3 may 2011
El 'western' de Tarantino ya tiene título: 'Django unchained'
No hay secretos en el mundo Internet. Según varias webs, Quentin Tarantino acabó su último guion, el del spaguetti western, hace cinco días, y ya se ha filtrado su portada, y por tanto, su nombre: Django unchained. Vistas las últimas noticias de cine (ejemplo, la vuelta de Sofia Coppola con Kirsten Dunst) que han resultado falsas, hemos esperado a ver si Tarantino desmentía esta filtración, pero el cineasta ha usado varios canales para confirmar que sí, que esa será su nueva película, que más que spaghetti western es un southern, y que rodará a finales de verano, principios de otoño. Más aún, comienza el baile del reparto.
. La primera web que soltó la liebre fue The Quentin Tarantino Archives, que desveló la portada del guion escrita de puño y letra por alguien... con pocas ganas de lucir estilo gráfico (la verdad es que la portada se las trae, parece escrita por el guionista de cinco años de Fast 5, y si no sabeis de qué hablo, ved este espectacular video). Después, The playlist y Deadline han completado la información con datos que empujan a confirmar que sí, que Tarantino rueda de nuevo.
Por partes.
Sí está confirmado que rodará el filme, que será a finales de verano, principios de otoño, que producirán Stacey Sher, que ya realizó esa labor en Pulp fiction, y Pilar Savone. Que distribuirá The Weinstein Company en EE UU y Canadá, y que en el resto del mundo la película la llevará Universal, que además aportará parte de la financiación.
Como dijo Uma Thurman, será un southern (un western sureño), y como contó hace años el mismo Tarantino, se desarrollará probablemente en Texas y se centrará en la esclavitud, con lo cual tendrá un marcado caracter antirracista.
También parece ser que Franco Nero no mentía con los detalles que contó hace meses, y que aquí reflejamos, porque en el reparto podría estar él (que además, para eso protagonizó el spaghetti western Django, de Sergio Corbucci). También aparecerían Treat Williams, Keith Carradine y, este está confirmado, en el segundo personaje en importancia, Christoph Waltz (en la foto, con el director), Oscar por Malditos bastardos. Por cierto, hay otro filme Django directamente relacionado con Tarantino: Sukiyaki western Django, una película de Takashi Miike en la que actuaba Tarantino.
Y lo mejor, la posible sinopsis, que por supuesto, no está confirmada, pero que "procede de alguien que ha leído el guion": Django es un esclavo liberado [va a ver tortas en Hollywood entre los actores afroamericanos por este papel] que bajo la tutela de un cazarrecompensas alemán [Waltz] acaba convertido él también en un cazarrecompensas. Tras varios trabajos irán juntos a liberar a la esposa, aún esclava, de Django, de las garras de un malvado dueño de una plantación.
Es decir, va a hacer con los racistas sureños lo mismo que con los nazis de Malditos bastardos. Tiene una pinta buenísima.
Gafas oscuras, vestuario hiperbólico,
Gafas oscuras, vestuario hiperbólico, peluquería impoluta, perfume en el aire y más de una lágrima. Nadie celebraba la muerte de Bin Laden, pero sí la vida de Alexander McQueen. Pocas conferencias de prensa adquieren el tono emotivo y glamuroso que ayer ofreció la primera presentación en público de la exposición Savage beauty (Belleza salvaje) que el Costume Institute del Metropolitan Museum de Nueva York dedica desde mañana al hombre que hace algo más de un año dejó un vacío irreemplazable en la moda de este siglo.
La exposición coincide con el aniversario del suicidio del creador
La presencia entre cientos de reporteros de varias modelos, benefactores del museo y gente de la industria como Anna Wintour, la diseñadora británica Stella McCartney o Sara Burton -la mujer que ha tomado las riendas de la firma del británico tras su muerte y que diseñó el vestido de Catalina Middleton- subrayaba la expectación despertada por una retrospectiva exuberante e hipnótica.
Mientras la prensa se rendía ante una de las puestas en escena más espectaculares que ha vivido el Costume Institute, una armada de obreros ultimaba preparativos para la gala anual que organiza este centro y que habitualmente es una cita obligada en el calendario internacional de la moda. En este caso, además pasará a la historia por el simbolismo que adquiere al haberse cumplido ya un año desde el suicidio de McQueen.
La gala y la exposición aspiran a ser una celebración y un homenaje de su vida y su genialidad.
"Es un honor que el trabajo de un diseñador británico se muestre en este museo donde se guardan algunos de los mejores tesoros de la historia del arte. Además, ese hombre era mi amigo". Así se expresaba ayer McCartney durante la presentación de una muestra en la que se despliegan 19 años de carrera, 100 piezas y 70 accesorios.
McQueen era conocido por sus espectaculares y extravagantes presentaciones, con escenarios dramáticos y estructuras narrativas cercanas a la performance. De ahí que la puesta en escena de esta exposición haya tratado de recrear esas sensaciones, transportando al visitante a ese particular universo que siempre provocaba reacciones viscerales y en el que la fascinación por lo gótico se mezclaba con su debilidad por el exotismo, su admiración por el naturalismo y sus homenajes al primitivismo.
El prólogo a la exposición arranca con dos vestidos históricos de la colección de primavera/verano 2001 VOSS, uno rojo escotadísimo hecho con plumas rojas de avestruz y otro blanco construido con conchas pulidas de navajas de mar. Brillando en la oscura espectacularidad de un ambiente imbuido en luces muy bajas, el comisario de la muestra, Andrew Bolton, ha querido hurgar en los temas que fascinaban al diseñador, con particular hincapié en su obsesión "esquizofrénica" por el lado más oscuro de la estética romántica. Misoginia, sadomasoquismo, pero también sensualidad y atrevimiento han tomado vida a través de las seis colecciones en las que se ha centrado Bolton y cuyo poder estético se multiplica gracias al cuidado puesto en decorar las salas con el objetivo de remover todos los sentidos del visitante. Este queda transportado a un lugar fantasmagórico y fascinante gracias a espejos gigantes envejecidos en cuyos reflejos se intuyen las formas de algunas piezas de la polémica colección The Horn Plenty; voces de robot que envuelven una sala dedicada a los accesorios oscuros e irreales como una mandíbula de plata o un cuerno de unicornio; o el viento que suena junto a aullidos de lobo para arropar la sala titulada Gótico romántico (en ella, un vestido vaporoso se seda negra satinada se mueve como si estuviera vivo).
"Encuentro la belleza en lo grotesco, como la mayoría de los artistas. Tengo que obligar a la gente a mirar", reza una de las frases de McQueen que se pueden leer en los muros de una exposición cuyas galerías también albergan el holograma de Kate Moss ante el que se rindió el mundo de la moda cuando lo mostró en París en 2006. Las salas se dividen por temas, siempre relacionados con su admiración por la estética romántica y por el constante diálogo entre horror y belleza.
En la muestra también pueden verse algunas de las piezas de su primera colección de estudiante en Saint Martins cuyo título marcaba una voluntad estética y, en cierto modo, también su propia tragedia personal: Jack el destripador persigue a sus víctimas.
La exposición coincide con el aniversario del suicidio del creador
La presencia entre cientos de reporteros de varias modelos, benefactores del museo y gente de la industria como Anna Wintour, la diseñadora británica Stella McCartney o Sara Burton -la mujer que ha tomado las riendas de la firma del británico tras su muerte y que diseñó el vestido de Catalina Middleton- subrayaba la expectación despertada por una retrospectiva exuberante e hipnótica.
Mientras la prensa se rendía ante una de las puestas en escena más espectaculares que ha vivido el Costume Institute, una armada de obreros ultimaba preparativos para la gala anual que organiza este centro y que habitualmente es una cita obligada en el calendario internacional de la moda. En este caso, además pasará a la historia por el simbolismo que adquiere al haberse cumplido ya un año desde el suicidio de McQueen.
La gala y la exposición aspiran a ser una celebración y un homenaje de su vida y su genialidad.
"Es un honor que el trabajo de un diseñador británico se muestre en este museo donde se guardan algunos de los mejores tesoros de la historia del arte. Además, ese hombre era mi amigo". Así se expresaba ayer McCartney durante la presentación de una muestra en la que se despliegan 19 años de carrera, 100 piezas y 70 accesorios.
McQueen era conocido por sus espectaculares y extravagantes presentaciones, con escenarios dramáticos y estructuras narrativas cercanas a la performance. De ahí que la puesta en escena de esta exposición haya tratado de recrear esas sensaciones, transportando al visitante a ese particular universo que siempre provocaba reacciones viscerales y en el que la fascinación por lo gótico se mezclaba con su debilidad por el exotismo, su admiración por el naturalismo y sus homenajes al primitivismo.
El prólogo a la exposición arranca con dos vestidos históricos de la colección de primavera/verano 2001 VOSS, uno rojo escotadísimo hecho con plumas rojas de avestruz y otro blanco construido con conchas pulidas de navajas de mar. Brillando en la oscura espectacularidad de un ambiente imbuido en luces muy bajas, el comisario de la muestra, Andrew Bolton, ha querido hurgar en los temas que fascinaban al diseñador, con particular hincapié en su obsesión "esquizofrénica" por el lado más oscuro de la estética romántica. Misoginia, sadomasoquismo, pero también sensualidad y atrevimiento han tomado vida a través de las seis colecciones en las que se ha centrado Bolton y cuyo poder estético se multiplica gracias al cuidado puesto en decorar las salas con el objetivo de remover todos los sentidos del visitante. Este queda transportado a un lugar fantasmagórico y fascinante gracias a espejos gigantes envejecidos en cuyos reflejos se intuyen las formas de algunas piezas de la polémica colección The Horn Plenty; voces de robot que envuelven una sala dedicada a los accesorios oscuros e irreales como una mandíbula de plata o un cuerno de unicornio; o el viento que suena junto a aullidos de lobo para arropar la sala titulada Gótico romántico (en ella, un vestido vaporoso se seda negra satinada se mueve como si estuviera vivo).
"Encuentro la belleza en lo grotesco, como la mayoría de los artistas. Tengo que obligar a la gente a mirar", reza una de las frases de McQueen que se pueden leer en los muros de una exposición cuyas galerías también albergan el holograma de Kate Moss ante el que se rindió el mundo de la moda cuando lo mostró en París en 2006. Las salas se dividen por temas, siempre relacionados con su admiración por la estética romántica y por el constante diálogo entre horror y belleza.
En la muestra también pueden verse algunas de las piezas de su primera colección de estudiante en Saint Martins cuyo título marcaba una voluntad estética y, en cierto modo, también su propia tragedia personal: Jack el destripador persigue a sus víctimas.
Montañas ROSA MONTERO
Gema M. G. tiene 38 años y lleva nueve padeciendo la enfermedad de Parkinson, una cruel dolencia neurodegenerativa que además le cayó encima demasiado temprano. ¿Por qué yo? ¿Por qué a mí? Estas son las preguntas que obsesionaron a Gema durante varios años, las preguntas enloquecedoras e inevitables de quien, de repente, es aplastado por una desgracia irreparable, por una de esas desgracias/alud que se te vienen encima y acaban para siempre con tu vida anterior.
Pero que tu realidad tal y como antes la conocías haya sido destruida no quiere decir que la vida se acabe: los humanos somos bichos tenaces.
Desde luego no es fácil: Gema tardó años en poder empezar a reinventarse y, por descontado, tiene que seguir peleando cada día.
La gente suele identificar el Parkinson con los temblores, pero lo peor son los ataques de rigidez. No mitifiquemos ni edulcoremos el sufrimiento: vivir con algo así es mucho más duro. A cambio, es probable que sea más intenso, y los momentos hermosos, más hermosos.
Ya diagnosticada, Gema la guerrera ha tenido un hijo, ha aprendido diseño web y sigue trabajando (es profesora de música).
Cuando la enfermedad la paraliza, Gema ha tenido la formidable ocurrencia de poner música y echarse a bailar.
Hace falta valor para intentar danzar cuando tu cuerpo está desconectado y tieso, pero el truco funciona: se acortan las crisis, son más llevaderas.
El Parkinson está originado por una insuficiencia de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer.
Y resulta que en enero se publicó en Nature un estudio demostrando que escuchar música puede generar subidas de dopamina.
El hallazgo de Gema, producto de su fortaleza y de sus ganas de vivir, es tan interesante que, al parecer, unos neurólogos se están planteando estudiar su caso.
Si uno no se rinde puede mover montañas.
Pero que tu realidad tal y como antes la conocías haya sido destruida no quiere decir que la vida se acabe: los humanos somos bichos tenaces.
Desde luego no es fácil: Gema tardó años en poder empezar a reinventarse y, por descontado, tiene que seguir peleando cada día.
La gente suele identificar el Parkinson con los temblores, pero lo peor son los ataques de rigidez. No mitifiquemos ni edulcoremos el sufrimiento: vivir con algo así es mucho más duro. A cambio, es probable que sea más intenso, y los momentos hermosos, más hermosos.
Ya diagnosticada, Gema la guerrera ha tenido un hijo, ha aprendido diseño web y sigue trabajando (es profesora de música).
Cuando la enfermedad la paraliza, Gema ha tenido la formidable ocurrencia de poner música y echarse a bailar.
Hace falta valor para intentar danzar cuando tu cuerpo está desconectado y tieso, pero el truco funciona: se acortan las crisis, son más llevaderas.
El Parkinson está originado por una insuficiencia de dopamina, un neurotransmisor relacionado con el placer.
Y resulta que en enero se publicó en Nature un estudio demostrando que escuchar música puede generar subidas de dopamina.
El hallazgo de Gema, producto de su fortaleza y de sus ganas de vivir, es tan interesante que, al parecer, unos neurólogos se están planteando estudiar su caso.
Si uno no se rinde puede mover montañas.
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