Un Blues

Un Blues
Del material conque están hechos los sueños

31 ene 2011

Un juez ordena retirar de Mallorca el 'falso' piano de Chopin

Una sentencia decide cuál es la celda que habitó el músico Chopin con George Sand y descalifica la autencidad de uno de los dos instrumentos que se exhiben .
.¿Qué piano tocó Chopin durante su invierno en Mallorca? ¿Quién puede publicitar y sacar réditos de aquella simbólica huella del siglo XIX?
 Los turistas y visitantes locales no pueden ser engañados, así lo afirma una juez de lo mercantil de Palma que ha ordenado, en sentencia recurrible, que se "retire el piano expuesto actualmente en la celda número 2 de la Cartuja de Valldemossa , ya que lo están mostrando como el pobre piano mallorquín [cita histórica] de manera fraudulenta".
El instrumento que se exhibe no había sido construido en 1838 cuando Chopin estuvo en Mallorca y por ello no pudo tocarlo el compositor.
 En otra celda distinta se muestra otro, un pianianino Pleyel, que si usó en algun momento el célebre pianista.
No se puede hacer publicidad ilícita, reseña la jueza.





Dos empresas familiares patrimoniales insulares (los Quetglas, herederos del banquero radicado en Mallorca, Canut, que atendió al músico, y los Ferrà nietos promotores culturales Ferrà-Boutrox, relacionados con Joan Miró) disputan desde hace décadas el honor y el rédito comercial de poseer las celdas cartujas y el piano auténtico que usó Chopin, que viajó con la escritora George Sand.
Ambas compañías son titulares dos bloques de celdas -abandonadas por los monjes en la Desamortización del XVIII- la dos y la cuatro.
 Los Ferrá, estipula la juez tendrán que "retirar toda la publicidad que referencia la estancia de Chopin y George Sand en cualquier de sus propiedades al haber morado en la actual celda 4 (la de los Quetglas)".



Ex votos, cartas, cabellos, partituras, dibujos de los hijos de Sand se muestran en visitas culturales, previo pago.
La tercera generación de los propietarios -ambos potentados patrimoniales- ha llevado a los juzgados su disputa que se ha traducido antes en libros censurados y desavenencias personales.
 Los Ferrà que mantienen el célebre festival Chopin de los veranos de Valldemossa tienen una de las mejores colecciones chopinianas, pero el piano -según la juez- no.



Para Mallorca, Chopin es un gran gancho turístico por su estancia en Valldemossa en aquellas semanas de 1838-39 tan bien retratadas por su pareja la escritora feminista George Sand en Un invierno en Mallorca, un buen libro de viajes -polémico entre los nativos insulares antiguos- del que se han vendido cientos de miles de ejemplares en más de un siglo.
El flujo de cientos de miles de visitantes anuales genera en Valldemossa un negocio millonario.
Y también la disputa por el honor de poseer y exhibir la celda y el piano que el músico polaco usó en aquella estancia.

Fumar Mata

Semillas de Desdén...Indiferencia

Haciendo de la vida coartada, donde el criminal, donde la víctima, en el camino yace ya postrada,
la muerte anunciada de antemano.
Los cadáveres se suceden a lo largo y ancho del
camino, que el paso del tiempo ha ido sumiendo en
el olvido.
Armadura de indiferencia que cubre a aquel que
mira.
Osarío inmenso, calaveras y blancos cráneos, igual
que si fueran perros,
se les aparta del camino.
En el fragor de la guerra, al pisarlos se oyen los...
crujidos.
Los gusanos devoran la piel seca, que el viento ondu-
la como una bandera.
Las Balas de la competencia, han acabado su vida
efimera.
Su boca, dientes apretados, cruel ironía, lucen una
sonrisa permanente....
Que si fuera sonido, sería una carcajada.


(En Memoria de todas las víctimas del Holocuasto, que se rememora los 50 años, para que no vuelva a ocurrir semejante desatino entre los hombres.)

Máscaras Almudenas Grandes

"Italia es un país ridículo y siniestro".
En septiembre de 1975, cuando los sociólogos lo consideraban el laboratorio político de Europa y las fuerzas progresistas miraban, también desde España, a su sociedad civil como el modelo a imitar, Pier Paolo Pasolini escribió estas palabras. "Sus hombres de poder son máscaras cómicas vagamente manchadas de sangre.
 Pero los ciudadanos italianos no les van a la zaga".
Pasolini, considerado entre sus compatriotas, hasta en ciertos círculos de la izquierda, como un intelectual desagradable por el descarnado pesimismo de sus opiniones, señalaba dos culpables, la escuela y la televisión, cómplices en la transmisión de una ideología del hedonismo carente de valores humanos y humanistas.






35 años después, Berlusconi encarna la visión pasoliniana de la realidad con tanta maestría como si estuviera interpretando el papel principal en la obra póstuma del artista. El pelo teñido y la cara empastada de maquillaje, sus desesperados alardes juveniles de seductor senil baten a diario sus propias marcas de indignidad, sin que muchos de sus conciudadanos encuentren motivos para dejar de celebrar sus payasadas.



No pretendo ser desagradable, pero Berlusconi me parece más siniestro que ridículo.
Para comprobar que los sociólogos de los setenta tenían razón al advertir que la sociedad italiana anticipaba la evolución del resto del continente, basta con contemplar las máscaras de la princesa del pueblo y su corte de enormidades.
Debajo, hay un rostro feo y vulgar que a nadie le interesa mirar.
 Es la magia de la televisión.
 Cuando la trivial escenificación del canibalismo deje de ser un ameno pasatiempo para disfrutar en familia, tal vez sus estrellas se hayan trasladado a los escaños del Congreso, y habrá quien diga que es pura democracia.
Conviene prepararse para lo peor, leer a Pasolini.

Pues tu, por ejemplo, gracias a Berlusconi escribes en un periódico que es de él. Lee tu a Pasolini, igual no has visto ninguna película de él, me molesta que gente de la cultura me diga lo que tengo que leer, lo he leído ya, no hace falta tener un nombre en el batiburrillo de escritores , además cada novela tuya es peor a la anterior, preócupate por eso y no me digas lo que No o Si debo leer.