2 jun 2011
La incertidumbre es perjudicial para la salud
La OMS crea alarma al decir por primera vez que los móviles pueden causar cáncer - Anuncios sin base científica concluyente no sirven para prevenir y dañan la credibilidad de la organización .
"Son los consumidores los que deben tomar la decisión de qué hacer". La frase, dicha el martes por Christopher Wild, director de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, dependiente de la OMS), fue el colofón de su anuncio de que el móvil puede producir cáncer. O no, porque le asignaron un nivel, el 2b -el de "posible riesgo carcinogénico"- que está a mitad de camino entre las sustancias inocuas y las que son causa probable de un tumor en la calificación internacional de agentes cancerígenos.
Una organización en la picota
Otro desatino de la OMS
OMS
(Organización Mundial de la Salud)
A FONDO
Sede: Ginebra (Suiza)Directivo:Margaret Chan (Director General) Ver cobertura completa
La noticia en otros webs
•webs en español
•en otros idiomas
El organismo no quería ser acusado de ocultar el informe
No dar consejos es lo cómodo, critica un catedrático en salud pública
La asociación contra el cáncer califica el informe de poco riguroso
El Ministerio de Sanidad reclama a la OMS que se pronuncie
Pero el riesgo de cáncer de la radiación no es lo único que se ha quedado a medio camino. Con su negativa a dar consejos, han conseguido el reproche casi generalizado. Ni el Ministerio de Sanidad, ni las asociaciones de enfermos, ni los médicos ni los informadores se han quedado satisfechos.
"Lo que han hecho ha sido crear mucha alarma", afirma el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Emilio Alba. "Lo que han hecho ha sido como tirar una piedra en un estanque, que se van propagando las ondas. La población ha integrado el móvil en su vida de manera irreversible. Ha cambiado nuestro trabajo, nuestra manera de relacionarnos. No es como el tabaco, que ante la evidencia de que es malo cuesta dejarlo, pero se le puede pedir a la gente que lo deje".
Por eso, él cree que la manera de comunicar los resultados del informe es "por lo menos, imprudente". "Esto no es como la viruela, que si hay un brote hay que comunicarlo inmediatamente. Podían haber esperado unos días, y haber negociado con la dirección de la OMS para lanzar un comunicado conjunto. Porque ahora solo nos dejan las dudas. ¿Qué hacemos con esto? ¿Se lo dejamos a los niños? No hacía falta soltarlo sin más, tenían que haber pensado en un plan de comunicación", afirma.
El catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Alicante Ildefonso Hernández, exdirector general de Salud Pública, opina que los científicos hicieron bien en convocar una rueda de prensa para exponer sus conclusiones. "No se debe hurtar información a la gente. Si queremos una sociedad adulta, no se puede ser paternalista". Pero también afirma que la salud pública incluye la comunicación, y cree que si esos expertos no se sentían capaces, podían haber recurrido a un experto. "Han elegido lo cómodo. Así evitan aconsejar que se dejen de usar los móviles y enfrentarse a la industria, o de decir que pueden usarse y que luego se demuestre que son dañinos. Pero el que hace un informe de este tipo tiene que involucrarse", recalca.
Hay quien no está de acuerdo. Es el caso de la directora de Salud Pública y Medioambiental de la OMS, María Neira. Lo primero que quiere dejar claro la médica española es que el IARC "es un organismo independiente". "Estaba uno de mis colaboradores, pero no como representante de la Dirección General de Salud Pública, sino como experto en el tema", advierte. Y para recalcar esta independencia, Neira señala que ni ella sabía la conclusión, y que lo que esperaba, a la vista de los informes que se sabía que iba a manejar el grupo de expertos -que eran todos conocidos- era una evaluación de grado 3, la que corresponde a sustancias "no clasificables" (no se ha visto que aumenten la probabilidad de tener cáncer).
Este nivel es, de hecho, el más abundante, y en él hay actualmente 508 sustancias o factores. En el 2b, donde han quedado integradas las radiaciones de los móviles, son 266; por encima están el grado 2a (probablemente cancerígeno, 59 entradas), y el 1 (carcinogénico, 107). Por debajo está el 4, el de compuestos descartados como cancerígenos, que solo tiene uno, el caprolactamo (una sustancia que se usa en fibras sintéticas).
Una vez que ha dejado clara la independencia del IARC, Neira resalta que el trabajo de este grupo "no es dar recomendaciones de salud pública". "Han hecho lo que tenían que hacer", destaca acerca de la teleconferencia del martes. Sobre si hay que aconsejar algo concreto o no, "ahí es donde entra la OMS", dice la responsable de Salud Pública de la organización. Pero eso no tiene por qué suceder siempre, matiza, "igual que no se ha hecho con la cafeína, que está en el mismo grupo, y de la que solo se ha dicho que se tome con moderación. A lo mejor nos pasamos años antes de decir nada", afirma.
Porque, para esta experta, la clave de esta situación es que "el IARC es un grupo de científicos que hace informes para científicos. No es para el público en general. Por eso está lleno de condicionales. No dice que haya evidencia científica de que los móviles causen cáncer; dice 'podría ser', 'a lo mejor". "Normalmente, cuando se reúne el IARC nadie le hace caso. ¡Qué más quisiera yo que se le hubiera hecho caso cuando sacó el informe sobre las camas solares, cuyo efecto cancerígeno sí que está comprobado!", comenta.
La diferencia, esta vez, como Neira admite, es que se trataba de un factor que está siempre bajo sospecha. Era la primera vez que se evaluaba la posible carcinogenicidad de estas radiaciones. Por eso el IARC -a través de la OMS- convocó a los medios de comunicación. "Hay mucha gente que está detrás de este tema, como pasa con los transgénicos. Si ellos nos hubieran pasado el informe sin más, nos acusarían de intentar ocultarlo, de estar intentando salvar la cara de la industria. Imagínate que sale y lo posponemos, entonces sí que me cortan la cabeza", afirma convencida.
Tal y como ha quedado el informe, Neira cree que no es pertinente hacer ninguna recomendación nueva. "¿Que qué voy a hacer? Nada. Lo único que hay que hacer es seguir investigando, estar más vigilantes", añade. Y como prueba definitiva, tanto de su calma como de que el IARC actuó de forma independiente, cuenta que nada más salir el informe la llamó su padre -por el móvil- para preguntarle que qué hacía. "Y yo le dije que me acababa de enterar, pero que no tenía que hacer nada".
Quizá quien más va a acusar la incertidumbre sea el Ministerio de Sanidad, que queda como responsable de dar explicaciones a la sociedad. El secretario general del departamento, José Martínez Olmos, afirma tajante que "esto es lo que pasa cuando hay una desconexión entre lo científico y lo político". "Cuando se va a dar una noticia de estas, hay que dar respuestas factibles para la gente", afirma. Por eso él cree que este grupo de expertos, u otros de la OMS, tenían que haber tenido preparado un paquete de recomendaciones, aunque fuera para decir que la gente se siguiera "comportando como hasta ahora". "Tenían que haber dicho algo", recalca.
La OMS tiene experiencia en este tipo de desencuentros con la opinión pública. La percepción generalizada es la de que se excedieron con la gripe A. "Y entonces había una causa real de preocupación", matiza Martínez Olmos. Pero el director general cree que con actuaciones así "el descrédito va en aumento". "Por muy científico que se sea, uno no puede decir lo que quiera, y menos cuando se mezcla una enfermedad que causa una preocupación generalizada en la población como es el cáncer con un aparato de utilización masiva, como son los móviles", añade.
Ante una noticia así transmitida, "los receptores quedan vendidos", afirma la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González. "Les alertamos sin darle una salida, una alternativa", añade.
Claro que González no quiere cargar todas las tintas en el IARC o, en su defecto, en la OMS.
"Hay una responsabilidad compartida. Por un lado está la fuente.
Si no es seria, no deberíamos darle toda la importancia que le damos a veces; y si lo es, debemos dejarla en entredicho.
Pero luego están los periodistas, que muchas veces no somos exigentes con nuestras fuentes, y nos sometemos a exigencias que no deberíamos.
Luego están las tentaciones de amarillismo, de forzar los titulares para ganar audiencia, y con eso jugamos con fuego", dice la periodista. "Y, por último, están las autoridades.
Llevamos año dándole vueltas a este tema, al de vivir en la proximidad de las centrales nucleares, y yo echo en falta estudios serios pagados por el Ministerio de Sanidad.
No se hacen, y no es que no se hagan ahora por la crisis. Viene de lejos", dice.
"Es el peor escenario posible para el público en general y para los informadores", señala el presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud, Francisco Cañizares. "Claro que la OMS ya nos tiene acostumbrados a este tipo de actuaciones, como pasó con la gripe A", añade.
El problema se agrava si las conclusiones del grupo no convencen a todos. "Lo que han hecho es un metanálisis [estudio de ensayos ya publicados]; no han hecho una investigación nueva", matiza Cañizares. "Salvo que tengan un informe en la manga y lo vayan a hacer público en julio [cuando el trabajo del comité se publicará en la revista científica The Lancet], no entiendo de dónde han sacado las conclusiones", afirma el oncólogo Alba, "porque van más lejos que los estudios que han manejado". Y eso "no es lógico", porque todos los que se conocen -sobre todo los dos más importantes, el Interphone y uno en Dinamarca- llegaban a la misma conclusión: "No hay evidencia de que las radiaciones causen cáncer, y habrá que seguir investigando". Hasta la Asociación Española Contra el Cáncer señala que el trabajo carece de "la robustez científica deseable".
El Ministerio de Sanidad todavía espera que la OMS reaccione. "Se tiene que pronunciar, y se lo vamos a exigir", afirma Martínez Olmos.
"Tiene que cuidar que este tipo de declaraciones conlleve normas de actuación", insiste. Mientras tanto, tiene que lidiar con la patata caliente que le ha dejado la OMS.
Ayer, su móvil echaba humo.
"Son los consumidores los que deben tomar la decisión de qué hacer". La frase, dicha el martes por Christopher Wild, director de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC, dependiente de la OMS), fue el colofón de su anuncio de que el móvil puede producir cáncer. O no, porque le asignaron un nivel, el 2b -el de "posible riesgo carcinogénico"- que está a mitad de camino entre las sustancias inocuas y las que son causa probable de un tumor en la calificación internacional de agentes cancerígenos.
Una organización en la picota
Otro desatino de la OMS
OMS
(Organización Mundial de la Salud)
A FONDO
Sede: Ginebra (Suiza)Directivo:Margaret Chan (Director General) Ver cobertura completa
La noticia en otros webs
•webs en español
•en otros idiomas
El organismo no quería ser acusado de ocultar el informe
No dar consejos es lo cómodo, critica un catedrático en salud pública
La asociación contra el cáncer califica el informe de poco riguroso
El Ministerio de Sanidad reclama a la OMS que se pronuncie
Pero el riesgo de cáncer de la radiación no es lo único que se ha quedado a medio camino. Con su negativa a dar consejos, han conseguido el reproche casi generalizado. Ni el Ministerio de Sanidad, ni las asociaciones de enfermos, ni los médicos ni los informadores se han quedado satisfechos.
"Lo que han hecho ha sido crear mucha alarma", afirma el presidente de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), Emilio Alba. "Lo que han hecho ha sido como tirar una piedra en un estanque, que se van propagando las ondas. La población ha integrado el móvil en su vida de manera irreversible. Ha cambiado nuestro trabajo, nuestra manera de relacionarnos. No es como el tabaco, que ante la evidencia de que es malo cuesta dejarlo, pero se le puede pedir a la gente que lo deje".
Por eso, él cree que la manera de comunicar los resultados del informe es "por lo menos, imprudente". "Esto no es como la viruela, que si hay un brote hay que comunicarlo inmediatamente. Podían haber esperado unos días, y haber negociado con la dirección de la OMS para lanzar un comunicado conjunto. Porque ahora solo nos dejan las dudas. ¿Qué hacemos con esto? ¿Se lo dejamos a los niños? No hacía falta soltarlo sin más, tenían que haber pensado en un plan de comunicación", afirma.
El catedrático de Salud Pública de la Universidad Miguel Hernández de Alicante Ildefonso Hernández, exdirector general de Salud Pública, opina que los científicos hicieron bien en convocar una rueda de prensa para exponer sus conclusiones. "No se debe hurtar información a la gente. Si queremos una sociedad adulta, no se puede ser paternalista". Pero también afirma que la salud pública incluye la comunicación, y cree que si esos expertos no se sentían capaces, podían haber recurrido a un experto. "Han elegido lo cómodo. Así evitan aconsejar que se dejen de usar los móviles y enfrentarse a la industria, o de decir que pueden usarse y que luego se demuestre que son dañinos. Pero el que hace un informe de este tipo tiene que involucrarse", recalca.
Hay quien no está de acuerdo. Es el caso de la directora de Salud Pública y Medioambiental de la OMS, María Neira. Lo primero que quiere dejar claro la médica española es que el IARC "es un organismo independiente". "Estaba uno de mis colaboradores, pero no como representante de la Dirección General de Salud Pública, sino como experto en el tema", advierte. Y para recalcar esta independencia, Neira señala que ni ella sabía la conclusión, y que lo que esperaba, a la vista de los informes que se sabía que iba a manejar el grupo de expertos -que eran todos conocidos- era una evaluación de grado 3, la que corresponde a sustancias "no clasificables" (no se ha visto que aumenten la probabilidad de tener cáncer).
Este nivel es, de hecho, el más abundante, y en él hay actualmente 508 sustancias o factores. En el 2b, donde han quedado integradas las radiaciones de los móviles, son 266; por encima están el grado 2a (probablemente cancerígeno, 59 entradas), y el 1 (carcinogénico, 107). Por debajo está el 4, el de compuestos descartados como cancerígenos, que solo tiene uno, el caprolactamo (una sustancia que se usa en fibras sintéticas).
Una vez que ha dejado clara la independencia del IARC, Neira resalta que el trabajo de este grupo "no es dar recomendaciones de salud pública". "Han hecho lo que tenían que hacer", destaca acerca de la teleconferencia del martes. Sobre si hay que aconsejar algo concreto o no, "ahí es donde entra la OMS", dice la responsable de Salud Pública de la organización. Pero eso no tiene por qué suceder siempre, matiza, "igual que no se ha hecho con la cafeína, que está en el mismo grupo, y de la que solo se ha dicho que se tome con moderación. A lo mejor nos pasamos años antes de decir nada", afirma.
Porque, para esta experta, la clave de esta situación es que "el IARC es un grupo de científicos que hace informes para científicos. No es para el público en general. Por eso está lleno de condicionales. No dice que haya evidencia científica de que los móviles causen cáncer; dice 'podría ser', 'a lo mejor". "Normalmente, cuando se reúne el IARC nadie le hace caso. ¡Qué más quisiera yo que se le hubiera hecho caso cuando sacó el informe sobre las camas solares, cuyo efecto cancerígeno sí que está comprobado!", comenta.
La diferencia, esta vez, como Neira admite, es que se trataba de un factor que está siempre bajo sospecha. Era la primera vez que se evaluaba la posible carcinogenicidad de estas radiaciones. Por eso el IARC -a través de la OMS- convocó a los medios de comunicación. "Hay mucha gente que está detrás de este tema, como pasa con los transgénicos. Si ellos nos hubieran pasado el informe sin más, nos acusarían de intentar ocultarlo, de estar intentando salvar la cara de la industria. Imagínate que sale y lo posponemos, entonces sí que me cortan la cabeza", afirma convencida.
Tal y como ha quedado el informe, Neira cree que no es pertinente hacer ninguna recomendación nueva. "¿Que qué voy a hacer? Nada. Lo único que hay que hacer es seguir investigando, estar más vigilantes", añade. Y como prueba definitiva, tanto de su calma como de que el IARC actuó de forma independiente, cuenta que nada más salir el informe la llamó su padre -por el móvil- para preguntarle que qué hacía. "Y yo le dije que me acababa de enterar, pero que no tenía que hacer nada".
Quizá quien más va a acusar la incertidumbre sea el Ministerio de Sanidad, que queda como responsable de dar explicaciones a la sociedad. El secretario general del departamento, José Martínez Olmos, afirma tajante que "esto es lo que pasa cuando hay una desconexión entre lo científico y lo político". "Cuando se va a dar una noticia de estas, hay que dar respuestas factibles para la gente", afirma. Por eso él cree que este grupo de expertos, u otros de la OMS, tenían que haber tenido preparado un paquete de recomendaciones, aunque fuera para decir que la gente se siguiera "comportando como hasta ahora". "Tenían que haber dicho algo", recalca.
La OMS tiene experiencia en este tipo de desencuentros con la opinión pública. La percepción generalizada es la de que se excedieron con la gripe A. "Y entonces había una causa real de preocupación", matiza Martínez Olmos. Pero el director general cree que con actuaciones así "el descrédito va en aumento". "Por muy científico que se sea, uno no puede decir lo que quiera, y menos cuando se mezcla una enfermedad que causa una preocupación generalizada en la población como es el cáncer con un aparato de utilización masiva, como son los móviles", añade.
Ante una noticia así transmitida, "los receptores quedan vendidos", afirma la presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE), Elsa González. "Les alertamos sin darle una salida, una alternativa", añade.
Claro que González no quiere cargar todas las tintas en el IARC o, en su defecto, en la OMS.
"Hay una responsabilidad compartida. Por un lado está la fuente.
Si no es seria, no deberíamos darle toda la importancia que le damos a veces; y si lo es, debemos dejarla en entredicho.
Pero luego están los periodistas, que muchas veces no somos exigentes con nuestras fuentes, y nos sometemos a exigencias que no deberíamos.
Luego están las tentaciones de amarillismo, de forzar los titulares para ganar audiencia, y con eso jugamos con fuego", dice la periodista. "Y, por último, están las autoridades.
Llevamos año dándole vueltas a este tema, al de vivir en la proximidad de las centrales nucleares, y yo echo en falta estudios serios pagados por el Ministerio de Sanidad.
No se hacen, y no es que no se hagan ahora por la crisis. Viene de lejos", dice.
"Es el peor escenario posible para el público en general y para los informadores", señala el presidente de la Asociación Nacional de Informadores de la Salud, Francisco Cañizares. "Claro que la OMS ya nos tiene acostumbrados a este tipo de actuaciones, como pasó con la gripe A", añade.
El problema se agrava si las conclusiones del grupo no convencen a todos. "Lo que han hecho es un metanálisis [estudio de ensayos ya publicados]; no han hecho una investigación nueva", matiza Cañizares. "Salvo que tengan un informe en la manga y lo vayan a hacer público en julio [cuando el trabajo del comité se publicará en la revista científica The Lancet], no entiendo de dónde han sacado las conclusiones", afirma el oncólogo Alba, "porque van más lejos que los estudios que han manejado". Y eso "no es lógico", porque todos los que se conocen -sobre todo los dos más importantes, el Interphone y uno en Dinamarca- llegaban a la misma conclusión: "No hay evidencia de que las radiaciones causen cáncer, y habrá que seguir investigando". Hasta la Asociación Española Contra el Cáncer señala que el trabajo carece de "la robustez científica deseable".
El Ministerio de Sanidad todavía espera que la OMS reaccione. "Se tiene que pronunciar, y se lo vamos a exigir", afirma Martínez Olmos.
"Tiene que cuidar que este tipo de declaraciones conlleve normas de actuación", insiste. Mientras tanto, tiene que lidiar con la patata caliente que le ha dejado la OMS.
Ayer, su móvil echaba humo.
Camarera de hotel de lujo, ¿oficio de riesgo?
No me malinterpreten. No pretendo desmerecer a aquellos que ponen su vida o su integridad física realmente en riesgo durante su actividad profesional con este titular. Aunque tampoco es cuestión de infravalorar el trabajo que las camareras de los hoteles de lujo (¡benditas y pacientes ellas!) desempeñan.
Pero en las últimas semanas se han dado dos casos que por su repercusión mediática son dignos de mención en este blog, con una visión menos jocosa que la que podría desprenderse de este arranque.
Si Dominique Strauss-Kahn, ahora exdirector del Fondo Monetario Internacional, era acusado hace dos semanas de agredir sexualmente e intentar violar a una camarera, este martes los egipcios desayunaron el martes con una réplica del ahora archifamoso caso DSK.
Mahmoud Abdel Salam Omar, un prominente hombre de negocios de 74 años de edad, era detenido en el Hotel Pierre de Nueva York. ¿Motivo? El presunto asalto sexual de una camarera, en este caso de 44 años, el domingo pasado.
El supuesto ataque se produjo cuando la empleada del hotel acudió a llevar unos pañuelos de papel a la habitación 1027, en la que se encontraba el ex presidente del Banco de Alejandría.
Entonces él se abalanzó sobre la mujer, la besó, le tocó los pechos y se frotó contra ella mientras la retenía, según la denuncia.
La policía ha confirmado que fue arrestado y acusado de abuso sexual, privación ilegítima de libertad, tocar por la fuerza y hostigamiento.
.Tras estos dos casos, Joseph E. Spinnato, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Hoteles de Nueva York, el sindicato que representa a los trabajadores del sector, ha anunciado que está estudiando la propuesta de un legislador para que el personal de limpieza de habitaciones de los hoteles lleve pequeñas alarmas electrónicas con botones que pueden ser presionadas para alertar en caso de emergencia.
¿Significa esto que se trata realmente de una profesión de riesgo? En el artículo que escribía el martes Sandro Pozzi desde la ciudad de los rascacielos, mencionaba un reportaje del New York Times en el que se afirmaba que los asaltos sexuales “son un riesgo” conocido al que se enfrentan las empleadas de hotel.
Desde comentarios de tipo sexual hasta intentos de violación.
Pero los expertos en seguridad también señalan que igual que no son casos raros, tampoco se puede decir que sean comunes.
En Egipto, por el momento el caso de Mahmoud Abdel Salam sólo se ha llevado una nota en las páginas webs de los principales diarios, no así en medios internacionales como The Guardian, ABC o Huffington Post.
Al mismo tiempo que se detenía al banquero la noticia de que se habían hecho pruebas de virginidad a las manifestantes detenidas en Tahrir saltaba a la red.
En twitter este asunto resultó de mayor interés y más profundo debate que el primero.
No es que a los egipcios no les importen los casos de acoso.
De hecho ya se escribió en este periódico sobre las escandalosas cifras de acoso sexual a las mujeres (83% de las egipcias y 98% de las extranjeras son agredidas verbal o físicamente), en el país del Nilo.
Pero Nueva York, el caso DSK y sus hoteles quedan muy lejos de la lucha que estos días siguen librando los egipcios contra un ejército que sigue negándoles derechos y libertades.
Y en esto, como casi siempre las más damnificadas son las mujeres.
En cuanto a las camareras de hoteles de lujo que hay por todo Egipto gracias al turismo o a los negocios, me constan las sonrisas, comentarios e invitaciones deshonestas que más de un huésped y más de un compañero ha brindado a sus pares femeninas.
Marina, una egipcia hermosa e inteligente que aspira a huir lo más lejos posible de su jaula de apariencias y convenciones socioculturales, harta de proposiciones, me contaba hace meses que, mientras llega su salto al extranjero, considera la posibilidad de buscar un trabajo peor remunerado antes que seguir aguantando.
A eso nos reduce la vulnerabilidad. No hay a quién reclamar. El cliente (casi) siempre tiene razón.
DSK, como es conocido en Francia el político socialista, está acusado formalmente de agresión sexual e intento de violación de una empleada de la limpieza de 32 años. Si es declarado culpable, tendrá que enfrentarse a penas de entre 3 a 25 años por cada uno de esos delitos, según su gravedad. La próxima vista judicial será el 6 de junio. Similar camino de espinas deberá seguir el empresario egipcio Mahmoud Abdel Salam Omar.
Presunción de inocencia aparte, los casos DSK y Omar, ponen de relieve una vez más la vileza del ataque sexual y la facilidad con que se ejerce, sea en hoteles de lujo de Nueva York contra unas camareras que traen pañuelos de papel o en los pasillos de un centro de detención en El Cairo, contra manifestantes que piden pan y democracia.
Pero en las últimas semanas se han dado dos casos que por su repercusión mediática son dignos de mención en este blog, con una visión menos jocosa que la que podría desprenderse de este arranque.
Si Dominique Strauss-Kahn, ahora exdirector del Fondo Monetario Internacional, era acusado hace dos semanas de agredir sexualmente e intentar violar a una camarera, este martes los egipcios desayunaron el martes con una réplica del ahora archifamoso caso DSK.
Mahmoud Abdel Salam Omar, un prominente hombre de negocios de 74 años de edad, era detenido en el Hotel Pierre de Nueva York. ¿Motivo? El presunto asalto sexual de una camarera, en este caso de 44 años, el domingo pasado.
El supuesto ataque se produjo cuando la empleada del hotel acudió a llevar unos pañuelos de papel a la habitación 1027, en la que se encontraba el ex presidente del Banco de Alejandría.
Entonces él se abalanzó sobre la mujer, la besó, le tocó los pechos y se frotó contra ella mientras la retenía, según la denuncia.
La policía ha confirmado que fue arrestado y acusado de abuso sexual, privación ilegítima de libertad, tocar por la fuerza y hostigamiento.
.Tras estos dos casos, Joseph E. Spinnato, presidente y director ejecutivo de la Asociación de Hoteles de Nueva York, el sindicato que representa a los trabajadores del sector, ha anunciado que está estudiando la propuesta de un legislador para que el personal de limpieza de habitaciones de los hoteles lleve pequeñas alarmas electrónicas con botones que pueden ser presionadas para alertar en caso de emergencia.
¿Significa esto que se trata realmente de una profesión de riesgo? En el artículo que escribía el martes Sandro Pozzi desde la ciudad de los rascacielos, mencionaba un reportaje del New York Times en el que se afirmaba que los asaltos sexuales “son un riesgo” conocido al que se enfrentan las empleadas de hotel.
Desde comentarios de tipo sexual hasta intentos de violación.
Pero los expertos en seguridad también señalan que igual que no son casos raros, tampoco se puede decir que sean comunes.
En Egipto, por el momento el caso de Mahmoud Abdel Salam sólo se ha llevado una nota en las páginas webs de los principales diarios, no así en medios internacionales como The Guardian, ABC o Huffington Post.
Al mismo tiempo que se detenía al banquero la noticia de que se habían hecho pruebas de virginidad a las manifestantes detenidas en Tahrir saltaba a la red.
En twitter este asunto resultó de mayor interés y más profundo debate que el primero.
No es que a los egipcios no les importen los casos de acoso.
De hecho ya se escribió en este periódico sobre las escandalosas cifras de acoso sexual a las mujeres (83% de las egipcias y 98% de las extranjeras son agredidas verbal o físicamente), en el país del Nilo.
Pero Nueva York, el caso DSK y sus hoteles quedan muy lejos de la lucha que estos días siguen librando los egipcios contra un ejército que sigue negándoles derechos y libertades.
Y en esto, como casi siempre las más damnificadas son las mujeres.
En cuanto a las camareras de hoteles de lujo que hay por todo Egipto gracias al turismo o a los negocios, me constan las sonrisas, comentarios e invitaciones deshonestas que más de un huésped y más de un compañero ha brindado a sus pares femeninas.
Marina, una egipcia hermosa e inteligente que aspira a huir lo más lejos posible de su jaula de apariencias y convenciones socioculturales, harta de proposiciones, me contaba hace meses que, mientras llega su salto al extranjero, considera la posibilidad de buscar un trabajo peor remunerado antes que seguir aguantando.
A eso nos reduce la vulnerabilidad. No hay a quién reclamar. El cliente (casi) siempre tiene razón.
DSK, como es conocido en Francia el político socialista, está acusado formalmente de agresión sexual e intento de violación de una empleada de la limpieza de 32 años. Si es declarado culpable, tendrá que enfrentarse a penas de entre 3 a 25 años por cada uno de esos delitos, según su gravedad. La próxima vista judicial será el 6 de junio. Similar camino de espinas deberá seguir el empresario egipcio Mahmoud Abdel Salam Omar.
Presunción de inocencia aparte, los casos DSK y Omar, ponen de relieve una vez más la vileza del ataque sexual y la facilidad con que se ejerce, sea en hoteles de lujo de Nueva York contra unas camareras que traen pañuelos de papel o en los pasillos de un centro de detención en El Cairo, contra manifestantes que piden pan y democracia.
Una biblioteca que cura el alma
La pequeña ciudad suiza de St. Gallen esconde la llamada 'farmacia del alma'. Adminístrese su literaria medicina con dosis de restauración sibarita entre los múltiples miradores de su casco antiguo .
VAMOS A... SUIZA
Una biblioteca que cura el alma
La pequeña ciudad suiza de St. Gallen esconde la llamada 'farmacia del alma'. Adminístrese su literaria medicina con dosis de restauración sibarita entre los múltiples miradores de su casco antiguo
.Entre lo urbano y lo acuático, cuatro resultonas ciudades suizas, y sus respectivos y cristalinos lagos, proponen un recorrido con tintes espirituales (y espirituosos) desde Lugano y las aguas del Ceresio, a Lausana y el flamante lago Leman.
Vanguardismo arquitectónico, vistas a los Alpes, Picasso y Paul Klee, restauración para sibaritas regada con delicioso vino blanco y hasta una biblioteca que cura el alma en St. Gallen.
Si hay tiempo para más, bendito sea el iPhone: guías descargables en el móvil de este coqueto cuarteto urbanita.
Propuesta viajera de arriba abajo en la ciudad más importante del Tesino, región sur de la Suiza italohablante.
Menos carioca, pero sumamente panorámico, el Monte San Salvatore, una especie de Pan de Azúcar a la europea, se erige como punto de inicio para disfrutar de la comunión paisajística entre la coqueta Lugano y las aguas de su lago, el Ceresio, desplegado hacia el sur y el este, frontera acuática con Italia.
Subirse al cerro no implica sudores; un funicular asciende hasta la panorámica cimera, composición en verde como de la orografía del Tesino, desde Paradiso (www.montesansalvatore.ch), a pocos minutos del centro.
Los esforzados tienen alternativas; desde senderos panorámicos que ascienden al San Salvatore y se prolongan después hacia la hermosa Carona, hasta una vía ferrata (ruta artificial de escalada) que gana metros en vertical hasta los 912 de la cumbre del monte.
Al descender, la ciudad despliega múltiples posibilidades sin humos; el casco antiguo está cerrado al tráfico.
Algo que se agradece al entrar (y salir) de espacios como el Parco Civico, una parcela de 63.000 metros cuadrados a orillas del Ceresio comprada por la ciudad en 1912, que mezcla arboledas centenarias, edificios relevantes (el Palacio del Congreso) y exposiciones atractivas, como la del Museo Cantonal de Historia Natural (www.ti.ch/mcsn; cierra los lunes).
La muestra encaja: se trata de la principal área verde de la ciudad (entrada gratuita de 6 a 23 horas en verano), cuya imperturbable atmósfera invita más que nunca al local dolce far niente, entre robles, cerezos bananeros, palmeras, olivos, alcornoques y vistosos parterres de flores multicolores, que se renuevan periódicamente.
Si la atalaya escogida es el cercano Monte Bré, vistas al arco alpino incluidas, el descenso panorámico conduce directamente a una de las joyas de la amplia oferta cultural de Lugano y su entorno; el Museo Wilhelm Schmid (www.lugano.ch/cultura), en la localidad de Bré.
Al sur (pero cerca) de Lugano, la vetusta Casa del Reloj de Morcote sorprende con una pequeña y curiosa muestra de arte contemporáneo desde 2007: el Museo del Manifesto Ticinese (www.jansonius.ch; entrada gratuita).
Se trata de una magnífica colección de carteles y posters antiguos, algunos de ellos centenarios, que fueron reclamo turístico (y artístico) de los atractivos del Ticino y otras regiones helvéticas en tiempos decimonónicos.
VAMOS A... SUIZA
Una biblioteca que cura el alma
La pequeña ciudad suiza de St. Gallen esconde la llamada 'farmacia del alma'. Adminístrese su literaria medicina con dosis de restauración sibarita entre los múltiples miradores de su casco antiguo
.Entre lo urbano y lo acuático, cuatro resultonas ciudades suizas, y sus respectivos y cristalinos lagos, proponen un recorrido con tintes espirituales (y espirituosos) desde Lugano y las aguas del Ceresio, a Lausana y el flamante lago Leman.
Vanguardismo arquitectónico, vistas a los Alpes, Picasso y Paul Klee, restauración para sibaritas regada con delicioso vino blanco y hasta una biblioteca que cura el alma en St. Gallen.
Si hay tiempo para más, bendito sea el iPhone: guías descargables en el móvil de este coqueto cuarteto urbanita.
Propuesta viajera de arriba abajo en la ciudad más importante del Tesino, región sur de la Suiza italohablante.
Menos carioca, pero sumamente panorámico, el Monte San Salvatore, una especie de Pan de Azúcar a la europea, se erige como punto de inicio para disfrutar de la comunión paisajística entre la coqueta Lugano y las aguas de su lago, el Ceresio, desplegado hacia el sur y el este, frontera acuática con Italia.
Subirse al cerro no implica sudores; un funicular asciende hasta la panorámica cimera, composición en verde como de la orografía del Tesino, desde Paradiso (www.montesansalvatore.ch), a pocos minutos del centro.
Los esforzados tienen alternativas; desde senderos panorámicos que ascienden al San Salvatore y se prolongan después hacia la hermosa Carona, hasta una vía ferrata (ruta artificial de escalada) que gana metros en vertical hasta los 912 de la cumbre del monte.
Al descender, la ciudad despliega múltiples posibilidades sin humos; el casco antiguo está cerrado al tráfico.
Algo que se agradece al entrar (y salir) de espacios como el Parco Civico, una parcela de 63.000 metros cuadrados a orillas del Ceresio comprada por la ciudad en 1912, que mezcla arboledas centenarias, edificios relevantes (el Palacio del Congreso) y exposiciones atractivas, como la del Museo Cantonal de Historia Natural (www.ti.ch/mcsn; cierra los lunes).
La muestra encaja: se trata de la principal área verde de la ciudad (entrada gratuita de 6 a 23 horas en verano), cuya imperturbable atmósfera invita más que nunca al local dolce far niente, entre robles, cerezos bananeros, palmeras, olivos, alcornoques y vistosos parterres de flores multicolores, que se renuevan periódicamente.
Si la atalaya escogida es el cercano Monte Bré, vistas al arco alpino incluidas, el descenso panorámico conduce directamente a una de las joyas de la amplia oferta cultural de Lugano y su entorno; el Museo Wilhelm Schmid (www.lugano.ch/cultura), en la localidad de Bré.
Al sur (pero cerca) de Lugano, la vetusta Casa del Reloj de Morcote sorprende con una pequeña y curiosa muestra de arte contemporáneo desde 2007: el Museo del Manifesto Ticinese (www.jansonius.ch; entrada gratuita).
Se trata de una magnífica colección de carteles y posters antiguos, algunos de ellos centenarios, que fueron reclamo turístico (y artístico) de los atractivos del Ticino y otras regiones helvéticas en tiempos decimonónicos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)