que siguió después -y antes de que el vuelo retomara su rumbo a Francia gracias a la gasolina que enviaron desde Madrid- fue una locura que incluyó jornadas de orquestas, verbenas y mujeres, hombres y niños locos de alegría con aquel viaje llegado del futuro. "Hasta les tocaron una marsellesa al ritmo de pasodoble", cuenta Juan Molina. "Curiosamente, y según recogían los periódicos de la época, las montañesas se volvieron locas con el polizón americano".
Como cuenta Manuel Sánchez de Movellán, marqués de Movellán, el vuelo había establecido un fuerte vínculo entre aquellos hombres. "El polizón estuvo en Francia, años después, cuando se celebró el 50º aniversario del vuelo. Lotti y él bajaron juntos del avión que los trajo desde París".
El padre de Movellán (entonces banquero en París) fue amigo de Lotti y por eso guarda una réplica del avión firmada por los pilotos.
Para él, nada de esto hubiera ocurrido sin el "corazón de aviador" del tuerto Lotti. El mismo hombre que en uno de los documentos más emocionantes de esta historia, ya convertido en héroe nacional y ante cientos de periodistas, agarró por el brazo al anónimo cuarto hombre para al fin presentarlo: "Él es un americano, un amigo, un buen chico".

Las "profecías" de Bob Marley llegan al Rototom Sunsplash

La viuda de Bob Marley, Rita Marley, ya ha llegado al RototomSunsplash de Benicàssim. La exmujer del rey del reggae ofrecerá hoy uno de los conciertos más esperados de esta edición.
En la tarde de ayer abordó su controvertida autobiografía No woman No cry.
Mi vida con Bob Marley, en la que recoge su visión de lo vivido con él (lo bueno y lo malo). Pero antes ofreció una multitudinaria rueda de prensa en la que habló de su legado y de los proyectos futuros para recordar al creador de OneLove, OneHeart.







"A Bob le gustaría el Rototom porque su espíritu está presente aquí en todos nosotros, su música está viva", dijo Rita. La cantante, cubana de nacimiento aunque criada desde pequeña en Jamaica, recalcó que el de hoy será uno de los pocos conciertos que ofrecerá en el futuro porque está enfrascada en los proyectos de las fundaciones que llevan el nombre de Bob y el de ella y que se centran básicamente en combatir las necesidades de África.
Antes hará un hueco en el festival para visitar a mediodía la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia.



En cuanto al mensaje de Bob Marley, destacó que "el reggae es música de paz y va más allá de las palabras". "Hay artistas que van y vienen, otros se quedan, pero el mensaje es el que queda y el reggae es el mensaje", dijo. En este sentido, manifestó que "las palabras de Bob son profecías, él es un profeta y es nuestro hermano". Rita instó a todos a imitarle y compartir un poco, sobre todo amor, "en este mundo tan convulsionado".



Además, insistió en que su espíritu y su música está presente en el festival de la mano de sus hijos. Uno de ellos, Stephen, ya tocó durante el primer día del Rototom en un concierto cargado de pasión por parte del público. Hoy lo harán Ziggy y Ky-Mani quienes, junto a ella, se subirán al escenario a partir de las 22.30 horas.



Por otro lado, habló también de la película que dirigirá Oliver Stone sobre la vida de su marido la cual, dijo, está paralizada a la espera de encontrar al actor adecuado que reencarne a Bob Marley en las pantallas.
 Encontrar a alguien es "un problema" porque es "complicado o imposible dar con un actor que lo pueda interpretar".
Así, insistió en que debe ser alguien que personifique de la forma más real posible al icono de la música jamaicana.
No obstante, matizó que la cinta ofrecerá una visión muy personal de Bob Marley, ya que se narrará su vida desde su punto de vista.



Otra película, realizada por Ziggi Marley, uno de los hijos de Bob, se estrenará en el mundo en 2012 y recogerá los últimos días del artista.

El reloj del Corazon‏

Me han amado
y he desamado,
ahora amo
y me desaman.

Señales discretas mando.

Recibo señales vanas.

Después de todo
lo que queremos
es lo que creamos.