Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

8 abr 2011

"En EE UU tuve que explicar que el capirote no es del Ku Klux Klan"

Antonio Banderas habla del pregón de la Semana Santa de Málaga que pronuncia mañana .
El cofrade de base José Antonio Domínguez Banderas, más conocido por su nombre artístico, Antonio Banderas, ha desvelado esta mañana a los medios algunos aspectos del pregón de la Semana Santa de Málaga, que pronunciará mañana en el Teatro Cervantes de su ciudad.
 "Nervioso no estoy todavía, aunque no descarto que mañana me dé la lipotimia que, por lo visto, les da a todos los pregoneros", ha bromeado el actor.
Banderas, que se ha mostrado "muy ilusionado" ante este discurso, ha defendido que practicar las tradiciones de su tierra es compatible con la modernidad -"Acordémonos de Almodóvar, que cuando recogió su primer Oscar, citó a seis vírgenes", ha dicho-.




Carmen Thyssen inaugura su museo de Málaga

Antonio Banderas




El actor también ha reivindicado el potencial económico de la Semana Santa, más allá de los turistas que atrae cada año: "Los cofrades no sabemos vendernos; detrás de labores como la confección del manto de la Virgen de Lágrimas y Favores -su cofradía- está el trabajo de 14 personas durante tres años.
 "Somos una industria y damos trabajo, aunque no está cuantificado.
 No todo el mundo sabe bordar o hacer encajes y se da trabajo a artesanos andaluces, porque los mantos no bajan del cielo volando", ha asegurado.



Banderas ha redactado un pregón de casi hora y media muy centrado en sus propias vivencias de la Semana Santa. "He tratado de llevar el pregón a la calle, y convertirme en testigo de las cosas que he ido viviendo desde niño y lo he situado en una serie de personajes, algunos reales y otros ficticios, que hablarán de la Semana Santa", ha afirmado el actor malagueño.
 A modo de anécdota, Banderas ha recordado cómo en algunos programas de televisión en Estados Unidos asociaron los capirotes que llevan los nazarenos con las vestiduras del grupo racista del Ku Klux Klan.
"Para que entendieran el fenómeno y sin ánimo de ofenderles, tuve que explicarles que algunas de las cofradías de Málaga eran más antiguas que América".



Banderas ha asegurado que siempre ha tenido mucho interés en que su hija, Stella del Carmen, "respirase la sensualidad que desprende la Semana Santa".
"Algún día no estaré aquí y mi hija visitará la ciudad y tendrá en la cabeza estos colores y olores, lo trascendente y espiritual de los malagueños", ha afirmado.




El actor comenzó a redactar el pregón a principios de año durante un viaje y lo perfeccionó durante tres semanas en Los Ángeles. La colaboración de su hermano Francisco, también cofrade, ha sido crucial. "Él ha jugado un papel fundamental no solo en el pregón, sino en toda mi vida cofrade.
Yo le leía a través de Skype las páginas que iba redactando, y a medida que recibía su visto bueno, lo íbamos cerrando".



Banderas creó el año pasado, junto a la baronesa Thyssen, la Fundación Lágrimas y Favores, que otorga becas para estudiar en Estados Unidos y Canadá a alumnos de la Universidad de Málaga que no disponen de medios económicos y colabora con la Fundación Cudeca de cuidados paliativos del cáncer.
Este año, la fundación ha añadido a sus estatutos una colaboración con Cáritas.
"Era de cajón hacerlo. Invitamos a las cofradías a que ayuden a paliar los efectos de esta crisis terrible en la que estamos inmersos. Echar una manilla es posible".

La moda devora a otro hijo

Balmain prescinde de su director creativo, Christophe Decarnin, tras cinco años de exitosa relación .
Christophe Decarnin nació en un balneario, Touquet, pero vivió en un manicomio, la industria de la moda.
 Ayer, a los 46 años, fue despedido tras un lustro como director creativo de Balmain.
 Un breve periodo en el que el diseñador francés ha logrado un difícil doblete: relevancia creativa y éxito comercial.
 Sus chaquetas volvieron a poner de moda las hombreras y sus escuetos vestidos -tan sexuales como prohibitivos- alimentaron una expansión empresarial impensable hasta hace bien poco.
 La casa, fundada en 1945, tiene previsto abrir ocho nuevas tiendas en Asia en los próximos meses.
Cuando Balmain fichó a Decarnin, esta era una firma a la deriva, hundida por las deudas y los cambios de diseñador. Con él, las ventas se incrementaron un 50%.






Así se creó la 'Balmainía'



El estreno. Christophe Decarnin, de 46 años, llegó a Balmain en 2005 como un fichaje discreto. En ese momento la casa retenía poco de su glorioso pasado.
En su primer desfile -el de otoño/invierno 2006, en la imagen- lanzó un mensaje radicalmente distinto.
 Desde el principio contó con el apoyo de Emmanuelle Alt.
La influyente estilista era entonces directora de moda de la revista Vogue Paris (desde enero de 2011 ocupa la dirección, en sustitución de su antigua jefa, Carine Roitfeld) y no solo empezó a incluir la firma en las páginas de la revista.
 Además, era su asesora.



Así se creó la 'Balmainía' - El estrenoAsí se creó la 'Balmainía' - Rotos que cuestan fortunasAsí se creó la 'Balmainía' -





Sus bordados y vaqueros rotos le valieron críticas y numerosos adeptos



La comunicación entre el diseñador y la empresa era prácticamente nula

El 3 de marzo se presentó en París la colección para el otoño/invierno de 2011. El diseñador francés no salió a saludar al final, como es costumbre.
Se encontraba, explicó un portavoz, en reposo por prescripción médica.
Estaba "mentalmente exhausto".
En el comunicado emitido ayer, la compañía no da razones para explicar "el fin de la colaboración".
El presidente, Alain Hivelin, expresa su reconocimiento al creador de forma llamativamente escueta: "El trabajo de Christophe Decarnin con el equipo de diseño de la casa ha contribuido al éxito de la marca en los últimos años".



Algunos empleados de Balmain se enteraron del despido por los medios de comunicación.
 Se espera que sea reemplazado por alguien de su equipo (de unas 25 personas) y que el nombramiento se haga en breve.
Nunca se ha precisado cuánto tiempo lleva Decarnin sin trabajar.
Tampoco si está oficialmente de baja. Nadie responde sobre su paradero.
Eso sí, fuentes cercanas a la compañía revelan que la comunicación entre el diseñador y la empresa era prácticamente nula y que, más allá de la situación médica de Decarnin, mantenían al parecer insalvables divergencias estratégicas.



Hasta su estallido de popularidad en 2006, el diseñador mantuvo un perfil relativamente bajo.
 Estudió en la escuela Esmod de París en los años ochenta y pasó siete años en Paco Rabanne.
Extremadamente tímido, no solía aparecer en eventos y apenas concedía entrevistas.
En público, se le veía incómodo.
 Su carácter retraído contrastaba con la voluptuosidad y hedonismo de la fórmula estética con la que resucitó a la marca.
Camisetas y bordados artísticamente destruidos de precios exorbitantes: 50.000 euros por un vestido o 1.500 por unos vaqueros rotos.
Le valieron fervorosos adeptos y también críticas, pero fueron obsesivamente copiados y convirtieron sus desfiles en un punto álgido de la semana de la moda. Se llegó a acuñar el término "balmanía".



Su ausencia conmocionó a la industria en marzo.
Sucedió solo dos días después de que John Galliano fuera despedido de Dior por su lamentable comportamiento en un vídeo y al poco de cumplirse un año del suicidio de Alexander McQueen.

La coincidencia despertó alarmas sobre la presión que una industria cada vez más veloz, global y voraz ejerce sobre sus creadores.
 En caso de que la moda esté devorando a sus hijos, ayer se zampó a otro vástago.

La cazadora de cuero

Los designios de Christophe Decarnin (en Balmain) para esta primavera se han cumplido. La cazadora de cuero domina sin contestación entre los asistentes a la semana de la moda de París. En la foto, versión original de la Perfecto, que llevaba Marlon Brando, de la marca Schott