La retrospectiva del artista de Tomelloso permanecerá abierta hasta el 25 de septiembre.- "Aquí está toda mi vida, lo peor y lo mejor", ha dicho el pintor .
Se alza el telón de la gran exposición del verano.
Con la presencia de la reina Sofía, el Museo Thyssen ha inaugurado la exposición Antonio López, una gran retrospectiva con 130 obras -entre óleos, dibujos y esculturas- del artista de Tomelloso (1936).
"Es una exposición de cuerpo entero, sin trampa ni cartón, aquí está toda mi vida, lo peor y lo mejor", ha dicho López.
La muestra se abrirá mañana martes al público, permanecerá hasta el 25 de septiembre y se prevé que será una de las grandes citas culturales del verano en España. La última retrospectiva del pintor del hiperrealismo en España fue en 1993 en el Museo Reina Sofía.
Al acto han acudido también la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, y como anfitriona, Carmen Cervera. "En esta exposición soy yo desde los 17 años, están mis aciertos, mis momentos de lucidez y mis momentos de fracaso, y mis obras más recientes", ha explicado el artista.
Esta exposición constituye "la biografía autorizada" del artista, según el conservador jefe del museo, Guillermo Solana, uno de los dos comisarios de Antonio López. Una labor compartida en esta ocasión con María López, hija del pintor.
Los paisajes de Tomelloso, los cuadros de la Gran Vía madrileña -incluidos los más recientes-, los detalles de la vida cotidiana y la figura humana son los ejes de la retrospectiva, que incluye fundamentalmente obras desde 1993 pero con saltos en el tiempo.
Colecciones particulares
Muchas de las obras proceden de colecciones particulares, en su mayor parte españolas, pero también hay préstamos de museos como el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid, el Bellas Artes de Bilbao, el Centre Georges Pompidou de París, el Hamburger Kunsthalle de Hamburgo o el Museum of Fine Arts de Boston.
La muestra se completa con la proyección de dos documentales elaborados para la ocasión con imágenes del trabajo de Antonio López en este último año, tanto en su estudio como en exteriores, así como diversas entrevistas a personas próximas a él.
27 jun 2011
Solo en una isla desierta: esta
Solo en una isla desierta: esta
Aunque no nos han explicado debidamente en qué consiste ser capital cultural europea, debo suponer que es algo bueno para la ciudad. Y desde aquí animo a que se haga el último esfuerzo mañana en Madrid, si es que hay que hacer alguno, que tampoco lo sé, porque en un proceso que lleva tanto tiempo es de suponer que el jurado tendrá a estas alturas datos suficientes, y un criterio formado después de haber visitado repetidamente las ciudades candidatas.
Si Las Palmas sale elegida -que espero y deseo que sí- aplaudiré como un loco; pero lo haré en soledad, en una isla desierta para mí solo.
Lo digo porque me he encontrado a muchas personas que mañana "no van a estar", porque afirman que tienen que estar en Madrid "con lo de la candidatura"; y he sabido que a amigos míos les pasa lo mismo.
Así que, en consecuencia, mañana va a estar todo el mundo en Madrid, menos yo, porque por mis cuentas deben haber viajado varios centenares de personas; por supuesto, todas indispensables. Si esto es verdad, me pregunto para qué tanta gente, y si no lo es puede estar ocurriendo con la candidatura europea lo mismo que con la fiesta de la onomástica del Rey celebrada hace años en el Club Náutico, cuando eran legión las personas que aseguraban haber sido invitadas, pero que declinaron la invitación. O peor, se escondieron en su casa sin coger el teléfono para que no las vieran en otra parte a la hora de la recepción.
Es más, me consta que hubo incluso quien se hizo acompañar a comprar un vestido para una fiesta a la que sabía que no iba a asistir, pero como se decía que quien no estuviese invitado "no era nadie", se guardaron las apariencias para mantener el pedigree en su círculo.
Pues algo así debe estar sucediendo ahora, porque no creo que un tumulto de personas vaya a influir en el fallo del jurado.
Sacado de Bardinia, de Emilio González Déniz
Aunque no nos han explicado debidamente en qué consiste ser capital cultural europea, debo suponer que es algo bueno para la ciudad. Y desde aquí animo a que se haga el último esfuerzo mañana en Madrid, si es que hay que hacer alguno, que tampoco lo sé, porque en un proceso que lleva tanto tiempo es de suponer que el jurado tendrá a estas alturas datos suficientes, y un criterio formado después de haber visitado repetidamente las ciudades candidatas.
Si Las Palmas sale elegida -que espero y deseo que sí- aplaudiré como un loco; pero lo haré en soledad, en una isla desierta para mí solo.
Lo digo porque me he encontrado a muchas personas que mañana "no van a estar", porque afirman que tienen que estar en Madrid "con lo de la candidatura"; y he sabido que a amigos míos les pasa lo mismo.
Así que, en consecuencia, mañana va a estar todo el mundo en Madrid, menos yo, porque por mis cuentas deben haber viajado varios centenares de personas; por supuesto, todas indispensables. Si esto es verdad, me pregunto para qué tanta gente, y si no lo es puede estar ocurriendo con la candidatura europea lo mismo que con la fiesta de la onomástica del Rey celebrada hace años en el Club Náutico, cuando eran legión las personas que aseguraban haber sido invitadas, pero que declinaron la invitación. O peor, se escondieron en su casa sin coger el teléfono para que no las vieran en otra parte a la hora de la recepción.
Es más, me consta que hubo incluso quien se hizo acompañar a comprar un vestido para una fiesta a la que sabía que no iba a asistir, pero como se decía que quien no estuviese invitado "no era nadie", se guardaron las apariencias para mantener el pedigree en su círculo.
Pues algo así debe estar sucediendo ahora, porque no creo que un tumulto de personas vaya a influir en el fallo del jurado.
Sacado de Bardinia, de Emilio González Déniz
Suscribirse a:
Entradas (Atom)