El autorretrato, perteneciente a la colección del museo Van Gogh, es del hermano del artista, Theo.- El museo descubre el error gracias a un estudio de la oreja del hermano, "más redonda" que la del pintor .
El Museo Van Gogh de Ámsterdam ha descubierto que un autorretrato del artista fechado en 1887 es, en realidad, un retrato de su hermano, Theo.
La clave del hallazgo está en la oreja. Pero no la de Vincent, que casi la seccionó de un tajo en 1888, cuando trabajaba en Arlés (Francia) con su colega galo Paul Gauguin.
La oreja estudiada por los expertos de la sala holandesa pertenece a Theo van Gogh. Según Louis van Tilborgh, conservador del museo, "la de Theo es redonda y de forma perfecta.
Vincent la tenía más carnosa y rojiza. Su barba era también más pelirroja y le crecía por las mejillas".
El hallazgo coincide con la apertura de la muestra "Van Gogh en Amberes y París, nueva perspectiva", que permanecerá abierta hasta el 18 de septiembre.
Además del gancho de las orejas y los retratos casi gemelos, a través de 93 cuadros podrá seguirse la evolución del pintor, que pasa del realismo al modernismo.
El museo guarda varios dibujos de Theo firmados por Van Gogh, y echaba en falta un cuadro fraternal.
Theo financió a Vincent y le mandaba material de pintura además de sumas en efectivo. Cuando le pedía más suministros, escribía cartas muy largas con una caligrafía excelente y las llenaba de dibujos.
La correspondencia entre ambos fue tan abundante, que es uno de los mayores legados artísticos conservados por el museo holandés.
Theo tenía además una gran frustración, porque nunca pudo vender los lienzos de su hermano.
Van Gogh se hizo famoso a título póstumo y su obra ha sido luego una de las más cotizadas en las subastas internacionales.
Tan unidos estaban, que Theo falleció en 1891, apenas un año después que Vincent.
El museo de Ámsterdam ha hecho aun dos descubrimientos más durante la preparación de la muestra.
En el cuadro titulado "Trigal con alondra" (1887), el ave resulta ser una perdiz. Pero tal vez el hallazgo más curioso sea el último.
El artista vivió en diversos lugares de Francia, entre ellos París. Pues bien, la tela "El jardín de los enamorados", no retrata un paseo del pueblo galo de Asnières, como se creía. Se encuentra en el barrio parisino de Montmartre.
Un lugar tan concurrido en 1887, fecha de ejecución del lienzo, como ahora.
22 jun 2011
Once años de 'embarazo' literario
La escritora madrileña Silvia Grijalba publica 'Contigo aprendí', novela inspirada en su abuela.- "Es el libro de mi vida", asegura la autora .
Un embarazo suele durar nueve meses. Pero a Silvia Grijalba los tiempos se le alargaron bastante más: han tenido que pasar 11 años, cinco libros y siete kilos perdidos a fuerza de escribir y apenas comer para que la autora madrileña diera a luz Contigo aprendí (Planeta), que define como la novela de su vida y a la que trata "como un hijo", según cuenta la propia Grijalba en la sede de la editorial en Madrid.
"Es una novela clásica", detalla la escritora sobre la obra con la que se ha llevado el premio Fernando Lara 2011.
Y en un clásico triángulo amoroso se basa la trama que se desliza por España, Cuba y Nueva York a lo largo de las 298 páginas de Contigo aprendí.
A principios de los años treinta, José, indiano que se ha hecho rico en La Habana, vuelve a Malleza, pueblo del norte de Asturias, con un solo objetivo en la cabeza: casarse con la mujer más bella de la aldea.
Es inevitable que acabe pidiendo y obteniendo la mano de María Luisa, joven hermosa de "ojos maravillosos", relata Grijalba.
O más bien recuerda, ya que se trata de su fallecida abuela. Bajo la piel perfecta de la mujer, late sin embargo un corazón prometido al conde Fernando, antiguo amor y herida abierta en el alma de la joven.
"A un lado está el marido, un casanova rudo al que María Luisa no quiere, pero que la respeta y le ofrece garantías; al otro lado está el conde, don juan adulador en absoluto fiable", sostiene Grijalba.
En medio, María Luisa coge el timón de la novela y la guía con su protagonismo y su fuerza.
"Toda la obra está inspirada en la figura de mi abuela. Además de ser hermosa, era una mujer valiente, sin miedo a romper los convencionalismos. Cuando entraba en un sitio, enseguida pensabas: 'Debe de ser alguien importante", narra Grijalba.
En esta suerte de biografía muy novelizada, o de novela con tintes biográficos, María Luisa se entrega a un viaje cuyas etapas marcan su evolución.
De Malleza y de su educación religiosa, la joven leva sus anclas rumbo a la vida sensual y sin represiones del Caribe.
Y finalmente atraca meses después en el glamour de las fiestas neoyorquinas con Fred Astaire y Cole Porter, donde "se encuentra a sí misma y rompe con todo", afirma Grijalba.
Entusiasta de hablar de su abuela, Grijalba cuenta cómo, a partir de una chispa casual, la mezcla entre ficción y realidad acabó inundando también su vida:
"Estaba en una perfumería y de pronto vi el bote que usaba ella.
Lo compré y acabó siendo la colonia que todavía uso". Tras el perfume vinieron los bolsos de cocodrilo y los abrigos con piel de leopardo de la abuela.
La escritora solitaria se iba transformando en su glamorosa antepasada. La autora se disfrazaba de personaje.
Tanto que Grijalba acabó enfermando de su novela.
"Los últimos dos meses antes de la entrega escribía todo el día. Se me olvidaba comer, soñaba con el libro. Es como un enamoramiento, pero patológico", asegura.
Cuando el idilio llegó a su última página, la pasión se hizo nostalgia. "Siento añoranza por mi novela", sostiene Grijalba. Seguramente añore también a su abuela y a su padre, también fallecido.
Sin embargo quizás fueran el último lazo que mantenía la obra de la escritora atada a sus complejos: "Al principio de mi carrera no me veía capaz de llevar a cabo esta novela.
Me faltaba oficio. Luego, los fallecimientos de mi abuela y de mi padre me hicieron sentir más libre para escribir".
Más allá de sus aventuras, Maria Luisa dejó el legado de unas semillas que van germinando en su nieta.
"Cada día me voy pareciendo más a ella. Me he hecho más valiente, y tengo su misma capacidad de adaptación al cambio", tercia la escritora.
Por mucho que haga hincapié en que su abuela era un animal social aficionado a la moda mientras que ella no es muy de fiestas, Silvia Grijalba parece compartir algo más con María Luisa.
Por ejemplo el "capricho" de un bolso parecido a los de su antepasada que va a poder comprarse con parte del premio Fernando Lara.
Tal vez ayude a alejar la añoranza. O tal vez solo sea una vuelta a la normalidad. 11 años de embarazo hacen mella en cualquiera.
Un embarazo suele durar nueve meses. Pero a Silvia Grijalba los tiempos se le alargaron bastante más: han tenido que pasar 11 años, cinco libros y siete kilos perdidos a fuerza de escribir y apenas comer para que la autora madrileña diera a luz Contigo aprendí (Planeta), que define como la novela de su vida y a la que trata "como un hijo", según cuenta la propia Grijalba en la sede de la editorial en Madrid.
"Es una novela clásica", detalla la escritora sobre la obra con la que se ha llevado el premio Fernando Lara 2011.
Y en un clásico triángulo amoroso se basa la trama que se desliza por España, Cuba y Nueva York a lo largo de las 298 páginas de Contigo aprendí.
A principios de los años treinta, José, indiano que se ha hecho rico en La Habana, vuelve a Malleza, pueblo del norte de Asturias, con un solo objetivo en la cabeza: casarse con la mujer más bella de la aldea.
Es inevitable que acabe pidiendo y obteniendo la mano de María Luisa, joven hermosa de "ojos maravillosos", relata Grijalba.
O más bien recuerda, ya que se trata de su fallecida abuela. Bajo la piel perfecta de la mujer, late sin embargo un corazón prometido al conde Fernando, antiguo amor y herida abierta en el alma de la joven.
"A un lado está el marido, un casanova rudo al que María Luisa no quiere, pero que la respeta y le ofrece garantías; al otro lado está el conde, don juan adulador en absoluto fiable", sostiene Grijalba.
En medio, María Luisa coge el timón de la novela y la guía con su protagonismo y su fuerza.
"Toda la obra está inspirada en la figura de mi abuela. Además de ser hermosa, era una mujer valiente, sin miedo a romper los convencionalismos. Cuando entraba en un sitio, enseguida pensabas: 'Debe de ser alguien importante", narra Grijalba.
En esta suerte de biografía muy novelizada, o de novela con tintes biográficos, María Luisa se entrega a un viaje cuyas etapas marcan su evolución.
De Malleza y de su educación religiosa, la joven leva sus anclas rumbo a la vida sensual y sin represiones del Caribe.
Y finalmente atraca meses después en el glamour de las fiestas neoyorquinas con Fred Astaire y Cole Porter, donde "se encuentra a sí misma y rompe con todo", afirma Grijalba.
Entusiasta de hablar de su abuela, Grijalba cuenta cómo, a partir de una chispa casual, la mezcla entre ficción y realidad acabó inundando también su vida:
"Estaba en una perfumería y de pronto vi el bote que usaba ella.
Lo compré y acabó siendo la colonia que todavía uso". Tras el perfume vinieron los bolsos de cocodrilo y los abrigos con piel de leopardo de la abuela.
La escritora solitaria se iba transformando en su glamorosa antepasada. La autora se disfrazaba de personaje.
Tanto que Grijalba acabó enfermando de su novela.
"Los últimos dos meses antes de la entrega escribía todo el día. Se me olvidaba comer, soñaba con el libro. Es como un enamoramiento, pero patológico", asegura.
Cuando el idilio llegó a su última página, la pasión se hizo nostalgia. "Siento añoranza por mi novela", sostiene Grijalba. Seguramente añore también a su abuela y a su padre, también fallecido.
Sin embargo quizás fueran el último lazo que mantenía la obra de la escritora atada a sus complejos: "Al principio de mi carrera no me veía capaz de llevar a cabo esta novela.
Me faltaba oficio. Luego, los fallecimientos de mi abuela y de mi padre me hicieron sentir más libre para escribir".
Más allá de sus aventuras, Maria Luisa dejó el legado de unas semillas que van germinando en su nieta.
"Cada día me voy pareciendo más a ella. Me he hecho más valiente, y tengo su misma capacidad de adaptación al cambio", tercia la escritora.
Por mucho que haga hincapié en que su abuela era un animal social aficionado a la moda mientras que ella no es muy de fiestas, Silvia Grijalba parece compartir algo más con María Luisa.
Por ejemplo el "capricho" de un bolso parecido a los de su antepasada que va a poder comprarse con parte del premio Fernando Lara.
Tal vez ayude a alejar la añoranza. O tal vez solo sea una vuelta a la normalidad. 11 años de embarazo hacen mella en cualquiera.
Angeles o Demonios
Esta serie de Angeles y Dmonios, no tengo claro si es "o" o "y", porque de entrada ya estás haciendo la elección de uno u otro.
El Bien y el Mal. Empecé a ver la serie y los primeros capítulos los encontré bien hechos, la eterna lucha entre el mal o el bien.
Pero ahora ya todo se ha mezclado, bueno siempre hay en nosotros un algo de bondad y tb de maldad.
El caso es que todos son chicos jóvenes que los reclutan otros seres más mayores, con miles de artimañas, con lo que el Mal sale siempre ganando.Y son malos malos, eso atrae
El Lado bueno, los ángeles es un martirio porque siempre ganan los demonios y los Angeles tienen aspecto de cansados y resignados, apuesto por el Angel Natael, porque es guapo, la pobre candidata a ser Angel, protegida por lo poco que puede Natael siempre va de sorpresa en sorpresa, en cuanto tiene ese libro vida propia y la prepara para algo malo, con lo que siempre sale corriendo, digo yo que de ahí ese aspecto de cansada y de incertidumbre.
Tal como va la serie, resaltan más lo malo, quizás porque hay más recursos del lado malo de todos y porque son muchos, contra todos ellos está Valeria el ángel joven, cansada y desaliñada y la mirada triste de Natael.
Vaya que si ya cansa esa serie porque no ofrece ya nada nuevo, es un sofrito de la película de Mia Farrow esa que tiene un demonio como bebé, la madre de verónica tb lleva un bebé producto de una relación de la que ni se enteró con otro demonio.
Y a todo esto los ángeles andan de acá para allá pero sin poder ejecutar nada.
Es decir el Bien cansa, desgasta, los impulsos malos son más atractivos para la gente joven.
El Mal es más atractivo, hay jugadas para matar, para hacer daño, se dejan convencer más rapidamente. El Bien está ahí, pero cuesta tanto trabajo que acabas queriendo sacudirlos para que reaccionen porque hasta ahora el juego lo empiezan los Demonios.
El Bien y el Mal. Empecé a ver la serie y los primeros capítulos los encontré bien hechos, la eterna lucha entre el mal o el bien.
Pero ahora ya todo se ha mezclado, bueno siempre hay en nosotros un algo de bondad y tb de maldad.
El caso es que todos son chicos jóvenes que los reclutan otros seres más mayores, con miles de artimañas, con lo que el Mal sale siempre ganando.Y son malos malos, eso atrae
El Lado bueno, los ángeles es un martirio porque siempre ganan los demonios y los Angeles tienen aspecto de cansados y resignados, apuesto por el Angel Natael, porque es guapo, la pobre candidata a ser Angel, protegida por lo poco que puede Natael siempre va de sorpresa en sorpresa, en cuanto tiene ese libro vida propia y la prepara para algo malo, con lo que siempre sale corriendo, digo yo que de ahí ese aspecto de cansada y de incertidumbre.
Tal como va la serie, resaltan más lo malo, quizás porque hay más recursos del lado malo de todos y porque son muchos, contra todos ellos está Valeria el ángel joven, cansada y desaliñada y la mirada triste de Natael.
Vaya que si ya cansa esa serie porque no ofrece ya nada nuevo, es un sofrito de la película de Mia Farrow esa que tiene un demonio como bebé, la madre de verónica tb lleva un bebé producto de una relación de la que ni se enteró con otro demonio.
Y a todo esto los ángeles andan de acá para allá pero sin poder ejecutar nada.
Es decir el Bien cansa, desgasta, los impulsos malos son más atractivos para la gente joven.
El Mal es más atractivo, hay jugadas para matar, para hacer daño, se dejan convencer más rapidamente. El Bien está ahí, pero cuesta tanto trabajo que acabas queriendo sacudirlos para que reaccionen porque hasta ahora el juego lo empiezan los Demonios.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)