22 feb 2011
Me hice unas castañuelas
Me hice unas castañuelas
con dos lapas de la mar.
Cuando suben las mareas
se ponen a repicar.
Cómo se engaña la gente
y cómo me río yo
cuando dicen que las conchas
tienen del mar el rumor.
No es el rumor de la mar,
es el rumor de los dos,
de cuando fuimos mariscos
en sólo un caparazón.
Pedro García Cabrera ( Líquenes, 1928)
Un Dia habrá una Isla
Un día habrá una isla
que no sea silencio amordazado.
Que me entierren en ella,
donde mi libertad dé sus rumores
a todos los que pisen sus orillas.
Solo no estoy. Están conmigo siempre
horizontes y manos de esperanza,
aquellos que no cesan
de mirarse la cara en sus heridas,
aquellos que no pierden
el corazón y el rumbo en las tormentas,
los que lloran de rabia
y se tragan el tiempo en carne viva.
Y cuando mis palabras se liberen
del combate en que muero y en que vivo,
la alegría del mar le pido a todos
cuantos partan su pan en esa isla
que no sea silencio amordazado.
(Las islas en que vivo)
Pedro García Cabrera
Fuen-la DAVID TRUEBA
En los billetes chinos sigue apareciendo la cara de Mao, fundador de la China comunista, país que ya disfruta de la segunda economía más fuerte del mundo tras superar a Japón. Informe semanal dedicó una de sus piezas a la hegemonía económica del gigante de Asia, pero contada desde la espera tensa del pueblo de Estremera por saber si finalmente venderá dos millones de metros cuadrados de su suelo a unas iniciativas empresariales chinas.
Hace unos años, la histórica visita de Nixon a China en 1972 para descongelar las relaciones bilaterales inspiró una de las óperas modernas más influyentes, Nixon in China, de John Adams con libreto de Alice Goodman.
La semana pasada, la apertura del mayor parque empresarial chino en Fuenlabrada convocó un acto quizá no tan trascendental pero igual de icónico.
Las fuerzas vivas de la España que quiere crecer apoyada en un yuan, fuerte y sano, capitaneadas por el ministro de Fomento José Blanco, participaron en esta ceremonia de apertura teñida de rojo chino.
El polígono de Cobo Calleja podría ser el decorado para una zarzuela internacionalista y castiza. Pero el género chico no cuenta hoy día con compositores a la altura de los maestros.
También la muerte de Florinda Chico nos deja sin una actriz que sería perfecta para ejemplificar los abismos de comunicación entre esa civilización lejana y poderosa y la nuestra. En su época de esplendor, Florinda encarnó a la España eterna de las señoras de servicio, humildes pero rebosantes de humanidad, enfrentadas a la familia moderna, carente de valores.
China trae del lejano Oriente su dinero rojo, que recibimos con alegría.
En el Oriente más cercano, mientras tanto, una maravillosa oleada popular nos devuelve el esplendor de la democracia frente a las dictaduras hereditarias.
Triste sería que el éxito económico sirviera de freno a la libertad en este tiempo de crisis mundial.
A los epigramas de Confucio, España lleva siglos correspondiendo con los refranes de nuestra cultura agropecuaria. Años de sabiduría se contienen en expresiones tan ambivalentes como: "A quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija". Pero quizá el mejor resumen del estado actual de relaciones pertenezca al filósofo oriental: "Transporta un puñado de tierra todos los días y levantarás una montaña".
Hace unos años, la histórica visita de Nixon a China en 1972 para descongelar las relaciones bilaterales inspiró una de las óperas modernas más influyentes, Nixon in China, de John Adams con libreto de Alice Goodman.
La semana pasada, la apertura del mayor parque empresarial chino en Fuenlabrada convocó un acto quizá no tan trascendental pero igual de icónico.
Las fuerzas vivas de la España que quiere crecer apoyada en un yuan, fuerte y sano, capitaneadas por el ministro de Fomento José Blanco, participaron en esta ceremonia de apertura teñida de rojo chino.
El polígono de Cobo Calleja podría ser el decorado para una zarzuela internacionalista y castiza. Pero el género chico no cuenta hoy día con compositores a la altura de los maestros.
También la muerte de Florinda Chico nos deja sin una actriz que sería perfecta para ejemplificar los abismos de comunicación entre esa civilización lejana y poderosa y la nuestra. En su época de esplendor, Florinda encarnó a la España eterna de las señoras de servicio, humildes pero rebosantes de humanidad, enfrentadas a la familia moderna, carente de valores.
China trae del lejano Oriente su dinero rojo, que recibimos con alegría.
En el Oriente más cercano, mientras tanto, una maravillosa oleada popular nos devuelve el esplendor de la democracia frente a las dictaduras hereditarias.
Triste sería que el éxito económico sirviera de freno a la libertad en este tiempo de crisis mundial.
A los epigramas de Confucio, España lleva siglos correspondiendo con los refranes de nuestra cultura agropecuaria. Años de sabiduría se contienen en expresiones tan ambivalentes como: "A quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija". Pero quizá el mejor resumen del estado actual de relaciones pertenezca al filósofo oriental: "Transporta un puñado de tierra todos los días y levantarás una montaña".
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