Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

13 abr 2011

Películas de Culto Pon tu la que creas que falta

•“El año pasado en Marienbad” de Alain Resnais: obra de culto por excelencia, “El año pasado en Marienbad” incluida en el movimiento de la Nouvelle Vague es el más claro ejemplo de surrealismo. Un chico intenta convencer a una chica en un balneario de que el año anterior se conocieron y vivieron un romance aunque ella no lo recuerde. Partiendo de un argumento tan surrealista como éste, el resto de técnicas siguen en la misma línea, fotografía, espacios, música…


•“Persona” de Ingmar Bergman: hay un Bergman antes y otro después de la aparición de la Nouvelle Vague, “Persona” pertenece a su segunda fase, un film totalmente argumental hasta la mitad donde todo se rompe y pasa a ser un film, donde lo que importan son las sensaciones que experimenta el espectador.


•“El ángel exterminador” de Luis Buñuel: surrealista hasta indignar al público. Un argumento que desquicia. Un grupo de personas se queda atrapado en el comedor de una mansión por el simple hecho de haberse quedado sin fuerza de voluntad para salir. La gente que los encuentran a faltar no entiende la extraña razón por la que no salen, pero no se dan cuenta de que ellos son incapaces de entrar.


•“Terciopelo azul” de David Lynch: David Lynch asoma la cámara al abismo para que el espectador vea lo peor de una sociedad macabra, un submundo lleno de sexo y violencia. El protagonista se enfrenta a un grupo de delincuentes, tras seguir la pista de una oreja cortada que encuentra en plena calle.


•“La naranja mecánica” de Stanley Kubrick: Kubrick fue un avanzado a su tiempo y esta película es un claro ejemplo de ello. Excelente adaptación de la novela de Anthony Burgess, que generó gran revuelo en los más de doce meses que estuvo en cartel.


•“Taxi driver” de Martin Scorsese: crítica radical a la sociedad americana, a través de un veterano de la guerra de Vietnam que tras volver a casa decide trabajar como taxista nocturno, ya que no puede dormir. Travis desde su taxi ve la clase de escoria que transita Nueva York, así que decide limpiar las calles de delincuencia.


•“Nosferatu” de Friedrich W. Murnau: el argumento no es más que el de Drácula pero con otro nombre por cuestión de derechos de autor. Este film es una de las obras cumbres del expresionismo alemán.


•“2001: una odisea del espacio” de Stanley Kubrick: quizás la mejor obra de ciencia ficción que se haya rodado jamás. Kubrick humaniza la máquina para que luche contra el hombre. La mayor elipsis de tiempo que se ha hecho nunca, desde la prehistoria hasta el año 2001.


•“Carretera perdida” de David Lynch: una pareja recibe un vídeo donde se ve el interior de su casa, la cámara entró en todos los rincones incluso en la habitación donde se les ve a ellos durmiendo. Esta cinta les asusta e inquieta, así que el hombre decide investigar. Un film que se cierra tal y como se abre, no se sabe cómo.


•“Funny games” de Michael Haneke: la mayor diablura de Haneke. Dos chicos que no tienen nada mejor que hacer, juegan a acosar a una familia. El osado director se atreve con miradas a cámara de los actores, que no se cortan a la hora de dirigirse al público e incluso pedir opinión. La familia hostigada está condenada a fracasar en los juegos macabros. Un fallo por parte de los asesinos es rectificado rebobinando el film por parte de uno de ellos, con el mando a distancia del televisor. Un atrevimiento que fue todo un éxito por parte del director.


•“Brazil” de Terry Gilliam


•“Blade runner” de Ridley Scott


•“The Rocky horror picture show” de Jim Sharman


•“Dogville” de Lars Von Trier


•“Apocalypse now” de Francis Ford Coppola


•“Easy rider” de Dennis Hopper


•“Corazón salvaje” de David Lynch


•“Pi” de Darren Aronofsky


•“Pulp fiction” de Quentin Tarantino


•“Saló o 120 días de Sodoma” de Pier Paolo Pasolini


•“Faces” de John Cassavetes


•“Inland empire” de David Lynch


•“El resplandor” de Stanley Kubrick


•“La semilla del Diablo” de Roman Polanski


•“Mullholland drive” de David Lynch


•“Sexo, mentiras y cintas de vídeo” de Steven Soderbergh


•“Cube” de Vicenzo Natali


•“Bajo el peso de la ley” de Jim Jarmusch


•“El topo” de Alejandro Jodorowsky


•“Videodrome” de David Cronenberg


•“Bailar en la oscuridad” de Lars Von Trier


•“El séptimo sello” de Ingmar Bergman


•“El hombre elefante” de David Lynch


•“Una historia china de fantasmas” de Ching Siu Tung


•“Sangre fácil” de Joel Coen


•“Donnie Darko” de Richard Kelly


•“El almuerzo desnudo” de David Cronenberg


•“Dead man” de Jim Jarmusch


•“París, Texas” de Wim Wenders


•"Crash” de David Cronenberg


•“Deseando amar” de Wong Kar-wai


•“Transpotting” de Danny Boyle


•“Old boy” de Park Chan-wook


•“Miedo y asco en Las Vegas” de Terry Gilliam


•“Bajo el peso de la ley” de Jim Jarmusch


•“Réquiem por un sueño” de Darren Aronofsky


•“Rashomon” de Akira Kurosawa


•“Memento” de Christopher Nolan


•“Exótica” de Atom Egoyan


•“La mosca” de David Cronenberg

El bien


  • ELVIRA LINDO

    .Según las estadísticas de la página web de este periódico ya somos 15.000 personas las que nos hemos interesado por esta noticia: Scarlett Johansson y Sean Penn ya no se esconden.
     Dice mucho a nuestro favor que en la valoración que hacemos de la noticia no la hemos considerado "imprescindible".
     O sea, entendemos que es posible participar en una tertulia sin saber que dicha pareja ya no se esconde y no por ello ser considerados mal informados.
     Pero eso no quita para que hagamos un clic entre tanto Sortu, tanta corrupción y tanto silencio de Rajoy y echemos una canita al aire.




    Yo entro sin complejos en las páginas de Gente y más si aparece Sean Penn, que es un personaje que me provoca tremenda curiosidad.
    Su mezcla de talento y burricie, de antipatía y entusiasmo filantrópico me impelen a observarlo aunque sea en una noticia como esta, en la que se le ve muy sonriente con su no escondida pareja y con la jequesa de Catar. Hace unos días el magacín de The New York Times le dedicaba su portada.
     En la foto aparecía sufriente, absorto en su lucha.
    No era para menos (lo digo sin ironía): ha creado una organización de ayuda a la recuperación de Haití y el hombre se remanga la camisa y se pone a pie de obra.
    Lo espeluznante es que hace afirmaciones como esta: "Amo a la humanidad y detesto a los seres humanos".
    Supongo que al editor de la revista la frase le parecería sorprendente porque la destacó entre las otras.
     El síndrome de Penn no es inusual entre aquellos que adquieren notoriedad: incapaces de lidiar con los molestos semejantes más próximos calman su necesidad de hacer el bien participando en proyectos humanitarios, generalmente de mundos lejanos.
    De esta forma, visitan a los pobres y a los jefes de Estado.
     De Chávez a los miserables de la Tierra.
    Es comprensible que no les sobre simpatía para el resto de los seres humanos.

    "Acabemos con el 'no puedo, no debo, no merezco"

    ENTREVISTA: ALMUERZO CON... VICKI SUBIRANA
    Llega envuelta en un largo chal que armoniza con el marco oriental del restaurante. Vicki Subirana conoce ya la carta y delega en su interlocutora la elección del menú. "Me gusta todo", concede.
     Cuando llegan los entrantes (samosas, rollitos de langostinos, ensalada de vermicelli etcétera), la conversación gira sobre dos líneas que se cruzan; su aventura biográfica y su método educativo, la llamada pedagogía transformadora.
     Un método probado en Nepal, adonde Subirana llegó para quedarse hace 20 años. Aunque no llegó de golpe. Hubo tres viajes previos y un tiempo de decisión y de metamorfosis.







    La pedagoga llevará su método educativo a la escuela pública de Nepal


    En el primer viaje quería conocer a los refugiados tibetanos. "Sentía empatía hacia ellos por el genocidio sufrido", evoca.
     Entonces era maestra de párvulos en Ripoll (Girona), el lugar en el que nació hace 51 años. Y viajaba a Italia o Estados Unidos para formarse como pedagoga. En Nepal entró en crisis. "Decidí que lo mío era establecer escuelas". Ahora Iciar Bollaín dirige una película inspirada en su vida, Canción de Katmandú. Y ella misma escribirá la continuación de su biografía Una maestra en Katmandú, que Aguilar reeditará en unos meses.





    Tiene una vida de novela.
     Mientras corría alrededor del Monkey Temple -un ejercicio que practica allá donde va-, descubrió que su sitio estaba allí. "Apenas había ONG y luché sola contra una realidad que defendía otros valores", evoca. Su madre le recomendó que fuera al psiquiatra. "Yo aposté por mi felicidad", sostiene.





    Bebe cerveza y envuelve con soltura el pollo en las hojas de pandan al servirse. "El director de la escuela de niños refugiados me ayudó a montar un parvulario", relata. "Eran refugiados, lo que llamaban la escoria", dice. Pero no conocía sus costumbres y fracasó. "No me había preparado para la derrota ni lo desconocido", revela.
    Puso en pie entonces una pedagogía más activa que les permitiera aprender sin sufrir. "Me daba miedo europeizarlos y que cometieran nuestros errores, o dejarles en la incultura y que no tuvieran oportunidades". Aquellos niños estaban entrenados en el sometimiento y se les negaba la opción de soñar, dice.
    "Tenían que acabar con los tres no: 'No puedo, no debo, no merezco...". Para difundir sus ideas creó Eduqual (en sus inicios Amigos de Vicki Sherpa).






    Ahora el Gobierno de Nepal le ha encargado llevar su método a la escuela pública. El proyecto (en el que colabora España) consiste en formar primero a maestros españoles que, en una segunda fase, impartirán la pedagogía a docentes y niños nepalíes durante un tiempo.
    Subirana está en Madrid por esta razón, pero irá pronto a Nepal para ver a sus dos hijos adolescentes. "Me necesitan", dice.




    Al final confiesa que le ha gustado que hubiera gambas.
    En Nepal el pescado es de importación y escasea.
     "En educación todo está obsoleto.
     Los contenidos son de hace 40 años y la mente del niño actual es científica y tecnológica: todo te lo cuestiona.
    El aprendizaje exige que la mente esté enfocada a algo", señala.
    Es esencial que el niño sepa cómo funciona su mente. Después de cada clase es útil preguntarle: "¿Cuánto rato has prestado atención? ¿Qué te ha distraído? ¿Qué has aprendido? Sobre el concepto. Sobre ti. ¿Cómo lo aprenderás (si no lo ha hecho)?". Son estrategias que, repetidas, llevan a la madurez.

    Rania y Letizia, frente a frente

    Era una de las fotos más esperadas y la que sus protagonistas en un principio intentaron evitar.
     Pero al final Rania de Jordania y Letizia Ortiz han posado juntas justo antes del almuerzo oficial en el Palacio Real de Ammán al que han asistido 17 miembros de la familia real jordana, siete integrantes del Gobierno y seis grandes empresarios.
     El acto, de gran importancia empresarial e institucional, ha quedado minimizado por el encuentro entre ambas.









    Alfombra roja para los Príncipes en Palestina


    Letizia y Rania ¿quién imita a quién?



    Desde hace tiempo los especialistas en moda vienen observando cómo el estilo de Rania y Letizia tiene cada vez más puntos de coincidencia.
    En esta ocasión parece que se han puesto de acuerdo hasta en rizarse el pelo.






    Para esta cita las dos han coincidido también en la elección de sus trajes, ambos en tonos pastel.
     Letizia ha apostado por un diseño rosa y Rania por un conjunto gris azulado. Los modelos tenían coincidencias: cintura entallada, hombros marcados, falda tubo y altos tacones.



    Rania y Letizia se sabían observadas y posaron cómplices ante los fotógrafos. Sus fotos darán la vuelta al mundo y de nuevo surgirá la pregunta: ¿Quién imita a quién?



    Inicialmente el encuentro entre los príncipes de Asturias y los Reyes de Jordania iba a ser privado.
    Solo estaba prevista una cena en el Palacio Real de Ammán -que se celebró ayer- ya que Abdalá y Rania debía de emprender viaje hoy.
     Pero finalmente pudieron retrasarlo y han asistido a este almuerzo oficial.
    Y antes de sentarse a la mesa llegó la foto más esperada: Rania y Letizia, frente a frente.