Sergi Pàmies publica 'La bicicleta estática', un libro de relatos cotidianos, desde un punto de vista más autobiográfico .
Sergi Pàmies (París, 1960) es pura ironía multiempleada.
Escritor, periodista, analista deportivo, comentarista de radio o traductor, aborda La bicicleta estática, un libro de relatos cotidianos, desde un punto de vista más autobiográfico que en anteriores trabajos y con una resignación sobre la imposibilidad de obtener la felicidad y el amor total que cae a plomo sobre el lector.
"No soy la alegría de la huerta. Si estoy en un barco, pienso que se va a hundir; pero no le doy la tabarra a la gente con eso". Así resume su pesimismo vitalista.
Pero claro, con Pàmies, no se sabe cuando está bromeando. Esa es parte de la broma.
"Cuando hablas del suicidio, la gente enseguida te ve ahorcado en casa"
Pregunta. La bicicleta estática se publicó en catalán y ahora en castellano. ¿Le cansa tanta promoción?
Respuesta. No, me permite salir a tomar el aire.
P. Los relatos están impregnados de un cierto malestar. ¿Este libro sale de una situación de crisis?
R. Bueno, hay una evolución permanente, y digamos que en los últimos libros han ocurrido cosas importantes, pero muy banales: he tenido hijos, mis padres han envejecido y he tenido que cuidarles, ha muerto mi padre...
Pero no me han amputado una pierna ni he tenido que viajar a Perú a salvar a una prima secuestrada.
Una vida gris, vaya.
Y en este contexto le doy importancia a los acontecimientos emocionales.
P. Pero el libro no rebosa felicidad, que digamos.
R. Rebosar felicidad me parece de muy mal gusto.
Soy bastante pesimista, pero muy vitalista también. Distingo entre el pesimismo y la amargura.
Hay gente muy amargada que literariamente también se dedica a amargar a los demás. Tengo la impresión siempre de que todo es muy absurdo, y con esa premisa es difícil tener ilusión y esperanza.
Pero como lo absurdo también es cómico...
Pero no soy la alegría de la huerta. Si estoy en un barco, pienso que se va a hundir; pero no le doy la tabarra a la gente con eso.
P. En el libro da la impresión de que la vida le parece una mierda.
R. Todo aquello que es expectativa sí, pero todo lo que te da, no. Eso me gusta mucho. Me parece una mierda todo lo que es el énfasis. Y la vida misma tiene una parte que es énfasis, pose, eco. Pero lo que es involuntariamente normal, irrelevante, me gusta mucho.
P. ¿Y en el amor feliz tampoco cree?
R. El amor es un fenómeno defectuoso. Si fuera un electrodoméstico, en el Corte Inglés te devolverían el dinero.
Lo que promete la caja es muy superior a lo que luego te da, y además no te avisan de que te puedes quedar hecho una mierda si lo utilizas. Tiene adosados unos procedimientos muy nocivos: las segundas oportunidades, aguantar más de la cuenta, creer cuando se acaba un amor empieza otro...
Y esto lo he ido observando y notificando en el libro.
P. ¿Es mejor aguantarse?
R. Yo recomiendo que la gente aguante. En un estado de lucidez constructiva. Creo que es lo que hacían nuestros padres y abuelos. No estaban enamorados, pero aguantaban. Y al final encontraban un territorio habitable. Pero en ningún momento se les hubieran escapado diatribas sobre la felicidad como las que circulan hoy en día. No hay ninguna relación entre el matrimonio y la felicidad.
P. ¿Este libro es más autobiográfico?
R. A partir de un material explícitamente autobiográfico introduzco cosas que no acaban de ser exactamente mías o reinterpreto episodios de mi vida convirtiéndolos en ficción. No es que tenga que ser así, pero sale. Y en proporción son menores los cuentos autobiográficos.
Me resultaba más deshonesto inventar según que cosas: si tengo que escribir un cuento de luto por un padre, no tiene sentido que lo invente si a mí se me ha muerto el padre.
P. ¿Y dónde está la frontera?
R. Nunca la he visto. Tan biográfico es lo que haces como lo que piensas. Si hago un cuento y todos los detalles son míos y me da un poco de pudor -y esto es muy mangui- en lugar de poner dos hijos, pues pongo cuatro. Es muy infantil, pero así ya no es autobiográfico.
Pero eso estas convenciones no tienen credibilidad.
P. En uno de sus relatos habla del deseo de suicidarse. ¿Esa parte es real?
R. Sí, claro. Cuando hablas del suicidio, la gente enseguida te ve ahorcado en casa. La gente piensa en suicidarse, pero no lo hace. Y el cuento es sobre alguien que lo piensa. Cuando nacieron mis hijos gemelos, tuve un subidón pero también un ataque de responsabilidad. Y en ese proceso, un día pensé 'y si no aguanto, y si me suicido...'. Así que fui a informarme de polizas, y solo una empresa cubría el suicidio. Mira, recientemente un tipo me dijo que tenía esa poliza.
P. En este libro su ironía es menos humorística. ¿Por qué?
R. Últimamente veo que el humor funciona por omisión. Como la gente siempre espera que vas a hacer reír con algo que solías hacer, si lo quitas es doblemente gracioso. Y luego, las historias que cuento, en su versión original lo llevaban, pero se lo quité. Pero la ironía está, pero es más conceptual.
P. ¿Por qué ya no escribe novela?
R. Es desde que tuve hijos. La novela exige monogamia y no es compatible con la familia. La novela es muy posesiva, celosa y cabrona. Puedes tener novia o trabajar en una fábrica, pero si has de hacer algo más complejo aparece un conflicto. Y dos hijos complican la vida. Así que elegí la familia a la novela. Pero ahora, que mis hijos tienen 15 años, empiezo a ver novelas por la calle. Quizá cuando sean abuelos lo conseguiré otra vez.
P. ¿Por qué le costó tanto 'El Principito'?
R. Hace años que quería escribir un libro sobre el efecto intimidador del canon literario, pero siempre acababa siendo un cuento sobre el Ulises de Joyce... Pero cuando El Principito se metió en la vida de mis hijos y reaccionaron como yo, postergando su lectura, vi el momento. He tenido problemas con El Principito durante 41 años y solo lo leí porque tenía que escribir este cuento. Pero fíjese, hay millones de seres humanos que van por la calle fingiendo que lo han leído.
P. ¿Escribe en catalán los libros y en castellano los artículos?
R. Casi siempre. Pero tampoco nadie me ha pedido que escriba libros en castellano.
P. Después del lío de Fráncfort, para usted, ¿qué es la literatura catalana?
R. Fráncfort dio sus frutos... Yo no fui porque pensaba que habían invitado a la cultura catalana, no a la literatura.
Pero la literatura catalana es la que se escribe en catalán.
La literatura la define la lengua en la que se escribe.
7 abr 2011
Y, al atardecer de ayer miércoles, llegó Alessandro Baricco, inaugurador, cabeza de cartel, al vergel de los jardines del Alcázar de Córdoba, donde los poetas participantes en el certamen admiraban con la boca abierta el verde vegetal y sonido del agua cayendo sobre el agua.
Y los fotógrafos acribillaron a Baricco y el público abarrotó el vetusto salón donde Baricco, por fin, habló.
Se agradece ver a la gente en pie y apretujada en silencio atento para escuchar hablar de poesía. “Yo soy uno de los poquísimos italianos que nunca ha escrito un poema. Ni a los doce años.
Ni cuando me dejó la novia a los dieciocho.
Lo más grave es que ni siquiera soy lector de poesía”, entró bromeando el autor de la celebérrima Seda (Anagrama, va por 47 ediciones), y la reciente Emaus (también en anagrama) por la cual fue entrevistado por Babelia.
Lo que siguió fue una didáctica lección sobre los hechos diferenciales que el italiano juzga tiene la poesía: la síntesis, el ritmo, el sonido, la exactitud.
“La poesía es una pequeña ingeniería de reloj de bolsillo, la novela es una catedral para la que hay que mover montañas”, afirmó con algo de ambigüedad.
Prestidigitador de la palabra y consciente de ello, su speech se podría haber transcrito tal cual sin mover una coma.
El auditorio, entregado. “Para todos los públicos”, se oyó en los corrillos poéticos posteriores, pero, también, subyugador, entretenido, y bien apoyado en textos de J. D. Salinger o Louis Ferdinand Celine.
Ejemplos de cualidades poéticas sacados de textos en prosa. Se notaron sus tablas en talleres literarios: un buen profesor que ilumina hallazgos en los párrafos, que le despierta a uno las ganas de leer.
Acabó con su definición ideal de poesía, extraída de un texto Hubert Selby Jr.: “si mis hijas me preguntaran qué es poesía, les diría esto: La poesía es un grito en busca de una boca”. Fin. Ovación.
¿Qué es la poesía? es una pregunta que los lectores de Papeles perdidos empezaron a contestar el 14 de febrero pasado, cuando este blog de Babelia lanzó la pregunta.
Y han sido muchísimas las respuestas, las puedes ver aquí y añadir la tuya.
Y los fotógrafos acribillaron a Baricco y el público abarrotó el vetusto salón donde Baricco, por fin, habló.
Se agradece ver a la gente en pie y apretujada en silencio atento para escuchar hablar de poesía. “Yo soy uno de los poquísimos italianos que nunca ha escrito un poema. Ni a los doce años.
Ni cuando me dejó la novia a los dieciocho.
Lo más grave es que ni siquiera soy lector de poesía”, entró bromeando el autor de la celebérrima Seda (Anagrama, va por 47 ediciones), y la reciente Emaus (también en anagrama) por la cual fue entrevistado por Babelia.
Lo que siguió fue una didáctica lección sobre los hechos diferenciales que el italiano juzga tiene la poesía: la síntesis, el ritmo, el sonido, la exactitud.
“La poesía es una pequeña ingeniería de reloj de bolsillo, la novela es una catedral para la que hay que mover montañas”, afirmó con algo de ambigüedad.
Prestidigitador de la palabra y consciente de ello, su speech se podría haber transcrito tal cual sin mover una coma.
El auditorio, entregado. “Para todos los públicos”, se oyó en los corrillos poéticos posteriores, pero, también, subyugador, entretenido, y bien apoyado en textos de J. D. Salinger o Louis Ferdinand Celine.
Ejemplos de cualidades poéticas sacados de textos en prosa. Se notaron sus tablas en talleres literarios: un buen profesor que ilumina hallazgos en los párrafos, que le despierta a uno las ganas de leer.
Acabó con su definición ideal de poesía, extraída de un texto Hubert Selby Jr.: “si mis hijas me preguntaran qué es poesía, les diría esto: La poesía es un grito en busca de una boca”. Fin. Ovación.
¿Qué es la poesía? es una pregunta que los lectores de Papeles perdidos empezaron a contestar el 14 de febrero pasado, cuando este blog de Babelia lanzó la pregunta.
Y han sido muchísimas las respuestas, las puedes ver aquí y añadir la tuya.
Un seísmo de 7,1 sacude la costa noreste de Japón, aunque no daña la central de Fukushima
Tepco evacua a los operarios como precacaución y asegura que no se han detectado daños en la central siniestrada de Fukushima.- Se prevé una ola de un metro en la misma zona que quedó devastada el 11 de marzo .
Un terremoto de 7,1 en la escala de Richter ha afectado hoy a la costa noreste de Japón, la misma zona devastada por el seísmo del 11 de marzo. Inicialmente ha provocado una alerta de tsunami que luego ha sido anulada.
El temblor se ha producido a las 23.34 hora local (14.34 GMT) y el hipocentro se ha localizado a 40 kilómetros de profundidad frente a la costa de la provincia de Miyagi, la más afectada por el terremoto de 9 grados de hace un mes según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El seísmo no ha afectado a la central nuclear de Fukushima, siniestrada tras el seísmo y el tsunami del 11 de marzo, según ha anunciado en rueda de prensa un portavoz de Tepco, la compañía que opera la planta.
Con todo, la empresa ha evacuado a los operarios como medida preventiva.
El seísmo tampoco ha dañado la planta de Fukushima-2 ni a la de Onagawa, según la agencia Kyodo.
Tepco asegura que el seísmo de 7,1 no ha dañado la central de Fukushima
Los ingenieros detienen la fuga de material altamente radiactivo al mar de Japón
El mayor terremoto registrado en Japón deja ya cientos de víctimas
Japón
El Gobierno central, con el primer ministro, Naoto Kan, en cabeza, ha convocado una reunión urgente para abordar la respuesta al seísmo. Kan ha ordenado examinar la zona afectada y asistir a los afectados.
Mientras, se retoman los trabajos para estabilizar la planta siniestrada.
Continúan con relativa normalidad las operaciones para refrigerar los reactores 1, 2, y 3, informa la televisión local NHK. Según Tepco, no se han registrado daños en ninguno de los seis reactores de la central.
Los niveles de radiación se mantienen dentro de la normalidad, según ha añadido el portavoz.
Tras el temblor se han registrado cortes del suministro eléctrico en las prefecturas de Miaygi y Yamagata, según informa la agencia nipona Kyodo. La alteración del suministro también ha afectado a todas las áreas de las prefecturas de Aomori, Iwate, Akita. En la planta nuclear de Onagawa no se han detectado niveles anormales de radiactividad.
El USGS ha indicado que el temblor se ha originado a 66 kilómetros de la localidad de Sendai y a 118 kilómetros de Fukushima, una de las zonas más afectadas por el terremoto y posterior tsunami de hace casi un mes.
El servicio geológico estadounidense ha fijado inicialmente la magnitud en 7,4 pero más tarde la ha rebajado a 7,1. Tokio figura, según los datos del USGS, a 333 kilómetros, aunque varios testigos citados por Reuters también han confirmado de que han notado los efectos en la capital.
La Agencia Meteorológica Japonesa inicialmente ha activado la alerta de tsunami en la zona nororiental del país ante el temor de que se producieran olas de alrededor de dos metros, pero luego la ha anulado.
La alerta abarcaba una zona costera de 420 kilómetros de longitud, desde la prefectura de Aomori al norte a la prefectura de Ibaraki en el centro del país, al norte de Tokio. Además, ha recomendado la evacuación hacia el interior de las personas que se encuentren en la costa.
Las autoridades han dado orden de cerrar todas las autopistas de la prefectura de Miyagi, cercana al epicentro, según la agencia Kyodo, que también informa de cortes de luz en las zonas de Fukushima y Yamagata.
"Basándonos en todos los datos disponibles, no se espera un tsunami destructivo que alcance todo el Pacífico", ha señalado en su web el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico. Pero ha advertido que: "Seísmos de este tamaño generan a veces tsunamis locales que pueden ser destructivos a lo largo de las costas situadas en un radio de 100 kilómetros del epicentro del terremoto".
Desde el terremoto del 11 de marzo se han sucedido cientos de secuelas pero pocas han sido de una magnitud superior a 7.
La combinación del seísmo y el tsunami dejó cerca de 28.000 muertos y desaparecidos, y cientos de miles de desplazados, tras la catástrofe que ha devastado la prefectura de Miyagi.
Perímetro de evacuación en Fukushima
Mientras la crisis nuclear se prolonga, el Gobierno japonés está estudiando la posibilidad de ampliar el área de evacuación de 20 a 30 kilómetros alrededor de la central, por el peligro que supone la exposición a la radiación durante periodos largos de tiempo.
Hasta ahora sólo existía la recomendación de mantenerse a 30 kilómetros, mientras que la zona de evacuación se mantenía, desde el primer día del accidente, a 20 kilómetros. Así lo ha indicado Yukio Edano, portavoz del Gobierno, que ha señalado que estas guías "se establecen asumiendo un accidente que libera un alto nivel de radiación en un corto espacio de tiempo", según informa Efe.
Desde Viena, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), ha asegurado que hay algunos indicios de avance en la estabilización de la planta, aunque la situación en general es grave.
"Nuestra estimación de la situación en Fukushima sigue siendo muy grave aunque hay algunos indicios de recuperación en algunas funciones como el suministro eléctrico y el instrumental", ha afirmado Denis Flory, miembro veterano del organismo, en una conferencia de prensa.
Un terremoto de 7,1 en la escala de Richter ha afectado hoy a la costa noreste de Japón, la misma zona devastada por el seísmo del 11 de marzo. Inicialmente ha provocado una alerta de tsunami que luego ha sido anulada.
El temblor se ha producido a las 23.34 hora local (14.34 GMT) y el hipocentro se ha localizado a 40 kilómetros de profundidad frente a la costa de la provincia de Miyagi, la más afectada por el terremoto de 9 grados de hace un mes según datos del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS).
El seísmo no ha afectado a la central nuclear de Fukushima, siniestrada tras el seísmo y el tsunami del 11 de marzo, según ha anunciado en rueda de prensa un portavoz de Tepco, la compañía que opera la planta.
Con todo, la empresa ha evacuado a los operarios como medida preventiva.
El seísmo tampoco ha dañado la planta de Fukushima-2 ni a la de Onagawa, según la agencia Kyodo.
Tepco asegura que el seísmo de 7,1 no ha dañado la central de Fukushima
Los ingenieros detienen la fuga de material altamente radiactivo al mar de Japón
El mayor terremoto registrado en Japón deja ya cientos de víctimas
Japón
El Gobierno central, con el primer ministro, Naoto Kan, en cabeza, ha convocado una reunión urgente para abordar la respuesta al seísmo. Kan ha ordenado examinar la zona afectada y asistir a los afectados.
Mientras, se retoman los trabajos para estabilizar la planta siniestrada.
Continúan con relativa normalidad las operaciones para refrigerar los reactores 1, 2, y 3, informa la televisión local NHK. Según Tepco, no se han registrado daños en ninguno de los seis reactores de la central.
Los niveles de radiación se mantienen dentro de la normalidad, según ha añadido el portavoz.
Tras el temblor se han registrado cortes del suministro eléctrico en las prefecturas de Miaygi y Yamagata, según informa la agencia nipona Kyodo. La alteración del suministro también ha afectado a todas las áreas de las prefecturas de Aomori, Iwate, Akita. En la planta nuclear de Onagawa no se han detectado niveles anormales de radiactividad.
El USGS ha indicado que el temblor se ha originado a 66 kilómetros de la localidad de Sendai y a 118 kilómetros de Fukushima, una de las zonas más afectadas por el terremoto y posterior tsunami de hace casi un mes.
El servicio geológico estadounidense ha fijado inicialmente la magnitud en 7,4 pero más tarde la ha rebajado a 7,1. Tokio figura, según los datos del USGS, a 333 kilómetros, aunque varios testigos citados por Reuters también han confirmado de que han notado los efectos en la capital.
La Agencia Meteorológica Japonesa inicialmente ha activado la alerta de tsunami en la zona nororiental del país ante el temor de que se producieran olas de alrededor de dos metros, pero luego la ha anulado.
La alerta abarcaba una zona costera de 420 kilómetros de longitud, desde la prefectura de Aomori al norte a la prefectura de Ibaraki en el centro del país, al norte de Tokio. Además, ha recomendado la evacuación hacia el interior de las personas que se encuentren en la costa.
Las autoridades han dado orden de cerrar todas las autopistas de la prefectura de Miyagi, cercana al epicentro, según la agencia Kyodo, que también informa de cortes de luz en las zonas de Fukushima y Yamagata.
"Basándonos en todos los datos disponibles, no se espera un tsunami destructivo que alcance todo el Pacífico", ha señalado en su web el Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico. Pero ha advertido que: "Seísmos de este tamaño generan a veces tsunamis locales que pueden ser destructivos a lo largo de las costas situadas en un radio de 100 kilómetros del epicentro del terremoto".
Desde el terremoto del 11 de marzo se han sucedido cientos de secuelas pero pocas han sido de una magnitud superior a 7.
La combinación del seísmo y el tsunami dejó cerca de 28.000 muertos y desaparecidos, y cientos de miles de desplazados, tras la catástrofe que ha devastado la prefectura de Miyagi.
Perímetro de evacuación en Fukushima
Mientras la crisis nuclear se prolonga, el Gobierno japonés está estudiando la posibilidad de ampliar el área de evacuación de 20 a 30 kilómetros alrededor de la central, por el peligro que supone la exposición a la radiación durante periodos largos de tiempo.
Hasta ahora sólo existía la recomendación de mantenerse a 30 kilómetros, mientras que la zona de evacuación se mantenía, desde el primer día del accidente, a 20 kilómetros. Así lo ha indicado Yukio Edano, portavoz del Gobierno, que ha señalado que estas guías "se establecen asumiendo un accidente que libera un alto nivel de radiación en un corto espacio de tiempo", según informa Efe.
Desde Viena, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), ha asegurado que hay algunos indicios de avance en la estabilización de la planta, aunque la situación en general es grave.
"Nuestra estimación de la situación en Fukushima sigue siendo muy grave aunque hay algunos indicios de recuperación en algunas funciones como el suministro eléctrico y el instrumental", ha afirmado Denis Flory, miembro veterano del organismo, en una conferencia de prensa.
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