28 jul 2011
Todos somos humanos pero hay veces que nos creemos dioses
El sargento de la Guardia Civil Ángel Luis de la Torre, de 45 años, que supuestamente asesinó ayer por la tarde a su expareja Marcos Hernández, socorrista de 28 años, en un gimnasio ubicado en la plaza de la República Dominicana de Madrid, ha fallecido esta mañana en el hospital Gregorio Marañón, donde ingresó en estado crítico, han confirmado fuentes del centro hospitalario.
El agente se pegó un tiro en la frente unos 40 segundos después de descerrajarle seis a su expareja. Ángel Luis tuvo hace unos meses una relación con Marcos, trabajador del local donde murió, y la noche antes del crimen le amenazó de muerte.
Amigos del fallecido explican que discutían por gastos hechos cuando eran pareja y que el presunto asesino no soportaba que su ex hubiera rehecho su vida con otra pareja.
Un guardia civil mata a tiros a su exnovio en un gimnasio
Los celos del sargento metódico
La pelea que comenzaron en la puerta se trasladó a los vestuarios
La policía encontró en la escena del crimen un segundo arma, un revólver
Sobre las cuatro y media de la tarde, el agente le encañonó con su arma reglamentaria, una Beretta, en el vestuario de hombres, mientras otro chico se duchaba, y le descerrajó cinco disparos, uno de los cuales le alcanzó en la cabeza.
Llevaba consigo también un revólver.
A continuación, el sargento intentó suicidarse sin éxito con un disparo en la frente. En la sala de musculación del gimnasio del Holiday Gym, a esas horas, se ejercitaban unas 30 personas que en un primer momento no le dieron mucha importancia al ruido que provenía del vestuario.
Pensaban que estaban haciendo obras en la planta de abajo.
En realidad se estaba produciendo un asesinato que los investigadores creen que se debió a los celos.
El sargento no soportaba que el chico con el que había estado saliendo estuviese ahora con otro.
Los amigos de Marcos dicen que este pasaba por uno de los mejores momentos de su vida, con un trabajo que le apasionaba y una nueva pareja que le llenaba. La única preocupación que tenía eran las repentinas llamadas de teléfono que le hacía quien a la postre ha sido su asesino. Sus conocidos también coinciden en que habían discutido por el pago de unas facturas de la época en la que eran pareja.
Este agente en activo de la Guardia Civil es uno de los conductores de los autobuses que trasladan a los presos de la cárcel al juzgado (el servicio de material móvil), una unidad que tiene su base en Príncipe de Vergara, a un par de calles de donde se produjo el asesinato.
No es la primera vez que por la cercanía se pasaba a ver a Marcos en su lugar de trabajo, donde se encargaba de dar clases de natación y de vigilar a los bañistas.
La última vez que ambos hablaron por teléfono fue la noche del lunes. Ángel Luis llamó por la noche al que había sido su novio.
Discutieron, como había ocurriendo en otras ocasiones.
Antes de colgar el sargento le dijo a Marcos que tenía pensado matarle, según ha relatado una amiga de ambos. Ya por la tarde la gente los vio discutiendo en la puerta donde trabajaba la víctima, el Holiday Gym, un centro de fitness situado en la plaza de la República Dominicana.
Existen otros centros de musculación de esta misma cadena repartidos por toda la región. La pelea que comenzaron en la puerta se trasladó a los vestuarios, localizados en la planta intermedia de las tres que tiene este gimnasio.
A esas horas, sobre las cinco de la tarde, entrenando en las máquinas había unas 30 personas.
Una de ellas, Iriel Gil, moreno, con los músculos muy marcados, escuchó cinco golpes, parecidos a los que provocan los topetazos de un martillo. "Después hubo como 40 segundos de silencio y se volvió a escuchar otro golpe. Los que estábamos ahí pensábamos que estaban haciendo obra". El tiroteo cogió en medio a un deportista que en ese momento salía de la ducha.
Él fue quien avisó al resto de clientes de lo que acababa de ocurrir. La policía encontró en la escena del crimen un segundo arma, un revólver, que también portaba el guardia civil.
La otra hipótesis que se manejaba es que lo llevase encima Hernández, como una forma de defenderse de su exnovio.
El asesino y la víctima habían mantenido una relación sentimental que terminó hace medio año, tal y como explican sus allegados.
Marcos Hernández era un hombre que cuidaba mucho su cuerpo, pasaba muchas horas en el gimnasio entrenándose.
Tenía en este momento otra pareja, camarero de una discoteca con el que hacía pesas a diario.
Era común verles machacándose en las máquinas cada tarde, a la hora en la que Marcos terminaba su turno de socorrista.
Su novio trabaja de noche y tenía las tardes libres. "Me dijo que estaba realmente feliz con su nueva relación. Estaba en un momento muy bueno de su vida. Me lo comentó mientras tomábamos un café", comentaba uno de los socios del centro.
Los amigos del fallecido explican que el sargento nunca encajó muy bien la ruptura y que su obsesión por Hernández creció al enterarse de que estaba saliendo con otro. Los celos es el principal móvil que maneja la policía como desencadenante del asesinato.
Los investigadores han sabido a través del relato de una amiga que los dos habían mantenido muchas discusiones a través del móvil desde que pusieron fin al noviazgo y que en la noche previa al asesinato el sargento había revelado sus intenciones de matarle.
Lo hizo.
El Samur encontró a Marcos muerto y al guardia civil con un disparo en la cabeza.
Lo trasladaron de urgencia al hospital, donde ha muerto horas después.
El gimnasio fue desalojado y en la puerta esperaba media docena de socios musculados, con toallas al cuello, arrancados de golpe de sus horas de ejercicio.
Estuvieron varias horas en la puerta intentando recuperar sus pertenencias que permanecían guardadas en las taquillas.
Fernando, un monitor que estaba dando una clase de spinning en el momento del crimen, recordaba en uno de esos corrillos formados en la puerta que vio tras los disparos cómo algunos socios corrían por las escaleras vistiéndose a la carrera.
Pasó medio minuto largo hasta el siguiente disparo.
Ese es el tiempo que tardó el sargento en apuntar la pistola hacia su cabeza.
El agente se pegó un tiro en la frente unos 40 segundos después de descerrajarle seis a su expareja. Ángel Luis tuvo hace unos meses una relación con Marcos, trabajador del local donde murió, y la noche antes del crimen le amenazó de muerte.
Amigos del fallecido explican que discutían por gastos hechos cuando eran pareja y que el presunto asesino no soportaba que su ex hubiera rehecho su vida con otra pareja.
Un guardia civil mata a tiros a su exnovio en un gimnasio
Los celos del sargento metódico
La pelea que comenzaron en la puerta se trasladó a los vestuarios
La policía encontró en la escena del crimen un segundo arma, un revólver
Sobre las cuatro y media de la tarde, el agente le encañonó con su arma reglamentaria, una Beretta, en el vestuario de hombres, mientras otro chico se duchaba, y le descerrajó cinco disparos, uno de los cuales le alcanzó en la cabeza.
Llevaba consigo también un revólver.
A continuación, el sargento intentó suicidarse sin éxito con un disparo en la frente. En la sala de musculación del gimnasio del Holiday Gym, a esas horas, se ejercitaban unas 30 personas que en un primer momento no le dieron mucha importancia al ruido que provenía del vestuario.
Pensaban que estaban haciendo obras en la planta de abajo.
En realidad se estaba produciendo un asesinato que los investigadores creen que se debió a los celos.
El sargento no soportaba que el chico con el que había estado saliendo estuviese ahora con otro.
Los amigos de Marcos dicen que este pasaba por uno de los mejores momentos de su vida, con un trabajo que le apasionaba y una nueva pareja que le llenaba. La única preocupación que tenía eran las repentinas llamadas de teléfono que le hacía quien a la postre ha sido su asesino. Sus conocidos también coinciden en que habían discutido por el pago de unas facturas de la época en la que eran pareja.
Este agente en activo de la Guardia Civil es uno de los conductores de los autobuses que trasladan a los presos de la cárcel al juzgado (el servicio de material móvil), una unidad que tiene su base en Príncipe de Vergara, a un par de calles de donde se produjo el asesinato.
No es la primera vez que por la cercanía se pasaba a ver a Marcos en su lugar de trabajo, donde se encargaba de dar clases de natación y de vigilar a los bañistas.
La última vez que ambos hablaron por teléfono fue la noche del lunes. Ángel Luis llamó por la noche al que había sido su novio.
Discutieron, como había ocurriendo en otras ocasiones.
Antes de colgar el sargento le dijo a Marcos que tenía pensado matarle, según ha relatado una amiga de ambos. Ya por la tarde la gente los vio discutiendo en la puerta donde trabajaba la víctima, el Holiday Gym, un centro de fitness situado en la plaza de la República Dominicana.
Existen otros centros de musculación de esta misma cadena repartidos por toda la región. La pelea que comenzaron en la puerta se trasladó a los vestuarios, localizados en la planta intermedia de las tres que tiene este gimnasio.
A esas horas, sobre las cinco de la tarde, entrenando en las máquinas había unas 30 personas.
Una de ellas, Iriel Gil, moreno, con los músculos muy marcados, escuchó cinco golpes, parecidos a los que provocan los topetazos de un martillo. "Después hubo como 40 segundos de silencio y se volvió a escuchar otro golpe. Los que estábamos ahí pensábamos que estaban haciendo obra". El tiroteo cogió en medio a un deportista que en ese momento salía de la ducha.
Él fue quien avisó al resto de clientes de lo que acababa de ocurrir. La policía encontró en la escena del crimen un segundo arma, un revólver, que también portaba el guardia civil.
La otra hipótesis que se manejaba es que lo llevase encima Hernández, como una forma de defenderse de su exnovio.
El asesino y la víctima habían mantenido una relación sentimental que terminó hace medio año, tal y como explican sus allegados.
Marcos Hernández era un hombre que cuidaba mucho su cuerpo, pasaba muchas horas en el gimnasio entrenándose.
Tenía en este momento otra pareja, camarero de una discoteca con el que hacía pesas a diario.
Era común verles machacándose en las máquinas cada tarde, a la hora en la que Marcos terminaba su turno de socorrista.
Su novio trabaja de noche y tenía las tardes libres. "Me dijo que estaba realmente feliz con su nueva relación. Estaba en un momento muy bueno de su vida. Me lo comentó mientras tomábamos un café", comentaba uno de los socios del centro.
Los amigos del fallecido explican que el sargento nunca encajó muy bien la ruptura y que su obsesión por Hernández creció al enterarse de que estaba saliendo con otro. Los celos es el principal móvil que maneja la policía como desencadenante del asesinato.
Los investigadores han sabido a través del relato de una amiga que los dos habían mantenido muchas discusiones a través del móvil desde que pusieron fin al noviazgo y que en la noche previa al asesinato el sargento había revelado sus intenciones de matarle.
Lo hizo.
El Samur encontró a Marcos muerto y al guardia civil con un disparo en la cabeza.
Lo trasladaron de urgencia al hospital, donde ha muerto horas después.
El gimnasio fue desalojado y en la puerta esperaba media docena de socios musculados, con toallas al cuello, arrancados de golpe de sus horas de ejercicio.
Estuvieron varias horas en la puerta intentando recuperar sus pertenencias que permanecían guardadas en las taquillas.
Fernando, un monitor que estaba dando una clase de spinning en el momento del crimen, recordaba en uno de esos corrillos formados en la puerta que vio tras los disparos cómo algunos socios corrían por las escaleras vistiéndose a la carrera.
Pasó medio minuto largo hasta el siguiente disparo.
Ese es el tiempo que tardó el sargento en apuntar la pistola hacia su cabeza.
L'Oréal se pasa con el maquillaje
.Maquillar los efectos del maquillaje le ha costado caro a L'Oréal en Reino Unido. El órgano regulador de la publicidad se ha visto obligado a pedir "un poco de honestidad en los anuncios" tras retirar una campaña publicitaria de la marca francesa.
El anuncio exageraba de tal manera los efectos de un cosmético en los rostros de la actriz Julia Roberts y la modelo Christy Turlington que la Autoridad de Estándares en la Publicidad cree que incumplía su código de conducta.
L'Oréal admite haber utilizado "técnicas de posproducción" en la cara de Turlington, pero matiza que solo querían "reducir las sombras, suavizar los labios y oscurecer las cejas" y que el resultado final era fiel al conseguido con el producto.
El primer anuncio es de una base de maquillaje de Maybelline, adquirida por L'Oréal en 1996.
Supuestamente su pincel "corrige al instante las imperfecciones de la piel".
En la imagen que venden a sus potenciales compradoras, la modelo Christy Turlington tiene una parte del rostro retocada con ordenador y otra, por la que aún no ha pasado el producto, arrugada.
La parlamentaria liberal demócrata escocesa Jo Swinson se quejó ayer en la BBC de que las imágenes de muchos anuncios "no son representativas de los efectos que consigue el producto".
Swinson explicó que en Reino Unido una de cada cuatro personas admite estar deprimida por su aspecto físico; por ello cree que "las visiones imposibles de la perfección" no ayudan a resolver el problema.
El segundo de los anuncios retirados es de un producto de Lancôme, propiedad del grupo L'Oréal, en que aparece Julia Roberts, también mejorada con la varita mágica del programa Photoshop.
El consejero delegado de la Autoridad de Estándares en Publicidad asegura que el retoque "es una cuestión de grado" y que las campañas solo pueden ser prohibidas si son "engañosas, dañinas u ofensivas".
En el caso de L'Oréal se han retirado porque la marca no ha podido demostrar con material gráfico hasta qué punto las imágenes originales habían sido modificadas
El anuncio exageraba de tal manera los efectos de un cosmético en los rostros de la actriz Julia Roberts y la modelo Christy Turlington que la Autoridad de Estándares en la Publicidad cree que incumplía su código de conducta.
L'Oréal admite haber utilizado "técnicas de posproducción" en la cara de Turlington, pero matiza que solo querían "reducir las sombras, suavizar los labios y oscurecer las cejas" y que el resultado final era fiel al conseguido con el producto.
El primer anuncio es de una base de maquillaje de Maybelline, adquirida por L'Oréal en 1996.
Supuestamente su pincel "corrige al instante las imperfecciones de la piel".
En la imagen que venden a sus potenciales compradoras, la modelo Christy Turlington tiene una parte del rostro retocada con ordenador y otra, por la que aún no ha pasado el producto, arrugada.
La parlamentaria liberal demócrata escocesa Jo Swinson se quejó ayer en la BBC de que las imágenes de muchos anuncios "no son representativas de los efectos que consigue el producto".
Swinson explicó que en Reino Unido una de cada cuatro personas admite estar deprimida por su aspecto físico; por ello cree que "las visiones imposibles de la perfección" no ayudan a resolver el problema.
El segundo de los anuncios retirados es de un producto de Lancôme, propiedad del grupo L'Oréal, en que aparece Julia Roberts, también mejorada con la varita mágica del programa Photoshop.
El consejero delegado de la Autoridad de Estándares en Publicidad asegura que el retoque "es una cuestión de grado" y que las campañas solo pueden ser prohibidas si son "engañosas, dañinas u ofensivas".
En el caso de L'Oréal se han retirado porque la marca no ha podido demostrar con material gráfico hasta qué punto las imágenes originales habían sido modificadas
Polanski competirá en el Festival de Venecia con 'Carnage'
Fuera de concurso se presentará la producción hispano-francesa 'Eva', ópera prima de Kike Maillo protagonizada por Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann y Claudia Vega .
El cineasta francopolaco Roman Polanski disputará el León de Oro del 68 Festival Internacional de Cine de Venecia con su última producción Carnage, una adaptación del libro Un adiós salvaje, de la escritora francesa Yasmina Reza.
El nombre del controvertido director de cine aparece en la lista de 21 películas que componen la sección oficial a concurso del certamen cinematográfico italiano, que se celebrará del 31 de agosto al 10 de septiembre. Los filmes participantes fueron presentados hoy en Roma.
Carnage narra la historia de dos parejas que tratan de solucionar con civismo sus diferencias cuando el hijo de una de ellas golpea al de la otra en el parque. Polanski trabajó en el guion durante el arresto domiciliario que cumplió en su chalet de Suiza tras haber sido acusado en Estados Unidos de haber mantenido relaciones sexuales con una menor hace 33 años.
El filme, con una duración de 79 minutos, está protagonizado por Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly. La producción de Polanski deberá competir por el León de Oro, el máximo reconocimiento de la Mostra a la Mejor Película, con The Ides of March, un filme del actor estadounidense George Clooney y que abrirá este año dicho festival.
Otras películas
Entre los nominados de la Mostra también figura Un método peligroso, una producción germanocanadiense del cineasta David Cronenberg con los actores Keira Knightley, Viggo Mortensen y Vicent Cassel. La sección oficial se completará con un vigésimo segundo filme "sorpresa" que se conocerá durante el festival.
También ha sido seleccionado lo último de Abel Ferrara, 4:44 Last Day on Earth, producción estadounidense protagonizada por Willem Dafoe, Shanyn Leigh, Natasha Lyonne y la actriz estadounidense de origen español Paz de la Huerta.
Al León de Oro optará asimismo Dark Horse, producción estadounidense del cineasta Todd Solondz y protagonizada por Mia Farrow y Christopher Walken, así como Killer Joe, película de Estados Unidos dirigida por William Friedkin y que protagoniza Matthew McConaughey.
Ya fuera de concurso se presentará la producción hispano-francesa Eva, ópera prima de Kike Maillo protagonizada por Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann y Claudia Vega.
El cineasta francopolaco Roman Polanski disputará el León de Oro del 68 Festival Internacional de Cine de Venecia con su última producción Carnage, una adaptación del libro Un adiós salvaje, de la escritora francesa Yasmina Reza.
El nombre del controvertido director de cine aparece en la lista de 21 películas que componen la sección oficial a concurso del certamen cinematográfico italiano, que se celebrará del 31 de agosto al 10 de septiembre. Los filmes participantes fueron presentados hoy en Roma.
Carnage narra la historia de dos parejas que tratan de solucionar con civismo sus diferencias cuando el hijo de una de ellas golpea al de la otra en el parque. Polanski trabajó en el guion durante el arresto domiciliario que cumplió en su chalet de Suiza tras haber sido acusado en Estados Unidos de haber mantenido relaciones sexuales con una menor hace 33 años.
El filme, con una duración de 79 minutos, está protagonizado por Jodie Foster, Kate Winslet, Christoph Waltz y John C. Reilly. La producción de Polanski deberá competir por el León de Oro, el máximo reconocimiento de la Mostra a la Mejor Película, con The Ides of March, un filme del actor estadounidense George Clooney y que abrirá este año dicho festival.
Otras películas
Entre los nominados de la Mostra también figura Un método peligroso, una producción germanocanadiense del cineasta David Cronenberg con los actores Keira Knightley, Viggo Mortensen y Vicent Cassel. La sección oficial se completará con un vigésimo segundo filme "sorpresa" que se conocerá durante el festival.
También ha sido seleccionado lo último de Abel Ferrara, 4:44 Last Day on Earth, producción estadounidense protagonizada por Willem Dafoe, Shanyn Leigh, Natasha Lyonne y la actriz estadounidense de origen español Paz de la Huerta.
Al León de Oro optará asimismo Dark Horse, producción estadounidense del cineasta Todd Solondz y protagonizada por Mia Farrow y Christopher Walken, así como Killer Joe, película de Estados Unidos dirigida por William Friedkin y que protagoniza Matthew McConaughey.
Ya fuera de concurso se presentará la producción hispano-francesa Eva, ópera prima de Kike Maillo protagonizada por Daniel Brühl, Marta Etura, Alberto Ammann y Claudia Vega.
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