Un Blues

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Del material conque están hechos los sueños

17 feb 2011

andy & lucas-aqui sigo yo 2010 "PIDO LA PALABRA" (buena calidad)

Liam Neeson se confiesa

El actor relata cómo vivió la muerte de su esposa, Natasha Richardson .

Han pasado casi dos años desde que Liam Neeson perdiera a su mujer, la también actriz Natasha Richardson, y por primera vez ha decidido abrir su corazón y contar cómo ha sido su vida desde la dura pérdida.
 El británico ha contado incluso cómo fue la última vez que vio a su mujer con vida.






El actor ha confesado a la edición de marzo de la revista 'Esquire' que, aunque hayan pasado casi dos años, no consigue superar la muerte de Natasha.
 En un principio, según reconoce, no sabía cómo lidiar con la profunda pena que sentía. "Creo que he sobrevivido corriendo hacia delante. Corriendo hacia el trabajo".



Pero estas distracciones no duraron mucho, "es lo malo de las penas", añadió el protagonista de Michael Collins. "No estás preparado para ello.
 Piensas que vas a llorar y poder sobrellevarlo. Haces esos planes, pero nunca funcionan".



Natasha Richardson murió en marzo de 2009 después de sufrir un accidente de ski. La actriz se cayó practicando en una pista para principiantes, en una estación canadiense. Lo que en principio parecía un simple golpe en la cabeza acabó derivando en un derrame cerebral horas después, cuando ya se encontraba en su hotel.
 De hecho, Natasha rechazó ser llevada a un centro médico nada más caerse.
Tras dos días en muerte cerebral, su marido y sus dos hijos decidieron desconectarla.



Según Liam Neeson este hecho aún le "sacude en medio de la noche". "A lo mejor estoy caminando tranquilamente, me siento relativamente contento, y de repente, boom. Es como si te golpearan en el pecho".
Pero Neeson ha concedido muchos más detalles del día del terrible accidente a 'Esquire.



"Entré en la sala de emergencias, podía haber como 70 u 80 personas, brazos rotos (...), y por primera vez en años nadie me reconoció", ha relatado Neeson.
"Ni las enfermeras, ni los pacientes, nadie.
Había viajado mucho para llegar y ahora no me dejaban verla. Entonces empecé a mirar a todo el mundo y a empujarles, diciendo: ¡Sé que mi mujer está aquí en algún sitio!"



"Saqué mi teléfono móvil, entonces vino un guardia de seguridad y me dijo que colgara. Estuve a punto de preguntarle si me reconocía, cuando desapareció", continuó Neeson, "así que decidí salir fuera y pensé: Hace mucho frío, ¿qué voy a hacer ahora?.



"Una vez fuera ví a dos enfermeras, fumando. Me levanté y afortunadamente una de ellas me reconoció", confesó Liam a la publicación.
 "Me sentí muy agradecido. Por primera vez en no sé cuánto tiempo me alegré de que alguien me reconociera", confesó el actor.
 "Entonces una de ellas me dijo: Ve por ahí, por la puerta de atrás, a la derecha, ella está en una de esas habitaciones.
 Así que llegué a tiempo".



Fue en ese momento cuando su vida cambió para siempre ya que "todos aquellos doctores que parecían tener 18 años, me dijeron lo peor", la trágica noticia de que ya no se podía hacer nada por la actriz británica.

Euroasco MARUJA TORRES

Berlusquini y Campsino serían hoy el asombro de Europa, si Europa no fuera ya una vieja alcahueta moralmente artrítica e incapaz de sorprenderse y, por qué vamos a negarlo, poco autorizada para repartir lecciones de ética entre sus pintorescos gobernantes.
Aquí, quien más quien menos se ha paseado en yate con un sátrapa de los medios de comunicación y traficante de armas a la vez -véase Sarkozy-, o se ha bailado un bolero, mejilla contra mejilla, con Obiang, como hizo el consuegro de Raphael y admirador de Julio y de la Iglesia...
Si repasáramos la agenda de las vacaciones privadas de muchos altos cargos obtendríamos un plano real de la repugnante geografía de la doble conciencia.






Aquí, en Bruselas, quiero decir, se ha hecho la vista gorda sobre demasiados asuntos. Desde las ilegalidades del primer ministro italiano, y no solo en el terreno de su patética vida sexual, hasta la abolición por narices del multiculturalismo, perpetrada por el socio europeo mediopensionista, Cameron.
 La Unión Europea asiste, imperturbable, a su propia degradación, tan indiferente como cuando contempla, sin aspavientos, el desempleo que azota a los jóvenes -21% en Europa; 42,8% en España-, o el empuje de las revueltas populares norteafricanas... Ejemplos para avergonzarse, sobran.



A Berlusconi hace tiempo que la UE habría tenido que repudiarle; suerte que las mujeres italianas, incluidas las tres juezas, van a por él.
 En cuanto al "candidato más respaldado de la historia de los candidatos de todas las democracias occidentales", sé que debería reírme pero no puedo, porque a lo mejor lo que dice es verdad.



Jóvenes en paro, salid a las plazas, encontrad vuestra voz.
 La juventud árabe también estaba en la calle, sin nada que hacer. Simplemente, tomaron el timón. Pacíficamente.
Y son multitud. Que nadie más que vosotros determine vuestras vidas.

Vanguardia histórica, la asignatura pendiente de Arco

La feria congrega a pocas galerías especializadas en clásicos modernos .
CATALINA SERRA -

No hace falta buscar mucho para encontrar vanguardia clásica en Arco este año. Las pocas galerías especializadas se concentran en el pabellón 8, aunque hay alguna sala que incluye obra de estos clásicos modernos repartida por la feria.
Lo mejor, sin embargo, es irse directo a los stands de tres galerías españolas concretas.
 En la galería Oriol destaca este año la apuesta que han hecho por César Domela (1900-1992), artista holandés que pasó gran parte de su vida en Francia y que durante un tiempo estuvo en la órbita del neoplasticismo de Mondrian.
 La sala exhibe unos magníficos bajorrelieves realizados con distintos materiales, incluida la piel de tiburón, en los años 40 y 50 con precios entre los 60. Y los 85.000 euros.





"Nos parece un artista interesante que es poco conocido en España y por esto hemos querido aposta por él", comenta Marc Domènech, que también destaca del mexicano Germán Cueto, con piezas realizadas con hilo de hierro.
"Las galerías de vanguardia son una asignatura pendiente en Arco porque aunque es cierto que hay que apostar por el arte contemporáneo y emergente, todo esto no se entiende si no se ven los fundamentos artísticos y para eso se necesita ver las vanguardias", señala Domènech.
"Si Arco quiere ser la fotografía artística del país tiene que tenerlo en cuenta y dedicarle un poco más de atención", añade al a tiempo que lamenta que muchas galerías extranjeras que en pasadas ediciones venían a la feria con estos grandes clásicos hayan renunciado ante la falta de interés del mercado español.



Pocos coleccionistas



Para José Ignacio Abelló, de la galería Guillermo de Osma, muy cercana a la sala Oriol, en España hay coleccionistas interesados por la vanguardia, pero son escasos.
"De hecho los grandes clientes de este tipo de arte son los museos", afirma al tiempo que también reivindica una mayor presencia de galerías clásicas en la feria "para hacer piña y fomentar el mercado". En su stand destaca un interesante cuadro de Lázlo Moholy-Vagy (1895-1946) que afirma proviene de una colección privada estadounidense y refleja muy bien los intereses de este fotógrafo y profesor de la Bauhaus en su etapa americana. El precio, unos 800.000 euros.



La otra galería especializada es Leandro Navarro, que también se apunta a considerar importante que los referentes de lo que se hace hoy pueda verse con mayor abundancia en la feria.
En su stand destaca un Picasso de 1937, el año en que pintó el Guernica.
Es una naturaleza muerta de tonos ocres que vende por 1,2 millones de euros.
 Lo que más destaca en su espacio es, sin embargo, un cuadro de Morandi de una sutileza fascinante que se vende por 1,4 millones de euros.



Aquí y allá también pueden verse obras de Calder, Picabia u otros maestros de vanguardia, pero definitivamente los clásicos modernos no tienen su año en esta edición de Arco.