10 ene 2011
La noche no es lo que era
Discotecas, 'pubs' y conciertos libres de humo, escenarios insólitos para noctámbulos - Los fumadores acatan sin resistencia la nueva ley antitabaco .
La nueva ley esboza sutiles cambios sociales.
Camareros que parecen haberse quitado una losa de encima, hosteleros enfadados por tener que vigilar a la clientela dentro del local y en las aceras colindantes, noctámbulos fumadores que entablan una intensa vida social en las terrazas o bajo la lluvia y el frío con un fin universal: ligar.
Hay quien ha descubierto que en los garitos algunos van perfumados y otros son ariscos a la ducha. O que se puede llegar a casa sin oler a cuerno y sin los ojos lentillosos rojos como guindillas. Sensaciones facilitadas por una ley que, con ligeras excepciones, goza de buena salud. Así se ha vivido el primer fin de semana sin humos en algunas grandes ciudades.
¿Quién nos quita ahora la mala leche?
- Cataluña. "Ahora las noches son distintas", advierte tan pronto como a las dos de la madrugada del primer viernes sin tabaco Marcel Carbó, camarero de una discoteca céntrica de Barcelona.
El veto al tabaco se respetó ampliamente en los bares y discotecas de la ciudad y perfila nuevos hábitos: "Por fin nos parecemos a Europa, en unos meses nos asombrará que antes se dejara fumar en todos lados", ilustró Alberto Vázquez, consumidor de nicotina de 28 años desde el límpido local Marsella. El grueso de fumadores arremolinados en la calle, los camareros y los dueños de los locales agradecían la nitidez insólita en el interior de los establecimientos, la atmósfera que ya no atufa la ropa y el ritual de salir a fumar al exterior como estrategia para romper el hielo con desconocidos. En el Marsella, local emblemático que acumulaba humo desde principios del XIX, la estampa sorprendía a los veteranos. "Nunca lo había visto tan limpio. Esta noche me he dado cuenta de que algunos clientes usan perfume. Y otros, no", resumió bromista Xavier, camarero, también fumador, encantado con la medida. "Llegas a casa y la ropa no apesta. Impresionante".
Una sombra despunta en esta nueva configuración de la fiesta nocturna: los vecinos temen que el jaleo causado por los fumadores callejeros disparen las molestias en las noches de fin de semana.
El viernes, los corros que frente a algunos locales sobrepasaron la cincuentena larga de personas ya generaron más alboroto del habitual. "Se oye más jaleo del que estábamos acostumbrados a sufrir. Y sufríamos mucho.
Veremos si acaba siendo insoportable", advirtió Josep Portes, vecino de 39 años de un céntrico local cercano a la plaza Real de Barcelona. Sobre las tres de la madrugada, el callejón junto al local parecía un bar al aire libre con fanfarrias propias de fiesta mayor por efecto de los cánticos improvisados. "Suerte que tenemos triple acristalamiento en el piso, esta zona es dura", se resignó Portes. Un portavoz policial señaló que todavía no disponen de datos, pero asumió por lógica que aumentarán las quejas por el ruido. Una cafetería de Mollerussa (Lleida) se ha añadido a los establecimientos rebeldes. Pero en la noche barcelonesa la medida se cumplió a rajatabla y sin traumas.
- Madrid. En la puerta del Irish Rover, en la avenida de Brasil, se congregan los malditos de la noche madrileña. Bajo los pies, decenas de colillas aplastadas contra el suelo. "Somos unos apestados". Jesús Muñoz, de 29 años, se echa un pitillo en la puerta del garito entre copa y copa. Da fuego al de al lado, inicia conversaciones que saben a nicotina. Es el centro de los corrillos que se forman esta noche. Unos metros más allá, un chico irlandés, melancólico porque mañana parte de vuelta a su país, apura otro cigarrillo. Se juntan y hablan de la desgracia que es ver reír a la gente al otro lado de los amplios ventanales del pub mientras ellos se mueren de frío en la calle. Al final de la conversación, Muñoz saca la artillería pesada: "¿Vamos a mi casa, amigo?". En unos segundos, los dos se pierden juntos por la larga avenida.
Ahora resulta que es más fácil seducir fuera que dentro. Los fumadores exiliados en la acera por la nueva ley antitabaco, que está cambiando las costumbres de las ciudades canalla, las de la gente que prefiere la oscuridad al día. El smirting (cruce de palabras entre smoking y flirting, ligar) se encuentra en cada esquina de las zonas más movidas de Madrid, pero no es la única de las costumbres que se ha visto alterada. "Mira qué Zippo más elegante, ahora no se puede venir con cualquier cosa, hay que cuidar la imagen", "el chaquetón tiene que ser amplio para poder esconder la copa al salir", "ahora los sitios sucios de verdad salen a la luz, antes lo disimulaban con el humo".
Bajando Fernando VII, a medianoche, comienzan a sentirse bajo la suela de los zapatos las colillas abandonadas en la acera. Van quedando atrás pubs, restaurantes italianos y cafeterías con un toque de distinción. "¿Me sujetas el cigarro? Tengo que ir adentro a darle un sorbo a la copa", propone un cincuentón de mejillas sonrosadas con pinta de llevar varias horas de celebración solitaria. Hace el mismo ofrecimiento sin éxito al siguiente grupo con el que se cruza. A continuación, en la puerta del Ambigú, Juan Valdelebro, el propietario, se suma a la iniciativa espontánea que ha surgido entre los empresarios de la noche: quitar la máquina de tabaco en señal de protesta. "Me ha bajado el negocio entre un 40 y un 50%. ¿Y encima voy a estar recaudando impuestos para el Gobierno?". Afuera, comienza a llover, pero los fumadores resisten. La gerente de un nuevo garito, Los Siguientes, se desgañita en la puerta. Un grupo de rebeldes, cigarro en mano, ha sacado los gin-tonics y se resiste a elegir entre una cosa u otra. "¿Por qué si podemos tener los dos?", ríen. La gerente sufre: "Tienes que estar atenta a que no fumen dentro, que por regla general nadie lo hace. Y tienes que vigilar que no se saquen la bebida a la calle. Súmalo a atender la barra... de locos".
- Andalucía. En Sevilla, la ley dejó una escena veraniega en pleno invierno: terrazas de bares repletas de clientes y espacios interiores semivacíos. Tras una semana, la ley se ha cumplido sin apenas excepciones ni clientes conflictivos. Sergio Pérez, del Café Central, señalaba: "Todo el mundo es muy civilizado". Andrea Stolfova resumía su entusiasmo en el bar Habanilla. "Aún no me lo creo. No te huele a tabaco el pelo ni la ropa. Es fantástico". En la sala de fiestas Holiday los clientes salían a la calle ante el enfado de uno de los porteros. "La sala invirtió 70.000 euros con la anterior ley para acondicionar dos salas con cortinas de aire y cristaleras para que los clientes fumaran sin problemas. Todo para nada", comenta indignado Francisco Cuevas.
En Málaga la prohibición se cumplió con normalidad. Las sensaciones se repetían: "Es una pasada llegar a casa con la ropa limpia y sin que te piquen los ojos", se felicitaba Alfonso Revuelta a la salida del pub O'Donnell's.
A las puertas de la discoteca Andén, José Antonio, que lleva seis meses sin fumar, veía a los fumadores apurar sus cigarrillos: "La imagen recuerda a las viejas maternidades, con los padres esperando el parto".
En la Sala Vivero, con capacidad para unas 1.000 personas y donde el viernes tocaba Kiko Veneno -fumador habitual sobre el escenario-, la normativa se respetó. Antes del concierto, algunos empedernidos daban caladas rápidas a la puerta del local o dentro de sus coches.
Una vez iniciado el recital, con algo más de media entrada, la sala fue un ir y venir de personas camino de las puertas para fumar, sobre todo coincidiendo con las canciones menos conocidas. Ignacio Corbacho, uno de los asistentes, decía que es un "gustazo disfrutar de un concierto con aire limpio".
Un grupo de tres o cuatro jóvenes encendió un porro, pero estuvieron más pendientes de apagarlo cuando alguien les miraba que de fumárselo. Al terminar, la Sala Vivero se vació a una velocidad desconocida antes de la prohibición.
- País Vasco. Las altas temperaturas se aliaron con los fumadores en el País Vasco. Y todo sin problemas. "La gente sale a fumar al aire libre y ya está", explica Tristán Montenegro, de la discoteca Bataplán, de San Sebastián.
A la hora del aperitivo, en el centro de Bilbao se volvía a repetir la escena de los fumadores formando grupos en las aceras y regresando al interior de los bares cuando acababan el cigarrillo.
"Es una cuestión de costumbres y educación, ahora nos extraña, pero acabará imponiéndose sin problemas", dice Serafín, el encargado del local nocturno Cristal. "Nadie se nos ha puesto borde", añade.
La nueva ley esboza sutiles cambios sociales.
Camareros que parecen haberse quitado una losa de encima, hosteleros enfadados por tener que vigilar a la clientela dentro del local y en las aceras colindantes, noctámbulos fumadores que entablan una intensa vida social en las terrazas o bajo la lluvia y el frío con un fin universal: ligar.
Hay quien ha descubierto que en los garitos algunos van perfumados y otros son ariscos a la ducha. O que se puede llegar a casa sin oler a cuerno y sin los ojos lentillosos rojos como guindillas. Sensaciones facilitadas por una ley que, con ligeras excepciones, goza de buena salud. Así se ha vivido el primer fin de semana sin humos en algunas grandes ciudades.
¿Quién nos quita ahora la mala leche?
- Cataluña. "Ahora las noches son distintas", advierte tan pronto como a las dos de la madrugada del primer viernes sin tabaco Marcel Carbó, camarero de una discoteca céntrica de Barcelona.
El veto al tabaco se respetó ampliamente en los bares y discotecas de la ciudad y perfila nuevos hábitos: "Por fin nos parecemos a Europa, en unos meses nos asombrará que antes se dejara fumar en todos lados", ilustró Alberto Vázquez, consumidor de nicotina de 28 años desde el límpido local Marsella. El grueso de fumadores arremolinados en la calle, los camareros y los dueños de los locales agradecían la nitidez insólita en el interior de los establecimientos, la atmósfera que ya no atufa la ropa y el ritual de salir a fumar al exterior como estrategia para romper el hielo con desconocidos. En el Marsella, local emblemático que acumulaba humo desde principios del XIX, la estampa sorprendía a los veteranos. "Nunca lo había visto tan limpio. Esta noche me he dado cuenta de que algunos clientes usan perfume. Y otros, no", resumió bromista Xavier, camarero, también fumador, encantado con la medida. "Llegas a casa y la ropa no apesta. Impresionante".
Una sombra despunta en esta nueva configuración de la fiesta nocturna: los vecinos temen que el jaleo causado por los fumadores callejeros disparen las molestias en las noches de fin de semana.
El viernes, los corros que frente a algunos locales sobrepasaron la cincuentena larga de personas ya generaron más alboroto del habitual. "Se oye más jaleo del que estábamos acostumbrados a sufrir. Y sufríamos mucho.
Veremos si acaba siendo insoportable", advirtió Josep Portes, vecino de 39 años de un céntrico local cercano a la plaza Real de Barcelona. Sobre las tres de la madrugada, el callejón junto al local parecía un bar al aire libre con fanfarrias propias de fiesta mayor por efecto de los cánticos improvisados. "Suerte que tenemos triple acristalamiento en el piso, esta zona es dura", se resignó Portes. Un portavoz policial señaló que todavía no disponen de datos, pero asumió por lógica que aumentarán las quejas por el ruido. Una cafetería de Mollerussa (Lleida) se ha añadido a los establecimientos rebeldes. Pero en la noche barcelonesa la medida se cumplió a rajatabla y sin traumas.
- Madrid. En la puerta del Irish Rover, en la avenida de Brasil, se congregan los malditos de la noche madrileña. Bajo los pies, decenas de colillas aplastadas contra el suelo. "Somos unos apestados". Jesús Muñoz, de 29 años, se echa un pitillo en la puerta del garito entre copa y copa. Da fuego al de al lado, inicia conversaciones que saben a nicotina. Es el centro de los corrillos que se forman esta noche. Unos metros más allá, un chico irlandés, melancólico porque mañana parte de vuelta a su país, apura otro cigarrillo. Se juntan y hablan de la desgracia que es ver reír a la gente al otro lado de los amplios ventanales del pub mientras ellos se mueren de frío en la calle. Al final de la conversación, Muñoz saca la artillería pesada: "¿Vamos a mi casa, amigo?". En unos segundos, los dos se pierden juntos por la larga avenida.
Ahora resulta que es más fácil seducir fuera que dentro. Los fumadores exiliados en la acera por la nueva ley antitabaco, que está cambiando las costumbres de las ciudades canalla, las de la gente que prefiere la oscuridad al día. El smirting (cruce de palabras entre smoking y flirting, ligar) se encuentra en cada esquina de las zonas más movidas de Madrid, pero no es la única de las costumbres que se ha visto alterada. "Mira qué Zippo más elegante, ahora no se puede venir con cualquier cosa, hay que cuidar la imagen", "el chaquetón tiene que ser amplio para poder esconder la copa al salir", "ahora los sitios sucios de verdad salen a la luz, antes lo disimulaban con el humo".
Bajando Fernando VII, a medianoche, comienzan a sentirse bajo la suela de los zapatos las colillas abandonadas en la acera. Van quedando atrás pubs, restaurantes italianos y cafeterías con un toque de distinción. "¿Me sujetas el cigarro? Tengo que ir adentro a darle un sorbo a la copa", propone un cincuentón de mejillas sonrosadas con pinta de llevar varias horas de celebración solitaria. Hace el mismo ofrecimiento sin éxito al siguiente grupo con el que se cruza. A continuación, en la puerta del Ambigú, Juan Valdelebro, el propietario, se suma a la iniciativa espontánea que ha surgido entre los empresarios de la noche: quitar la máquina de tabaco en señal de protesta. "Me ha bajado el negocio entre un 40 y un 50%. ¿Y encima voy a estar recaudando impuestos para el Gobierno?". Afuera, comienza a llover, pero los fumadores resisten. La gerente de un nuevo garito, Los Siguientes, se desgañita en la puerta. Un grupo de rebeldes, cigarro en mano, ha sacado los gin-tonics y se resiste a elegir entre una cosa u otra. "¿Por qué si podemos tener los dos?", ríen. La gerente sufre: "Tienes que estar atenta a que no fumen dentro, que por regla general nadie lo hace. Y tienes que vigilar que no se saquen la bebida a la calle. Súmalo a atender la barra... de locos".
- Andalucía. En Sevilla, la ley dejó una escena veraniega en pleno invierno: terrazas de bares repletas de clientes y espacios interiores semivacíos. Tras una semana, la ley se ha cumplido sin apenas excepciones ni clientes conflictivos. Sergio Pérez, del Café Central, señalaba: "Todo el mundo es muy civilizado". Andrea Stolfova resumía su entusiasmo en el bar Habanilla. "Aún no me lo creo. No te huele a tabaco el pelo ni la ropa. Es fantástico". En la sala de fiestas Holiday los clientes salían a la calle ante el enfado de uno de los porteros. "La sala invirtió 70.000 euros con la anterior ley para acondicionar dos salas con cortinas de aire y cristaleras para que los clientes fumaran sin problemas. Todo para nada", comenta indignado Francisco Cuevas.
En Málaga la prohibición se cumplió con normalidad. Las sensaciones se repetían: "Es una pasada llegar a casa con la ropa limpia y sin que te piquen los ojos", se felicitaba Alfonso Revuelta a la salida del pub O'Donnell's.
A las puertas de la discoteca Andén, José Antonio, que lleva seis meses sin fumar, veía a los fumadores apurar sus cigarrillos: "La imagen recuerda a las viejas maternidades, con los padres esperando el parto".
En la Sala Vivero, con capacidad para unas 1.000 personas y donde el viernes tocaba Kiko Veneno -fumador habitual sobre el escenario-, la normativa se respetó. Antes del concierto, algunos empedernidos daban caladas rápidas a la puerta del local o dentro de sus coches.
Una vez iniciado el recital, con algo más de media entrada, la sala fue un ir y venir de personas camino de las puertas para fumar, sobre todo coincidiendo con las canciones menos conocidas. Ignacio Corbacho, uno de los asistentes, decía que es un "gustazo disfrutar de un concierto con aire limpio".
Un grupo de tres o cuatro jóvenes encendió un porro, pero estuvieron más pendientes de apagarlo cuando alguien les miraba que de fumárselo. Al terminar, la Sala Vivero se vació a una velocidad desconocida antes de la prohibición.
- País Vasco. Las altas temperaturas se aliaron con los fumadores en el País Vasco. Y todo sin problemas. "La gente sale a fumar al aire libre y ya está", explica Tristán Montenegro, de la discoteca Bataplán, de San Sebastián.
A la hora del aperitivo, en el centro de Bilbao se volvía a repetir la escena de los fumadores formando grupos en las aceras y regresando al interior de los bares cuando acababan el cigarrillo.
"Es una cuestión de costumbres y educación, ahora nos extraña, pero acabará imponiéndose sin problemas", dice Serafín, el encargado del local nocturno Cristal. "Nadie se nos ha puesto borde", añade.
"Queda media botella de ron"
Según la Guardia Civil y la fiscal de la Operación Galgo, Marta Domínguez fue acusada por Alberto García de ofrecerle el anabolizante trembolona - La atleta lo negó en su declaración ante la juez .
Todo gira alrededor del oro. Ese preciado metal, del que hablan los atletas Marta Domínguez y Alberto García el 11 de noviembre a las 13.27, según los pinchazos telefónicos de la Guardia Civil, despertó la curiosidad de la juez Mercedes Pérez Barrios y animó la Operación Galgo contra el dopaje.
"Es un producto natural que utilizan para la recuperación muscular, depresión y antioxidante, que ella lo compró y Alberto también en Estados Unidos en el año 2006 cuando estuvieron de vacaciones", le explicó la palentina a la juez el 22 de diciembre pasado, según la transcripción, en estilo indirecto, de su declaración, a la que ha accedido EL PAÍS. "¿No es más cierto que el oro es una sustancia conocida como trembolona
El misterio del platino
[un anabolizante prohibido]?", le preguntó la juez. "No", respondió Domínguez. "Entonces", insistió después la fiscal; "¿qué explicación da a que su amigo Alberto García diga que lo que le facilitó [Marta a él], oro, es trembolona?".
No fue la única vez que Domínguez escuchó hablar durante su declaración del presunto tráfico de productos prohibidos, o de García, que, como ella, llegó al tribunal imputado por un delito contra la salud pública que se castiga con hasta dos años de cárcel. La juez le preguntó también por un mensaje de texto que, según los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), habría mandado la palentina al madrileño a las 20.45 "diciéndole que le queda media botella de ron que le regaló César este año (presuntamente y según la deducción de la Guardia Civil, César Pérez, entrenador de Marta Domínguez y también imputado, que justifica la conversación con un viaje a Venezuela del que volvió con botellas de ron como regalo)". Explica la fondista, en estilo indirecto y según el resumen de su declaración ante la juez: "Se refiere a que le llevaría media botella de ron que le había dado César". Y prosigue: "Que no recuerda que quedase con José Alonso o (sic) Valero (su agente, también imputado) el 17 de noviembre y que no le iba a dar media botella de ron. Que no es cierto que le entregase a Alonso Valero un sobre con un frasco que contuviese trembolona. Que le entrega unos papeles con el bote de oro".
En su declaración previa ante los agentes de la UCO, sin embargo, Domínguez dijo que en ese sobre "contenía papeles solamente". La juez le hizo notar la contradicción. La atleta, según la transcripción, respondió, que "porque le preguntaron si contenía sustancias dopantes, y como no lo contenía dijo que papeles". No fue, sin embargo, un sobre cualquiera: provocó la intervención de la Guardia Civil, que paró el coche en el que viajaban la atleta y su agente. Ese no es, tampoco, un dato cualquiera: cuando los agentes de la UCO proceden a las detenciones de los 14 presuntos implicados en la Operación Galgo, el 9 de diciembre, están actuando sobre sospechosos que ya están avisados. Antes de ese día, los agentes ya han cruzado oficialmente sus pasos con Valero y Pérez.
Así pasa todo. El técnico, según la investigación de la Guardia Civil, conversa por teléfono con su atleta a las 18.46 del 12 de julio de 2010. Según recogen los agentes en su informe, "hablan de que César mañana va para Palencia, que ha quedado para comer con la hermana de Marta. Ambos interlocutores quedan en hacer series al día siguiente a las 19.30 y el viernes".
Y luego, añaden los investigadores de la UCO: "En el minuto 1:22 Cesar pregunta a Marta si necesita que le baje el Animal Pack, a lo cual Marta contesta que sí. César también pregunta a Marta si necesita alguna otra cosa y esta le responde diciendo: 'Tú los pendientes de platino me trajiste. ¿No?'.
César dice que no, que de oro. Marta dice que necesita uno o dos, que si tiene el juego, pues el juego, porque los ha estado buscando y creía que los había perdido. César dice que no, porque solo le dio los otros".
De nuevo la palabra "oro". También el "platino" y "los pendientes".
La Guardia Civil los interpreta como eufemismos referentes a productos dopantes: oro para trembolona; platino para AMTH-2, similar a la testosterona, siempre según la opinión de los investigadores. Fuentes cercanas a la atleta, por su parte, señalan que ella mantuvo que cuando hablaba de pendientes se refería a eso, "y a nada más", y que podía probar su pérdida, así como su interés en saber si habían sido encontrados por su entrenador, con la correspondiente denuncia de su desaparición. ¿Qué piensan en la UCO de eso? Como respuesta, su intervención.
Al día siguiente de grabar la conversación de los pendientes, el 13 de julio de 2010, a las 19.05, la Guardia Civil intercepta el vehículo en el que viaja Pérez con dirección a Palencia. "Entre los efectos que portaba el citado individuo", recoge el atestado de los agentes, "se encuentra un bolso de mano en cuyo interior se observan diferentes botes con lo que parece ser medicamentos: Sportenine, Acerola 1000, AMTH-2 (cajita de color oscuro con dos ampollas con inscripción impresa de Andromethostyl-dipropionat 50 mg/ml), Calcium Sandoz Forte (2 paquetes), Acetilsteina Cinfa 600mg (bote conteniendo diversas pastillas y cápsulas) y Multicentrum (bote que contiene cápsulas de color blanco y pastillas de color rojo). Todas esas sustancias le son intervenidas y se le denuncia por infracción del artículo 25.1 de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana. "Todas las sustancias intervenidas fueron remitidas al laboratorio", añade el documento, que luego se adentra en el terreno de la opinión. "Lo más parecido que se encontró a los pendientes que le encargó Marta fueron las dos ampollas de AMTH-2, en una cajita de color oscuro".
El técnico argumentaría que la sustancia era para uso personal, prescrita por un médico y para tratar las secuelas de una operación.
De que todo eso ocurría nada sabía Mariano Díez, el hombre que entrenó a Marta Domínguez durante 24 años, hasta que esta se decidió a trabajar en solitario con Pérez. De lo que sí sabía mucho Díez, según los documentos a los que ha tenido acceso este diario, es de los motivos por los que se había iniciado la investigación. La Guardia Civil se presentó ante él con un mandamiento judicial para que "aporte todos los datos que haya obtenido a lo largo de su relación (...) sobre sus entrenamientos, competiciones, resultados de analíticas, recuperaciones, etc". Después, declaró. Sus palabras, sus opiniones, que no datos o pruebas, como subrayan distintas fuentes jurídicas consultadas, alientan la acción de los agentes.
Así se resumen sus frases, siempre en el peculiar estilo indirecto de los informes de la Guardia Civil. "¿Tiene constancia del consumo de sustancias dopantes por parte de la mencionada atleta?", le vinieron a preguntar. "Este declaró no tener constancia, pero que tenía sospechas de que las consumía, que hacía viajes frecuentes a Madrid con la excusa de darse masajes, y que cuando regresaba a Palencia venía cambiada, que la notaba en mejor forma, que corría más deprisa y recuperaba mejor.
Que alguna vez que el manifestante (Díez) se interesó por el motivo de esa mejor forma física y mejores tiempos de recuperación, diciéndole Marta Domínguez que mejor no preguntara, que cuanto menos supiera mejor".
Habló también Díez de una infección de riñón de su ex pupila ("Marta le dijo que había cogido frío tras haberse metido en una cuba de hielo, pero en otras ocasiones había utilizado ese método y nunca había tenido problemas") y de por qué, según él, Domínguez se ausentó de algún campeonato de España previo a una competición internacional. "Si voy, me pillan", cuenta el técnico, siempre según su versión, no contrastada en un careo con Domínguez, que le dijo la atleta. "Al ser preguntado", continúa el documento de los investigadores; "si en la época en la que salió a la luz la operación Puerto, Marta ya era tratada por dicho doctor (Eufemiano Fuentes), manifiesta que cree que sí.
También manifiesta que en los viajes a Madrid, cuando regresaba con mejor forma física, cree que era tratada por el doctor Eufemiano".
Todo gira alrededor del oro. Ese preciado metal, del que hablan los atletas Marta Domínguez y Alberto García el 11 de noviembre a las 13.27, según los pinchazos telefónicos de la Guardia Civil, despertó la curiosidad de la juez Mercedes Pérez Barrios y animó la Operación Galgo contra el dopaje.
"Es un producto natural que utilizan para la recuperación muscular, depresión y antioxidante, que ella lo compró y Alberto también en Estados Unidos en el año 2006 cuando estuvieron de vacaciones", le explicó la palentina a la juez el 22 de diciembre pasado, según la transcripción, en estilo indirecto, de su declaración, a la que ha accedido EL PAÍS. "¿No es más cierto que el oro es una sustancia conocida como trembolona
El misterio del platino
[un anabolizante prohibido]?", le preguntó la juez. "No", respondió Domínguez. "Entonces", insistió después la fiscal; "¿qué explicación da a que su amigo Alberto García diga que lo que le facilitó [Marta a él], oro, es trembolona?".
No fue la única vez que Domínguez escuchó hablar durante su declaración del presunto tráfico de productos prohibidos, o de García, que, como ella, llegó al tribunal imputado por un delito contra la salud pública que se castiga con hasta dos años de cárcel. La juez le preguntó también por un mensaje de texto que, según los agentes de la Unidad Central Operativa (UCO), habría mandado la palentina al madrileño a las 20.45 "diciéndole que le queda media botella de ron que le regaló César este año (presuntamente y según la deducción de la Guardia Civil, César Pérez, entrenador de Marta Domínguez y también imputado, que justifica la conversación con un viaje a Venezuela del que volvió con botellas de ron como regalo)". Explica la fondista, en estilo indirecto y según el resumen de su declaración ante la juez: "Se refiere a que le llevaría media botella de ron que le había dado César". Y prosigue: "Que no recuerda que quedase con José Alonso o (sic) Valero (su agente, también imputado) el 17 de noviembre y que no le iba a dar media botella de ron. Que no es cierto que le entregase a Alonso Valero un sobre con un frasco que contuviese trembolona. Que le entrega unos papeles con el bote de oro".
En su declaración previa ante los agentes de la UCO, sin embargo, Domínguez dijo que en ese sobre "contenía papeles solamente". La juez le hizo notar la contradicción. La atleta, según la transcripción, respondió, que "porque le preguntaron si contenía sustancias dopantes, y como no lo contenía dijo que papeles". No fue, sin embargo, un sobre cualquiera: provocó la intervención de la Guardia Civil, que paró el coche en el que viajaban la atleta y su agente. Ese no es, tampoco, un dato cualquiera: cuando los agentes de la UCO proceden a las detenciones de los 14 presuntos implicados en la Operación Galgo, el 9 de diciembre, están actuando sobre sospechosos que ya están avisados. Antes de ese día, los agentes ya han cruzado oficialmente sus pasos con Valero y Pérez.
Así pasa todo. El técnico, según la investigación de la Guardia Civil, conversa por teléfono con su atleta a las 18.46 del 12 de julio de 2010. Según recogen los agentes en su informe, "hablan de que César mañana va para Palencia, que ha quedado para comer con la hermana de Marta. Ambos interlocutores quedan en hacer series al día siguiente a las 19.30 y el viernes".
Y luego, añaden los investigadores de la UCO: "En el minuto 1:22 Cesar pregunta a Marta si necesita que le baje el Animal Pack, a lo cual Marta contesta que sí. César también pregunta a Marta si necesita alguna otra cosa y esta le responde diciendo: 'Tú los pendientes de platino me trajiste. ¿No?'.
César dice que no, que de oro. Marta dice que necesita uno o dos, que si tiene el juego, pues el juego, porque los ha estado buscando y creía que los había perdido. César dice que no, porque solo le dio los otros".
De nuevo la palabra "oro". También el "platino" y "los pendientes".
La Guardia Civil los interpreta como eufemismos referentes a productos dopantes: oro para trembolona; platino para AMTH-2, similar a la testosterona, siempre según la opinión de los investigadores. Fuentes cercanas a la atleta, por su parte, señalan que ella mantuvo que cuando hablaba de pendientes se refería a eso, "y a nada más", y que podía probar su pérdida, así como su interés en saber si habían sido encontrados por su entrenador, con la correspondiente denuncia de su desaparición. ¿Qué piensan en la UCO de eso? Como respuesta, su intervención.
Al día siguiente de grabar la conversación de los pendientes, el 13 de julio de 2010, a las 19.05, la Guardia Civil intercepta el vehículo en el que viaja Pérez con dirección a Palencia. "Entre los efectos que portaba el citado individuo", recoge el atestado de los agentes, "se encuentra un bolso de mano en cuyo interior se observan diferentes botes con lo que parece ser medicamentos: Sportenine, Acerola 1000, AMTH-2 (cajita de color oscuro con dos ampollas con inscripción impresa de Andromethostyl-dipropionat 50 mg/ml), Calcium Sandoz Forte (2 paquetes), Acetilsteina Cinfa 600mg (bote conteniendo diversas pastillas y cápsulas) y Multicentrum (bote que contiene cápsulas de color blanco y pastillas de color rojo). Todas esas sustancias le son intervenidas y se le denuncia por infracción del artículo 25.1 de la Ley Orgánica de Seguridad Ciudadana. "Todas las sustancias intervenidas fueron remitidas al laboratorio", añade el documento, que luego se adentra en el terreno de la opinión. "Lo más parecido que se encontró a los pendientes que le encargó Marta fueron las dos ampollas de AMTH-2, en una cajita de color oscuro".
El técnico argumentaría que la sustancia era para uso personal, prescrita por un médico y para tratar las secuelas de una operación.
De que todo eso ocurría nada sabía Mariano Díez, el hombre que entrenó a Marta Domínguez durante 24 años, hasta que esta se decidió a trabajar en solitario con Pérez. De lo que sí sabía mucho Díez, según los documentos a los que ha tenido acceso este diario, es de los motivos por los que se había iniciado la investigación. La Guardia Civil se presentó ante él con un mandamiento judicial para que "aporte todos los datos que haya obtenido a lo largo de su relación (...) sobre sus entrenamientos, competiciones, resultados de analíticas, recuperaciones, etc". Después, declaró. Sus palabras, sus opiniones, que no datos o pruebas, como subrayan distintas fuentes jurídicas consultadas, alientan la acción de los agentes.
Así se resumen sus frases, siempre en el peculiar estilo indirecto de los informes de la Guardia Civil. "¿Tiene constancia del consumo de sustancias dopantes por parte de la mencionada atleta?", le vinieron a preguntar. "Este declaró no tener constancia, pero que tenía sospechas de que las consumía, que hacía viajes frecuentes a Madrid con la excusa de darse masajes, y que cuando regresaba a Palencia venía cambiada, que la notaba en mejor forma, que corría más deprisa y recuperaba mejor.
Que alguna vez que el manifestante (Díez) se interesó por el motivo de esa mejor forma física y mejores tiempos de recuperación, diciéndole Marta Domínguez que mejor no preguntara, que cuanto menos supiera mejor".
Habló también Díez de una infección de riñón de su ex pupila ("Marta le dijo que había cogido frío tras haberse metido en una cuba de hielo, pero en otras ocasiones había utilizado ese método y nunca había tenido problemas") y de por qué, según él, Domínguez se ausentó de algún campeonato de España previo a una competición internacional. "Si voy, me pillan", cuenta el técnico, siempre según su versión, no contrastada en un careo con Domínguez, que le dijo la atleta. "Al ser preguntado", continúa el documento de los investigadores; "si en la época en la que salió a la luz la operación Puerto, Marta ya era tratada por dicho doctor (Eufemiano Fuentes), manifiesta que cree que sí.
También manifiesta que en los viajes a Madrid, cuando regresaba con mejor forma física, cree que era tratada por el doctor Eufemiano".
Tiros DAVID TRUEBA
La rara clarividencia del azar ha querido que la puesta en marcha en España del programa que garantiza la baja laboral con sueldo para los padres de niños con enfermedades graves coincida con el atentado contra la congresista demócrata Gabrielle Giffords en Tucson. Nada más lejano en sentido y geografía que los disparos de un desequilibrado envenenado de odio y un plan de ayuda estatal para ciudadanos que luchan con la grave enfermedad de un hijo. Y sin embargo he ahí un buen ejercicio de relación.
Gabby Giffords, como buena liberal de Arizona, defendía la posesión de armas y, por más que se opusiera a la dura ley de inmigración puesta en vigor en su Estado, defendía restricciones fuertes para la emigración y un exhaustivo control de fronteras.
Es su apoyo a la reforma sanitaria de Obama el agravante mayor que ya antes atrajo a un tipo armado a un acto suyo y culminó este fin de semana con los disparos a la puerta de un supermercado.
No sería justo concluir que el criminal pudiera estar impulsado por las fervientes ideas del Tea Party o por los mapas con diana incluida donde la peleona Sarah Palin señalaba a los demócratas que había que sacar de la carrera por el Congreso, como sucedía en el feudo de Giffords. Pasó en Olot hace pocas semanas, cuando muchos señalaron al Gobierno como culpable de que un desesperado ciudadano matara a sus empleadores con la escopeta de caza. Luego hemos sabido que el tipo tenía más dinero en la cuenta que Francisco Camps, al que la presidencia de la Comunidad Valenciana salva a diario de la mendicidad.
No, no es justo sacar conclusiones precipitadas.
Los conservadores norteamericanos se han volcado en condenas razonables y tienen presente que el atentado fascista de Oklahoma en 1995 jugó contra sus intereses electorales como un maldito bumerán.
Lo doloroso es comprobar cómo una reforma sanitaria puede zarandear los principios ideológicos de un país hasta enfrentar violentamente a los ciudadanos.
Mientras que en un país más pequeño y sin importancia ni tan siquiera se celebran los avances en el bienestar familiar que un sistema sanitario público logra, demasiado ocupados de deshacer todo lo bueno que gozamos bajo el fragor de la crisis financiera.
Gabby Giffords, como buena liberal de Arizona, defendía la posesión de armas y, por más que se opusiera a la dura ley de inmigración puesta en vigor en su Estado, defendía restricciones fuertes para la emigración y un exhaustivo control de fronteras.
Es su apoyo a la reforma sanitaria de Obama el agravante mayor que ya antes atrajo a un tipo armado a un acto suyo y culminó este fin de semana con los disparos a la puerta de un supermercado.
No sería justo concluir que el criminal pudiera estar impulsado por las fervientes ideas del Tea Party o por los mapas con diana incluida donde la peleona Sarah Palin señalaba a los demócratas que había que sacar de la carrera por el Congreso, como sucedía en el feudo de Giffords. Pasó en Olot hace pocas semanas, cuando muchos señalaron al Gobierno como culpable de que un desesperado ciudadano matara a sus empleadores con la escopeta de caza. Luego hemos sabido que el tipo tenía más dinero en la cuenta que Francisco Camps, al que la presidencia de la Comunidad Valenciana salva a diario de la mendicidad.
No, no es justo sacar conclusiones precipitadas.
Los conservadores norteamericanos se han volcado en condenas razonables y tienen presente que el atentado fascista de Oklahoma en 1995 jugó contra sus intereses electorales como un maldito bumerán.
Lo doloroso es comprobar cómo una reforma sanitaria puede zarandear los principios ideológicos de un país hasta enfrentar violentamente a los ciudadanos.
Mientras que en un país más pequeño y sin importancia ni tan siquiera se celebran los avances en el bienestar familiar que un sistema sanitario público logra, demasiado ocupados de deshacer todo lo bueno que gozamos bajo el fragor de la crisis financiera.
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