El genio arrebatador del pianista y compositor húngaro, que desataba la locura en los escenarios, sigue vigente en el 200º aniversario de su nacimiento .
Los cortocircuitos que produce la música en las hormonas no son asunto nuevo.
No vienen de los Beatles o los Back Street Boys.
Ya los castratti en el siglo XVIII provocaban desmayos.
Pero pocos músicos en la historia han desatado sobre el escenario la locura de Franz Liszt.
Si a las estrellas de rock sus fans les tiran la ropa interior a la cara, a este pianista y compositor húngaro, en vez de los ramos de flores que se estilaban en las salas europeas, le arrojaban joyas.
Y si dejaba los restos de un puro junto al pedal, alguna mujer llegaba a metérselos en el escote y llevarlos ahí hasta el día de su muerte.(Que Horror)
Si al resto de compositores les tiraban flores, a él le lanzaban joyas
Algunos cuentan que Beethoven le besó la frente cuando le vio tocar
Hay leyendas que no son comparables a nada.
Sobrepasan los límites. Franz Liszt lo fue, lo es y este año se le recuerda en el segundo centenario de su nacimiento (el 22 de octubre de 1811) en Raiding, entonces Hungría, ahora Austria.
Los programas de los recitales de grandes figuras están plagados de homenajes con sus piezas.
Pero no se esperan reacciones histéricas, ni delirios.
Lo que sí podremos comprobar es la vigencia de una obra que perdura. Aunque quizá no como a él le hubiese gustado.
A la hora de juzgar a Liszt se imponen dos caras.
La del intérprete brillante y revolucionario y la del compositor.
Esta última respondía a las reglas del ejecutante pero, pese a abrir caminos en el pianismo, no alcanzó las cotas rupturistas y geniales del otro referente absoluto de su época: Federico Chopin.
El genio pianístico ideal quizá resida en la mezcla de ambos.
Si Chopin envidiaba a Liszt por su destreza enérgica ante el público -su delicada salud no le permitía lograrlo-, la obra del polaco está más vigente -con su invención de nuevas formas- que la del húngaro de poderes diabólicos.
En lo que sí rompió moldes Liszt fue en su interpretación.
Aunque algunos críticos sostuvieran que pagaba a las mujeres para que pelearan tras sus conciertos, no había fortuna capaz de resistir tantos incidentes.
Y es que Liszt producía un arrebato electrizante, cuenta el crítico Harold Shonberg en The great pianists.
Se presentaba con su media melena y su ceremonia. No besaba la mano a las mujeres. Ellas debían besárselas a él. Fue soberbio y efectista.
Se colgaba las medallas que recibía por cada corte para que produjeran un rítmico chasquido en los conciertos.
Suspiraba, tarareaba en alto, gritaba.
Hoy, los contrariados públicos de los auditorios clásicos le abuchearían hasta quitarle esos hábitos.
Una vez superó sus complejos se convirtió en una fuerza de la naturaleza.
Porque según su maestro Carl Czerny, con ocho años, Liszt era un niño pálido que se movía en el taburete como si estuviera borracho.
En cualquier momento parecía que se fuera a desmayar. Aún así, el estudiante fue prodigio y dicen que llegó a tocar delante de Beethoven. El maestro, cuentan, aunque hay dudas, le besó la frente.
Si fuera cierto, la anécdota data de 1823.
Así que Beethoven lo vería, pero escucharlo es otro cantar porque por entonces su sordera parecía severa y acudía a pocos recitales.
El niño haría historia.
Se empeñó en ampliar las sonoridades del instrumento de manera orquestal y para ello se dejó influir por dos referentes: el inmenso abanico de tonalidades de Paganini, cuyos efectos con el violín quiso trasladar al piano, y esa mezcla de delicadeza y bravura que persiguió Chopin toda su vida.
Su estilo como compositor bailaba entre el romanticismo y el manierismo, como sostiene Piero Rattalino en Historia del piano.
De joven se dejó seducir por la revolución y se volcó en un nuevo virtuosismo trasladado a las partituras que con la influencia de Paganini alcanzó el aspecto demoníaco.
Es algo que se observa en sus transcripciones sinfónicas u operísticas para el piano.
Pero su viaje fue mermando el entusiasmo hasta llegar a la decepción que se refleja en la música de su época al servicio del duque de Weimar: más introvertida, más mística, como en los Funérailles.
Entonces ya albergaba la ilusión de llegar a ser el renovador de la música sacra católica bajo la protección del papa Pío IX.
Su creciente pena fue paliada por la cantidad de mujeres que amó o sedujo. Entre ellas estuvieron Marie Duplessis -la mujer en la que Verdi se inspiró para La Traviata-, Lola Montez, Maria Pawlowna, duquesa de Sajonia...
Aunque su gran amor fue la impenitente fumadora de puros Carolyne Sayn-Wittgestein, quien, para vivir con el pianista, abandonó a su marido y a los 30 criados que la servían en su palacio.
Sus relaciones fueron turbulentas, con amenazas de muerte por medio e intentos de suicidio.
El exceso romántico condujo su vida.
En el amor, en la música, allá por donde pasaba dejaba huella y delirio.
Fue Franz Liszt, el mago ardiente del piano.
29 ene 2011
28 ene 2011
Un dolor ampliado por las mentiras
El fiscal cree que las distintas versiones del crimen y la incógnita sobre el paradero del cuerpo aumentan el sufrimiento de la familia de Marta del Castillo .
"Hemos perdido la ilusión y la esperanza de que alguno dijera algo sobre el paradero del cuerpo de Marta en el juicio.
Estábamos esperando que se derrumbaran, pero ya no vamos a sacar nada nuevo en este juicio".
Antonio del Castillo, el padre de la joven sevillana desaparecida hace dos años, mostró ayer su desolación tras prestar declaración como testigo en el juicio al menor Javier G., El Cuco.
La policía declara que El Cuco vio a Marta del Castillo con mucha sangre en el piso donde murió
El ministerio público destaca el testimonio "desgarrador" de los padres de la víctima
Esa patente desesperación sirvió ayer a la fiscalía para considerar probado el delito contra la integridad moral de los padres, que solicita por los "perjuicios psicológicos probados" tras la explicación del sufrimiento que les ha acarreado la desaparición de su hija.
El ministerio público destacó el testimonio "estremecedor y de profundísimo dolor" de los padres, agravado por las múltiples versiones del crimen que han ofrecido los implicados. Dos médicos forenses ya reconocieron en un informe las lesiones psicológicas y psíquicas que el crimen les había producido.
Los padres de Marta declararon ayer "comedidos, serenos, pero transmitiendo mucho dolor", según fuentes de la fiscalía. "Están destrozados y el cambio de versión de los acusados, así como la búsqueda infructuosa del cadáver, han incrementado el dolor de los padres (...) Cada nueva búsqueda del cadáver les sumía en un dolor más profundo y esa es la esencia del delito contra la integridad moral", añadieron las mismas fuentes.
Los abogados presentes en la vista oral destacaron ayer el testimonio de la madre, Eva Casanueva, "especialmente desgarrador" quien señaló que Marta "siempre protegía a sus amigos y a El Cuco sobre todo, porque le veía más pequeño y le trataba como a un niño, con especial ternura".
Por otra parte, Rocío P., de 16 años y ex novia del principal acusado, Miguel Carcaño, subrayó que este abandonó su casa de Camas, a las afueras de Sevilla, la noche del crimen a las 22.50 en primer lugar, y posteriormente le vio de nuevo entrar y salir de madrugada. La fiscalía sitúa el encuentro en la casa de la calle León XIII de Sevilla, donde supuestamente murió Marta, a partir de la 1.30 de la madrugada, lo que encajaría con la presunta salida de Carcaño esa noche. Rocío dijo que vio salir a Carcaño por la ventana del dormitorio que compartían en su casa.
Mientras, tras la agresión sufrida por José Manuel Carrión, abogado del hermano de Carcaño, a manos de varios manifestantes que le propinaron puñetazos y patadas en las inmediaciones de los juzgados, el presidente de la Audiencia de Sevilla, Damián Álvarez, avanzó que pedirá a la policía que acompañe a los abogados que asisten a los acusados. "Estos hechos dan una imagen tercermundista y son inadmisibles", calificó Álvarez.
Por otra parte, fuentes de la Fiscalía confirmaron que no recurrirán la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ayer ordenó que un tribunal profesional enjuicie a los cuatro adultos implicados en el crimen.
"Hemos perdido la ilusión y la esperanza de que alguno dijera algo sobre el paradero del cuerpo de Marta en el juicio.
Estábamos esperando que se derrumbaran, pero ya no vamos a sacar nada nuevo en este juicio".
Antonio del Castillo, el padre de la joven sevillana desaparecida hace dos años, mostró ayer su desolación tras prestar declaración como testigo en el juicio al menor Javier G., El Cuco.
La policía declara que El Cuco vio a Marta del Castillo con mucha sangre en el piso donde murió
El ministerio público destaca el testimonio "desgarrador" de los padres de la víctima
Esa patente desesperación sirvió ayer a la fiscalía para considerar probado el delito contra la integridad moral de los padres, que solicita por los "perjuicios psicológicos probados" tras la explicación del sufrimiento que les ha acarreado la desaparición de su hija.
El ministerio público destacó el testimonio "estremecedor y de profundísimo dolor" de los padres, agravado por las múltiples versiones del crimen que han ofrecido los implicados. Dos médicos forenses ya reconocieron en un informe las lesiones psicológicas y psíquicas que el crimen les había producido.
Los padres de Marta declararon ayer "comedidos, serenos, pero transmitiendo mucho dolor", según fuentes de la fiscalía. "Están destrozados y el cambio de versión de los acusados, así como la búsqueda infructuosa del cadáver, han incrementado el dolor de los padres (...) Cada nueva búsqueda del cadáver les sumía en un dolor más profundo y esa es la esencia del delito contra la integridad moral", añadieron las mismas fuentes.
Los abogados presentes en la vista oral destacaron ayer el testimonio de la madre, Eva Casanueva, "especialmente desgarrador" quien señaló que Marta "siempre protegía a sus amigos y a El Cuco sobre todo, porque le veía más pequeño y le trataba como a un niño, con especial ternura".
Por otra parte, Rocío P., de 16 años y ex novia del principal acusado, Miguel Carcaño, subrayó que este abandonó su casa de Camas, a las afueras de Sevilla, la noche del crimen a las 22.50 en primer lugar, y posteriormente le vio de nuevo entrar y salir de madrugada. La fiscalía sitúa el encuentro en la casa de la calle León XIII de Sevilla, donde supuestamente murió Marta, a partir de la 1.30 de la madrugada, lo que encajaría con la presunta salida de Carcaño esa noche. Rocío dijo que vio salir a Carcaño por la ventana del dormitorio que compartían en su casa.
Mientras, tras la agresión sufrida por José Manuel Carrión, abogado del hermano de Carcaño, a manos de varios manifestantes que le propinaron puñetazos y patadas en las inmediaciones de los juzgados, el presidente de la Audiencia de Sevilla, Damián Álvarez, avanzó que pedirá a la policía que acompañe a los abogados que asisten a los acusados. "Estos hechos dan una imagen tercermundista y son inadmisibles", calificó Álvarez.
Por otra parte, fuentes de la Fiscalía confirmaron que no recurrirán la decisión del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), que ayer ordenó que un tribunal profesional enjuicie a los cuatro adultos implicados en el crimen.
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