16 feb 2011
La gala de los Premios Goya
En pleno centro de Madrid, en la gran fiesta del cine español, salía triunfadora Pa negre, una cinta con acento catalán.
Podrán encontrarse multitud de lecturas ideológicas, pero lo cierto es que la inusual carrera de Agustí Villaronga hace ya tiempo que merecía un reconocimiento.
Su victoria ha servido como cura de humildad, en un año en que el sector se ha polarizado como nunca entre defensores y detractores de la ley Sinde, dejando a un lado los criterios artísticos.
Con la derrota de Balada triste de trompeta (15 candidaturas, dos goyas) y de También la lluvia (13 candidaturas, tres goyas), los académicos parecen haberse pronunciado en contra de las caras largas y el lanzamiento de cuchillos.
Pero no conviene obviar la polémica.
Mientras algunos reivindicaban desde el escenario el cine en pantalla grande, las cifras de 2010 reflejan que solo tres filmes españoles han sobrepasado los seis millones de euros en taquilla.
Podrán quejarse de la intrusión extranjera o de las descargas ilegales, pero lo cierto es que esta ha sido la temporada más mediocre que ha dado el cine patrio en mucho tiempo. Quizá no esté en el cierre de páginas web, sino en el ingenio, la solución a los males endémicos de nuestro cine y que son los mismos desde mucho antes de que irrumpiera la temida Internet.- Pol Morales Vidal. Barcelona.
Un año más mis felicitaciones a la gestión del director Alex de la Iglesia al frente de la Academia de Cine.
En estos dos últimos años ha hecho más de lo que otros antecesores realizaron durante muchos años.
En el discurso en la XXV ceremonia de entrega de los Goya, volvió a dar un varapalo a sus compañeros de profesión.
Si el año pasado se caracterizó por explicar al gremio y al público el verdadero problema del cine español con una posible solución, este año su mensaje fue enfocado a plantear la comunión entre Internet y el cine. "Internet no es el futuro, es el presente".
Acertada reflexión, Alex. Dejando polémicas leyes Sinde aparte, mi enhorabuena de nuevo por contar con Andreu Buenafuente y deleitarnos con una gala ágil, divertida y animada.
El cometido es acercarnos y fomentar el uso y el disfrute de nuestro séptimo arte. ¡No te vayas, Alex de la Iglesia!. -Alex Sánchez Vidiella. Barcelona
Podrán encontrarse multitud de lecturas ideológicas, pero lo cierto es que la inusual carrera de Agustí Villaronga hace ya tiempo que merecía un reconocimiento.
Su victoria ha servido como cura de humildad, en un año en que el sector se ha polarizado como nunca entre defensores y detractores de la ley Sinde, dejando a un lado los criterios artísticos.
Con la derrota de Balada triste de trompeta (15 candidaturas, dos goyas) y de También la lluvia (13 candidaturas, tres goyas), los académicos parecen haberse pronunciado en contra de las caras largas y el lanzamiento de cuchillos.
Pero no conviene obviar la polémica.
Mientras algunos reivindicaban desde el escenario el cine en pantalla grande, las cifras de 2010 reflejan que solo tres filmes españoles han sobrepasado los seis millones de euros en taquilla.
Podrán quejarse de la intrusión extranjera o de las descargas ilegales, pero lo cierto es que esta ha sido la temporada más mediocre que ha dado el cine patrio en mucho tiempo. Quizá no esté en el cierre de páginas web, sino en el ingenio, la solución a los males endémicos de nuestro cine y que son los mismos desde mucho antes de que irrumpiera la temida Internet.- Pol Morales Vidal. Barcelona.
Un año más mis felicitaciones a la gestión del director Alex de la Iglesia al frente de la Academia de Cine.
En estos dos últimos años ha hecho más de lo que otros antecesores realizaron durante muchos años.
En el discurso en la XXV ceremonia de entrega de los Goya, volvió a dar un varapalo a sus compañeros de profesión.
Si el año pasado se caracterizó por explicar al gremio y al público el verdadero problema del cine español con una posible solución, este año su mensaje fue enfocado a plantear la comunión entre Internet y el cine. "Internet no es el futuro, es el presente".
Acertada reflexión, Alex. Dejando polémicas leyes Sinde aparte, mi enhorabuena de nuevo por contar con Andreu Buenafuente y deleitarnos con una gala ágil, divertida y animada.
El cometido es acercarnos y fomentar el uso y el disfrute de nuestro séptimo arte. ¡No te vayas, Alex de la Iglesia!. -Alex Sánchez Vidiella. Barcelona
El Cervantes provoca un intenso encuentro con María Dolores Pradera
La actriz y cantante entabló divertidos diálogos con amigos y gentes de la cultura .
"Esto no es un homenaje, ni un aniversario, ni un cumpleaños, es sólo un encuentro de amor con María Dolores Pradera, con la gente que la quiere".
Fue lo primero que dijo Concha García Campoy presentadora, junto a Luis Alegre, del acto que el Instituto Cervantes celebró anoche bajo el nombre de María Dolores Pradera la voz de las dos orillas, en torno al cual se reunieron gentes del mundo de la cultura para arropar a la cantante y actriz y charlar animadamente con ella.
Pradera a lo largo de la noche escuchó palabras de admiración y cariño y múltiples anécdotas con las que todos los espectadores rieron abiertamente.
Porque si algo se destacó en todo momento por parte de los presentes, y ella lo hizo patente en varias ocasiones, fue el finísimo humor y la inteligente ironía de esta mujer que, tal y como comento Carmen Cafarell, directora del Instituto Cervantes, representa mejor que nadie "los cantes de las dos orillas", a lo que añadió dirigiéndose a la Pradera (como la llaman desde siempre los de su oficio): "Has cogido nuestro folklore y te lo has llevado al otro lado del Atlántico y lo de allí lo has traído, siempre con la elegancia irrepetible de quien desde muy joven, y desde aquellos años en que soñar era tan necesario, empezó a regalarnos canciones nacidas en todos los rincones de los países de habla hispana".
También el acto contó con la presencia de Ángeles González-Sinde, la ministra de Cultura, en el mismo momento en el que se votaba la ley Sinde en el Congreso, quien hizo una divertida referencia a la prohibición de fumar en el escenario: ¿Acaso no ven que hay una diferencia entre la representación de la vida y la vida...., María Dolores, desde pequeña quiso ser otra y representar aún más la vida mediante otra forma de arte más abstracta, ya que como actriz sabía que la emoción reside en las cuerdas vocales, así que hizo de su voz su casa".
Unos la hablaron desde la distancia física, que no emocional, como el cineasta Fernando Trueba y los cantantes Miguel Bosé, Raphael y Sabina.
Otros sí pudieron asistir y participar.
La noche no fue ni larga ni tediosa.
Como en algún momento se comentó que le había pasado a la gala de los Premios Goya, aunque Pradera aportó una solución para que los galardonados no se eternicen con dedicatorias familiares cargándose la gala: "Los premiados deben ser del orfelinato".
No lo eran los que subieron al escenario para hablar de ella, con ella, y como todos sospecharon salió a la palestra su único marido, el actor y director Fernando Fernán-Gómez y una vez m?s volvió a dejar claro que ya no se acuerda porqué se separó de él y repitió la famosa frase que la actriz Ana Belén le recordó: "El caso es que si sé que le llevo pidiendo que me devuelva el rosario de mi madre un montón de años y esta es la hora que no me lo ha devuelto".
Y ella aguantó sin dejar que la emoción la dominase: "porque hoy me he maquillado y me han puesto rímel" ante tanto cariño y admiración llegado de mano de amigos como las actrices Concha Velasco, quien se vengó de sus intervenciones en los Goya "hablando todo lo que quiera", cosa que hizo ante la algarabía de todos, Elena Fernán-Gomez (su hija) y María Barranco, los periodistas Iñaki Gabilondo, Juan Cruz y Javier Rioyo, quien confesó que su padre toda la vida engañó a su madre con ella, y él mismo con quien ha podido, a lo que Pradera contestó: "¡Pues no he notado nada todos estos años!. También intervinieron el cineasta José Luis García Sánchez y los cantantes Rosa León, Amaya Uranga, Ana Belén, Víctor Manuel San José, Soledad Giménez y Carmen París quien dio un giro a la noche cantando a capella con la Pradera.
Junto a ellas se sumaron las otras cantantes que se encontraban entre el público, que aplaudió a rabiar, sobre todo a la que a todas luces era homenajeada y cuando esta se lanzó con temas que pusieron a los espectadores en pie, entre ellos el cuarteto de músicos que ahora acompaña a la cantante: "He cambiado a los mellizos por cuatrillizos" y también el poeta Tomás Segovia, los actores Álvaro de Luna y Elena Anaya, el escritor Boris Yzaguirre y el cineasta Pedro Olea, entre otros muchos rostros conocidos, todos ellos calificados como "amigos de la Pradera ganados a lo largo de toda una vida".
"Esto no es un homenaje, ni un aniversario, ni un cumpleaños, es sólo un encuentro de amor con María Dolores Pradera, con la gente que la quiere".
Fue lo primero que dijo Concha García Campoy presentadora, junto a Luis Alegre, del acto que el Instituto Cervantes celebró anoche bajo el nombre de María Dolores Pradera la voz de las dos orillas, en torno al cual se reunieron gentes del mundo de la cultura para arropar a la cantante y actriz y charlar animadamente con ella.
Pradera a lo largo de la noche escuchó palabras de admiración y cariño y múltiples anécdotas con las que todos los espectadores rieron abiertamente.
Porque si algo se destacó en todo momento por parte de los presentes, y ella lo hizo patente en varias ocasiones, fue el finísimo humor y la inteligente ironía de esta mujer que, tal y como comento Carmen Cafarell, directora del Instituto Cervantes, representa mejor que nadie "los cantes de las dos orillas", a lo que añadió dirigiéndose a la Pradera (como la llaman desde siempre los de su oficio): "Has cogido nuestro folklore y te lo has llevado al otro lado del Atlántico y lo de allí lo has traído, siempre con la elegancia irrepetible de quien desde muy joven, y desde aquellos años en que soñar era tan necesario, empezó a regalarnos canciones nacidas en todos los rincones de los países de habla hispana".
También el acto contó con la presencia de Ángeles González-Sinde, la ministra de Cultura, en el mismo momento en el que se votaba la ley Sinde en el Congreso, quien hizo una divertida referencia a la prohibición de fumar en el escenario: ¿Acaso no ven que hay una diferencia entre la representación de la vida y la vida...., María Dolores, desde pequeña quiso ser otra y representar aún más la vida mediante otra forma de arte más abstracta, ya que como actriz sabía que la emoción reside en las cuerdas vocales, así que hizo de su voz su casa".
Unos la hablaron desde la distancia física, que no emocional, como el cineasta Fernando Trueba y los cantantes Miguel Bosé, Raphael y Sabina.
Otros sí pudieron asistir y participar.
La noche no fue ni larga ni tediosa.
Como en algún momento se comentó que le había pasado a la gala de los Premios Goya, aunque Pradera aportó una solución para que los galardonados no se eternicen con dedicatorias familiares cargándose la gala: "Los premiados deben ser del orfelinato".
No lo eran los que subieron al escenario para hablar de ella, con ella, y como todos sospecharon salió a la palestra su único marido, el actor y director Fernando Fernán-Gómez y una vez m?s volvió a dejar claro que ya no se acuerda porqué se separó de él y repitió la famosa frase que la actriz Ana Belén le recordó: "El caso es que si sé que le llevo pidiendo que me devuelva el rosario de mi madre un montón de años y esta es la hora que no me lo ha devuelto".
Y ella aguantó sin dejar que la emoción la dominase: "porque hoy me he maquillado y me han puesto rímel" ante tanto cariño y admiración llegado de mano de amigos como las actrices Concha Velasco, quien se vengó de sus intervenciones en los Goya "hablando todo lo que quiera", cosa que hizo ante la algarabía de todos, Elena Fernán-Gomez (su hija) y María Barranco, los periodistas Iñaki Gabilondo, Juan Cruz y Javier Rioyo, quien confesó que su padre toda la vida engañó a su madre con ella, y él mismo con quien ha podido, a lo que Pradera contestó: "¡Pues no he notado nada todos estos años!. También intervinieron el cineasta José Luis García Sánchez y los cantantes Rosa León, Amaya Uranga, Ana Belén, Víctor Manuel San José, Soledad Giménez y Carmen París quien dio un giro a la noche cantando a capella con la Pradera.
Junto a ellas se sumaron las otras cantantes que se encontraban entre el público, que aplaudió a rabiar, sobre todo a la que a todas luces era homenajeada y cuando esta se lanzó con temas que pusieron a los espectadores en pie, entre ellos el cuarteto de músicos que ahora acompaña a la cantante: "He cambiado a los mellizos por cuatrillizos" y también el poeta Tomás Segovia, los actores Álvaro de Luna y Elena Anaya, el escritor Boris Yzaguirre y el cineasta Pedro Olea, entre otros muchos rostros conocidos, todos ellos calificados como "amigos de la Pradera ganados a lo largo de toda una vida".
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