3 feb 2011
Vergüenza MARUJA TORRES
Transición. Hermosa palabra. Cuántos crímenes se cometen en tu nombre.
Ahora mismo se perpetra uno en Tahrir Square y sus alrededores: es decir, en todo Egipto.
Tahrir ha sido el corazón de la protesta y sus criaturas resisten bravamente, pero todos sabemos que los esbirros de Mubarak -algunos los llaman partidarios: cómo no lo van a ser- vencerán.
Nos tienen a nosotros detrás.
A Estados Unidos y su novia de toda la vida, Israel, y a este carcamal medio paralizado y enmudecido que llamamos Unión Europea.
El sapo tirano ha escupido sobre todos nosotros y nos ha inmovilizado.
No le ha hecho falta saliva.
En el fondo, todos sabemos cuál es su arma suprema, de qué se sirve para tener a Obama y a sus siervos en el bolsillo: islamismo. Uhhhhhhh, que vienen los islamistas.
Nunca lo sabremos. Nunca les damos la oportunidad, a esos pueblos, de decidir por sí mismos.
Y si se la damos, tampoco les permitimos decepcionarse y rectificar en las urnas, como hacemos nosotros.
Sucedió en Argelia, y vino un baño de sangre.
Era fundamental que Egipto resultara un ejemplo.
El pueblo lo deseaba y se sentía orgulloso, tras la estela de Túnez pero en grandioso.
No podían comunicarse entre sí, el sátrapa ordenó aislarles de Internet, del teléfono móvil.
Pero ellos se veían, se sentían, se sabían. Han presenciado demasiadas veces esta épica, protagonizada por otros, para ignorar que hacían historia.
Pues bien, ya lo sabéis.
Ejemplarmente, Egipto va a ser sometido a los deseos de los queridos amigos de Occidente y su palanganero local.
Habrá más islamistas que nunca, nos odiarán más que antes.
Y nosotros continuaremos impávidos, como esas palmeras de plástico que Mubarak hizo poner en El Cairo para camuflar las antenas de los celulares luego enmudecidos. Inmóviles, sin que ningún viento nos sacuda.
Aborrecibles.
Ahora mismo se perpetra uno en Tahrir Square y sus alrededores: es decir, en todo Egipto.
Tahrir ha sido el corazón de la protesta y sus criaturas resisten bravamente, pero todos sabemos que los esbirros de Mubarak -algunos los llaman partidarios: cómo no lo van a ser- vencerán.
Nos tienen a nosotros detrás.
A Estados Unidos y su novia de toda la vida, Israel, y a este carcamal medio paralizado y enmudecido que llamamos Unión Europea.
El sapo tirano ha escupido sobre todos nosotros y nos ha inmovilizado.
No le ha hecho falta saliva.
En el fondo, todos sabemos cuál es su arma suprema, de qué se sirve para tener a Obama y a sus siervos en el bolsillo: islamismo. Uhhhhhhh, que vienen los islamistas.
Nunca lo sabremos. Nunca les damos la oportunidad, a esos pueblos, de decidir por sí mismos.
Y si se la damos, tampoco les permitimos decepcionarse y rectificar en las urnas, como hacemos nosotros.
Sucedió en Argelia, y vino un baño de sangre.
Era fundamental que Egipto resultara un ejemplo.
El pueblo lo deseaba y se sentía orgulloso, tras la estela de Túnez pero en grandioso.
No podían comunicarse entre sí, el sátrapa ordenó aislarles de Internet, del teléfono móvil.
Pero ellos se veían, se sentían, se sabían. Han presenciado demasiadas veces esta épica, protagonizada por otros, para ignorar que hacían historia.
Pues bien, ya lo sabéis.
Ejemplarmente, Egipto va a ser sometido a los deseos de los queridos amigos de Occidente y su palanganero local.
Habrá más islamistas que nunca, nos odiarán más que antes.
Y nosotros continuaremos impávidos, como esas palmeras de plástico que Mubarak hizo poner en El Cairo para camuflar las antenas de los celulares luego enmudecidos. Inmóviles, sin que ningún viento nos sacuda.
Aborrecibles.
Termina el Año del Tigre, empieza la estrategia para su supervivencia
Trece países se han comprometido a duplicar la población salvaje, de poco más de 3.000 ejemplares, en 10 años .
Las reservas del tigre en Asia pueden albergar más de 10.000 ejemplares salvajes, tres veces más que la población total estimada de este felino, indica un nuevo estudio de destacados científicos conservacionistas.
Los requisitos son que las reservas se manejen como áreas a gran escala, en las que se protejan los lugares de cría, y que beneficien a las comunidades locales.
Datos del Fondo Mundial para la Naturaleza
Mapa elaborado por WWF de las zonas en las que habitaban los tigres y los reductos actuales de esta especie en peligro de extinción (áreas más oscuras).- WWF
Al final del Año del Tigre chino, la organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) se muestra ligeramente optimista sobre la situación del tigre en Asia, ante los avances en acuerdos internacionales conseguidos en el marco de la iniciativa para la conservación global de la especie que se puso en marcha en 2008.
"En medio de una crisis, es tentador poner los carromatos en círculo y proteger solo un número limitado de núcleos, pero podemos y debemos hacer más", ha dicho Eric Dinerstein, director científico del WWF y coautor del estudio.
"Necesitamos parar la hemorragia, la caza del tigre y de sus presas en núcleos de reproducción, pero tenemos que ir mucho más allá y asegurar áreas más grandes para el tigre antes de que sea demasiado tarde".
La población de tigres salvajes se ha reducido a 3.200 ejemplares, frente a los 100.000 de hace un siglo, lo que los sitúa al borde de la extinción.
El comercio de productos derivados del felino es uno de los grandes peligros a los que se enfrenta.
El informe sobre la estrategia de conservación , publicado en la revista Conservation Letters, proporciona la primera evaluación del compromiso político de los 13 países en los que viven tigres de doblar la población para 2022.
Este compromiso, alentado por el Banco Mundial, se alcanzó en la cumbre sobre el tigre celebrada en San Petersburgo el pasado mes de noviembre, en la que participaron representantes de Bangladesh, Bután, Camboya, China, India, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Nepal, Rusia, Tailandia y Vietnam.
En el nuevo estudio se señala que las 20 áreas prioritarias de conservación, en las que existe la mayor probabilidad de que el tigre sobreviva a largo plazo, podrían albergar más de 10.500 ejemplares, incluyendo unas 3.400 hembras reproductivas.
"Mientras conservamos el tigre salvamos todas las plantas y animales que viven bajo el paraguas del tigre", dice John Seidensticker, del Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación. Los expertos temen que las infraestructuras, como embalses, carreteras y minas, sean las mayores amenazas para esta estrategia, mientras que el turismo, la gestión de bosques en los corredores y cinturones protectores y la compraventa de carbono son oportunidades a aprovechar para la conservación.
Un ejemplo de reacción ante la situación desesperada de la especie, en el marco de los acuerdos internacionales es Nepal.
"Nepal se ha comprometido al objetivo de duplicar el número de tigres salvajes en nuestro país para 2022", dice Deepak Bohara, ministro nepalí de bosques y conservación del suelo.
"Este análisis muestra que se puede hacer, no sólo en Nepal, sino, si se hace bien con estudios y planificación cuidadoso, en todo el hábitat del tigre.
Es importante promocionar una cooperación regional para mantener corredores para el tigre entre las diferentes reservas", señala.
En 100 años los tigres han perdido el 83% de su territorio.
Desde los años cuarenta, tres especies han sido cazadas hasta su total extinción: tigre del Caspio o persa (Panthera tigris virgata), de Bali (Panthera tigris balica) y de Java (Panthera tigris sondaica).
De otra especie más, el tigre de Xiamen, en China, tan sólo sobreviven unos 50 ejemplares en reservas y zoológicos.
El número de tigres en cautividad supera, solo en Estados Unidos, la población salvaje, con 5.000 ejemplares, muchos de ellos en manos privadas.
Las reservas del tigre en Asia pueden albergar más de 10.000 ejemplares salvajes, tres veces más que la población total estimada de este felino, indica un nuevo estudio de destacados científicos conservacionistas.
Los requisitos son que las reservas se manejen como áreas a gran escala, en las que se protejan los lugares de cría, y que beneficien a las comunidades locales.
Datos del Fondo Mundial para la Naturaleza
Mapa elaborado por WWF de las zonas en las que habitaban los tigres y los reductos actuales de esta especie en peligro de extinción (áreas más oscuras).- WWF
Al final del Año del Tigre chino, la organización Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) se muestra ligeramente optimista sobre la situación del tigre en Asia, ante los avances en acuerdos internacionales conseguidos en el marco de la iniciativa para la conservación global de la especie que se puso en marcha en 2008.
"En medio de una crisis, es tentador poner los carromatos en círculo y proteger solo un número limitado de núcleos, pero podemos y debemos hacer más", ha dicho Eric Dinerstein, director científico del WWF y coautor del estudio.
"Necesitamos parar la hemorragia, la caza del tigre y de sus presas en núcleos de reproducción, pero tenemos que ir mucho más allá y asegurar áreas más grandes para el tigre antes de que sea demasiado tarde".
La población de tigres salvajes se ha reducido a 3.200 ejemplares, frente a los 100.000 de hace un siglo, lo que los sitúa al borde de la extinción.
El comercio de productos derivados del felino es uno de los grandes peligros a los que se enfrenta.
El informe sobre la estrategia de conservación , publicado en la revista Conservation Letters, proporciona la primera evaluación del compromiso político de los 13 países en los que viven tigres de doblar la población para 2022.
Este compromiso, alentado por el Banco Mundial, se alcanzó en la cumbre sobre el tigre celebrada en San Petersburgo el pasado mes de noviembre, en la que participaron representantes de Bangladesh, Bután, Camboya, China, India, Indonesia, Laos, Malasia, Myanmar, Nepal, Rusia, Tailandia y Vietnam.
En el nuevo estudio se señala que las 20 áreas prioritarias de conservación, en las que existe la mayor probabilidad de que el tigre sobreviva a largo plazo, podrían albergar más de 10.500 ejemplares, incluyendo unas 3.400 hembras reproductivas.
"Mientras conservamos el tigre salvamos todas las plantas y animales que viven bajo el paraguas del tigre", dice John Seidensticker, del Instituto Smithsonian de Biología de la Conservación. Los expertos temen que las infraestructuras, como embalses, carreteras y minas, sean las mayores amenazas para esta estrategia, mientras que el turismo, la gestión de bosques en los corredores y cinturones protectores y la compraventa de carbono son oportunidades a aprovechar para la conservación.
Un ejemplo de reacción ante la situación desesperada de la especie, en el marco de los acuerdos internacionales es Nepal.
"Nepal se ha comprometido al objetivo de duplicar el número de tigres salvajes en nuestro país para 2022", dice Deepak Bohara, ministro nepalí de bosques y conservación del suelo.
"Este análisis muestra que se puede hacer, no sólo en Nepal, sino, si se hace bien con estudios y planificación cuidadoso, en todo el hábitat del tigre.
Es importante promocionar una cooperación regional para mantener corredores para el tigre entre las diferentes reservas", señala.
En 100 años los tigres han perdido el 83% de su territorio.
Desde los años cuarenta, tres especies han sido cazadas hasta su total extinción: tigre del Caspio o persa (Panthera tigris virgata), de Bali (Panthera tigris balica) y de Java (Panthera tigris sondaica).
De otra especie más, el tigre de Xiamen, en China, tan sólo sobreviven unos 50 ejemplares en reservas y zoológicos.
El número de tigres en cautividad supera, solo en Estados Unidos, la población salvaje, con 5.000 ejemplares, muchos de ellos en manos privadas.
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